27 nov 2011

El gobierno de Mario López Valdez ya no pudo solo.

El gobierno de Mario López Valdez ya no pudo solo.
Se veía venir...
Martín Durán / Ríodoce
Revista Proceso # 1830, 27 de noviembre de 2011
CULIACÁN, SIN.- Empezaba el gobierno de Malova a presumir la detención de otro miembro clave en la estructura de Los Mazatlecos, clan de los Beltrán Leyva en alianza con Los Zetas vinculados con la compra de protección policial que llevó a la procuraduría estatal a arraigar a 32 agentes municipales de Ahome, cuando los ríos de sangre se dejaron venir a Culiacán, Mocorito y Guamúchil, en un franco reto de parte de las organizaciones criminales contra el estado y sus rivales históricos: el cártel de Sinaloa.
La jornada del miércoles 23 fue funesta en la zona centro del estado: en total fueron contabilizados 25 muertos, 16 de los cuales fueron calcinados en dos camionetas abandonadas en calles poco transitadas y alejadas de cámaras de vigilancia policial.
La primera unidad incendiada fue en la calle Culiacancito de la colonia Antonio Rosales, a una cuadra del Hospital General, y la segunda, sobre el bulevar Isidro Salas Barrón, en el Desarrollo Urbano Tres Ríos, a espaldas de Wal-Mart.

De acuerdo con fuentes militares, los cuerpos encontrados en la camioneta Nissan tipo estaquitas, localizada en el sector Rosales, tenían huellas de tortura y a algunos de los hombres asesinados les aplicaron el método del torniquete.
Cuando esto sucede, detalla la fuente, es que los ejecutores buscan información de parte de las víctimas; información que podría desencadenar más ejecuciones al descubrirse delaciones, complicidades y traiciones al interior de las organizaciones criminales.
La Procuraduría General de Justicia del estado informó el viernes 25 que 12 de los cuerpos calcinados fueron identificados y entregados a sus deudos, originarios de Angostura, faltando por reconocer cuatro cuerpos más. La PGJE confirmó que tres víctimas eran de Sonora: una de Nogales y padre e hijo de Caborca. Otro de los identificados era de Juan José Ríos, de Guasave.
De las otras víctimas acribilladas en el poblado de Calomato, en Mocorito, también se informó que se trataba de cuatro vecinos de Navolato.
Por último, los dos hombres y la mujer cuyos cuerpos fueron arrojados en las inmediaciones del poblado La Escalera, en Angostura, fueron identificados como un matrimonio y un hermano de la fémina, oriundos de Sinaloa de Leyva. Habían sido levantados en dos hechos, el primero ocurrido el viernes 18 en la noche, en una carreta de hot dogs, y la pareja, el martes 22 cerca de su domicilio.
“Es la lucha por la plaza”, declaró Mario López Valdez horas después del hallazgo esa mañana en la capital. “Es lo que está pasando, un enfrentamiento entre grupos con mensajes que se mandan de que nadie es suficientemente fuerte o blindado para no sufrir penetraciones, y esos son los desplazamientos que luchan por las plazas”.
“Todo mundo lo sabe”, dijo Malova. Se refería a que la capital sinaloense y sus alrededores son el principal baluarte del cártel de Sinaloa comandado por Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada. La plaza anteriormente “blindada” por los equipos de seguridad de sicarios fue vulnerada, prácticamente “incendiada” por los grupos contrarios.
La plaza es de quien la trabaja
Desde marzo pasado, el grupo criminal que encabeza Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, junto con sus socios, el clan de Los Mazatlecos y las células de Los Zetas del puerto de Mazatlán, comenzaron el reto frontal contra el gobierno de Malova y sus cuerpos de seguridad.
La reacción de este grupo vinculado con los hermanos Beltrán Leyva fue desde distintos flancos: 1) emboscadas sangrientas contra policías de los grupos especiales de la Policía Ministerial y Estatal Preventiva, que arrojaron más de una veintena de agentes muertos entre marzo y julio de 2011 en los municipios de Guasave, Ahome y Mazatlán. 2) El inicio de una campaña mediática a través de narcomantas a lo largo y ancho del estado, acusando al gobierno del estado de proteger a El Chapo y a su gente, así como de supuestas reuniones del gobernador con el capo. 3) El asedio cuasi terrorista al palacio de gobierno cuando apareció una cabeza y manos cercenadas de un narcodistribuidor de la contra en El Fuerte, además del “bombazo” a una plaza comercial frente a dicho recinto gubernamental.
En medio de este asedio a las fuerzas gubernamentales, el grupo criminal también usó internet al subir a un blog el video del interrogatorio forzado a un policía ministerial secuestrado, en un set armado en cuyo fondo se observaba una manta de la campaña política de Malova.
Todo esto ocurrió tras la detención del primer jefe de Los Mazatlecos, Geovany Lizárraga Ontiveros, quien en declaraciones ministeriales a las que tuvo acceso Ríodoce en julio pasado (edición 440), dejó asentado que “la guerra y tiroteos que se libra en la entidad es entre Héctor Beltrán Leyva, El H, y el cártel de Sinaloa, encabezado por El Chapo y El Mayo, quienes mantienen el asedio a las plazas del norte de la entidad, parcialmente el centro y el sur del estado”.
Según los informes de la Policía Ministerial, después de que La Limpia Mazatleca abriera plaza en el norte de Sinaloa a finales de 2009 y parte de 2010, esporádicamente los comandos del cártel de Sinaloa intentaron penetrar en esa zona. En El Burrión, Guasave, se dio un fuerte tiroteo con el convoy de las “equis”, que aparentemente fijó una frontera entre los cárteles locales.
Pero este 2011, a partir de abril pasado, el grupo de El Chapo Isidro ha tenido al menos cuatro enfrentamientos con el que comanda el jefe de sicarios de El Chapo Guzmán que opera en Guamúchil y la región del Évora, el exreo Orso Iván Gastélum, El Cholo.
Los informes de la Policía Ministerial señalan que estos choques han ocurrido cuando los de Guasave entran a Guamúchil. En algunos de estos ingresos rafaguearon la comandancia de la Policía Municipal, contigua al edificio de palacio donde despacha el alcalde Gonzalo Camacho, y sobre las calles dejaron regados varios cuerpos.
Los últimos dos enfrentamientos registrados ocurrieron el 27 de octubre y el domingo 6 de noviembre sobre las carreteras estatales de la región. En el primero tres civiles que venían con la familia de Tijuana a Culiacán murieron en el fuego cruzado.
De acuerdo con datos de las corporaciones, dos grupos rivales comenzaron la balacera en las últimas colonias de Guamúchil, rumbo a la salida a Guasave, envolviéndose en una persecución que terminó en el poblado de Tamazula Segundo, donde también fallecieron tres sicarios.
En el segundo hecho aparentemente no hubo bajas en el enfrentamiento que concluyó en El Burrión, pero a las horas fue arrojado un hombre con un balazo en la cabeza a la puerta del Seguro Social de Guasave. Resultó ser El Güero McGyver, lugarteniente de El Chapo Isidro.
Esa misma madrugada, la familia Caro Haro originaria de Caborca, Sonora, padre, madre y dos hijos, desapareció en el fuego cruzado, luego de pasar por la caseta de peaje de Cuatro Caminos, en Guasave (Ríodoce 460).
Dos semanas después aparecieron los cuerpos de los cuatro miembros de la familia, en avanzado estado de putrefacción, en los límites de Sonora y Sinaloa. El vehículo en el que viajaban no fue localizado.
Penetran el cerco
Fue Malova quien apuntaló las primeras hipótesis del hallazgo de los 16 calcinados en la capital: “Son mensajes de que nadie es suficientemente fuerte o blindado para no sufrir penetraciones”.
Aunque la procuraduría no destacó ningún móvil de la masacre “todo mundo” advirtió que se trataba de una afrenta a las autoridades, primero al privar de la libertad a nueve personas, incluidos el comandante de Palmitas, Angostura, y dos agentes que en ese momento estaban en servicio, y luego en depositarlos en sendos vehículos que con toda calma fueron incinerados.
Ya la ciudad se había convertido en un polvorín, desde que el 31 de octubre ejecutaron a Francisco El Pancho Arce, del grupo de sicarios Los Ántrax, en el deportivo de la colonia Emiliano Zapata. A ese crimen le siguió la matanza de ocho personas en las canchas de la colonia Pemex, el viernes 4.
La información de estos hechos fue difusa. El clima violento se crispó en la capital una semana después, la noche del viernes 11, cuando reportes de balaceras cimbraron la ciudad y las redes sociales se convirtieron en la mejor defensa de la población civil, al advertir de las zonas de tiroteo.
En la colonia Felipe Ángeles, un comando cercó y ejecutó a cinco hombres y minutos después por el bulevar Emiliano Zapata comenzó una persecución entre grupos rivales que concluyó cerca del Aeropuerto Internacional, a la altura del fraccionamiento Santa Rocío, sobre la carretera Culiacán-Navolato. Los saldos fueron de tres vehículos destrozados a balazos, una persona herida y granadas, armas y municiones aseguradas.
Versiones extraoficiales no confirmadas por la procuraduría indican que un comando de los Carrillo Fuentes ingresó a la ciudad y protagonizó tales hechos en su retirada al municipio de Navolato.
Las alertas del gobierno sobre este grupo se habían encendido desde que a finales de septiembre mataron en La Palma, Navolato, a Francisco Vicente Castillo Carrillo, sobrino del jefe del cártel de Juárez, Vicente Carrillo Fuentes.
En Mazatlán la alerta roja dentro de los grupos especiales cundió desde que a mediados de octubre descubrieron que tres de los cinco muertos en la balacera de Lomas del Mar eran oriundos de Zacatecas y pertenecían al cártel de Los Zetas, afincados en ese estado del centro de la República.
Uno de los occisos, identificado como Pedro Alvarado Sandoval, era uno de los 53 reos fugados del penal de Cieneguillas en la primavera de 2009 y reclutados por este grupo criminal tras el escape espectacular del Cereso. Dentro de su historial, según la fiscalía zacatecana, había delitos de secuestro, asociación delictuosa, robo y lesiones.
También hubo tres detenidos en los hechos en el puerto. Uno de ellos, Juan Carlos Álvarez Alvarado, El Negro, era de nacionalidad hondureña. En los interrogatorios a los detenidos salió a relucir que Los Zetas están reclutando a centroamericanos para formar células y enviarlas a Mazatlán vía Zacatecas.

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