20 ago 2021

Carta del padre Alfredo Quintero Campoy

Obispo (Sic) se desmarca de corrupción

El Universal, 12/08/2021/ Redacción

Señor director: 


El motivo del presente es externar mi inconformidad y solicitar se aclare la veracidad de una nota periodística publicada ayer, lunes 9 de agosto de 2021: “Lucha de Poderes y turbulencia en el Poder Judicial”. En dicho artículo de opinión, el Sr. Mario Maldonado se refiere a mí en dos renglones, aseverando que se me ha “relacionado con acusaciones de pederastia, entre otros temas de presunta corrupción” (citado textualmente), haciendo un uso indebido del ejercicio de investigación periodística. 

Soy asiduo lector de su periódico y estoy a favor del uso de la libertad de expresión como un derecho; no obstante, el Sr. Maldonado abusando de este derecho, ha ofendido mi persona de manera pública y por escrito, utilizando su plataforma, para atentar en contra de mi honor y credibilidad, poniendo en duda mi moral y reputación como sacerdote. 

No soy un hombre de pleitos, soy un hombre de fe y de palabras. El pasado 29 de julio cumplí 26 años como sacerdote. Durante estos años me he desempeñado como maestro de estudiantes de filosofía del Seminario Mercedario. También, he sido Párroco, Rector, Vicario, Secretario, Ecónomo y Superior Provincial de la Provincia Mercedaria de México. Durante estos años mi trabajo ha estado enfocado en las cárceles, en los grupos apostólicos y la asistencia en las obras sociales. Actualmente, me desempeño en la oficina de Relaciones Institucionales en la Arquidiócesis Primada de México. 

 El carisma de mi comunidad religiosa se enfoca en rescatar a los que están privados de la libertad y en riesgo de perder la fe; por lo cual, mi servicio se ha caracterizado en ayudar comunidades de bajos recursos en las colonias Doctores, Álvaro Obregón (en las cercanías del Mercado de Jamaica) y en la comunidad de Nextitla (cerca de la calzada México Tacuba). Como sacerdote nunca he hecho distinción, por clase social, para llevar la unción de los enfermos y la eucaristía a donde se me ha requerido, ya sea a casa del Sr. Reyero o la casa de los floristas del Mercado de Jamaica o de algún vendedor de autopartes en la colonia Doctores. También, he celebrado bodas, misas y bautizos. Desde el tiempo que fui Superior Provincial (años 2006 a 2015) ha sido un compromiso ético y moral proceder en casos de pederastia a favor de las víctimas, conduciendo los casos denunciados ante la doctrina de la fe, evitando cualquier tipo de abuso, esa es mi única relación con casos de pederastia y todo se encuentra debidamente documentado. Usted podrá investigar. Mi desempeño como sacerdote es transparente y se basa en el servicio, por lo que las acusaciones que hace su periódico lastiman profundamente, a nivel emocional y también lastiman mi honorabilidad. 

Creo y comparto con “El Universal” los valores plasmados en su código de ética. Por lo cual, le pido a consecuencia y basándome en los valores publicados en su sitio web (https://www.eluniversal.com.mx/codigo-de-etica). 

1. Independencia: Se investiguen los conflictos de interés, “derivados de sus relaciones personales” que pueda tener el periodista para verse obligado a difamarme y quebrantar la imparcialidad en su ejercicio periodístico.  

2. Honestidad: Corregir las declaraciones del periodista; las cuales se basan en injurias y carecen de veracidad.  

3. Equilibrio: El periodista distorsiona la información, asumiendo que un par de visitas a casa del Sr. Reyero, en las cuales he llevado la eucaristía, la confesión y he sido invitado a comer o cenar, son actos de “presunta corrupción”. Pido que se corrija, ya que no recibo honorarios por estos servicios.  

4. Respeto: La difamación en sí, deja de lado el respeto.  

5. Responsabilidad: Es parte de este valor corregir el error por los agravios mencionados anteriormente y hablar con veracidad. 

Fr. Alfredo Quintero Campoy, O. de M.  

Relaciones Institucionales Arquidiócesis Primada de México 

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Respuesta del columnista: 

La información publicada en la columna fue documentada con testimonios de personas que se acercaron al periodista para denunciarlos, los mismos que fueron contrastados con fuentes dentro de la Arquidiócesis de México. Otros involucrados directamente con la persona en cuestión refieren reuniones en las que se han propuesto actos de corrupción relacionados con despachos de abogados y obras de arte sacro. Las fuentes se mantienen anónimas, pero sus testimonios fueron grabados e investigados por el columnista.  

Sobre la fundación mencionada, se confirmó también que está siendo investigada por las autoridades financieras, al igual que muchas otras. Al inicio de su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que su gobierno no transferiría recursos públicos a fundaciones y organizaciones civiles. Según el mandatario, al menos 2 mil donatarias autorizadas (o fundaciones y organizaciones civiles) habrían realizado operaciones con empresas que facturan operaciones simuladas, lo que implica el desvío de recursos que debieron ser destinados a los fines propios de su objeto social. 

Finalmente, el texto al que se hace referencia es parte de una investigación periodística sobre el financiamiento de algunas de las fundaciones más importantes del país, su relación con empresarios, así como la vinculación de estos con despachos de abogados.

Mario Maldonado 

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Lucha de poderes y turbulencia en el Poder Judicial/Mario Maldonado

El Universal, 09/08/2021...

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Fundaciones, en la mira 

Las autoridades financieras y judiciales del país investigan a una serie de fundaciones y el origen de sus financiamientos. Una de ellas es "SINTRATA", apoyada por Rosy Orozco y por el controvertido ‘corredor’ de arte sacro y obras de museo, Manuel Reyero –un personaje considerado oscuro que posee una mansión en la zona de Lomas Altas donde alberga sus obras–, la cual está en la mira por la opacidad de sus recursos. Sus relaciones están inmersas en varias agrupaciones religiosas, donde un asiduo asistente a juntas y fiestas en casa de Reyero es el padre Alfredo Quintero Campoy, a quien se le relacionado con acusaciones de pederastia, entre otros temas de presunta corrupción. Por su estructura financiera, las fundaciones son susceptibles de ser usadas como vehículo para lavar dinero o bien desviarlo para fines diferentes a su objeto social. Personajes de asociaciones culturales, civiles y religiosas han sido relacionados con estos delitos que investigan en la 4T.

 

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