Templo Mayor de Reforma, 11 de mayo de 2014
LOS CAMINOS de Michoacán son azarosos.
LO QUE IBA a ser un desarme de las autodefensas acabó en un registro de armas que, para muchos, dejó más preocupación que tranquilidad.
EL COMISIONADO Alfredo Castillo aseguró el viernes que todo está bajo control, pues las 6 mil 400 piezas inventariadas -pistolas más, escopetas menos- eran las que calculaban que había.
SIN EMBARGO, tuvo que reconocer que 4 mil 300 deberían estar vedadas para los civiles por su alto poder de fuego, pues hay fusiles de asalto AK-47 y AR-15.
LO QUE el mexiquense no dijo es que dicha cifra significa que en Michoacán, prácticamente, hay un arma prohibida, pero registrada, por cada mil habitantes.
ESO SIN CONTAR las que otros grupos de "autoprotección" inconformes no llevaron a las mesas de registro y -¡ouch!- las del crimen organizado.
DE AHÍ que en Michoacán no son pocos los que ya no saben si sacar cuentas... ¡o, de plano, sacar un rosario!
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