7 feb 2012

El general Petraus en México

El general Petraus en México/FA
 Publicado en Código Topo de Excélsior, 6 de febrero de 2012, págs.  18-23.
El miércoles 18 de enero estuvo en nuestro país el general David H. Petraus, director de la Agencia Central de Investigación  de los Estados Unidos de América: ¡La temible CIA!  Fue recibido por el Presidente Felipe Calderón en la Residencia Oficial de Los Pinos; más tarde se reunió con el pleno del gabinete de Seguridad Nacional encabezado por el Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré. Horas después hubo un  comunicado oficial –boletín No 22- que señalaba que en la reunión, “se abordaron temas de coordinación y colaboración en materia de seguridad entre ambos países…”. Punto.
Ser director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos (EEUU) es un trabajo ingrato y peligroso. Es, como bien lo dice el profesor Walter Laqueur, el menos envidiable del mundo moderno. Es celebre la frase de John F. Kennedy cuando visitó el cuartel de la agencia en Langley, Virginia: “Nadie sabrá nunca de vuestros éxitos, pero vuestros fallos se proclamarán desde los tejados”.
Los agentes de inteligencia norteamericanos están en todo el mundo. Hay más de 100 mil efectivos desplegados, provenientes de todas las 16 agencias de inteligencia norteamericanas, como una vez lo dijera John D. Negroponte, “¿Cuántos habrá en México?” No sabemos exactamente debido a que esa es información reservada, pero ciertamente son  varios; muchos de los cuales ostentan cargos diplomáticos. Se sabe que su  presencia ha sido “condicionada” por el gobierno mexicano en tres puntos, a saber:
I) La cooperación bilateral debe realizarse con estricto respeto a la soberanía territorial y jurisdicción del Estado mexicano;
II) Sus actividades se limitarán a servir de enlace para el intercambio de información con las autoridades mexicanas, derivada de los diferentes aspectos de cooperación internacional; y
III) La estancia es temporal y las actividades de los agentes se estipulan en los programas específicos de cooperación bilateral, y les esta vedado realizar tareas reservadas a las autoridades mexicanas.
Pues bien: ¿Qué significa esta visita a México? ¿A qué vino el general Petraus?
Esa fue la pregunta que le hizo la reportera Fabiola Martínez de La Jornada al Dr. Alejandro Poiré en el marco de una conferencia de prensa, el pasado jueves 19 de enero:
“-Señor (…) si nos puede comentar las líneas que trataron con el director de la CIA?”
La respuesta del  secretario de Gobernación fue en un inicio escueta, dijo que un día antes se había informado mediante un el boletín de la dependencia.
Pero, otro reportero insistió y solicitó  pregunto Secretario “Por favor sí puede aterrizar líneas muy concretas de qué se trató en esta reunión.. No es una reunión menor; vimos en un boletín ocho horas después los personajes que habían llegado hasta esta Secretaría. Insistirle por lo menos que nos pudiera dar dos o tres líneas muy, muy concretas de qué se trato en esa reunión, más allá de estrechar la colaboración….”
La respuesta ante la insistencia fue un poco más amplia:
“Evidentemente que las atribuciones de los distintos integrantes del Gabinete de Seguridad incluyen el intercambio de información. Así lo sancionan los tratados bilaterales entre México y EU y la capacidad que tenemos cada quien en el ámbito de sus atribuciones y con pleno respeto a la soberanía de intercambiar información. Y si nos reunimos con la CIA es justamente para estrechar lazos en materia, entre otras cosas, de intercambio de información”, subrayó el funcionario.
Pero la pregunta siguió: “¿Por qué viene (el director de la CIA) en este momento específico?” (En mero proceso electoral).
La respuesta del Secretario Poiré fue que, “el gobierno mexicano tiene la obligación de utilizar todos los mecanismos a su alcance para cumplir con su mandato, que es hacer cumplir la ley, garantizar seguridad, garantizar la protección de los bienes, de la integridad de los ciudadanos mexicanos.”
Los reporteros insistieron una, y otra, y otra vez. Y a la sexta de aquellas interrogantes, el DR. Alejandro Poiré dio una respuesta mucho más amplia. Dijo textual: 
“Si me lo permiten, a ver, vamos a intentarlo una vez más. El Gobierno Federal tiene una atribución muy clara y una obligación desde el punto de vista de la seguridad. La colaboración con la CIA y con las distintas agencias gubernamentales de Estados Unidos viene desde el inicio de la administración y seguirá así hasta el final de la administración.
¿Por qué?
Porque tenemos esa obligación y porque tenemos una tarea en materia de seguridad. Por supuesto que no estamos viendo temas específicos electorales, lo que estamos haciendo es tareas de seguridad y de colaboración en materia de información. Y eso lo vamos a seguir haciendo; que no se preste a especulaciones. Pero ya lo señalé con toda claridad.
Segundo. Es muy importante en esta colaboración que recordemos que todo esto está sujeto a reglas y a tratados y a obligaciones que tenemos. La obligación de tener y utilizar toda la información a nuestro alcance para hacer nuestro trabajo, y lo seguiremos haciendo.
Y tenemos que ser enfáticos en subrayar eso, en parte porque –como se ha señalado con toda claridad- el dilema que enfrentamos en materia de seguridad es un dilema regional.
Haríamos muy mal y yo creo que se nos reclamaría si no hiciéramos este esfuerzo de compartir información y obtener información que nos es útil para nosotros hacer nuestro trabajo.
Respecto a los focos rojos que me preguntó, subrayo: hay información pública y ustedes podrán hacer sus valoraciones. Para nosotros, el trabajo que tenemos que hacer es identificar instancias, fenómenos, sucesos y casos sobre los cuales tenemos que actuar en materia de seguridad. Y lo digo con todo respeto y yo sé que ustedes me van a entender; esa información tiene que guardar la debida reserva para que sea útil en materia de seguridad, y así lo vamos a mantener.”
Así concluyó el responsable de la seguridad interior. Hasta ahí su posicionamiento en la conferencia de prensa.
Es claro y es evidente que hay focos rojos en México. Poiré está impedido por la ley a dar más información, pero debemos y tenemos la obligación de interpretar lo que él ha dicho. Debe quedar muy claro que la presencia de las distintas agencias de inteligencia en nuestro país debe ser lo más clara posible y no darse ni en la obscuridad ni en las sombras; más bien, ésta debe ser conforme a lo que marca la Constitución, las leyes  y los tratados internacionales, como lo ha dicho en más de una ocasión la actual administración. Como lo comentamos antes, esta es una condicionante.
Pero también es cierto que el periodismo de investigación ha hecho su trabajo, Recordemos que nos hemos enterado de la presencia de agentes de las diferentes agencias de inteligencia de Washington gracias a los medios; entre ellos el The New York Times. Un reportaje  publicado el domingo 7 de agosto de 2011 señala de que al menos un grupo de 24 elementos de la CIA, del Pentágono y de la DEA trabajan dentro de una base militar en el Norte de México – en Nuevo León- ayudando al Gobierno mexicano en la recolección de inteligencia y en el diseño de operaciones del tipo “anti-narco”.
¡La noticia  cayó como bomba entre analistas y legisladores de todas las fracciones parlamentarias representadas en el Congreso!, lo que llevo incluso a aprobar de inmediato un Punto de Acuerdo para llevar el tema a discutirse en una reunión del gabinete con los seis legisladores de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional. Dicho encuentro se celebró el pasado 17 de agosto a puerta cerrada; la ley obligaba a ello. Es evidente que la información que se trata en esas reuniones debe manejarse con absoluta secrecía, incluso para los legisladores.
Le preguntaron los reporteros al Senador René Arce –entonces en el PRD y presidente de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional-: “¿Ustedes están convencidos de que se está llevando a cabo toda esta operación en México en función o en base a, digamos, a la Constitución? ¿Es realmente constitucional estos convenios firmados por el gobierno mexicano?..”
En ese momento, el senador dijo en su respuesta que no había ningún convenio o Memorándum de entendimiento con Washington. Dijo que los comparecientes (integrantes del Gabinete de Seguridad Nacional) negaron categóricamente que existiera una carta de intención o Tratado en ese sentido, como así lo mencionó el periódico norteamericano. "Dicen ellos: es falsa esta información, no existe. Lo que existe es exclusivamente el acuerdo de Iniciativa Mérida y todo lo demás está en relación a convenios que han sido firmados y ratificados en el Senado desde hace ya una década más o menos. (Como la Convención de Palermo, por ejemplo).”
Agregó el senador Arce que ellos, los legisladores, no tienen en sus manos ese convenio o ese tratado (el Memorándum de entendimiento del que habla El Times), “o algo para poder decirles: no, aquí está mire, aquí lo tenemos nosotros. Nosotros partimos de la información que hemos recibido, también a través de los medios de comunicación”.
Un día después -el jueves 18 de agosto- en una conferencia de prensa en Los Pinos, Poiré –entonces Secretario Técnico del Gabinete de Seguridad nacional- subrayó lo mismo que les dijo a los reporteros  cinco meses después (en la conferencia de este jueves 18 de enero) que, “la colaboración de EU no sólo permite intercambiar información de inteligencia para detener a los líderes de la delincuencia organizada, sino que también permite fortalecer las instituciones mexicanas de seguridad y justicia en el marco de la Iniciativa Mérida.”
Agregó entonces que, “La cooperación internacional ha favorecido (...) en varias ocasiones, con pleno respeto a nuestra soberanía, el intercambio de información, la complementariedad técnica y el fortalecimiento de nuestras capacidades frente a quienes ponen en riesgo la tranquilidad de la población.”
Ese es el posicionamiento y no ha cambiado la línea hasta ahora.
¿Cambio de Estrategia: es el fin de la Iniciativa Mérida?
Sin duda, la reunión con el director de la CIA es de las de mayor relevancia en los últimos tiempos, y más porque en este 2012 habrá cambio de gobierno y el crimen organizado amenaza con participar activamente. La experiencia de las elecciones de Michoacán, por ejemplo, prendieron los focos rojos de la administración calderonista de nueva cuenta.
Ahora bien, Petraus no es cualquier persona, y no solo por ser el director de la CIA hoy, sino porque es uno de los 33 líderes más influyentes del mundo según la revista Time. Para muchos, él es el segundo norteamericano de ideología conservadora con mayor influencia a nivel internacional. No olvidemos que, como general del Ejército de los Estados Unidos, ocupó el cargo de jefe del Comando de las Fuerzas de Seguridad norteamericanas en Afganistán.  Su figura destaca, entre otras cosas, por el diseño de estrategias de combate a grupos insurgentes y terroristas.
Por lo tanto, es evidente el interés del general por México. ¿Algo sabe?
Asumió el “ingrato” cargo avalado por el Presidente Obama apenas el martes 6 de septiembre de 2011, y pocos días después estuvo como “invitado especial”, junto con John D. Negroponte, en la embajada de México en Washington durante los festejos de independencia, a pesar de que un vocero de la misma embajada haya dicho a la revista Proceso que no hubo invitados especiales a dicha reunión. Sinceramente, ese punto es lo de menos. Lo que si es un hecho es que ningún director de la CIA había asistido a un acto de esta naturaleza.
Frente a la narco insurgencia
¿Trae acaso Petraus en su agenda la propuesta republicana del cambio de iniciativa Mérida por la propuesta contrainsurgente? Me refiero a la denominada ley HR3401.
Dicha legislación, en caso de aprobarse, obligaría a las  16 agencias de inteligencia norteamericanas a delinear e implementar una estrategia de contrainsurgencia para combatir al crimen organizado, concretamente a grupos delictivos como Los Zetas.
Recordemos que a mediados de diciembre de 2011, el Subcomité de Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de EUA, aprobó por unanimidad un proyecto de ley para definir como “narco-insurgencia-terrorista”, a la amenaza real y latente que representan los narcotraficantes para Estado mexicano. Se trata de la denominada ley HR 3401: “La denominación de insurgencia terrorista puede ser muy dura, pero los hechos que están ocurriendo en México lo sustentan”, declaró Connie Mack, legislador por el estado de Florida, presidente del Subcomité y promotor del proyecto de ley.
En la audiencia para llevar a cabo la votación, Mack subrayó que el tipo de asesinatos que están cometiendo grupos criminales como Los Zetas encajan perfectamente en la clasificación de acciones de insurgencia terrorista.
Por su parte, el legislador demócrata Eliot Engel, estuvo en desacuerdo con la nueva designación que determina el proyecto de ley a la amenaza del narcotráfico en México. “Es verdad que los ciudadanos mexicanos están siendo aterrorizados… pero los grupos del narcotráfico de ese país no pretenden derrocar al gobierno para remplazarlo. No tienen objetivos políticos como los grupos insurgentes y terroristas”, puntualizó Eliot; dejando muy claro que no se puede mezclar una cosa con la otra; un término con el otro. En efecto, el terrorismo  es un asunto muy serio. De entrada tiene interés político; el crimen organizado no.
Pero ese argumento NO fue suficiente para detener la aprobación del proyecto de ley, ya que en este momento se encuentra en la cancha del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara baja, y piden al gobierno de Obama coordinarse con México para establecer las nuevas tácticas, que básicamente acabarían con la implementación de la ya negociada Iniciativa Mérida, por lo que ya es casi un hecho que en los próximos días la HR 3401 sea aprobada por dicho Comité. Sin embargo, su eventual aprobación en el Comité llevaría la legislación al pleno de la Cámara de Representantes, donde se pronostica que podría ser rechazada por la mayoría de los 435 legisladores que la componen.
D nuevo la pregunta: ¿Es esa la propuesta que trae Petraus?
En lo personal no lo veo así, pero al parecer algunos legisladores mexicanos piensan afirmativamente en este sentido. De hecho, el día que Petraus estuvo en México nuestro Congreso lo recibió con la aprobación del siguiente Punto de Acuerdo, a saber:
“Primero. La Comisión Permanente del honorable Congreso de la Unión expresa su más enérgico rechazo a la iniciativa HR3401, (…) por sus contenidos extraterritoriales, intervencionistas y lesivos de la soberanía nacional, así como de los principios de responsabilidad compartida, respeto a la ley y confianza mutua en los que se basa nuestra cooperación bilateral.
Segundo. La Comisión Permanente (…) exhorta a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la Embajada de México en EEUU a redoblar los esfuerzos encaminados a informar a los congresistas estadounidenses sobre el daño que iniciativas como ésta infringen a nuestra relación bilateral…”
Para conocimiento del lector, esta propuesta es idea de una legisladora de Acción Nacional –Adriana González Carrillo-, y fue avalada por todos los partidos políticos, fundamentalmente por Carlos Jiménez Macías del PRI.
La senadora Gonzáles dijo en tribuna que si bien la cooperación bilateral es positiva,  se rechazan propuestas que, “busquen acciones unilaterales que busquen nuevamente dejar de lado a las autoridades como ya hemos tenido conocimiento con los operativos de “Rápido y Furioso”,  “Receptor Abierto”  y “Arma Blanca”, recientemente dada a conocer por el periódico Los Ángeles Times.” La senadora hizo énfasis también en la reciente visita de legisladores de EUA a Los Pinos y reclamó, asimismo, una reunión con ellos en breve. En términos coloquiales, esto significa que los legisladores se sienten marginados de este tipo de decisiones entre los gobiernos.
De hecho, ese fue el posicionamiento del Senador priista Carlos Jiménez Macías, quien dijo: “de los que estamos preocupados  es cómo el Congreso norteamericano –los republicanos- “están impulsando una legislación realmente y uso la expresión, sin exagerar, atroz, que no está mirando la corresponsabilidad que en materia de relación entre estos dos países, México y EU, está relación binacional debiera existir en un tema tan delicado”.
El senador potosino también reclamó por qué el Congreso norteamericano toma ese tipo de iniciativas sin comentarlo en las reuniones previas interparlamentarias –si bien ha habido decenas de ellas-, lo cual significa que es evidente que éstas no han funcionado como así se esperaba.
La visita de Congresistas a Los Pinos
Y vemos porque, hace unos días –antes de la visita de Petraus- estuvo en México el Presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner (R), encabezando a un grupo de compañeros legisladores. Boehner fue recibido en Los Pinos por el Presidente Calderón. De acuerdo a un comunicado, se comentó la necesidad de continuar profundizando la cooperación bilateral sobre la base de la responsabilidad compartida, aunado a que también abordaron temas como la aplicación de medidas más estrictas para detener el tráfico ilegal de armas y dinero en efectivo hacia nuestro país. En el encuentro, los congresistas de Estados Unidos asimismo reconocieron el compromiso del gobierno mexicano en el combate a la delincuencia organizada.
Los legisladores no se reunieron con sus contrapartes por algún motivo. Quizá haya sido una falla de la oficina del embajador de EU en México, Earl Anthony Wayne,  o de plano los legisladores no le dieron importancia a sus pares mexicanos.
Se percibe que los legisladores se sienten sumamente marginados en estos temas tan delicados. Pero bueno, ellos tienen la pelota en su cancha, llevan mucho tiempo y no han aprobado la Ley de Seguridad Nacional.
Y no es casual que en días anteriores, la Comisión Permanente aprobó –una semana antes de la visita del director de la CIA- un Punto de Acuerdo donde se subraya la necesidad de que el Congreso, a través de la Comisión de Seguridad Nacional, conozca “respecto a todo lo relacionado con la probable participación y subordinación que existe entre ex funcionarios y funcionarios del Gobierno Federal con las Agencias Estadounidenses de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF); del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE); y la Agencia Antidrogas (DEA).”
La propuesta de Punto de Acuerdo se fundamenta en una nota del reportero Gustavo Castillo del periódico La Jornada, publicada el pasado 18 de diciembre de 2011, que señala que más de 80 ex funcionarios mexicanos “trabajan para agencias estadounidenses” en áreas sensibles de inteligencia, y que entre ellos habría, según el reportero, mandos de la PGR y de las secretarías de Seguridad Pública Federal y de Gobernación.
 “Por ello, esta Comisión Dictaminadora considera que de confirmarse la probable colaboración de funcionarios y ex funcionarios mexicanos al servicio de las Agencias estadounidenses antes mencionadas, estaríamos frente a un asunto muy delicado, ya que se estaría actuando al margen de la ley y de los acuerdos bilaterales entre México y Estados Unidos en el combate al narcotráfico y a la delincuencia organizada.”.
¿Agentes de la CIA en México?
¡Si; de hecho siempre los ha habido! ¿Cuántos? No sabemos. El Times afirma que en Monterrey existen al menos elementos. ¿Dirigen ellos las operaciones de inteligencia? No debe ser así, ya que estarían infringiendo la ley y los tratados previamente acordados. Incluso, el tema ha sido abordado por el mismo Presidente Obama en una entrevista al respecto, según el portal del diario La Opinión de Los Ángeles: “Sólo estamos suministrando asistencia, ayuda, para que ellos puedan concretar los objetivos del Presidente Calderón. No tenemos ningún plan de expandir nuestro rol más allá de la asistencia técnica que se está dando ahora", precisó.
Según Barack Obama, desde el inicio de su mandato en el 2009, como presidente de los Estados Unidos siempre ha estado comprometido con dotar al Gobierno de México de todo el apoyo necesario en su batalla contra el crimen organizado, pero insistió que, hasta ahora, ésta ayuda ha estado restringida a rubros de asistencia técnica, siempre bajo el liderazgo de los pares mexicanos. "Siempre he sido claro desde que asumí mi cargo, respecto a que queríamos proveer de toda la asistencia técnica necesaria que pudiéramos a México, en su lucha contra los narcotraficantes", dijo.
De entrada hay que creerle al presidente Obama y darle puntual seguimiento a este tema; y sobretodo al acuerdo signado por  el gobierno y el IFE.  No es casual que Petraus haya llegado a México justo a días de la firma del convenio y donde el tema del narco y la política están presentes.
Esperemos que Petraus comparta información sensible y que de una vez por todas ayude a exorcizar el fantasma del narcoterrorismo que ronda.

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