L'Osservatore Romano reivindica su “libertad de expresión”
La Cámara de los Diputados de Bélgica aprobó este jueves una resolución que pide al Gobierno condenar las “inaceptables” declaraciones realizadas por el Papa Benedicto XVI en su vuelo a África respecto a la ineficacia del preservativo en la lucha contra el Sida, y de “protestar oficialmente ante la Santa Sede”.
En una nota difundida este viernes por la Conferencia de los Obispos de Bélgica, los prelados afirman que “respetan el carácter democrático de esta decisión pero lamentando su contenido”.
La resolución, afirman, “no tiene en cuenta lo que Benedicto ha querido expresar realmente”, es decir, que “sin una educación a la responsabilidad sexual, los demás medios de prevención serán deficitarios”.
“Auguramos -añaden- que con la cercanía de la Pascua, la polémica pueda amortiguarse. Lo que nuestro país y África necesitan es una reflexión serena sobre todos los medios que poner en práctica para frenar la epidemia del Sida”.
En un artículo, el diario de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, recuerda que “el obvio y debido respeto por una institución de representación democrática no debe hacer olvidar el también debido hacia la libertad de expresión de una autoridad religiosa a la que hacen referencia más de mil millones de mujeres y hombres de todo el mundo, sobre todo cuando sus afirmaciones no resultan comprendidas en su intención”.
Por su parte, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, en una entrevista concedida a Radio Vaticano, ha expresado su “estupor” por la resolución “ya que en todo país democrático parece obvia la libertad del Santo Padre y de la Iglesia católica de expresar sus propias posturas y líneas sobre argumentos que tienen evidente conexión con la visión de la persona humana y de su responsabilidad moral, con las perspectivas de la tarea educativa y formativa de las personas, con el servicio de cuidar a los enfermos y a los que sufren”.
“La gran tradición y experiencia de la Iglesia en el campo formativo y en el sanitario, en particular en los países más pobres, es tan evidente que no necesita demostración o comentarios”, añadió el jesuita.
“Hay que preguntarse .concluyó- si las posturas del Santo Padre han sido consideradas con suficiente atención y seriedad, o en cambio con el filtro no objetivo ni equilibrado de los ecos en los medios occidentales”.
En una nota difundida este viernes por la Conferencia de los Obispos de Bélgica, los prelados afirman que “respetan el carácter democrático de esta decisión pero lamentando su contenido”.
La resolución, afirman, “no tiene en cuenta lo que Benedicto ha querido expresar realmente”, es decir, que “sin una educación a la responsabilidad sexual, los demás medios de prevención serán deficitarios”.
“Auguramos -añaden- que con la cercanía de la Pascua, la polémica pueda amortiguarse. Lo que nuestro país y África necesitan es una reflexión serena sobre todos los medios que poner en práctica para frenar la epidemia del Sida”.
En un artículo, el diario de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, recuerda que “el obvio y debido respeto por una institución de representación democrática no debe hacer olvidar el también debido hacia la libertad de expresión de una autoridad religiosa a la que hacen referencia más de mil millones de mujeres y hombres de todo el mundo, sobre todo cuando sus afirmaciones no resultan comprendidas en su intención”.
Por su parte, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, en una entrevista concedida a Radio Vaticano, ha expresado su “estupor” por la resolución “ya que en todo país democrático parece obvia la libertad del Santo Padre y de la Iglesia católica de expresar sus propias posturas y líneas sobre argumentos que tienen evidente conexión con la visión de la persona humana y de su responsabilidad moral, con las perspectivas de la tarea educativa y formativa de las personas, con el servicio de cuidar a los enfermos y a los que sufren”.
“La gran tradición y experiencia de la Iglesia en el campo formativo y en el sanitario, en particular en los países más pobres, es tan evidente que no necesita demostración o comentarios”, añadió el jesuita.
“Hay que preguntarse .concluyó- si las posturas del Santo Padre han sido consideradas con suficiente atención y seriedad, o en cambio con el filtro no objetivo ni equilibrado de los ecos en los medios occidentales”.
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