3 abr 2009

Golpeteo PRI-PAN

México D.F., a 3 de Abril de 2009
En atención a la necesidad de preservar al máximo posible la precisión y el sentido de las informaciones que en diferentes circunstancias emite la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y que interesan a los medios de información rogamos tomar nota de la siguiente aclaración. Algunas opiniones de José Luis Soberanes Fernández, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, profusamente reproducidas hoy, fueron expresadas ayer a las 10:45 AM, de la siguiente manera: Antes de la inauguración oficial del foro “Pemex y los Derechos Humanos en la Sonda de Campeche” en instalaciones de la Cámara de Diputados, en San Lázaro --prevista para las 11 horas--, varios representantes de medios de comunicación hicieron al titular de la CNDH algunas preguntas, entre ellas la siguiente:
Pregunta del reportero: -¿Qué opina de esta electorización (sic) de la batalla contra el crimen organizado que han tenido algunos partidos ocupados en dimes y diretes?
Respuesta de JLSF: Es muy triste, ¿verdad?, que nuestros políticos se dediquen más a estos pleitos de vecindad, o de lavadero, en vez de hacer propuestas para avanzar. Creo que se está prostituyendo la política, y yo le pediría a nuestros políticos que tuvieran miras más altas, y no pleitos de verduleras.
P.- -¿Puede perjudicar esto de alguna manera al proceso de la democracia en nuestro país?
R.- Claro, porque la gente, en vez de esperar propuestas, planes de gobierno, de trabajo, pues ve que se dedican más a estos pleitos de verdulería, pues entonces, pueden decir finalmente que “es un fracaso de la democracia”.
P.- ¿El ganón de estos pleitos que no llevan a nada es la delincuencia organizada?
R.- No. Creo que es la antidemocracia, porque la delincuencia organizada va a seguir operando, mientras no se tomen otras medidas. Como se advierte, ninguna de las preguntas ni de las respuestas anteriores, ampliamente reproducidas hoy podía tener relación con tema alguno distinto al planteado, como varios lo interpretaron.
***
PRI y PAN comienzan una contienda judicial
Leticia Robles
Excélsior, 3 de abril de 2009;
El secretario general del PRI, Jesús Murillo Karam, informó ayer que su partido inició la acción judicial contra el presidente nacional del PAN, Germán Martínez, porque “nadie puede estar por encima de cualquier mexicano”.
Murillo Karam precisó que “nadie puede denunciar sin pruebas, y por el hecho de ser presidente del partido político en el poder, no está autorizado a poder calumniar. No tiene ningún fuero para calumniar”.
A unas horas de que el PAN publicara un nuevo desplegado electoral en Excélsior, contra el PRI, ahora con los rostros de varios priistas acompañados de distintas frases cortas, para invitar a los ciudadanos a hacer una asociación de ideas entre las palabras y los personajes del tricolor, el dirigente del Revolucionario Institucional aseguró que no es suficiente con denunciar la guerra sucia panista ante el IFE.
“Yo creo simplemente que el hecho de que sea presidente del partido político en el poder no le da facultades por encima de nadie, no le permite ser el juez de todos y no lo autoriza a calificar sin pruebas a cualquiera.
“Lo convoco a que entre en razón, si puede. Lo convoco a que defina con toda claridad si está con México o con sus intereses personales”, destacó el priista.
También aprovechó para contestar la insistente pregunta de Germán Martínez de su el PRI está o no con el Presidente de la República.
“Yo le contesto a lo que nos preguntó: nosotros estamos con los mexicanos, con todos los mexicanos; con ellos sí estamos. Nosotros no somos serviles, ni andamos doblando la cerviz pidiendo a funcionarios que sean leales al Presidente. Nosotros exigimos que sean leales a México, y esa es mi respuesta. Ahora yo lo convoco a que también sea leal con la democracia, con la paz, con la tranquilidad y entre en razón.., si puede, desde luego”, ironizó.
Momentos después, al fijar la posición de su partido durante la aprobación por unanimidad de la Ley
Federal de Extinción de Dominio, Murillo Karam volvió a hacer referencia a Germán Martínez, pero no se refirió a él por su nombre, sino por su cargo.
Jesús Murillo dijo que el presidente nacional del PAN usó esta ley con interés electoral “y llegó a extremos verdaderamente groseros para después llamarse insultado, cuando trató al Senado como su empleado y le dijo: cállense y aprueben.
“Cuando a este Senado le dijo calladitos se ven más bonitos; cuando a este Senado le dijo cooperativos se ven mejor, como si estuviéramos a su servicio, con la mentalidad de un déspota, con la mentalidad de un autoritario, con quien no conoce el más mínimo elemento de un sistema democrático, con la verdadera sensibilidad de la patada de un elefante, y se llama insultado.”
En clara referencia al desplegado electoral de ayer, dijo que al PAN “le faltó la foto del provocador, del que no le importó que el estudio de una ley tiene que ser cuidado, tiene que ser verdaderamente vigilada por el legislador para evitar que se convierta de una ley útil, en una ley que pueda ser utilizada para el abuso y la quiso utilizar como bandera electoral. Hoy se le cayó el teatro”, dijo.
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A punto de puños “coronan” nueva ley
De pronto, el pleno del Senado se convirtió en un ring cualquiera. Gritos y hasta empujones coronaron el último día de trabajo de nuestros legisladores antes de Semana Santa
Ricardo Gómez y Jorge Ramos
El Universal,
Viernes 03 de abril de 2009
De pronto, el pleno del Senado se convirtió en un ring cualquiera. Gritos y hasta empujones coronaron el último día de trabajo de nuestros legisladores antes de Semana Santa.
El duelo: PRI vs. PAN, con un espectador, el PRD, y en medio la Ley de Extinción de Dominio, como rehén de la lucha electoral.
“No me estés tocando, cállate… nos vemos allá afuera si quieres”, encaró el panista Alejandro González Alcocer a Manuel Velasco, del PVEM; el panista fue al “Bronx” del PRI a garantizar acuerdos y pedir calma.
“¡Pues cuando quieras cabrón!”, le reviró el joven verde en el “Bronx” priísta, para entonces ya desencajado, envuelto en empujones, gritos e insultos.
“Rijosos”, los llamaría el líder petista Ricardo Monreal.
Ring side. En una esquina, la priísta tamaulipeca Amira Gómez Tueme grita a González Alcocer; denunciaba una estrategia del PAN para retrasar la aprobación de la ley, para pegarle al priísmo electoralmente.
Cual buen second, apareció Velasco. No arrojó la toalla, más bien tomó del brazo a González Alcocer —para pedirle respeto al dirigirse a los priístas, diría Velasco; para pedirme que no le gritara a Jesús Murillo Karam, senador del PRI, diría el panista— y en respuesta recibió ese golpe cruzado rumbo al pecho con el antebrazo.
Ya era tarde para el respeto, pues elespectáculo ya estaba dado.
Segundo round. Más tarde, despeinado, Velasco pidió revancha, subirse al cuadrilátero: “Dile que no le tengo miedo, que si quiere lo arreglamos afuera o donde quiera”.
Un cierre sui géneris antes de Semana Santa, por la Ley de Extinción de Dominio.
Temprano, a los priístas ofendidos porque no se incluyó el dictamen en la agenda, se les pidió que al salón de plenos fueran con “pintura de guerra”.
Round de sombra. A las 12:22 inició la sesión. Discutían la reforma para regular a bancos, que no pasó; Monreal hablaba, cuando vino la andanada priísta para reclamar el dictamen.
Argumentaban “mano” de Germán Martínez, presidente del PAN, en la campaña de desprestigio.
“Mentiroso” gritaban al panista Gustavo Madero, presidente del Senado.
“¡Receso, receso!”, soltó furiosa la marea roja priísta encabezada por Manlio Fabio Beltrones.
El priísta Fernando Castro gritaba y agitaba en alto el dictamen, escena inusual de senadores descompuestos lejos de la tradicional figura impecable, y que al final hizo que Madero —nervioso— decretara receso para incluir el texto, aprobado por unanimidad.
¿Y la afición? “Yo siempre les dije que ese matrimonio un día iba a acabar a golpes”, ironizó Tomás Torres, del PRD.
“Se acabó la familia feliz”, completó Graco Ramírez, también del PRD.
Fin de la pelea. En el empate por decisión, Velasco fue felicitado por priístas, y aceptó el reconocimiento, nació así el nuevo “muchachito pendenciero” del Senado, reviraron panistas… el nuevo kid bóxer del PRI.
***
La extinción prende fuego a Xicoténcatl
Leticia Robles
Excélsior, 3 de abril de 2009;
Los ánimos estaban caldeados. La revuelta priista en el Senado tenía en el filo de la anarquía al otrora remanso senatorial.

“¡Oye, no le grites a Jesús!”, le ordenó el jovencísimo senador Manuel Velasco al panista Alejandro González Alcocer.
“¡Suéltame, no me toques!”, le pidió el panista, quien intentaba dialogar con el priista Jesús Murillo Karam para aclarar que él cumpliría su palabra de aprobar la Ley Federal de Extinción de Dominio.
Pero Velasco volvió a tocar a González Alcocer y le murmuró algo al oído. Entonces el panista, ya enojado, le exigió: ¡No me estés tocando! ¡Cállate!”
— ¡No! ¡Cállate tú! respondió retador el joven legislador del Partido Verde.
—¡Lo que quieras, nos vemos allá afuera! le advirtió González Alcocer. —¡Cuando quieras! añadió Manuel Velasco.
—¡Cuando quieras, cabrón! respondió Alejandro González.
Pero entonces Velasco levantó el brazo derecho e hizo el intento de volver a tocarlo. Alejandro González Alcocer también levantó el brazo derecho y cortó la trayectoria del brazo del verdeecologista.
Volvió a exigir: “¡Suéltame! ¡No me toques!” “¡Tú me estás tocando a mí!”, dijo Velasco y de inmediato se volteó hacia las cámaras de televisión para denunciar que Alejandro González Alcocer lo agredió.
Así, la Ley Federal de Extinción de Dominio nació en el Senado en tiempos de cólera. O como dijo sorprendido el perredista Graco Ramírez ante el encono de priistas y panistas: “Se acabó la familia feliz”.
Y es que ayer los priistas se rebelaron y convirtieron al pleno senatorial en un campo de batalla verbal contra los panistas, en particular de Gustavo Madero.
Fueron momentos de cólera que llevaron a varios panistas a acercarse a su compañero González Alcocer para quitarlo de la discusión y del conato de bronca con Velasco.
—Que chingue a su madre masculló González Alcocer con sus compañeros
—¿Quién? le preguntó uno de ellos. “El cuate éste del Verde”, respondió.
La ira comenzó a crecer por la mañana. Los priistas Manlio Fabio Beltrones y Fernando Castro Trenti le pidieron a Gustavo Madero que dispensara la primera y la segunda lectura de la Ley de Extinción, para aprobarla ayer mismo, pero Madero les comentó que había algunas dudas en la fracción tercera del artículo octavo y el contenido del artículo 28. Por eso, sólo se le daría primera lectura y se abriría un espacio para discutir más.
“Si tú haces eso, voy a denunciar que el gobierno frenó la aprobación de la ley”, dijo Beltrones.
Los priistas ya habían visto el nuevo desplegado del PAN contra su partido. Durante la inauguración de un foro de discusión del Instituto Belisario Domínguez, Beltrones exigió no regatear la aprobación de la ley y recordó la forma como el priismo ha ayudado al gobierno de Felipe Calderón para mantener la gobernabilidad.
“La deuda no es de un partido a otro. Nunca. Ni de un poder a otro”, comentó más tarde Gustavo Madero, en conferencia de prensa.
Pero en la sesión, Madero irritó a los priistas. Como es costumbre en el Senado, el arranque de la sesión era un caos. Nadie ponía atención a Madero en la Mesa Directiva. Todos estaban en sus grupos de discusión. Entonces Madero se saltó el tercer dictamen anotado en el orden del día como de primera lectura. Nadie dijo algo.
Pasó a dictámenes a discusión. Pidió la dispensa de la segunda lectura al dictamen de tasas de interés bancarias y los pocos levantaron la mano en automático. Madero pidió al petista Ricardo Monreal que fijara la posición de su partido sobre el tema. Fue entonces que los priistas se dieron cuenta que algo pasaba, casi al mismo tiempo que también lo hacía el perredista Tomás Torres.
A gritos, visiblemente molestos, Jesús Murillo, Manlio Fabio Beltrones, Francisco Arroyo, Francisco Labastida, Fernando Castro Trenti y Carlos Lozano, entre otros, comenzaron a gritar, a exigir a Madero que no aplicara tácticas dilatorias; que respetara los acuerdos.
Pero Madero sonreía y trataba de hacerse escuchar. Los priistas no lo dejaban, sus gritos apagaban la voz de Madero. Entonces, el presidente del Senado continuó con el orden del día. Monreal dijo que no hablaría si no había orden. Madero pidió a José Luis Lobato, de Convergencia, ir a tribuna, pero declinó; mencionó a Tomás Torres y no quiso subir, pero le solicitó decretar un receso.
Madero pidió a González Alcocer, como presidente de la Comisión de Justicia, explicara por qué no habría dictamen, pero los gritos priistas no lo dejaron. Se decretó el receso, los ánimos se apaciguaron y más tarde se aprobó la ley.

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