Arribó Caro Quintero a Costa Rica

En 3 etapas arribó Caro Quintero a Costa Rica

El ex agente de la Policía Antinarcóticos, Álvaro Cantero Valverde, se encargó hace 28 años de custodiar al capo mexicano cuando fue detenido en la quinta La California, en Costa Rica, el 4 de abril de 1985

Agosto 21, 2013

David Delgado/La Nación GDA/EL UNIVERSAL

13:17

"Recuerdo a Rafael Caro Quintero como un hombre alto, atlético, trigueño oscuro y de pelo ensortijado. Recuerdo la forma en que estaba vestido: no tenía zapatos; llevaba medias, pantalón y camisa negros".

Ese es parte del relato del ex agente de la entonces denominada Policía Antinarcóticos, Álvaro Cantero Valverde, quien se encargó hace 28 años de custodiar al capo mexicano cuando fue detenido en la quinta La California, en Alajuela, el 4 de abril de 1985 y que afirma haber conversado con el capo.

Álvaro Cantero trabajó en la denominada Policía Antinarcóticos.

Este lunes, durante una entrevista con La Nación en su casa, en Puntarenas, el ex oficial dijo que Caro Quintero le contó en aquel momento que había pagado mucho dinero por estar en Costa Rica.

Por eso, el capo se quejaba por estar detenido y pedía constantemente que llamaran a los jefes policiales, quienes supuestamente conocían del pago.

"Él se refirió al gasto que había hecho, a su pago, a que nosotros sabíamos que él había pagado. Se quejó como cuando a uno le venden un producto y no se lo venden. Él no se refirió específicamente a ‘yo le pagué a este' porque, inmediatamente, de ahí yo hubiese salido al OIJ a poner la denuncia.

"Él se refirió a ‘llámelos, ellos saben que yo ya pagué'.

Por ahí anda el asunto, fue hace 28 años.

‘Llame a sus jefes, llama a quien te manda, ellos saben que yo ya pagué', me dijo", relató Cantero.

 El caso estaba "enterrado" para el ex oficial, quien renunció a la Policía en junio de 1995, tras una carrera de 17 años.

 Sin embargo, la liberación del capo de una cárcel en Jalisco, México, por orden de un juzgado penal, el pasado 9 de agosto, le recordó la historia.

 Según contó, Caro estaba esposado en el suelo, boca abajo, y llevaba un paño que le cubría la cabeza cuando le asignaron vigilarlo el día en que fue capturado. Toda la banda estaba también detenida dentro de la mansión, incluida Sara Cossío.

 Estando en una de las habitaciones, el capo le pidió agua al oficial Cantero, quien accedió a dársela; le aflojó las esposas y le quitó el trapo que le cubría la cabeza. Esto dio pie a que ambos mantuvieran una conversación corta, dijo Cantero.

 El OIJ realizó un informe sobre las declaraciones que Cantero brindó a la Comisión Legislativa de Narcotráfico, según las cuales Caro Quintero le confesó que obtuvo ayuda de funcionarios para ingresar en el país.

 Informe

 La versión de Álvaro Cantero es la misma que brindó, dos años después de la captura de Caro Quintero, cuando fue citado por la Comisión Legislativa de Narcotráfico que investigó la entrada del mexicano al país en un vuelo privado por el aeropuerto internacional Juan Santamaría.

 En esa ocasión, la declaración del oficial generó polémica, porque apuntaba que había funcionarios costarricenses involucrados en la entrada del grupo, según le había confesado el mismo Caro Quintero mientras lo custodiaba.

 Así consta en un documento del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), del 8 de junio de 1987, del cual La Nación tiene copia.

 El informe fue solicitado por el entonces fiscal general, Eduardo Araya Vega, quien pidió que se indagara más sobre la declaración que brindó el expolicía a los diputados de la Comisión.

 "El detenido (Caro Quintero) le confesó (a Cantero) que había sido traicionado, ya que había pagado gran cantidad de dinero para ingresar a Costa Rica, asegurándole que si permanecía por algún tiempo en nuestro país lograría la libertad por medio de personas influyentes", detalla el informe N.° 535-DV-87, que se encuentra en el Archivo Nacional.

 Pese a ello, para los investigadores del OIJ las versiones de Cantero dejaron dudas pues otro oficial que también participó de la custodia de Caro Quintero aseguró que el capo jamás sostuvo conversaciones con su compañero.

 "Yo no puedo agregarle ni quitarle una coma o un punto (a las declaraciones). Lo que yo dije, dije, así se queda y así se quedará para el resto de mi vida. Lamentablemente, que a algunas personas no les pareciera, no fue mi culpa.

 "Yo solo fui un testigo, no era ni juez ni parte en el asunto; por lo tanto, no tenía ni tengo un interés personal", manifestó.