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Político
El burro tocó
la flauta en Guerrero/Ricardo Alemán
El Universal, 30 de octubre de 2014
“¡No la chingues..! Ese pobre Rogelio –Ortega
Martínez–, no tiene ni idea, ni agallas, ni formación para andar metido con
guerrillas…"
La
única condición que pidió para hablar del tema fue guardar su identidad. El
anonimato, pues. Se trata de un reconocido académico de la Universidad Autónoma
de Guerrero que durante años ha sido fuente confiable sobre lo que ocurre en el
estado. Y en todas las ocasiones, a lo largo de años, sus historias y
testimonios han resultado certeros. Hoy no habría razón para que fuera
diferente.
Como
siempre, la charla fue puntual, cargada de detalles, hasta que una risotada
espontánea rompió el ambiente de confesión. “¡No la chingues..! Ese pobre
Rogelio –Ortega Martínez–, no tiene ni idea, ni agallas, ni formación para andar
metido con guerrillas… ni de las FARC, ni de los matones del EPR y el ERPI… Y
mira que aquí hay cabrones que si están bien metidos”.
Le
habíamos preguntado sobre versiones periodísticas de que Rogelio Ortega
Martínez, tendría vínculos con guerrillas como las FARC de Colombia.
A
la carcajada y negación tajante, vino un retrato hablado del nuevo gobernador
de Guerrero; de la forma casual y casi caricaturesca en que fue elegido como
“el bueno” par enfrentar la peor ingobernabilidad en la entidad, sobre todo, la
advertencia de que con el cuento de que “la sociedad civil es la solución”, los
partidos eligieron si no al peor gobernador, si al menor capacitado.
Y
es que el nuevo gobernador de Guerrero ni es académico –“en la extensión de la
palabra”–, ni es ideólogo de nada. Eso sí, es un buen maestro universitario,
con buena oratoria y muchos viajes a cursos en diversas universidades
extranjeras, sobre todo a La Complutense, “que en círculos académicos serios es
lo más parecido a las universidades patitio”. La mayoría de los viajes son para
pasear. “¡Bueno… hasta uno de sus libros habla de la buena vida que se consigue
en esos cursos en el extranjero!”. Pero nada más.
En
pocas palabras, resulta que Rogelio Ortega Martínez es más bien un burócrata
universitario, de pocas luces, de escaso esfuerzo, que en sus haberes tiene dos
libros de su autoría que sólo sirven para el currículum. Lo simpático es que en
la selección del nuevo gobernador de Guerrero “vimos la versión guerrerense de
“El burro que tocó la flauta”.
¿Y entonces de
donde salió la versión de que Rogelio está vinculado con las FARC?
Resulta
que en el año 2000 el hoy gobernador de Guerrero organizó un coloquio sobre el
paso de la clandestinidad de los grupos guerrilleros a la vida democrática. Ese
evento lo convirtió en especialista del tema. Más adelante, cuando compitió en
dos momentos por la rectoría de la UAG –la primera en 2002, contra Nelson Valle
López y la segunda en 2010, contra Ascencio Villegas Arrizón–, los adversarios
de Rogelio recurrieron a la guerra sucia y habrían inventado “el cuento de que
Rogelio era parte de las FARC”. Lo cierto es que no existe una sola evidencia
real, creíble y concreta, sobre su participación en las FARC.
¿Quién
empujó a Rogelio Ortega Martínez rumbo al gobierno de Guerrero? ¿Cuáles fueron
los méritos?
La
historia sería fantástica, de no ser porque los hechos ofenden a los
guerrerenses, a la política y al sentido común.
Y
es que sin importar el destino de los 43 normalistas, los grupos y partidos
pelearon a muerte el gobierno de Guerrero, hasta llegar a una terna; Beatriz
Mojica Morgan –quien parecía tan segura que incluso ya había ordenado cambios
en la casa de gobierno–; Javier Saldaña Almazán, rector de la UAG y el senador
Sofío Ramírez. Pero dio la casualidad que ninguno de los tres consiguió el
consenso de las tribus del PRD.
Por
eso, en medio del jaloneo –y cuando muchos creyeron que se alzaría con el
triunfo el rector de la UAG, Javier Saldaña–, los grupos universitarios se
adelantaron para bloquear toda posibilidad de que Rogelio Ortega Martínez se
convirtiera en sustituto del rector. Y para impedirlo, un abusado propuso a
Rogelio Ortega como aspirante gobernador sustituto, en espera de que fuera
vetado y, con ello, también lo vetarían para la rectoría de la UAG.
¿Pero
qué creen? Que cuando apareció en la mesa el nombre de Rogelio Ortega Martínez,
el PRI de inmediato lo aceptó. ¿Por qué? Porque Ortega Martínez es un leal
soldado de PRI. Y si tienen dudas basta revisar uno de sus libros; “Guerrero,
el nuevo horizonte político”. Así, en Guerrero “el burro tocó la flauta”.
Con
pena, la fuente cerró la charla. “Espero equivocarme, pero el mensaje de
Rogelio en los Pinos es vergonzoso y adelanta lo que viene” Y qué dijo Ortega
Martínez a Enrique Peña?. “Si usted me apoya, señor presidente, yo le entregaré
buenas cuentas”. ¿Es el gobernador de Guerrero, o un comisionado? Al
tiempo.
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