20 nov 2011

Narcopolítica en Michoacán

Narcopolítica, de fiesta en Michoacán/Ricardo Alemán
Columna Itinerario Político,
Excélsior, 20 de noviembre de 2011
El estado de Michoacán ha sido escenario de muchos inéditos, entre ellos la narcopolítica que produjo al narcodiputado, Julio César Godoy. También es muy michoacana la declinación de más de 50 candidaturas a puestos de elección popular —de todos los partidos—, los que aventaron la toalla y se retiraron de la contienda electoral —de las elecciones del domingo 13— debido a amenazas de muerte.
Pero si no fue suficiente lo anterior, también se debe tomar en cuenta el grosero inédito de que medios y comentócratas se hicieron de la vista gorda sobre la escandalosa proliferación de la narcopolítica, al grado que hoy se podría decir que en Michoacán, la narcopolítica está de fiesta. ¿Por qué?
Porque las mafias criminales actuaron a su antojo en las pasadas elecciones; hicieron todo lo que les vino en gana y nadie, ninguna autoridad, fue capaz de impedir que participaran de manera clara en la elección de alcaldes, diputados locales y gobierno estatal. Es decir, que el numerito de las narcoelecciones les salió redondo.
Más aún, no pocos columnistas, comentaristas, especialistas de la cosa político electoral, prefirieron ver como asunto menor la presencia del crimen organizado y el narcotráfico en la jornada electoral michoacana, y hasta acusaron al PAN y al PRD de manipular —como pretexto de sus respectivas derrotas— el argumento de que las bandas criminales participaron a placer en la jornada comicial.
Es decir, ahora resulta que hasta entre la comentocracia prefieren hacerse de la vista gorda sobre la grosera intromisión de las bandas del crimen en una elección como la de Michoacán, en tanto que el gobierno federal manda un mensaje que no debía ignorar ningún partido político.
No al narcovoto.
Durante su primera conferencia de prensa, el nuevo secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, llamó a “cerrar el paso” al narcovoto. ¿A qué se refería el nuevo titular de la gobernación interna del país? Por supuesto que no hablaba de un rumor, de una puntada o una mera ocurrencia. No, en realidad el titular de Gobernación hablaba de información dura que tiene en sus manos el gobierno federal, respecto a lo ocurrido en Michoacán. ¿Y qué pasó en esa entidad?
Lo que aquí denunciamos desde hace semanas: que las bandas del crimen organizado y el narcotráfico participaron activamente antes, durante y después de la jornada electoral michoacana. ¿Y cómo participaron? De todas las formas posibles: mediante la amenaza de candidatos indeseables para su causa criminal a través de financiamiento de otros a los que sometieron; mediante la cooptación de los de más allá y el sometimiento de los de acullá. Sólo un ejemplo demoledor. A partir de información periodística —de las denuncias en mítines y conferencias de prensa— se sabe que por lo menos 50 aspirantes a puestos de elección popular se retiraron de una candidatura a puesto de elección popular.
Pues bien, ¿alguien sabe quiénes ocuparon el cargo de los que tiraron la toalla; alguien sabe quién financió esas campañas, si ganó el nuevo candidato, y a qué partido pertenece? ¿Alguien sabe por qué las mafias amenazaron a unos y a otros no sólo los apoyaron, sino que les regalaron votos de la base social criminal?
En efecto, la señora Luisa María Calderón y el señor Silvano Aureoles no denunciaron a tiempo y abiertamente con la fuerza que debieron hacerlo, la participación del narcotráfico y el crimen organizado en la elección de Michoacán, pero el hecho de no haber gritado esa realidad no hace que esa realidad no exista.
Más aún, cualquiera de los comentócratas de gabinete que prefirieron el bajo perfil al tema de la participación del narcotráfico y el crimen en la elección de Michoacán —y que quiera reportear un poco el tema— va a encontrar que en Michoacán nadie habla del narcotráfico, nadie dice nada de las bandas y los cárteles. Nadie en Michoacán dice esta boca es mía en cuanto a las actividades criminales se refiere. ¿Y por qué ese silencio, esa suerte de amnesia colectiva?
Porque en Michoacán —y en muchas otras partes del país—, hablar del tema es lo más cercano a firmar una sentencia de muerte. Y si tienen dudas, un par de ejemplos. ¿Alguien ha visto que el gobernador Leonel Godoy mencione por sus nombres a los cárteles criminales que operan en Michoacán? Nunca los ha mencionado. Más aún, ¿por qué creen que la presidenta del Instituto Electoral de Michoacán no dijo nada, ni siquiera una mención, sobre la influencia del crimen en las elecciones michoacanas? ¿Por qué ningún diario michoacano, noticiero, informativo dijo nada?
Ganar y perder.
Por eso, hoy se puede decir que más que el PRI —que sin duda es el partido que metió más votos a su favor en las urnas—, el verdadero ganador de la elección michoacana es el crimen organizado y el narcotráfico; el mismo partido que estimuló el crecimiento de esas bandas y esos cárteles hasta niveles de terror.
Y es que resulta infantil señalar que Michoacán se pudrió, porque hace una década llegaron los gobiernos del PRD. No, lo cierto es que la crisis de violencia, inseguridad y florecimiento del narcotráfico y el crimen, en Michoacán, viene de por lo menos cuatro décadas, tiempo en el que los gobiernos del PRI toleraron y fomentaron ese cáncer que hoy, en efecto, prefirió votar por el PRI.
En las boletas ganó el PRI; en el palacio de gobierno estará sentado un político del PRI, pero la gobernabilidad de Michoacán estará en manos de las bandas criminales que ayudaron al PRI a llegar al poder. Y a ese voto es al que se refiere Alejandro Poiré, el nuevo secretario de Gobernación.
Por eso tampoco se puede decir que en Michoacán sólo perdieron el PAN su candidata, Luisa María Calderón, y el huésped de Los Pinos, Felipe Calderón. En efecto, todos ellos perdieron en Michoacán, pero también perdió la democracia electoral mexicana, que hoy muestra evidencias contundentes de que fue penetrada por el crimen organizado y el narcotráfico. Por eso el llamado, el grito desesperado del secretario de Gobernación, quien llama a cerrarle el paso a los criminales hoy metidos a la política electoral.
Sin embargo, el llamado del titular de Gobernación no parece más que un llamado a misa que nadie escucha. Y es que, si de hablar con la verdad se trata, ningún partido o candidato dejará escapar el poder si las bandas del crimen le brindan su apoyo. Y eso lo saben bien el PAN, el PRI y el PRD. Al tiempo.
EN EL CAMINO.
Por cierto, en Michoacán también perdió ese mito electoral llamado Elba Esther Gordillo. Pero eso sí, vendió caro su amor.

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