8 abr 2018

Las columnas políticas a 8 de abril de 2018...

La frontera México-EU “no es una zona de guerra”: CEM.
La frontera entre México y Estados Unidos no es una zona de guerra, sino una que está llamada a ser ejemplo de vinculación y corresponsabilidad, puntualizó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

En un comunicado firmado por 22 obispos y cardenales, entre ellos 15 de la frontera norte, subrayan que "el único futuro posible para nuestra región es el futuro edificado con puentes de confianza y desarrollo compartido, no con muros de indignidad y de violencia".
"El Papa Francisco, sin ambages, nos ha dicho a todos: 'una persona que solo piensa en hacer muros, sea donde sea, y no construir puentes, no es cristiano", añadió en clara referencia al presidente estadunidense Donald Trump.
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Las columnas políticas a 8 de  abril de 2018...
Templo Mayor/ Reforma..
VAYA BRONCA trae el gobernador de Aguascalientes, Martín Orozco, ahora que se hizo público que el palenque de la Feria de San Marcos está en manos de Chucho Pérez, personaje con truculento pasado, tenebroso presente e incierto futuro.
Y EL PANISTA no está solo en el predicamento, pues su íntimo amigo Paquín González, cabeza del patronato de la feria, también tiene mucho que explicar. Y no cantan mal las rancheras los encargados de dar permisos para casinos y palenques en la Segob, que encabeza Alfonso Navarrete.
PORQUE resulta que naaadie sabía que Pérez anda en malos pasos y -como siempre- la alerta sobre en manos de qué fichita está esa feria tuvo que venir de Estados Unidos.
CON TODO esto, a ver si no se malogra uno de los mayores atractivos de la entidad... y una de sus principales fuentes de ingreso.
AHORA QUE los candidatos presidenciales reciben más invitaciones que el oscareado Guillermo del Toro, varias universidades quieren que vayan a dialogar con sus alumnos.
EN EL CASO del ITAM, se sabe que el 10 de abril estará Margarita Zavala, y que ya confirmaron Ricardo Anaya y el hoy ex alumno consentido José Antonio Meade, aunque todavía no han fijado fecha.
EL ASPIRANTE que hasta ayer no había dicho si irá con los itamitas es Andrés Manuel López Obrador, quien, por cierto, aceptó una invitación al ITESM, en Monterrey, para el 27 de abril.
SIN DUDA será interesante ver cómo les va, pues, desde hace seis años, cuando el entonces candidato tricolor Enrique Peña Nieto tuvo su día negro en la Ibero, quedó claro que los universitarios para nada son una audiencia sencilla ni complaciente.
CUENTAN que en el PRI hay preocupación por el desempeño de sus candidatos a las 9 gubernaturas que estarán en juego el 1 de julio.
SALVO Yucatán, en donde su aspirante Mauricio Sahuí aparece segundo en las encuestas, en el resto de las entidades los sondeos ubican a sus candidatos en tercero o cuarto lugar. Y nomás no ven cómo ser competitivos en la elección presidencial cuando en las estatales no figuran entre los dos punteros.
CASOS contrarios son los de Morena y sus aliados, que aparecen arriba en CDMX, Chiapas, Morelos y Tabasco; el del PAN, que aventaja en Yucatán y Guanajuato, y el de Movimiento Ciudadano, que va arriba en Jalisco.
EN EL AIRE están Puebla y Veracruz, entidades con amplios padrones que serán disputadas por morenistas y frentistas... y donde el PRI nomás no pinta. Y así, ni cómo ayudar a la causa de José Antonio Meade.
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Frentes Políticos/Excelsior
I. Examen de conciencia. Mañana lunes, Otto Granados,  titular de la SEP, informará ante la Unesco los logros en los diversos componentes de la Reforma Educativa. Participará en la 204 Reunión Plenaria del Consejo Ejecutivo del organismo, donde expondrá los avances. Destacará avances en infraestructura, alfabetización, formación continua, evaluación docente y Nuevo Modelo Educativo. También se reunirá con la nueva directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, y dictará una conferencia magistral en la sede de la organización denominada La Reforma Educativa: logros y desafíos. Una pregunta. ¿Acaso dará detalles de cómo va la relación con los maestros disidentes? Sí, esos que ni dan clases y siempre tienen en jaque a la SEP.
II. Migajerío electoral. Víctor Carreón, oficial mayor del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, informó que en 2016 y 2017 el Consejo recibió 622 millones 887 mil pesos provenientes de las multas que el INE impuso a partidos políticos. Tan sólo entre enero y febrero de este año se acumularon 102 millones de pesos más. Qué bien que ese dinero termine como un apoyo adicional a la ciencia en México, pero qué grave que los partidos no hagan algo por limpiar su imagen. Tanto dinero dilapidado en multas, no habla sino de los malos manejos que hacen en la confección de sus campañas. Rompen la ley a sabiendas de que una multa los rescata. Mientras los institutos políticos sigan siendo un cochinero, la ciencia recibirá esos recursos migaja. ¿Y eso es positivo o negativo?
III. El ocaso de un imperio. En el panismo, hace algunos años, esto era impensable, pero sucedió: la era de los Calderonistas en el albiazul, se extinguió. El otrora influyente grupo del expresidente Felipe Calderón, al interior del partido, que lo catapultó a la Presidencia de la República en 2006, quedó pulverizado en la actual coyuntura electoral. Esa corriente que nombraba candidatos, enjuiciaba a exdirigentes y manejaba al partido tuvo su mayor auge entre 2007 y 2010. Decidían a quiénes hacían candidatos o a quiénes ponían al frente del PAN; hoy, se han diluido y ahora unos apoyan al candidato presidencial panista Ricardo Anaya, otros a AMLO, o a Meade. Los pocos que le quedan están con la esposa de Calderón, Margarita Zavala. A este ritmo, la siguiente nota es la extinción del panismo.
IV. Realidad mata discursos. Hay un candidato presidencial que se consolida con firmeza, cuando sus opositores se derrumban en propuestas irreales: José Antonio Meade, de la coalición Todos por México. Sus mensajes en este inicio de campaña son los mejor planteados, Tiene ofrecimientos concretos y los programas de los que habla han comprobado su viabilidad. No hay que confundirse. Si un instituto político tiene estudiados todos los hilos para que México se desarrolle, es el PRI. Su equipo recompuso y dejó de criticar a sus rivales, y ahora brinda ofertas posibles. En el Estado de México habló de fortalecer el seguro popular, mejorar la infraestructura de los hospitales y garantizar el abasto de medicamentos. Dejar a un lado las descalificaciones y plantearse un México de verdad. Ese es su plus.
V. Reflexión. En América Latina, México es de los países con más baja recaudación fiscal con respecto del PIB, reveló el reporte Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe 2018, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. La tasa de cobro de impuestos aquí es de 17.2%, menor al promedio de América Latina, que es de 22.7% y al de la OCDE, de 34.3 por ciento. México y Guyana tuvieron los índices más bajos de porcentaje de cobro de IVA en 2015. Las causas son las exenciones al IVA, la aplicación de una tasa cero a un gran número de bienes y servicio, pero, sobre todo, un bajo nivel de cumplimiento. Este tema compete a todos los mexicanos. Y usted... ¿ya hizo su declaración?
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TRASCENDIÓ/Milenio.
Que desde la oficina del comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, se prepara un foro con el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) para abordar el tema de la dignificación de policías, ministerios públicos y peritos.
Se abordará una seria contradicción en la legislación mexicana, pues por un lado se reconoce que México atraviesa por una compleja etapa de inseguridad que debe ser atendida por estos servidores públicos, pero por otro, paradójicamente, son despreciados desde la propia Constitución, cuyo artículo 123 prohíbe que sean reinstalados en caso de ser removidos aun cuando en tribunales demuestren su inocencia.
Que la Anuies se coordina ya con el INE para concretar los encuentros, por separado, con los cuatro candidatos a la Presidencia de la República, que se realizarán en la primera quincena de mayo.
Los rectores de las universidades del país les presentarán una propuesta de largo plazo para la educación superior.
Que el candidato presidencial Ricardo Anaya, al igual que la mayoría de los mexicanos, ha empezado a resentir en sus bolsillos el costo de la vida, será que por eso en sus recientes visitas a los estados de Veracruz y Puebla sostuvo reuniones con empresarios de las dos entidades, ante quienes no solo aprovechó para criticar a sus principales adversarios políticos, sino también para pasar la charola.
Que a propósito del candidato de Por México al Frente, ayer por la noche se solidarizó, vía Twitter, con el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, y respaldó las acciones emprendidas durante su administración, luego de que tres de sus guardaespaldas fueran baleados.
Y es que mientras el mandatario se encontraba jugando golf, los elementos de seguridad fueron a un Oxxo, donde fueron atacados y heridos de gravedad.
Que con tres puntadas en la mejilla derecha y un moretón en el mentón que le dejó la mordedura de un perro, a la candidata al Senado por la vía plurinominal, en la lista del PRD y, por mayoría, en la del PAN, Xóchitl Gálvez, ya se le vio pidiendo el voto a los automovilistas capitalinos de las delegaciones Benito Juárez, Tlalpan y Xochimilco.
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Bajo Reserva/EL UNIVERSAL
¿Legisladoras impunes por "ehhhh p..."?
La prisa y la urgencia no son las prioridades en la Cámara de Diputados. Nos cuentan que al Comité de Ética de la Cámara de Diputados, que encabeza Martha Tamayo (PRI), no le bastaron casi cinco meses para armar una buena investigación y decidir alguna sanción o una exoneración para las diputadas federales del PRI que habrían gritado "Ehhh... puto" en contra de su compañero de Morena Ariel Juárez, el año pasado, durante un acalorado debate. Nos cuentan que esta instancia legislativa simplemente pateó el bote y dejó pasar el tiempo y ahora cinco de las seis diputadas denunciadas ante esta instancia ya se fueron y pidieron licencia sin una sanción o exoneración. Nos dicen que a Jonathan Yair Bárcenas, representante del colectivo Parlamento de México y quien presentó la queja contra las diputadas, de plano le dijeron que mejor presente una iniciativa para afinar el Código de Ética de San Lázaro y sea más expedito, porque con la queja presentada no va a llegar a ningún lado.
Los pactos de AMLO
Nos dicen que en la campaña Andrés Manuel López Obrador alista pactos con sectores clave de la población. En Zacatecas, en territorio de Ricardo Monreal, el tabasqueño firmará pronto un pacto por el campo con asociaciones agrarias de todo el país. Más adelante, en mayo, con motivo del Día del Maestro, don Andrés reunirá al magisterio en Oaxaca, donde firmará también un pacto por la educación. Por cierto, en su equipo nos anticipan que López Obrador repetirá su estrategia de pedir a un grupo de mujeres que lo resguarden en sus eventos públicos. Como lo hicieron las gacelas en 2006, don Andrés se protege con un escudo de mujeres, pero ahora son simpatizantes comunes las que apoyan en esa tarea. Nos comentan que esa idea fue del mismo tabasqueño, que pidió que en cada mitin lo acompañen cinco mujeres sólo para salir y entrar a los eventos.
Apoyo a migrantes… y foto
Quien ayer acudió con los integrantes de la Caravana del Viacrucis Migrante fue don Emilio Álvarez Icaza, candidato al Senado por la coalición Por México al Frente. Se fue a sentar y a saludar a los integrantes de la caravana, se tomó fotos -las cuales de inmediato subió a sus redes sociales- y prometió que, de llegar al Senado, luchará por recuperar la tradición de refugio y solidaridad de nuestro país, "que hoy da la espalda a nuestros hermanos latinoamericanos". No cabe duda que en tiempos electorales todo se vale.
¿Brazos caídos en el PRD?
"El ambiente en el PRD no es como en el 2006", nos dicen integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del sol azteca. Lo que nos relatan es que hay cierto desánimo en sus filas porque el candidato presidencial no es suyo, por lo que muchos de ellos de plano no se ven movilizados y, en todo caso, llevarán apoyos, pero para sus candidatos a diputados o senadores. Incluso, nos aseguran que preferirían votar por Andrés Manuel López Obrador.
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¡La sabiduría de los idiotas!/Ricardo Alemán
Milenio
De tanto en tanto, sea en medios tradicionales, a través de redes o digitales, abundan los ciudadanos que de "su ronco pecho" asumen el papel de expertos, a pesar de que nada saben de lo que hablan.
El mejor ejemplo lo vimos el fin de semana, luego que Donald Trump militarizó la frontera entre México y Estados Unidos.
Ante la amenaza, en redes se produjo una andanada contra el gobierno mexicano, al que los repentinos sabios de la diplomacia casi exigen declarar la guerra. Luego vino el puntual y potente pronunciamiento del presidente Peña Nieto que, curiosidades mediáticas, sublimó la fiesta de la sabiduría de los idiotas.
En todos los medios -en redes y digitales-, menudearon voces de dizque expertos que "por el vuelo de la mosca" apalearon al mandatario mexicano, a pesar de que su mensaje estará en la historia de la dignidad diplomática con el vecino del norte, según verdaderos expertos.
¡Que si se equivocó Peña, que si fue un mensaje tardío, que si es de "dientes para afuera, que…! No hubo chile ni acomodo en la idiotez de los sabios.
Pero donde la sabiduría de "atarbucks" sublimó la estupidez -debido a la polarización electoral- fue durante el debate por el nuevo aeropuerto.
De risa loca que en Twitter, Facebook y en medios todos eran expertos en aeronáutica, geología, vientos, en climatología y hasta salieron los sabios en la ingeniería financiera de un aeropuerto.
La feria de la estupidez que antaño no cruzaba las fronteras, de "la pulcata", "el putero" y "la cantina" hogaño marca tendencia local, regional o mundial, en esa novedad que son las "benditas redes".
Bueno, no faltó el idiota que se quejó porque "nunca lo consultaron", porque su afore buscó mejores rendimientos en un negocio redondo como el de la construcción de uno de los más modernos aeropuertos del mundo.
Pero lo más preocupante y verdaderamente grave es que -en mala hora-, "la sabiduría de la estupidez" se apoderó de partidos, políticos y candidatos presidenciales, a un nivel tal que los ciudadanos ya no piensan por sí mismos y tampoco son dueños de su pensamiento.
Hoy "robots" y "botargas" -motejados como bots- piensan por millones de mexicanos que, rehenes de esas "botargas", repiten como idiotas las líneas y los argumentos de un tuit sin saber si es verdad.
Lo trágico es que los "bots" no existen y tampoco votan.
El ejemplo lo vimos en Costa Rica, en donde el AMLO tico perdió luego de que las encuestas lo daban ganador.
La realidad puede ser traumática y destruir la democracia. Y es que AMLO tiene todo para perder.
Al tiempo.
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 Las ruedas del carro
La estación/GERARDO GALARZA
Excelsior
Treinta años después de que el “carro completo” desapareció del Congreso de la Unión, el deleznable concepto político mexicano ha reaparecido al inicio formal de las campañas electorales federal y locales que el próximo domingo 1 de julio recogerán los potenciales votos de cerca de 88 millones de ciudadanos mexicanos.
La mayoría de los ciudadanos menores de 40 años ignoran, en los hechos, el concepto de “carro completo”. Hay otros que se utilizaban como sinónimos: “de todas, todas”, “la aplanadora”… La “traducción” es sencilla: descripción de la victoria total del PRI en todas las elecciones habidas y por haber, por mayoría; la oposición tenía que conformarse con los diputados de partido, primero, y los diputados proporcionales, después.
La resurrección de tal pretensión, hace 40 años, considerada, absolutamente antidemocrática, ha sido provocada tanto por los nuevos priistas del PRI y por los viejos priistas que se enfrentan a sus descendientes desde la oposición. “Carro completo” han pedido varios dirigentes del PRI en los estados; “carro completo” han pedido Andrés Manuel López Obrador en el país, y Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México.
Los viejos opositores al partido oficial, esencialmente panistas y comunistas, que eran los únicos reales, deben revolverse en sus tumbas al saber que los que hoy dicen creer y luchar por la democracia añoran prácticas para ellos absolutamente antidemocráticas.
El surgimiento y la imposición del “carro completo” responde a la necesidad del poder absolutista del sistema presidencialista mexicano. Fue el sustento del poder absoluto que tuvieron los Presidentes de la República, postulados por el PRI, hasta 1988, cuando por primera vez el Presidente y su partido se vieron en la necesidad de negociar con sus opositores al menos para reformar la Constitución.
Fue un círculo perfecto del presidencialismo mexicano. El Presidente de la República, a través de su partido, del que era su jefe máximo, líder nato, repartía las candidaturas para presidentes municipales, diputados locales y federales, gobernadores de los estados y, sobre todo, tenía la facultad de designar a su sucesor. Todos los candidatos designados por el Presidente de la República ganaban por el simple poder del propio Presidente; ganan como fuera, por las buenas y por las malas, por eso los que añoran esos tiempos saben y se quejan tanto, de antemano, de fraude electoral.
Así, no había iniciativa, programa, inversión, negocio, idea u ocurrencia presidenciales que fuese rechazada por nadie. La voz, la letra, casi hasta el pensamiento del Presidente eran ley de antemano.
Eso lo saben muy bien los nostálgicos del poder: sin mayoría absoluta, aplastante, en el Congreso de la Unión (algo ha cambiado y es prácticamente imposible en las gubernaturas y en las presidencias municipales) cualquier Presidente mexicano tendrá problemas para gobernar mientras se mantenga el sistema político presidencialista, que no está hecho para negociar reformas legales y políticas públicas con la oposición.
Un sólo ejemplo, con una pregunta: ¿cómo se cumpliría la promesa de derogar la Reforma Energética (ponga aquí cualquier otra) que requiere de cambios constitucionales sin tener la mayoría necesaria en las cámaras de Diputados y Senadores para reformar la Constitución? Más: se requiere que esa eventual reforma sea aprobada por lo menos por 17 Congresos estatales para entrar en vigor. Habría que dialogar, debatir, negociar, concertar con las oposiciones, algo que no es costumbre en México y muchos menos de los políticos mexicanos o ¿se pretende gobernar a punta de decretos, acuerdos, bandos presidenciales en contra del sistema democrático de la división de poderes?
Y pese a las pretensiones ya hechas públicas, es una fortuna para los mexicanos que “el carro completo” esté muy lejos de los resultados de las próximas elecciones. Gane quien gane (el escribidor nunca ha creído en la fatalidad electoral) la Presidencia de la República, es muy probable que el Congreso de la Unión esté integrado por tres bloques políticos (correspondientes a los que postulan candidatos presidenciales) más o menos similares.
En otras palabras, el nuevo “carro” tendrá que completarse mediante la negociación parlamentaria (algo que consiguieron aquéllos que lucharon contra el absolutismo) para que sus cuatro llantas rueden en la misma dirección, y la voluntad política de que así sea depende tanto de quienes ganen y pierdan la Presidencia de la República. Lo otro será el regreso al pasado… y hay quienes lo pretenden.
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 Todos a la CEM… realidades distintas
De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Excelsior
Aunque iguales en formato, las comparecencias de “los cuatro” ante el pleno de obispos, arzobispos y cardenales no serán 
Para quienes, desde las distintas formaciones partidistas o en calidad de independiente ella, aspiran a suceder al presidente Enrique Peña Nieto y cifran alcanzar tal objetivo en la conquista del llamado “voto católico” en general o, más específicamente, el de la “derecha católica”, la semana que hoy comienza será, como lo serán todas las siguientes hasta julio, ciertamente, un periodo particularmente importante.
Y esto, no porque durante la misma unos y otra pretendan posicionar propuestas y/u ofertas en favor de la Iglesia mayoritaria que, eventualmente, pudieran cargar a su favor la simpatía de algo más de 85% de la población sino, esencialmente, porque igual Ricardo Anaya Cortés, que Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade Kuribreña y Margarita Zavala Gómez del Campo comparecerán durante la misma ante el pleno de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) que, huelga decir, tiene más que claro “qué es lo que, en cuanto a poder fáctico, desea para México, para cuándo y cómo es que quiere que eso ocurra”.
Ahora que, aunque iguales en formato, las comparecencias de “los cuatro” ante el pleno de obispos, arzobispos y cardenales mexicanos no serán en forma alguna equiparables…
Así, y mientras el viernes, efectivamente, tanto la panista-independiente como el abanderado de PRI-PVEM-Panal –“católicos declarados y practicantes ambos…”— concurrirán a exponer su particular propuesta de gobierno ante un auditorio en términos generales afín, un día antes uno y el mismo 13, el otro, —“en condiciones ciertamente distintas y mucho más complejas, inciertas…”— deberá hacerlo el candidato de la antinatural alianza PAN-PRD-MC que para concretar ésta parece haber renunciado a principios y valores del otrora partido de la gente decente, así como el tabasqueño líder en todas las encuestas y quien, se sabe, lleva como aliado al denominado partido-secta, Encuentro Social, de (amplia) mayoría evangélica… credo al que, por cierto, pertenece el aspirante que también avalan Morena y el impresentable Partido del Trabajo.
Defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, promoción de la familia heterosexual, adopción por parte de parejas gay y/o temas tan diversos como eutanasia, libertad de religión o legalización del consumo lúdico de la mariguana u otros enervantes, serán temas inevitables para los aspirantes a la Presidencia en el marco de los debates (privados) que se prevé deberán darse entre anfitriones e invitados en los encuentros a realizarse en la emblemática sede de la jerarquía católica en Lago de Guadalupe, en el Estado de México.
Otros más: el abatimiento de la violencia y la recuperación de la seguridad ciudadana en general y, en especial, la de quienes concurren a los templos y, más, la de los ministros de culto, cientos de los cuales han sido (son) objeto de amenazas y/o extorsión o, en el extremo, el esclarecimiento de una decena de asesinatos en que aquéllos han sido víctimas en los últimos años o, igualmente, ataques (sacrílegos) a templos...
Hablaremos y evaluaremos lo que ahí ocurra…
ASTERISCOS  
* Si bien en un primer momento, por cierto, se afirmó que tras el grave accidente sufrido en Roma, el representante del papa Francisco en el país, Franco Coppola estaría de regreso el pasado día 5, lo cierto es que, ahora, su retorno a la Nunciatura Apostólica está siendo programada para finales del mes en curso, “la primera quincena de mayo como máximo…”.    
* Defensor de la vida desde la concepción y de la familia natural, activista en favor de los derechos humanos desde la CMDH, el candidato priista-ciudadano a la alcaldía de Coyoacán, Oliverio Orozco, avanza ahora en su posicionamiento, enarbolando causas que en otro tiempo defendió, en esa y otras demarcaciones, el ahora descafeinado Acción Nacional…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
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El libro que cambió mi vida/Enrique Krauze
Reforma 08 Abr. 2018
Un día de primavera en 1981, mientras corregía galeras en la redacción de la revista Vuelta, recibí la llamada del historiador Richard M. Morse para invitarme a desayunar. Acepté con entusiasmo. Años atrás había leído en Plural (la revista antecesora de Vuelta) su ensayo "La herencia de Nueva España" que había sido una revelación no sólo para mí sino para el director, Octavio Paz, que preparaba su biografía de sor Juana Inés de la Cruz. En aquel número (que Paz tituló "Nueva España entre nosotros") Morse equiparaba por primera vez la categoría weberiana del "Estado patrimonialista" tradicional al Estado "tomista" español que dominó por trescientos años sus reinos de ultramar con indiscutida e indisputada legitimidad. Era un hallazgo notable. Paz, que desde El laberinto de la soledad se dedicaba a pensar lo que llamaba "la naturaleza histórica" de México, asimiló aquel concepto y lo utilizó en diversos ensayos sobre historia mexicana. Le parecía convincente la discusión de Morse sobre la supervivencia de aquel orden (que Morse llamaba "tomista" y Weber "patrimonialista") en el régimen mexicano posterior a la Revolución. En efecto, la cuasi monarquía del PRI era como un cuerpo político presidido por la cabeza presidencial; un edificio corporativo antiguo, duradero e incluyente, donde cabían todas las clases supuestamente antagónicas. No una democracia, sin duda, pero tampoco una tiranía. Menuda sorpresa: ¡santo Tomás había escrito el libreto de nuestra historia política! ¿Cómo no conocer al autor de semejante idea?
Morse tenía la pinta de un gringo prototípico. Era alto, de vivarachos ojos azules, lentes gruesos, tez muy blanca, quijada cuadrada, pelo ralo y encanecido (que peinaba de izquierda a derecha). Aunque iba a cumplir 60 años y caminaba un poco desgarbado, conservaba trazas de su apostura juvenil. Tiempo después, en las frecuentes visitas que le hice en su hogar de Georgetown, descubrí su lado pícaro, inquieto, distraído, pero en aquel primer encuentro en un ruidoso restaurante de la Ciudad de México su tono era otro, como el de un vidente del pasado: en ocho horas me resumió ocho siglos de historia, una cátedra sobre lo que llamaba "la dialéctica del Nuevo Mundo".
Le pregunté de dónde provenía su tesis sobre el tomismo como filosofía fundadora en Iberoamérica. "Es una larga historia que recojo en El espejo de Próspero, el libro que estoy por terminar", me dijo, y sin más comenzó a narrar, detalladamente, el "papel preparatorio" que para la tradición filosófica moderna había tenido Pedro Abelardo (1079-1142). A partir de allí, pasando por el pensamiento embrionariamente experimental, tolerante, pluralista de Guillermo de Occam, despuntaba una línea que conducía a las grandes revoluciones científicas, filosóficas y religiosas de la Edad Media y el Renacimiento, para desembocar finalmente en dos "compromisos históricos". Por un lado, en el mundo anglosajón (que abrazó esas revoluciones con entusiasmo), la línea conducía a Hobbes y Locke, principales fundadores de la cultura política inglesa en el siglo XVII. Pero un siglo antes, la vertiente ibérica (más bien reacia a esas revoluciones) había adoptado como autoridad a santo Tomás de Aquino (1224/5-1274). Partiendo de esa "proeza arquitectónica" (así llamaba Morse a la Summa Teológica) tres generaciones de filósofos, juristas y teólogos escolásticos españoles habían construido las "premisas culturales" del orbe hispano: el dominico Francisco de Vitoria (1483-1546), sus discípulos de la misma orden Domingo de Soto (1494-1560) y Melchor Cano (1509-1560), y los jesuitas Juan de Mariana (1536-1624) y Francisco Suárez (1548-1617). "Fueron preponderantes -me señaló- pero tuvieron un adversario formidable, no inglés sino florentino: Maquiavelo". Salí deslumbrado por la contemplación de aquella perspectiva. Sentí que había conocido a un discípulo americano de Hegel.
A los pocos días recibí desde Stanford una carta suya con el manuscrito parcial de El espejo de Próspero,(1) que aparecería un año después publicado por Arnaldo Orfila Reynal en Siglo XXI. Así dio comienzo nuestra amistad. Había descubierto la clave de Morse. "No te apartes de ella e irás sobre seguro", me dijo al final de su vida. El pueblo soy yo parte de un diálogo con ese libro que cambió la mía.
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La vieja-nueva disputa/Luis Rubio
Reforma 08 Abr. 2018
México lleva al menos medio siglo disputando el futuro. Luego de décadas de estabilidad y crecimiento económico relativamente elevado, en los sesenta comenzó a resquebrajarse tanto el orden económico fundamentado en la substitución de importaciones como el orden político sustentado en el férreo control de un sistema político cerrado. A partir de entonces, el país se dividió en dos grandes corrientes: la que procuró construir un nuevo futuro viendo hacia adelante y hacia afuera; y la que persiguió retornar al nacionalismo revolucionario originado en la Revolución Mexicana, particularmente en su fase cardenista.
La forma en que se resolvió la disputa, luego de la crisis de los setenta, fue típicamente mexicana: con un híbrido de pasado y futuro: construyendo nuevas estrategias económicas pero sin abandonar las viejas estructuras políticas. A nadie debería sorprender que esa contradictoria combinación esté haciendo agua en estos momentos.
Andrés Manuel López Obrador es un fiel representante de la corriente nacionalista revolucionaria y está explotando los errores, pero sobre todo las carencias e insuficiencias, de la corriente modernizadora. Esas carencias e insuficiencias -en un entorno de apertura, información ubicua y redes sociales capaces de transmitir cualquier mensaje en nanosegundos- permiten evidenciar la corrupción, los privilegios y los excesos del viejo sistema que, por esa modernización inacabada, persisten en la sociedad mexicana. Es obvio que todas esas formas de abuso existían antes y, sin la menor duda, seguirían bajo un gobierno de AMLO, pero ese no es el punto de esta contienda; lo que existe resalta algo insoportable para la ciudadanía y ese es el corazón de la estrategia de AMLO: evidenciar las carencias prometiendo el nirvana que, todo mundo sabe, es una utopía más.
Aunque las corrientes modernizadoras han dominado el panorama económico y político por estas décadas, la disputa nunca desapareció. Y esa es la razón medular por la cual se concibió el TLC norteamericano: para garantizar la viabilidad de la modernización, al menos en una parte de la vida nacional, la de la inversión. Es decir, desde el comienzo, los modernizadores entendían, al menos de manera pragmática, la existencia de una flagrante contradicción pero, en lugar de resolverla de fondo, construyeron un mecanismo que fuese implacable para proteger al menos el corazón de la modernidad: la economía. Tan fuerte resultó el entramado político priista que los dos gobiernos panistas no le quitaron ni un pelo al gato.
El TLC resolvió el nodo del problema al despolitizar una enorme porción de la actividad pública, pues su esencia radica en que constituye, para todo fin práctico, un espacio de excepción: ahí sí hay reglas, mecanismos funcionales para resolver disputas y hacer valer contratos. Con el TLC, una parte fundamental de la economía quedó excluida de la corrupción y aislada de la disputa política más amplia. Sin embargo, para los perdedores en esa disputa, el TLC se convirtió en el factor a vencer; su problema fue que el acuerdo comercial se tornó extraordinariamente popular porque sus virtudes son obvias para la ciudadanía: es el único motor de crecimiento de la economía y, más importante, aunque para la mayoría sea algo distante, constituye un vívido ejemplo de lo que es la legalidad.
Cuando AMLO llama "PRIAN" a los gobiernos modernizadores del PRI y del PAN, lo hace obviamente para descalificarlos, pero en realidad se refiere a la lucha entre el pasado y el futuro: apertura vs. autarquía; mercado vs. gobierno a cargo; democracia vs. control vertical. No es que los gobiernos del PRI y del PAN hayan sido un dechado de virtudes, pues todos hablaban de la modernidad pero seguían preservando el mundo de los privilegios. Pero lo relevante es que el común denominador es el sistema priista de antaño en su vertiente política: esa que, por más que haya elecciones libres, no ha cambiado en lo esencial.
La vieja-nueva disputa reside en el corazón del viejo sistema priista, del cual son igualmente paradigmáticos López Obrador y Peña Nieto: ambos son representantes dignos del PRI de los sesenta y ninguno promete algo distinto que preservar ese viejo sistema en su vertiente política; donde los candidatos de hoy -AMLO y Meade (o Anaya)- difieren radicalmente es en la vertiente económica: uno quiere retornar al mundo idílico de los sesenta, justo cuando comenzaba a hacer crisis; el otro quiere avanzar hacia la modernidad creando mayores oportunidades de desarrollo que son, a final de cuentas, las que han estabilizado a la economía y creado una creciente y pujante clase media.
Contrario a lo que plantea AMLO, el verdadero reto de México no yace en el "modelo" económico sino en el viejo orden político, pues es ahí donde el país se ha atorado, preservando un mundo de privilegios y un capitalismo "de compadres". Así, el dilema para la ciudadanía radica en decidir cómo quiere cambiar: hacia adelante o hacia atrás.
Vale la pena recordar las sabias palabras de Vaclav Havel: "un mejor sistema no asegura de manera automática una vida mejor. De hecho, lo opuesto es cierto: sólo creando una mejor vida es posible desarrollar un mejor sistema".
@lrubiof
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La desconfianza de AMLO/Juan E. Pardinas
Reforma 08 Abr. 2018
Sin espacio para las dudas, Andrés Manuel López Obrador ha manifestado su desconfianza en esa vastísima amalgama de causas y convicciones que caben bajo la etiqueta de sociedad civil. Ojalá y el candidato de Morena le tuviera un poco más de respeto al trabajo de ciudadanos organizados. AMLO le debe buena parte de su carrera política al esfuerzo de la sociedad civil mexicana por transformar el estado de cosas.
Durante 97 años del siglo XX, los habitantes del difunto Distrito Federal no teníamos el derecho ni la posibilidad de elegir al titular del Poder Ejecutivo local. La Ciudad de México no tenía un jefe de Gobierno, sino un regente que era nombrado por el propio presidente de la República, dentro del equipo de su gabinete.
En 1993, seis integrantes de la Asamblea de Representantes y un colectivo de centenas de periodistas, empresarios, líderes religiosos, académicos y líderes vecinales convocaron a un plebiscito el 21 de marzo de 1993, para preguntar, entre otras cosas: ¿Está de acuerdo en que los gobernantes del D.F. sean elegidos mediante el voto directo y secreto de los ciudadanos?
A pesar de ser un ejercicio informal, que contaba con la abierta oposición del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, cerca de 320 mil ciudadanos fueron a las urnas. Federico Reyes Heroles coordinó un Consejo que instaló las mesas de votación vigiladas por ciudadanos. La Fundación Arturo Rosenblueth se encargó del cómputo de las boletas, donde 85% de los votantes exigieron su derecho a elegir un jefe de Gobierno. En 1996, el plebiscito ciudadano fue el catalizador de la reforma política del Distrito Federal, la cual aprobó la primera elección de un jefe de Gobierno de la Ciudad de México en 1997. Sin esa energía cívica, que promovió cambios constitucionales y transformaciones políticas, AMLO difícilmente hubiera llegado a tener una oficina en el Zócalo con vista a la Catedral. En lugar de desconfianza, López Obrador le debería tener algún nivel de agradecimiento.
Definir a la sociedad civil es un desafío intelectual condenado a respuestas parciales e insatisfactorias. La vastedad de trincheras y visiones ideológicas hacen que sea muy difícil poner a ese océano de causas colectivas en un mismo huacal. En esencia, la sociedad civil son grupos de ciudadanos que comparten un diagnóstico y se organizan para plantear soluciones diversas a problemas colectivos.
La organización Mexicanos Contra la Corrupción y el portal Animal Político acaban de ganar el Premio Ortega y Gasset por su investigación de la "Estafa Maestra", la célula criminal que se dedicó al desvío de fondos públicos para fines desconocidos. Ese es un ejemplo del trabajo de la sociedad civil que le genera tanta desconfianza a AMLO. También esta semana, la organización GIRE obtuvo un triunfo histórico en la defensa de los derechos de las mujeres. Marimar, una joven morelense de 17 años, fue víctima de una violación en el año 2016. Al acudir a un hospital a solicitar la interrupción de su embarazo, los doctores le negaron el servicio. GIRE llevó el caso ante la Suprema Corte y el máximo tribunal del país determinó que en casos de violencia sexual, no se puede negarle atención médica a una mujer que solicita la interrupción de su embarazo. En este caso, me parece lógico que el candidato presidencial del ultraconservador PES vea con profundo recelo las causas de GIRE.
En lugar del concepto de ciudadanía o sociedad civil, AMLO está más cómodo con otra noción abstracta del colectivo: pueblo. Los individuos que cuestionan, exigen y proponen le resultan ajenos a su forma de hacer política. No hay un Estado tan fuerte ni un gobierno tan eficiente que sea capaz de resolver los problemas públicos sin la participación de los ciudadanos. AMLO se siente a sus anchas frente a una masa de clientelas y fieles que voltean al balcón del Palacio para esperar que la mano de su líder les defina el curso de la historia.
@jepardinas
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¿Ya llegamos?/Eduardo Caccia
Reforma 08 Abr. 2018
¿Cómo es posible? ¿De dónde sale tanta gente?, se preguntó Jorge Ibargüengoitia en uno de sus célebres artículos el 31 de marzo de 1970, ¡hace 48 años nada más! Aquella entrega del inigualable cronista se intitula "Semana Santa" y a modo de subtítulo da ese toque de fino humor y sarcasmo con el que aderezaba sus letras: Por fin se acabó.
Qué ganas de explicarle al autor de ¿Olvida usted su equipaje? que, a casi medio siglo de distancia, la Semana Santa sigue siendo un viacrucis para los que salen de la ciudad y para quienes se quedan con el presuntuoso ánimo de "vivirla". En su parte culminante, aquella columna ponía el dedo en la llaga: cabemos mientras estemos trabajando, pero en días de asueto la ciudad se desparrama. Y yo añadiría, se desparraman también las carreteras y los destinos turísticos, el presupuesto, el gozo y el colesterol. A muchos se nos desparrama también la paciencia.
Estos días me causan aversión para viajar. Cada año pretendo distraer a mi esposa para que Semana Santa y hasta la de Pascua le pasen de largo, como el ascensor que llamamos y de pronto se abre mientras papamos moscas o vemos el celular. Nada como quedarse en casa a leer, que es hacer bastante, pero para los que no leen es no hacer nada.
Los aeropuertos están atiborrados, no sólo de viajeros, también del mal genio de la gente, que es peor. Los prestadores de servicio son nada más prestadores. Están tan hartos de los viajeros y de jornadas extenuantes que se disponen a procesar "¡el siguiente!", que no es una persona sino un potencial fastidio, porque no falta la señora o el señor que tienen que contar la justificación de sus vacaciones: "mire, señorita, vamos a Mérida a ver a una tía"; mientras la prestadora se limita a pedir con resignación las identificaciones. Ya no hablemos de aquello que no vio el cronista guanajuatense, se salvó de las aerolíneas (es un decir, murió en un avionazo) contemporáneas y de las paranoicas medidas de seguridad, de las abusivas políticas de las líneas aéreas de bajo costo (y alto estrés), de los reducidísimos espacios que ahora hay entre las filas de los asientos del avión. Como el buen Jorge era corpulento, seguramente hoy viajaría con las rodillas a la altura del abdomen.
Los restaurantes están en Jauja, a los dueños y a los meseros les va bien pero al turismo no tanto. La mayoría no están preparados para una sobredemanda. Las playas y las albercas, otro tanto. Encontrar un camastro es más raro que un Oxxo con dos cajas funcionando y no falta quien sacude su toalla sin pensar que existen el viento, la gravedad y quienes a su lado tragamos arena por su culpa. Llegada la noche, los niños, con carnes enrojecidas e hirvientes, se quejan de los ardores y sus padres tienen que salir a comprar un remedio a precio de whisky, o más caro, de mezcal.
La ida o el regreso son un suplicio. Viajar por carretera es la prueba contundente de que el infierno existe. Las horas se multiplican por dos o hasta tres. En las autopistas de cuota se hacen filas larguísimas para pagar el peaje; ¿no hemos encontrado un paso a la modernidad que disponga de carriles con prepago vía una aplicación en el teléfono celular?, ya lo tiene el cine pero no la SCT (aclaro que S no es de Socavón, que bien podría serlo dada la mala sombra que acompaña al secretario de esa dependencia). Como no falta en el auto quien viene a punto de estallarle la vejiga, uno por fin llega a los baños públicos para encontrar que también ahí hay una fila de espera en la que varios bailan sin dejar su lugar; encima, hay que que pagar la entrada, algún oportunista ha dispuesto el ilegal cobro a cambio de un decímetro cuadrado de papel higiénico, para encontrar que dentro de los sanitarios ni hay papel ni está higiénico y mucho menos hay jabón.
¿Valió la pena? Como diría Guillermo del Toro, "somos mexicanos", o sea que para la mayoría de los viajeros, sí, lo nuestro es el masoquismo, aguantar el espanto, aunque las penurias no acaban al regreso. En los primeros días de trabajo o en la escuela, está el cuerpo de uno pero uno no ha llegado. A leguas se nota la ausencia. Unos parecen más zombis que otros, bostezan igual.
De nada te has perdido, querido Jorge. Aquí seguimos haciendo lo mismo, eso sí, más desparramados que ayer.
@eduardo_caccia
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En carne propia, la pesadilla del clembuterol/BEATRIZ PEREYRA
Revista Proceso #2162, a 8 de abril de 2018...
Un estudio realizado por el gobierno federal puso al descubierto la facilidad con la que en México se consume de manera involuntaria carne contaminada con clembuterol. Basta comer un trozo de 250 gramos de carne magra para que una persona tenga altos niveles de esta sustancia, cuyas consecuencias para la salud son imprevisibles. Pero el propio gobierno oculta los resultados de su investigación. Proceso, Quinto Elemento Lab y Periodismo CIDE –con el apoyo de la Fundación Ford– presentan este trabajo periodístico que además exhibe la práctica impune de engordar el ganado con el anabólico para maximizar las ganancias económicas, así como la disputa entre la Conade, que intenta defender el prestigio de los atletas, y la Cofepris, que en lugar de velar por la salud de la población protege intereses en la industria cárnica.
Las autoridades de la Secretaría de Salud (Ssa) saben que hay un problema con una parte de la carne de res que se consume en regiones enteras de México: está contaminada con clembuterol, pero ocultan sus hallazgos a la población.
Lo confirmaron a mediados de 2014. En abril de ese año sometieron a un grupo de 42 jóvenes voluntarios a un inusual experimento: los recluyeron en el Centro de Alto Rendimiento de la Ciudad de México y los sometieron a una dieta de hamburguesas de carne de res.
Después de la ingesta, andaban detrás de los voluntarios para recolectar sus muestras de orina. Cada uno entregó, en promedio, 46 de ellas. Ahí, en ese líquido, tendría que estar la clave.
Y sí lo estaba, pero tanto las autoridades de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) como de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) han ocultado los resultados, pese a los daños que esa sustancia ilegal puede causar en los mexicanos.
El estudio se titula Exposición a clembuterol en sus diferentes fuentes (medicamentos, suplementos y/o alimentos) y su impacto en población específica para determinar los niveles de excreción de clembuterol en orina, así como el comportamiento de los enantiómeros del clembuterol derivados por el consumo de carne que probablemente contiene esa sustancia.
Han negado la existencia de esa investigación o que se conozcan sus resultados, pero éstos son concluyentes: 49% de las casi 2 mil muestras de orina analizadas en ese estudio contienen clembuterol, en algunos casos con concentraciones tan elevadas que los rastros hallados recientemente en el boxeador Saúl El Canelo Álvarez son una cosa de niños.
La pelea que el campeón mundial mexicano sostendría en Las Vegas el próximo 5 de mayo se canceló porque las autoridades encontraron en la orina del atleta 0.6 y 0.8 nanogramos de clembuterol en dos controles que se le realizaron. Un nanogramo es la mil millonésima parte de un gramo.
Las huellas de esa sustancia en algunos de los participantes en los estudios del gobierno mexicano son mayores: 4.9 nanogramos, de acuerdo con los resultados del documento, obtenido por Proceso y Quinto Elemento Lab, mediante solicitudes de acceso a la información.
La Cofepris y la Conade trabajaron en conjunto para realizar una investigación acerca del clembuterol por encargo de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés).
Según fuentes cercanas al estudio, otros países declinaron realizar una investigación similar, pues suponía dar a voluntarios alimentos posiblemente contaminados.
El gobierno de México decidió hacer un estudio que llaman “doble ciego”: ni los voluntarios ni los encargados de las pruebas sabían si las piezas de carne tenían o no la sustancia prohibida por la ley.
El estudio fue dividido en dos partes; la primera se realizó en 2014, y la segunda, en 2016. El objetivo fue investigar si había alguna manera de distinguir entre el consumo deliberado de clembuterol con fines de dopaje y el consumo accidental de la sustancia mediante carne contaminada. También se propusieron indagar cuánto tiempo se requiere para que el cuerpo deseche totalmente la sustancia.
La WADA se enfrentaba desde 2011 al dilema de qué hacer con los deportistas de México, o con los extranjeros que aquí compiten, y qué tan a menudo fallan en las pruebas antidoping por clembuterol.
Los resultados de esa investigación que concluyó en 2016 los conocieron la propia WADA y dos dependencias mexicanas. Siguen siendo analizados. El gobierno federal los ha mantenido en reserva hasta hoy.
Proceso y Quinto Elemento Lab lograron conocer pormenores de cómo se desarrolló el estudio y a qué resultados llegaron, después de docenas de solicitudes de información y entrevistas con personas cercanas a la investigación.
Para realizar el estudio, la Cofepris adquirió 90 lotes de carne magra molida de res de 2.5 kilos cada uno. La compraron en sitios donde ya antes habían detectado carne contaminada o también en localidades donde alguna vez hubo casos de personas intoxicadas con la sustancia. Obtuvieron 11 lotes en la Ciudad de México. En ocho de ellos encontraron clembuterol. Incluso, en uno de los lotes hallaron un muy alto grado de contaminación.
Los investigadores asignaron un código a cada lote para tener registro del origen de cada pieza y qué voluntario la comió.
En el transcurso de varias semanas los voluntarios consumieron una o hasta tres porciones de carne molida en hamburguesas. Al final, 938 de las mil 916 muestras de orina resultaron positivas a la sustancia. Algunas con concentraciones sumamente elevadas.
Otro de los resultados clave de este estudio contradice lo que altos funcionarios de la Cofepris han asegurado durante años: que para que un deportista fallara un control antidopaje tendría que comer una enorme cantidad de carne contaminada –entre 3.3 y 6.2 kilos.
Según consta en los documentos, bastó que los voluntarios comieran entre 250 (una hamburguesa) y 750 gramos (tres hamburguesas) de carne magra contaminada para dar positivo a clembuterol.
Ninguno de los participantes enfermó o tuvo síntomas de intoxicación, dijeron algunos de los voluntarios entrevistados.
Los médicos a cargo del estudio determinaron que fueron necesarias de 140 a 170 horas para que los voluntarios eliminaran por completo este químico, vía orina. El lapso dependió de si comieron sólo una o tres porciones de hamburguesa.
De acuerdo con especialistas que intervinieron en el estudio, los resultados sorprendieron a funcionarios de las dos instituciones federales participantes, la Conade y la Cofepris, que depende de la Ssa.
“El problema de verdad es grave”, alerta la doctora María Salud Rubio Lozano, directora del Laboratorio de Ciencia de la Carne de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Ella no participó en el estudio de la Cofepris; sin embargo, el año pasado documentó que en algunas regiones de México venden carne de caballo como si fuera carne de res. Sometió muestras a una serie de pruebas y encontró que 93.1% tenía clembuterol.
“Las autoridades, no entiendo por qué, lo niegan una y otra vez. Es verdad que no se muere todos los días alguien ni hay unas intoxicaciones brutales. Si tú pones esos números, la alerta debería sonarnos a todos en el oído”, dice Rubio.
El uso de clembuterol para la engorda de ganado comenzó a popularizarse entre productores a mediados de los años noventa, cuando se propagó entre engordadores en México la noción de que, mezclada en el alimento del ganado, el anabólico les permite lograr más kilos de carne magra, en menos tiempo y a un menor costo de producción.
Esta sustancia sigue siendo utilizada en algunas regiones del país pese a que está prohibida en México desde 2002 por los daños que causa a la salud animal y humana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prohíbe a los países utilizarla para este fin. Según la bibliografía médica, puede ser particularmente dañina para quienes padecen problemas cardiacos.
Al término de la primera fase de este estudio, la Conade entregó los resultados del análisis de la orina de los voluntarios a la Cofepris. Y los envió también a la WADA como una evidencia más de la presencia de carne contaminada.
Contra las cuerdas
La WADA ya tenía una colección rica de indicios cuando llegaron los resultados del estudio de 2014.
La alerta por el clembuterol se encendió por primera vez en mayo de 2011, luego de que cinco futbolistas de la Selección nacional dieron positivo poco antes del inicio de la Copa Oro.
No se había disipado aún ese escándalo cuando, en octubre de ese año, el jefe de los Servicios Médicos de la FIFA, Jiri Dvorak, reveló que 109 de 208 futbolistas de 24 países que participaron en el Mundial Sub 17 reprobaron al antidoping por la misma causa.
Los jugadores estaban concentrados en ciudades del centro, norte y occidente de México. Sólo en cinco selecciones no se detectó clembuterol. Uno de esos equipos, incluso, restringió por completo el acceso a la carne mexicana. Todos los futbolistas de cuatro selecciones dieron positivo a clembuterol.
Por esta alta prevalencia, la FIFA no sancionó a nadie. La WADA aceptó esta resolución como la evidencia de carne mexicana contaminada.
Algo que no fue revelado entonces y que se publicó en 2013 en una revista para especialistas, la Drug Testing and Analysis, es que durante el Mundial Sub 17 la FIFA tomó 128 muestras de carne de los restaurantes de los hoteles sede y las envió para análisis al Instituto de Inocuidad de Alimentos RIKILT, en Holanda. Ahí encontraron clembuterol en 30% de las muestras recolectadas en Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey, Morelia, Pachuca, Querétaro y Torreón.
Otra evidencia más afloró en 2011. Un grupo de 24 científicos del Laboratorio Antidopaje de Cataluña se reunieron a comer en el Piantao, un restaurante de cortes argentinos al sur de la Ciudad de México, relató Juan Manuel Huesca, médico de la Conade, durante un congreso de medicina del deporte realizado hace dos semanas en el Hospital Juárez de la capital del país.
Estos científicos estaban en México para realizar los controles antidoping de los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Ese día, después del almuerzo, todos entregaron muestras de orina, que luego analizaron en el laboratorio. El resultado fue: 23 muestras tuvieron clembuterol.
El único que salió limpio comió pollo; los demás, carne de res, según contó, en su oportunidad, el subdirector de Ciencias de la WADA, Osquel Barroso, a los asistentes de un seminario de medicina y dopaje realizado en Panamá en febrero último.
Según datos del Laboratorio Nacional de Prevención y Control de Dopaje que opera en la Conade, 485 muestras de orina de atletas mexicanos de 39 deportes olímpicos y no olímpicos resultaron positivas a esta sustancia, entre 2012 y 2016.
Los deportes con más casos de clembuterol son: futbol (104), futbol americano (58), atletismo (54), basquetbol (42), halterofilia (27), beisbol (26) y taekwondo (26).
Los boxeadores profesionales lo han vivido en carne propia. En 2016, quien falló en el antidoping fue el campeón mundial súper pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el mexicano Francisco Bandido Vargas. Unas semanas antes de exponer su título cenó un caldo de res que le preparó su madre, Guadalupe Peláez, y luego desayunó otro plato justo el día que le realizaron la prueba antidopaje.
Peláez, una médico veterinaria, compró dos kilos de pecho y chambarete en la carnicería La Excelente, en el mercado de Jardines de Aragón, en Ecatepec.
“Me sentí presionado y acosado por algo que yo no tuve culpa, ni sabía, por el hecho de haber comido mi comida normal”, lamenta Vargas en entrevista.
–Las autoridades sanitarias han dicho que los deportistas usan el clembuterol para hacer trampa –se le dice.
–Que ellos mismos coman carne y se hagan una prueba para que vean los resultados que arrojan. Cuando voy a competir ya no como carne –responde el campeón.
A su vez, el presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, explicó a la Comisión de Boxeo de California la situación de la carne en México. Vargas no fue sancionado.
A otro pugilista, Luis Pantera Nery, se le encontró zilpaterol, una alternativa al clem­buterol que está permitida en México. Sin embargo, debe aplicarse un determinado tiempo antes de la matanza del animal para que la carne no contenga restos de la sustancia.
El 26 de marzo pasado se hizo público que El Canelo Álvarez está en el mismo aprieto. Tuvo que cancelar la pelea del 5 de mayo ante Gennady Golovkin. Sus abogados están preparando su caso. Intentarán convencer a sus interlocutores de que comió carne contaminada en México. Lo hará ante la Comisión de Nevada, cuyo director ejecutivo pidió que sea castigado.
Derrota de la Cofepris
Juan Manuel Herrera, director de Medicina y Ciencias Aplicadas de la Conade, llevaba meses gestionando un encuentro con directivos de la WADA para intentar zanjar la discusión sobre si los deportistas se están dopando con clembuterol o si la sustancia está en la carne.
En agosto de 2013, funcionarios de México, entre ellos la comisionada de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Cofepris, Rocío Alatorre Eden-Wynter, viajaron a Montreal, Canadá, a las oficinas centrales de esa organización para hablar con la directiva y con representantes de los máximos organismos del deporte amateur y del futbol mexicano.
Al frente de todos, en la punta de la mesa, estaba David Howman, entonces director de la WADA, acompañado de Olivier Rabin, director del Comité Científico, y Emiliano Simonelli, el entonces senior manager Jurídico, ambos de la misma organización.
Estuvieron presentes Enrique Bonilla, entonces presidente de la rama de la Primera División, hoy Liga MX, y a quien en 2013 le tocó enfrentar el escándalo de dos futbolistas que dieron positivo por clembuterol. A su lado estaba el médico Rafael Ornelas –ya fallecido– del Comité Olímpico Mexicano.
Frente a Bonilla se sentaron Rocío Alatorre y Patricio Caso Prado, coordinador de asesores del entonces titular de la Cofepris, Mikel Arriola; a su lado derecho, el doctor Herrera.
La reunión se extendió por dos horas y media. Cada uno, la Conade y la Cofepris, expusieron su caso. Uno defendió el prestigio de los atletas; el otro, el prestigio de la carne.
De la reunión sólo los dirigentes deportivos salieron felices, festejando que, ante las evidencias y el incremento en el número de casos en México, la WADA había aceptado sus argumentos.
Ese encuentro dio pie para que, con el aval de la WADA, la Conade y la Cofepris realizaran la investigación con los voluntarios.
En marzo de 2014, el Comité Nacional Antidopaje reconoció que “México tiene un serio problema de contaminación de alimentos, específicamente en la carne de res por clembuterol”, y anunció que todos los casos se analizarán de manera individual.
Así, cuando se demuestre que la presencia de esta sustancia en la orina de los atletas obedece a la ingesta involuntaria de carne contaminada (hasta.55 nanogramos por mililitro de orina), no serán sancionados. La WADA fue informada sobre cada caso.
Parte del protocolo que se sigue consiste en enviar una carta a las federaciones deportivas internacionales para explicar el problema. El sustento legal de ese protocolo descansa también en los casos masivos de clembuterol en atletas mexicanos de deportes de conjunto registrados entre 2009 y 2013.
Iván Martínez Guerrero, secretario ejecutivo del Comité Nacional Antidopaje, notificó por correo electrónico a Thomas Delaye-Fortin, responsable de Asuntos Jurídicos de la WADA, que la Secretaría Salud, la Cofepris y la Conade han investigado el problema del clembuterol en México desde 2011 y que “dichos resultados arrojaron que es un problema de salud pública”.
La base de esta aseveración es un informe de la Cofepris y un análisis estadístico por año, deporte, estado de origen de los atle­tas y tiempo de estancia en determinadas localidades, ya que se identificó que las regiones donde es severo el problema de carne contaminada son el centro del país y los estados del Bajío. En 2017, los resultados de las muestras de orina de atletas mexicanos que fueron analizadas en el Laboratorio de Montreal, certificado por la WADA, dan cuenta de la contaminación de la carne.
Rocío Alatorre alega que la presencia de carne contaminada no es un problema de salud pública. La cifra de intoxicados en 2017 fue de 1.2 personas por cada 100 mil habitantes, menos que los 4.2 registrada hace 10 años, pero superior a la tasa de 0.08 que en 2013 reportó el Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE).
Ofrece otra prueba: la Cofepris analizó en ese periodo 2 mil 642 muestras de carne en rastros y puntos de venta. Sólo en 5% encontraron clembuterol.
“No es un problema de salud pública porque no nos está llegando gente intoxicada o que sospeches que tiene clembuterol. Ni la Conade ni la WADA tienen autoridad para hablar de si hay un problema de salud pública”, destaca Alatorre Eden-Wynter.
“La Cofepris, el gobierno mexicano, le dio a la WADA la evidencia de que existía un problema que se está atendiendo. Le dio la evidencia de los controles mediante los sistemas de vigilancia. ¿Quieres llevar a cabo un estudio? Con mucho gusto se hace en México.
“Vinieron sus científicos y el gobierno mexicano puso todo el dinero para llevar a cabo un proyecto de enorme complejidad e interés para que la WADA reconociera la rectitud con la que México está atendiendo un problema. Si tú me dices: ‘¿es cero?’, te acabo de decir que no. ¿Disminuye? Sí. ¿Necesitamos que sea cero? Sí. ¿Cuándo va a ser cero? No lo sé. ¿Necesitamos seguir controlando? Sí.
–¿Los atletas se están dopando y le echan la culpa a la carne? –se le pregunta.
–No sé qué está pasando con los atletas. Lo desconozco.
–¿Es importante hacer un estudio en la población para saber cuántas personas tienen clembuterol en el cuerpo sin saberlo?
–Si hicimos algo tan complicado como este estudio, el otro es potencialmente más sencillo. Por lo pronto, podemos hacer un piloto que nos vaya dando luz –dice la funcionaria.
En la segunda fase de la investigación que se realizó en 2016, en la que participó el Instituto Nacional de Nutrición, dependiente de la Ssa, a un grupo de 20 voluntarios sanos se les suministró una tableta del medicamento Spiropent, que contiene 20 microgramos de clorhidrato de clembuterol.
La Cofepris se rehusó a entregar los resultados de esta segunda fase y los clasificó como reservados por tres años, bajo la explicación de que la investigación no ha concluido y que su divulgación “puede menoscabar la conducción de las negociaciones y relaciones internacionales”.
“A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades, en México continúan identificándose productos cárnicos contaminados con clembuterol en algunas regiones del país, situación que resulta en la posibilidad de que pruebas antidopaje positivas con límites de detección sensibles puedan deberse a prácticas de dopaje o tratamiento con medicamentos que contienen la sustancia, o bien, al consumo de carne contaminada con clembuterol”, indica el protocolo de la investigación que se hizo con la medicina.
Según las fuentes consultadas, aún no existe un método científico que permita distinguir, sin lugar a dudas, los casos de dopaje de los de ingestión involuntaria de clembuterol por alimentos contaminados. Eso podría derivar en casos de dopaje no sancionados o deportistas que resulten castigados sin haber consumido ninguna sustancia ilegal de manera deliberada.
Alatorre afirma que no conoce las conclusiones de la investigación que, refiere, le corresponde a la WADA presentar. Añade que a ella le corresponde vigilar la salud de la población abierta.
La Cofepris declaró “clasificada y reservada” toda información relacionada con los establecimientos que vendieron la carne, cuando se le solicitó para este reportaje. Justificó en su respuesta que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) convalidó que esa información contiene “secretos comerciales que si se hacen públicos, le ocasionarán un daño a la economía del país”.
En otra respuesta a una solicitud de acceso a la información, la Cofepris declaró como “inexistentes” las acciones que realizó cuando supo que compró, con recursos del gobierno federal, carne contaminada con clembuterol. Sin embargo, Alatorre asegura que ordenó proceder contra dichos lugares.
La funcionaria federal asume que así ocurrió y dice que realizaron operativos en 27 establecimientos (20 locales en 10 mercados y en siete carnicerías) para identificar los rastros en los que se sacrificó el ganado con el anabólico y a los productores que los engordaron con esa sustancia, aunque no ofreció evidencia documental de ello.
“Es información reservada porque afectamos…”, suelta.
–¿A quién? –se le pregunta.
–No sé. Datos del particular: cómo está dado de alta ante (la Secretaría de) Hacienda, dónde está ubicado…
–¿Es más importante proteger al que vende la carne contaminada que informarle al ciudadano que la está comprando? –se le cuestiona.
–No sé cuál es tu conclusión –responde Alatorre.
–No estoy concluyendo, estoy preguntando –se le insiste.
–Una vez que supimos esto, se hicieron acciones. Ya te dije siete veces que las tiene otra área de la Cofepris, la Comisión de Operación Sanitaria.
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“Comimos la carne y empezamos a temblar...”/BEATRIZ PEREYRA
Revista Proceso #2162, a 8 de abril de 2018...
La señora Sara Agustín tenía 50 años cuando se intoxicó por comer tres bisteces, unos 300 gramos de carne contaminados con clembuterol. Compró un kilo y medio en la carnicería La Guadalupana, en Tlahuelilpan, Hidalgo, que preparó con nopales en un anafre en el patio de su casa. También comieron sus hijos y sus nietos.
Un par de horas después se sintió mal. Pensó que era la diabetes atacándola –temblaba, tenía dolor de cabeza, sentía que el corazón se le escapaba del pecho– hasta que los demás miembros de su familia, uno tras otro, iban sufriendo los mismos síntomas.
“Nos dio como un sueño, como un desguance”, recuerda. “Empecé a temblar y uno de mis hijos, el mayor, también comenzó a temblar y me dice: ‘Má, ¿no nos haría mal la carne?’. Le dije que a lo mejor sí, porque es a todos, hasta a los niños.”
Ese 10 de mayo de 2013 en Tlahuelilpan 56 personas buscaron ayuda en el centro de salud y en un consultorio privado. En ese año hubo 94 intoxicados en todo el país, entre ellos los nietos de la señora Agustín.
El manual que debieron seguir los médicos para consignar estos casos indica que tuvieron que tomar muestras para corroborar la presencia y la cantidad de clembuterol en el organismo, lo que no ocurrió. El sector salud no cuenta con reportes que indiquen la dosis del anabólico que tuvieron los afectados.
Ese fue el último año en que la Secretaría de Salud (Ssa) incluyó a la intoxicación por clembuterol entre los padecimientos que la red de clínicas y hospitales debía reportar vía el Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE).
Según documentos de la Ssa, los funcionarios resolvieron que “la magnitud y trascendencia disminuyó” y dejaron de contabilizarlos. La tasa de intoxicados ese año fue de 0.08 por cada 100 mil habitantes.
Entre 2011 y 2013 hubo 346 casos en 15 estados del país (en la región centro, Bajío, occidente y sur). Aunque la mayoría tenía entre 25 y 44 años, llegaron reportes de 13 niños que tenían entre uno y cuatro años; en 27 reportes más, los pacientes tenían entre cinco y nueve años de edad.
María Salud Rubio, directora del Laboratorio de Ciencia de la Carne de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, considera que “a la larga (el consumo de clembuterol) quién sabe lo que nos dañe o lo que nos va a hacer. Eso no lo sabe nadie. Ni los de la Cofepris ni los del Senasica ni ninguna autoridad sanitaria. Ni nosotros, como investigadores, porque no hay un estudio a lo largo del tiempo para que sepamos los efectos de eso”.
–¿Se tiene que morir alguien, se tienen que morir muchos?
–Yo no sé siquiera si eso va a ser suficiente. Para mí lo que detonaría completamente una crisis en el país sería que lo encontraran fuera de las fronteras. Aquí no le están poniendo importancia. Ellos (Cofepris, Senasica) saben que nos estamos comiendo la carne, que nos estamos comiendo mucha carne con clembuterol.
–¿Considera que a las autoridades sanitarias no les importa la población?
–No es que no les importe. Yo creo que se les va de las manos. No saben solucionarlo. Es un problema muy grave, muy grande. Yo sé que son conscientes. Yo creo que lo deberían decir públicamente.  Son conscientes. pero no saben solucionarlo.
–¿Van a negar que esto ocurre?
–El problema es que tú le dices esto a la población y causas una alarma nacional. Te van a enfrentar: “A ver, demuéstrame que esto está pasando”. Las autoridades van a salir y te van a decir que tú no sabes o que no tienes la razón.
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Ineficacia y simulación sanitarias/BEATRIZ PEREYRA
Revista Proceso #2162, a 8 de abril de 2018...
Fernando Amador Lozada llevaba nueve años como carnicero en Tlahuelilpan, Hidalgo, cuando se metió en un problemón. La carne de res que vendió en mayo de 2013 intoxicó a 56 personas.
Amador sabía, desde que abrió su carnicería La Guadalupana, que en la región tenían prohibido vender hígado de res. Ninguna autoridad se lo dijo, pero era conocido por todos que en ese órgano es donde más se concentra la “sal milagrosa”, como le llaman al clembuterol. No sólo en Hidalgo, también en Jalisco y en otros estados habían retirado esa víscera del mercado.
Por eso se fue de espaldas cuando vio que sus clientes se intoxicaron con los bisteces que les vendió. La gente se arremolinó en su local para exigirle que pagara por las consultas médicas y tratamientos. El carnicero fue a buscar al señor Jorge García Martínez, quien, asegura, le vendió por 15 mil pesos una canal de 250 kilos, y le hizo atestiguar lo que ocurría. García le dijo que le compró el animal a un ganadero local, a un tal Antonio.
Un par de días después, funcionarios de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tomaron unos 300 gramos de la carne exhibida en el refrigerador y cortaron otro trozo de la misma pieza. Le dijeron a Amador que la mandara analizar.
Los dos análisis resultaron positivos a clembuterol. La Cofepris clausuró La Guadalupana. Los funcionarios informaron que harían una investigación. Al cabo de dos meses, a Amador le impusieron una multa de 98 mil 208 pesos. Caso resuelto. La investigación nunca llegó hasta el engordador de la res.
Utilizar clembuterol es un delito federal; la ley impone multas y penas de cárcel a quien la venda, transporte, emplee para la engorda y al que comercie con ganado y productos contaminados con esa sustancia.
Según información del Consejo de la Judicatura Federal, en todo el país sólo cuatro personas han sido sentenciadas, entre 2002 y 2017, por delitos vinculados al uso de este anabólico. Los casos más recientes son de 2013: tres fueron declarados culpables y dos salieron bajo fianza. El otro quedó en “semilibertad”. A todos les impusieron multas de entre 3 mil 830 y 30 mil 690 pesos.
Entre los casos no hay ningún sentenciado por traficarla o venderla; dos son engordadores y otros dos, introductores. Uno de ellos transportaba animales que dieron positivo en la prueba, a otros los descubrieron con animales contaminados cuando llegaron a rastros en Chiapas, Estado de México y Morelos.
Único culpable
En Tlahuelilpan no hay rastro municipal y mucho menos un centro de sacrificio con calidad TIF (Tipo Inspección Federal), que avala altos estándares de seguridad y sanidad. En todo Hidalgo, de los 124 rastros y centros de matanza que existen ninguno cuenta con esta certificación. Los centros son propiedad de particulares, casi siempre instalados en sus casas.
Según el director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Enrique Sánchez Cruz, 40% de la carne que se consume en México sale de lugares así. El otro 60%, de centros TIF. En el país existen 2016 rastros en funcionamiento, de los cuales sólo 122 tienen esta certificación.
Como Fernando Amador no presentó pruebas de que le compró la res a García, no demostró cómo la adquirió. García negó ante la Cofepris haberle vendido.
“Me responsabilizaron. Lo único que hicieron fue imponerme una multa y ahí termina el problema. Ya no investigaron a este chavo (García). Si él hubiera dicho: ‘Sí, yo se lo vendí, pero yo se lo compré a fulano’, entonces creo que hubiera seguido el procedimiento.”
–¿Le insistió a la Cofepris que investigara quién le dio el clembuterol al animal?
–Se aferran a lo que hay: “Tú la vendiste, tú eres el responsable. Se acabó”. Aunque yo le diga ve y verifica a fulano, pues no lo hacen.
A casi cinco años del incidente, Fernando Amador sigue con el estigma de ser “el carnicero que enfermó a los vecinos”. No ha podido recuperar la confianza de sus clientes. Sus ventas se desplomaron 70%; además, reconoce que no tiene manera de distinguir si las canales que compra tienen o no la sustancia ilegal.
Las 17 multas que la Cofepris impuso entre 2013 y 2017 a los rastros donde detectó presencia de clembuterol son inferiores a la que recibió Fernando Amador. Estas oscilan entre 30 mil y 36 mil pesos. Las más severas llegan a 94 mil 500 pesos, como la impuesta a Industrial de Abastos Puebla, rastro TIF 591, y a los 121 mil 900 pesos que pagó el Rastro Frigorífico Los Arcos, localizado en La Paz, Estado de México. En otros cinco casos, la práctica sólo ameritó amonestaciones.
Amador vive con la preocupación de vender otra vez carne contaminada, que le clausuren el negocio y el desprestigio lo lleve a la ruina. De la mala experiencia aprendió a no comprar canales sin la documentación oficial que identifica al propietario del animal. En teoría, si se enfrentara a la misma situación el responsable de la engorda ilícita tendría nombre y apellido.
Revisiones insuficientes
El Senasica tiene entre sus funciones cuidar la salud de los animales en beneficio de los consumidores y es responsable de reducir los riesgos de contaminación en los alimentos.
De 2011 a 2017, el Senasica realizó 185 inspecciones en 21 rastros con certificación TIF y en 110 ranchos ganaderos. En promedio visitó 26 al año, o uno cada 15 días. Se trata de revisiones insuficientes porque las inspecciones se realizan sólo cuando existe un brote de intoxicados o cuando hay una denuncia ante la autoridad.
El Senasica entregó documentos que indican que entre 2002 y 2017 inspeccionó rastros municipales y TIF, así como ranchos que cuentan con la certificación denominada Proveedor Confiable Libre de Clembuterol.
En 14 establecimientos encontró ganado que resultó positivo a esta sustancia. Recolectó 959 muestras y de éstas 30 tenían clembuterol. Sin embargo, el Senasica sólo presentó 12 denuncias de hechos ante la Procuraduría General de la República (PGR). Ninguna de éstas fue hallada como sentencia en los archivos del Consejo de la Judicatura. En la PGR tampoco están las averiguaciones previas correspondientes.
En dos de esos 30 casos, a los propietarios de las reses alimentadas con clembuterol sólo se les impuso una multa de mil días de salario mínimo.
En los otros casos sin denuncia, el Senasica explicó que no se presentó ante la autoridad ministerial porque “siguen investigándose”. La evidencia no fue suficiente para configurar un probable delito contra el rastro TIF 333 ubicado en León, Guanajuato, pese a que ahí en tres ocasiones (dos en 2009 y una en 2010) se detectaron reses con clembuterol.
Lo mismo ocurrió con el rastro TIF 412 de Querétaro, en el que fueron halladas cinco reses con el fármaco anabólico entre 2009 y 2010. Tampoco hubo denuncias en los casos de los rastros TIF 51 de Tabasco (2010), TIF 78 de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y TIF 348 del Estado de México (2010) ni en las unidades de producción (ranchos) de Nayarit que fueron inspeccionadas en 2012.
Las verificaciones que el Senasica realiza se hacen previa notificación por escrito. Se trata de un oficio en el que señala el día en que se llevará a cabo la inspección, lo que puede representar una especie de pitazo para los infractores.
“En realidad, el rastro no tiene la culpa; son los productores. Cuando va a haber una supervisión de la Cofepris o del Senasica, los productores y los introductores lo saben y no hay matanza o sólo unos cuantos animales.
“Es un poquito o un mucho que se simula. Me ha tocado ir a rastros con estudiantes y vemos que no hay matanza. ¿Qué pasó? ‘Es que hoy viene el Senasica o viene la Cofepris’. Multas, cuarentenas de ganado o que se cierren las unidades de producción no han servido para disminuir este problema”, explica el doctor Gilberto Aranda, investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo. Enrique Sánchez Cruz dice que los operativos ya son sorpresa desde hace un año.
Secreto a voces
En México se venden dos tipos de carne de bovino: La de animales sacrificados en los centros TIF, que se caracterizan por tener un control sanitario y cuyo mercado son principalmente las tiendas de autoservicio o se exportan.
El ganado que llega a estos centros TIF proviene de sitios de engorda, como las unidades de producción libres de clembuterol, el programa del Senasica en el cual se inscriben los ganaderos voluntariamente.
Estos sitios tampoco han estado del todo libres de esta sustancia, como el rancho Las Fronteras en Querétaro (2015) y la Promotora Ganadera del Real S.A. de C.V., en Ciudad Lerdo, Durango (2017). El Senasica presentó las denuncias de hechos ante la PGR. Aún sigue la investigación.
El segundo tipo de carne es la de los animales que son llevados a un rastro municipal o casa de matanza donde no existe control sanitario. Este producto es el que se expende en carnicerías, mercados municipales y tianguis. Al respecto, Sánchez Cruz recomienda a los mexicanos que sólo compren y consuman carne que cuente con la certificación TIF.
–¿Por qué no todos los lugares son seguros para comprar carne?
–Porque no funciona así. No es todo 100%. Yo también sospecho que si voy a algún lugar de México, a las carnicerías fulanas, puede haber carne de bovino que no sea segura –dice el funcionario. Deja ya que tenga clembuterol, ¡que no tenga otra cosa! No hay una alerta que diga que es un problema serio. ¿Que puede haber presencia por consumo sistémico?, ese es otro asunto. ¿Que sí hay posibilidad de que estés consumiendo?, sí la hay. Esa y otras sustancias.
El diputado federal del PRI Oswaldo Cházaro también es el líder de la Comisión Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), que agrupa a todas las uniones regionales, generales y estatales. Él cuestiona que el trabajo de la Cofepris y del Senasica se haya concentrado en revisar ranchos y rastros para detectar el uso ilegal del clembuterol.
Desde la perspectiva del legislador, sería más efectivo realizar verificaciones en puntos de venta, donde no hay controles o son muy laxos.
–¿Es importante hacerle pruebas a la carne y seguirla hasta llegar al engordador?
–Es un círculo perverso: primero se generó el mercado y luego se fue creando la cadena de producción. Ese es el tema del clembuterol. Hay que combatirlo en los centros de consumo.
Desde 2004 a la fecha, el Senasica ha suscrito convenios con la CNOG para identificar el ganado mediante la colocación de aretes. Este sistema de identificación permite rastrear el origen de las reses desde su crianza hasta su destino final. Cada vez que se detecta carne contaminada con clembuterol la Cofepris, con ayuda del Senasica, tiene la obligación de llegar al engordador.
“Es un secreto a voces. Vas a Tabasco, Yucatán, Tamaulipas, Chihuahua, Sonora y preguntas quién engorda con clembuterol y todo mundo sabe”, asegura Miguel Ángel Toscano, extitular de la Cofepris.
“Las autoridades, la Cofepris, el Senasica y la PGR han sido omisas a un problema muy grave que todo mundo sabe: la presencia de clembuterol en la carne. No hay los controles suficientes para detener esta sustancia”, revela.
Las acciones que ha realizado la PGR para combatir el uso del clembuterol se resumen así: en 2014 aseguró 54 gramos de anabólico en Puebla y al año siguiente, 24 kilos en la Ciudad de México, según la respuesta a una solicitud de acceso a la información.
En 2008 consignó una averiguación previa después de que personal de aduanas decomisó dos lotes que contenían 140 kilos de la sustancia en el aeropuerto de la capital del país. Tampoco hubo sanciones.
En 2011, en Jalisco, la PGR aseguró 100 costales con 50 kilos de alimento con clem­buterol y 850 cabezas de ganado por muestras positivas. En 2009, en dos ranchos en Ameca, Jalisco, fueron detenidos dos propietarios de ganado, pues en 13 de 37 muestras tomadas se encontró la sustancia ilegal.
A los dos presuntos responsables se les dictó auto de formal prisión. “Es la primera vez que se ejercita acción penal por el delito de comerciar animales vivos alimentados con clembuterol”, boletinó la PGR. Sin embargo, ninguno ha sido sentenciado.
En respuesta a otra solicitud de acceso a la información, la PGR informó que entre 2003 y 2013 consignó ante un juez 30 averiguaciones previas por la violación de la Ley Federal de Sanidad Animal.
“Del mercado negro del clembuterol hay responsables. Se llama aduanas, se llama PGR y, en última instancia, Senasica y Cofepris por no actuar y ser omisos en un tema tan importante. Han sido tan omisos que todo el mundo sabe que lo puede hacer”, insiste Toscano.
“¿Qué otro tema puede ser tan importante que no comer carne contaminada? Como consumidor estás comprando un producto que no es inocuo, que viene contaminado y que puede poner en riesgo tu salud”, agrega.
“Sin gorditos y más rojita”
Los introductores son quienes compran a los ganaderos las reses listas para el sacrificio. Y son ellos los principales promotores del uso del clembuterol. Una res “bien finalizada”, como la exigen los introductores, es un animal muy musculoso, cuyo rendimiento es superior al que no fue engordado con el anabólico.
Esa carne prácticamente no tiene grasa. El color es de un rojo más brillante, como la que se vende en el viejo rastro de Ferrería, en la delegación Azcapotzalco, al norte de la Ciudad de México.
Desde antes de que amanezca, a Ferrería llegan cientos de canales de res que penden de ganchos asidos a rieles por donde se desplazan. La venta es al mayoreo y menudeo. Lo mismo acuden a comprar los vecinos de la zona que banqueteros o quienes administran restaurantes y hoteles. Los clientes se pasean entre las canales buscando la carne de mejor calidad.
De un lado del corredor, las canales lucen pálidas. La grasa del animal se asoma entre la carne. Los carniceros que la ofertan presumen la pequeña tira de papel de color blanco que en letras negras identifica el centro TIF en el cual fueron adquiridas.
A unos metros de ahí cuelgan otras hileras de canales que se ven muy distintas. La carne está limpia de grasa; la carne tiene un tono rojo intenso. Los músculos son exageradamente voluminosos, como los de un fisicoconstructivista. La carne se asemeja al rostro de un boxeador tras haber recibido una golpiza. Esa carne carece de la certificación TIF.
Los vendedores del lado izquierdo responden a bote pronto cuando se les pregunta por qué la carne es diferente: “Esa que no tiene grasa tiene anabólicos. Dígales que le enseñen el sello TIF”. Es el tipo de carne que le gusta al consumidor: “sin gorditos”, “más rojita”.
Para el introductor, un animal “bien finalizado” representa hasta un 10% más de ganancia por cada res. Principalmente, en la zona centro del país y en el Bajío los introductores castigan a los engordadores. Si el ganado no está como a ellos y a los tablajeros les gusta, no lo compran. Los mandan a ponerles “las sales”. En la desesperación el ganadero cede.
“Ese fenómeno sí existe”, reconoce el diputado Cházaro. Pero matiza: “La mayor parte de la carne que se produce en México y que pasa por los procesos de certificación es sana. Tan es así que exportamos 240 mil toneladas al mundo, principalmente hacia Estados Unidos. Esa carne, por obvias razones, no puede ir contaminada.”
–¿La engorda del ganado con clembuterol es un problema grave en México?
–Es un problema importante en términos de salud pública. Hay que combatirlo, pero tasar toda la ganadería por esa práctica indebida menor es desconocer el esfuerzo de muchos productores.
–¿Por qué si hay otras opciones insisten en usar el clembuterol?
–Es un tema de costos. Se van por lo más fácil con productos que les dan ventajas económicas. Los que lo hacen son el eslabón de la cadena que se llama engordadores, gente que quiere ganar el dinero fácil.
Ley sepultada
Durante 33 años, el diputado federal priista Ramón Villagómez ha estado en la industria de la ganadería como comercializador, procesador y empacador de carnes en Nuevo León, estado del que es originario.
Cuando en 2015 se convirtió en legislador se puso a trabajar en una iniciativa para cambiar la Ley Federal de Sanidad Animal con el fin de tipificar el uso del clem­buterol como delito grave. La iniciativa no ha sido dictaminada.
“Hemos visto cómo se ha prostituido el negocio utilizando sustancias químicas indebidas para mejorar los rendimientos de peso en los animales y sus utilidades. Tiene que ser un delito grave. No pueden jugar con la salud pública”, alerta.
Su propuesta incrementa las penas carcelarias, pasando de cuatro a ocho años. Sobre la iniciativa, Oswaldo Cházaro asegura que el sector ganadero está en favor de los cambios en la legislación. Añade que turnó la iniciativa a la Comisión de Salud para elaborar el dictamen de manera conjunta con la de Ganadería. A unos días de que concluya el periodo de sesiones se sepultaron los cambios a la ley.
El clembuterol “no hace daño”
El Senasica diseñó el Programa Introductor Confiable (Sacrificio Bovino) para prevenir el uso del clembuterol. Quienes voluntariamente se inscriben en este padrón lo hacen para ser reconocidos como proveedores de carne sana y segura.
Los introductores confiables se comprometen a sacrificar ganado en establecimientos TIF o en rastros municipales que provenga de unidades de producción que cuenten con el oficio de hato libre de clembuterol o la constancia de Proveedor Confiable, Certificado de Buenas Prácticas Pecuarias vigentes. Sólo hay 121 introductores registrados en siete estados del país.
“Quienes están haciendo las cosas mal son un número muy pequeño. A ver: sacrificamos 30 millones de reses al año. ¿Cuántas tendrán? No sé. Es más riesgoso que la vaca haya estado enferma por una infección severa y su carne esté echada a perder. Es un tema menor”, insiste Sánchez Cruz, del Senasica.
Según el funcionario, el clembuterol no hace daño. “Si hiciera daño, no se lo comería nadie. Si te lo hubieras comido, te duele la cabeza y al día siguiente sientes como si tuvieras una cruda terrible; no vuelves a consumirlo jamás”.
De acuerdo con Sánchez, “la ciencia no te dice nada de daños colaterales salvo si te intoxicas. Si eres sensible, puede causar muchos problemas en tu corazón, pero no es una sustancia que te mate por consumirla”.
–No lo minimice. Usted es responsable de que la carne no tenga clembuterol.
–No lo minimizo, es un tema delicado.
–En México comemos carne con clem­buterol, ¿por qué no la exportamos también?
–Esa no entra por los cuidados que tienen los países en los muestreos que nos hacen.
–¿Por qué los mexicanos no podemos comer esa misma carne?
–Sí la comemos. Yo compro en un lugar donde estoy seguro que voy a comprar carne sana mexicana.
María Salud Rubio, directora del Laboratorio de Ciencia de la Carne de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, comenta: “Como país, es un poquito vergonzoso que tengamos muchísimos de los ganaderos usando un camino inadecuado para producir carne. Nos estamos jactando de que nuestra carne es maravillosa, de que se la llevan a muchos países”.
Añade: “Ojalá que nunca pase que en esos países lo detecten (el anabólico) porque si no, es una ruina para México. No nos afectaría en productividad si los productores dejan de darle la sustancia a sus animales. En cambio, sí nos dañaría que nos cerraran las fronteras y nos descalificaran como país exportador y productor de buena carne”.

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