28 jul 2013

Zacatecas: tensa calma entre zetas y golfos


Zacatecas: tensa calma entre zetas y golfos
Reportaje de VERÓNICA ESPINOSA
Revista Proceso  1917, 27 de julio de 2013
Nadie en Zacatecas cree que dure la relativa calma tras la captura del Z-40. Informes de inteligencia militar prevén que, tan pronto se confirme al nuevo jefe de Los Zetas para esta plaza (posiblemente Ismael Nava Cortez, El Ostión, al que la Policía Federal dio por muerto en 2009), desatará una ofensiva contra el Cártel del Golfo para sacarlo del estado. Lo alarmante es que se ha documentado una grave infiltración de las corporaciones policiacas locales, que alimenta los ajustes de cuentas.
ZACATECAS, ZAC.- De dos pisos, derruida su fachada y sin puertas, la casa del empresario Arturo Guardado Méndez, en el número 106 de la avenida Huicot, en Fresnillo, es vigilada para que nadie se acerque a curiosear.
 Procesado por su presunta participación en un plan para atentar contra el ­diputado federal y exgobernador Ricardo Monreal y de su hermano, el senador David Monreal, Guardado tenía al frente, como vecino, a Iván Velázquez Caballero, El Talibán, Z-50 o El 50, quien hasta su captura, en septiembre de 2012, fue uno de los cabecillas de Los Zetas.

Mucha gente en Fresnillo sabía que El 50 vivía ahí hasta que la Marina lo atrapó en San Luis Potosí a raíz de una de las traiciones que cuartearon a la organización criminal, de acuerdo con testimonios contenidos en expedientes sobre Los Zetas –particularmente relacionados con los hermanos Treviño Morales– que están en poder de la justicia estadunidense (Proceso 1916).
 Según dichos documentos, Velázquez Caballero fue entregado por Miguel Ángel Treviño luego de que supuestamente aquél se “acercara” al Cártel del Golfo para disputarle al Z-40 el control de San Luis Potosí.
 Desde Fresnillo, donde a decir de la Marina llegó a comandar a unas 400 personas, El 50 operó la plaza de Monterrey, aunque antes se había encargado de Nuevo Laredo por una orden de Heriberto Lazcano, de quien fue mandadero al entrar en la organización.
 Inconforme con el liderazgo del Z-40, El Talibán lo desafió. Esta división permitió que el Cártel del Golfo desatara una ofensiva por el control de Zacatecas, pero no ha podido arrebatárselo a Los Zetas. Recientemente estos últimos se dejaron ver en algunos de los pueblos más peleados. Se presentaron como el “Cártel del Noreste” y advirtieron: “ya regresamos”. La aparición tendría el propósito de “no calentar las plazas con el otro nombre” y reactivar su presencia en aquellos sitios donde, de acuerdo con informes internos del Ejército, el Cártel del Golfo logró dominar “sólo por un tiempo”.
 Por ahora, tras la captura de Miguel Ángel Treviño Morales, transcurren días de inusitada calma en el estado, luego de meses sangrientos. Se esperan  reacomodos por el nuevo liderazgo de Los Zetas y una nueva ofensiva contra el Cártel del Golfo.
 De acuerdo con una fuente de inteligencia militar consultada por Proceso, se posicionará en Zacatecas Ismael Nava Cortez, El Ostión, uno de los hombres más cercanos a Omar Treviño Morales, a quien se da como el sucesor natural de su hermano, El Z-40.
 A Nava, quien también se hace llamar El Kaibil, se le dio por muerto en abril de 2009, en un enfrentamiento con policías federales ocurrido en Fresnillo. Al informar de su muerte, la Policía Federal aclaró que El Ostión era originario de Oaxaca, no de Guatemala, como se creía al principio, y que posiblemente se trataba de un desertor del Ejército, ya que se hacía cargo del adiestramiento de sicarios y del diseño de estrategias del grupo armado en Zacatecas y Aguascalientes.
 Sin embargo, testimonios recabados por este semanario en Zacatecas confirmaron que Nava aparentó su muerte y un mes después se hizo cargo de la operación para sacar a 53 reos del penal de Cieneguillas, todos vinculados a Los Zetas, a fin de que operaran en la región (Proceso 1764).
 La cercanía de Nava con Miguel Ángel Treviño –del cual fue guardaespaldas, lo mismo que lugarteniente de Heriberto Lazcano, según la Policía Federal (PF)– sería decisiva para que figure en el primer nivel de la nueva estructura de mando de Los Zetas.
 Según la PF, El Ostión tuvo entre sus funciones el acopio, resguardo y mantenimiento de armamento y explosivos. Además era el jefe de Los Zetas en Oaxaca y desde ahí organizó ataques a la comandancia de policía en Acapulco en 2007. Después se dijo que fue abatido en Fresnillo.
 Tal como ocurrió con Heriberto Lazcano, no se registró evidencia concluyente de que El Ostión hubiera muerto. No se emitió desmentido alguno cuando este semanario dio a conocer las versiones de que no falleció y que lo sitúan al frente de operativos estratégicos de Los Zetas, como la mencionada liberación de reos del penal de Cieneguillas.
 Mayor operatividad
Aunque el gobernador priista Miguel Alonso Reyes solicitó reforzar la presencia militar en el estado, esto no ha frenado la disputa de Los Zetas y el Cártel del Golfo por el territorio zacatecano. Secuestros, extorsiones, ejecuciones y balaceras marcaron los meses posteriores a la captura del Z-50.
Ambas organizaciones criminales infiltraron las policías municipales y estatal, por lo cual informes internos del Ejército prevén que continuarán los ajustes de cuentas. Los mismos documentos establecen que ambos cárteles recurren ahora a personas más capacitadas para vigilar y controlar las “narcotienditas”, así como para monitorear las rutas de la droga, en sustitución de los halcones.
Personeros de los grupos criminales intentan reclutar al personal que ingresa a las nuevas bases de la Secretaría de la Defensa Nacional (una de ellas en Fresnillo) apenas cumplen los primeros meses de adiestramiento reglamentario. En algunos casos lo consiguen.
La autoridad militar tiene documentados casos de sospechosos detenidos en flagrancia por el Ejército o la Marina y entregados formalmente a las autoridades competentes de Zacatecas, pero que después aparecen ejecutados y con ­narcomensajes.
Un informe castrense consigna que la madrugada del 14 de abril último varios hombres armados llegaron a la salida poniente de Fresnillo, entronque con la carretera a Valparaíso y Jerez. Llevaban cautivos a tres hombres, a quienes ejecutaron de dos tiros a cada uno.
Al poco tiempo de que se fueran, se presentaron en el lugar policías municipales, quienes reportaron la ejecución de las tres víctimas, pero en vez de asegurar la escena del crimen huyeron. Momentos después, otro grupo armado se llevó los cadáveres en varias ­camionetas.
Cuando llegaron al cruce carretero policías ministeriales y estatales reportaron a sus superiores que ya no había cuerpos. “Esto ya ha pasado muchas veces y en varios municipios”, admite un militar a Proceso; dice que al menos desde febrero la Marina y el Ejército han detectado este tipo de incidentes.
La capital zacatecana es una de las más vapuleadas por ambos bandos. La madrugada del pasado 18 de abril, en un bar de la avenida Hidalgo, a unos pasos de la Plaza de Armas (donde se ubica el Palacio de Gobierno), una riña derivó en el ataque de un grupo armado, en el que oficialmente murió una persona y otra quedó herida. Sin embargo, personal del Ejército halló en el lugar más de 600 casquillos percutidos: 99 de armas calibre 223 y cerca de 550 de calibre 762, así como cargadores desabastecidos de AK-47, entre otras evidencias.
El Cártel del Noreste
El 28 de abril, en Fresnillo dos mujeres y dos hombres aparecieron ejecutados de día en el bulevar José Varela Rico, muy cerca de la ferretería Ferrehome, del empresario Arturo Guardado Méndez, actualmente procesado por el presunto complot contra los Monreal Ávila.
A un costado de los cadáveres, los sicarios dejaron un supuesto mensaje del Cártel del Golfo contra Los Zetas: “Hay tienen sus halcones y centrales mugrosos y a todos los miembros Zetas que les sirva de ejemplo lo que les pasó a estos”.
En el reporte de la Sedena este hecho no termina ahí: “Extraoficialmente –dice el documento– se tuvo información de parte del personal de la Marina Armada de México que las dos mujeres recientemente habían sido detenidas con armas, drogas y vehículos y puestas hacía dos días a disposición ante la autoridad correspondiente, sin especificar a quién”.
Sus nombres eran María Guadalupe Alvarado Martínez, de 17 años, y Guillermina Rojas Nieto, de 38.
En cifras del Ejército, de enero a julio hubo por lo menos 25 enfrentamientos de militares y policías contra grupos armados, con un saldo de “84 delincuentes, cinco autoridades civiles, un militar y un civil muertos”.
En el mismo periodo cuentan 167 homicidios relacionados con la delincuencia organizada, 44 de los cuales se cometieron en Fresnillo y 31 en la capital del estado. También registran 21 secuestros (siete en la capital) y 53 levantones, nueve de ellos en Fresnillo.
A lo anterior suman el hallazgo frecuente de osamentas y restos humanos en predios, tiros de mina y campos en Valparaíso, Sombrerete, Villanueva, Fresnillo, Río Grande, Calera y la capital.
Por lo pronto, se sabe que las Fuerzas Federales de Apoyo en el territorio zacatecano están en alerta, no sólo por la previsible reacción de los narcos por la captura del Z-40, sino porque sus informes revelan un reposicionamiento de Los Zetas en territorios antes dominados por el Cártel de Sinaloa o que les habían sido arrebatados por el Cártel del Golfo, como la región del Cañón de Juchipila, desde la Sierra de Morones hasta Tepechitlán, en los límites con Jalisco.
Esta versión coincide con la presencia de un supuesto Cártel del Noreste, que según las fuentes militares sería otro nombre con el que Los Zetas tratan de recuperar las pocas plazas que el Cártel del Golfo les arrebató desde la capital hacia el sur del estado, porque el norte no cambió de manos.
Los primeros mensajes atribuidos a este cártel se vieron en La Laguna, en abril pasado. Uno de ellos lo dejaron junto al cuerpo de una mujer que escoltaba al director de Seguridad Pública de Saltillo, el teniente Adelaido Flores, al que se acusó de “querer darle la plaza a los chapos”.
Mensajes similares se incluyen en los reportes del Ejército sobre Zacatecas, como el encontrado el 12 de mayo en Trancoso, a la altura de la carretera federal 45, en un bote de basura y junto al cuerpo desmembrado de un hombre después identificado como Mario Alberto Rivera, de 22 años. Decía:
“…Ahí está su pinche comandante al que mandaron a calentar las plazas, éste es el mentado Piris el que mató al Federal de Caminos en Fresnillo. Aquí anda el cártel del Noreste, nosotros no robamos ni secuestramos ni nos metemos con ningún tipo de gobierno, ya estamos en Zacatecas de nuevo y venimos a terminar con este tipo de ratas, ahí están sus pinches golfitas que se murieron debiéndoles 5 quincenas. Atentamente CDN.”
El 6 de junio, sobre los cuerpos de tres hombres abandonados en la avenida Hidalgo del centro de Fresnillo –uno de ellos decapitado– aparecieron advertencias para el Cártel del Noreste:
“Bienvenido al Estado de Zacatecas cártel Noreste, por lo visto viene a borrar con cabeza de cordero, a poco con cambiar unas cuantas letrazzz va a borrar su pasado de mugrozozzz, ustedes son y seguirán siendo la escoria de la sociedad, el estado ya abrió los ojos y ya están viendo quién es quién, no hablen de secuestros, extorsiones, violaciones, son los maestros en la materia, dejaron al estado sumido en la miseria y la psicosis, qué podemos robar si ustedes desde los limosneros para arriba no dejaron nada sin cepillar jajajajaja. Aquí estamos listos para la batalla por un Zacatecas libre del Norestezzzzz…Atte. CDG limpiando lo podrido del ­estado.”
Una segunda manta presentaba un mensaje dirigido a los policías preventivos de Fresnillo; se les hizo saber que “también hay balas” para ellos: “Sabemos al 100% que ustedes están a la orden del Cachetón, el Diablo y el 28… la guerra es con la última letra”.
El 12 de junio se notificó la localización de dos cuerpos tirados en la carretera Fresnillo-Jerez. Los policías encontraron manchas de sangre, 49 casquillos percutidos de un rifle 762 y un cartón que decía: “Los Zetas y el Cártel del Noreste; a todas las putas golfas esto les va a pasar”.
El informe militar consignó: “Al lugar de los hechos arribaron las autoridades sin encontrar los cuerpos”.

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