No hay fondo/Manuel J. Jáuregui

¡Echar las campanas al vuelo porque en el segundo trimestre -según el INEGI- logramos crecer al punto 1 (0.1) por ciento es tanto como celebrar la mediocridad para hacerla pasar por excelencia!
No hay fondo/Manuel J. Jáuregui
Reforma, 01 Ago. 2019

La mala noticia es que el IPC de la BMV CAYÓ un 5.32 por ciento tan sólo en el mes de julio y parece buscar tocar fondo. La peor noticia es que no hay fondo a la vista y, a como pintan las cosas, si lo encuentra será sólo para barrenar en busca de un subpiso.
El índice de la Bolsa de Valores es usualmente un fiel indicador de los niveles de confianza existentes respecto a la economía: es una encuesta dura sobre las perspectivas que vislumbran los inversionistas.
Al caer la Bolsa (27 títulos de los 35 que componen el indicador), queda manifiesto que no hay confianza en el desempeño económico del País y que NADIE CREE que México logrará crecer el PIB a un ritmo del 4 por ciento. Vaya ni siquiera que pudiéramos lograr el 2 por ciento en este año.
¡Echar las campanas al vuelo porque en el segundo trimestre -según el INEGI- logramos crecer al punto 1 (0.1) por ciento es tanto como celebrar la mediocridad para hacerla pasar por excelencia!
La Bolsa no miente y siempre ha sido un fiel precursor de las crisis económicas en el País.
Cerca del 65 por ciento de la economía mexicana está en la Bolsa. Si ésta se empina es porque el País se está empinando: los números que reportan ingresos, ventas, ganancias, etcétera, indican claramente una economía DÉBIL, bien débil, una de la que nadie puede sentirse orgulloso.
Sin crecimiento no hay empleo, sin empleo no puede haber prosperidad para la población ni deja margen alguno para elevar el bienestar de los ciudadanos.
Es la condición descrita la esencia misma del SUBDESARROLLO y no, como algunos de la 4T afirman, del desarrollo. Sin crecimiento no puede haber desarrollo y sin confianza no puede haber, tampoco, crecimiento. No lo decimos nosotros: lo dicen los inversionistas que con su dinero "votan" en la BMV si le creen al Gobierno o no le creen.
La estrepitosa caída del mes de julio indica claramente que existe una mayoritaria opinión emitiendo un voto de desconfianza en el Gobierno. Por lo que ha hecho, por lo que está haciendo y por lo que pretende hacer. Por ejemplo: de un plumazo y por decisión chicharronera eliminar las condonaciones de impuestos. En primer lugar, a veces las mismas pueden estar justificadas. Pero, sobre todo, muchas veces incorporan a la base gravable a contribuyentes que NO pagaban impuestos. A veces condonar impuestos aumenta la recaudación.
Tronarlas quesque porque en el pasado se ha abusado equivale a tirar al bebé junto con el agua de la bañera. Si hay abusos, pues que se corrijan mediante un proceso más estricto y bien revisado, pero eliminarlas sin análisis bien puede terminar siendo contraproducente.
Otra idea que traen los de Morena en el Congreso federal, expuesta por el presidente de la Comisión de Presupuesto, el Diputado Alfonso Ramírez, es la de cobrarle impuestos a AMAZON, a GOOGLE, a UBER y, en general, a las operaciones en internet, quizá en la forma de un IVA a las ventas. Aunque el proyecto ya estaba armando polémica, ayer el propio Presidente AMLO desmintió lo dicho por el legislador, asegurando que no va a haber nuevos impuestos. ¿Qué tal si se ponen DE ACUERDO antes de soltar las cosas?
Otra idea, o ideota, que dicen que traen los genios de la 4T es proponer una nueva ley al Congreso que busque ELIMINAR las deducciones de los grandes contribuyentes. De hacerlo, sin duda, convertiría a la BMV en un cementerio de elefantes, pues ninguna empresa podría -o querría- operar en México bajo un esquema de cero deductibilidad.
Y es que hay gastos legítimos (como servicio de deuda, prestaciones laborales, sueldos, gastos en insumos necesarios para la producción, y cientos de rubros más) sobre los cuales para ser COMPETITIVOS globalmente ninguna empresa podría pagar impuestos, que es el resultado final de la cero deductibilidad. En ningún país moderno y desarrollado del planeta se ha planteado -y menos operado- un sistema así. Ello, precisamente, porque está reñido con todo principio económico y empresarial respetado en la mayor parte del globo terráqueo (no sabemos si en Marte), sobre todo en los países altamente desarrollados.
Este tipo de ideas, y otras, nos llevarán no al desarrollo, sino directamente al subdesarrollo agudo. Mejor es que las abandonen cuanto antes para evitar MÁS DAÑO a nuestra economía.