AMLO ayer en el H. Puerto de Veracruz, se envolvió en la bandera de México..; lean despacio su discurso, hasta aplausos hubo pero no tan fuertes,1en el marco del 09 Aniversario de la Defensa Patriótica del Puerto
¡Me preguntó si hay amenaza real por parte de EU? No...
Dice AMLO.."Se habla en EU de intervenir y de enfrentar a la delincuencia organizada, (...) dándoles un trato de terroristas y que por ese motivo van a venir a ayudarnos (...) desde aquí, desde el puerto de Veracruz les decimos y que se oiga bien y que se oiga lejos: no aceptamos ninguna intervención..."
Y por eso arengó en un tono distinto al acostumbrado " Ningún gobierno extranjero se atrevería a poner un pie en nuestro territorio. De todas maneras, si lo hicieran, no van a defender a México sólo los marinos y los soldados, vamos a defender a México todos los mexicanos.."
Y al final le dio un espaldarazo al Almirante Ojeda quien hace unos días su nombre fue ventilado en el Post por un reportero que difundió un texto hakeado del Pentagono.."no dejen de pensar en el ejemplo del secretario de Marina, el almirante José Rafael Ojeda Durán, leal a las Fuerzas Armadas de México, leal a la Armada, leal al pueblo, leal al gobierno democrático, un hombre recto, íntegro, honesto. Ese es un referente para ustedes, que están en proceso de formación."
“¡A México se le respeta!”, dijo ayer el secretario de Marina.
El almirante José Rafael Ojeda aseguró que la dependencia que encabeza refrenda un “respeto absoluto a las decisiones del pueblo mexicano”
“¡A México se le respeta!” y que nuestro país es una nación libre, independiente y soberano y donde “Aquí manda el pueblo de México”.
El pasado 17 de abril, AMLO calificó como “una intromisión abusiva y prepotente” el que la DEA haya estado en nuestro país para infiltrarse en los niveles más altos del Cártel de Sinaloa, así como la filtración del Departamento de Estado (Sic) de las diferencias entre las secretarías de Defensa Nacional y Marina..
Recomiendo leer el Mensaje completo y cada quien juzgue.
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Las columnas políticas hoy, sábado 22 de noviembre de 2023
Templo Mayor/ REFORMA
CUENTAN que ayer en la Facultad de Derecho de la UNAM pasaron del susto al alivio al conocer las dos resoluciones judiciales sobre el caso del plagio de la tesis de licenciatura de Yasmín Esquivel.
LO RARO es que el susto fue por la decisión de un tribunal federal que desechó el amparo promovido por la ministra de la Corte contra la universidad y el alivio llegó cuando un juzgado civil volvió a frenar el proceso interno.
OCURRE que, desde que inició el escándalo, el director de esa escuela, Raúl Contreras Bustamante, apoya a Esquivel y les juega las contras a la universidad y al rector Enrique Graue.
PARA MUESTRA, ahí está el hecho de que a pesar de las muchas voces internas que han exigido que la ministra sea removida del Comité Editorial de la facultad, Contreras la ha protegido y la mantiene en el directorio pésele a quien le pese. ¡Esas son amistades!
QUE NADIE se extrañe si Delfina Gómez, candidata morenista en el Edomex, le saca la vuelta al segundo debate con la priista Alejandra del Moral, que está previsto para el 18 de mayo.
CUENTAN que en su cuarto de guerra sienten que su desempeño quedó a deber y no quieren exponerla otra vez a los cuestionamientos que enfrentó el jueves.
ADEMÁS, ya encontraron el pretexto perfecto después de que morenistas, como la secretaria general Citlalli Hernández y el propio coordinador de campaña, Horacio Duarte, han estado acusando una supuesta parcialidad de la moderadora Ana Paula Ordorica.
EL HECHO es que si una candidata no está dispuesta a contestar las preguntas que se le hacen, no queda muy claro para qué aceptó ir a un debate.
POLÍTICAMENTE, el gobierno de la CDMX, encabezado por Claudia Sheinbaum, le ha sacado más kilometraje al tema de la corrupción inmobiliaria en la Benito Juárez que a los más de 100 metrobuses que circulan a pesar de que ya excedieron su vida útil.
Y PARA ello se ha servido de la Fiscalía local al mando de Ernestina Godoy, pues, a pesar de que supuestamente es un organismo autónomo, no ha desperdiciado la oportunidad de hacer propaganda en favor de la administración capitalina y contra ex funcionarios del PAN.
LA DETENCIÓN del ex delegado Christian Von Roehrich sirvió de pretexto para que el vocero Ulises Lara volviera a difundir en videocomunicado toooda la investigación e incluso dijera que se trata de un "caso de corrupción planeado y ejecutado en la alcaldía Benito Juárez".
¿PARA qué queremos jueces si el Ministerio Público ya decretó que los delitos se cometieron y que los responsables ya fueron detenidos? Es pregunta que no prejuzga.
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La propuesta de la ministra que disgustó al Presidente/Salvador García Soto
El Universal,
Acostumbrados como nos tiene a la estridencia y la agresividad de su discurso contra el Poder Judicial Federal, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, parecía que ayer desde Veracruz, López Obrador daría una más de sus habituales diatribas contra los ministros, de las que lo definen como todo un autócrata que no respeta la división de poderes. Pero esta vez el Presidente rebasó nuestra capacidad de asombro al decir que dio instrucciones a su gabinete “de no contestarles ni el teléfono” a los miembros de la Corte, en lo que significa una especie de “ruptura” de la relación entre el Poder Ejecutivo y el Judicial.
La nueva pataleta presidencial se justificó porque, según el mandatario, la ministra presidenta Norma Piña, “y otros ministros” que no identificó por su nombre, intentaron “negociar” con su gobierno —en lo que él llamó un “enjuague”— el plazo para que se aplique el fallo de la Corte que ordenó devolver a la Guardia Nacional de la Secretaría de la Defensa a la Seguridad federal, es decir del ámbito militar al civil, contenido en los efectos de la resolución mayoritaria que tomaron el pasado martes la mayoría de los ministros que declararon “inconstitucional” la militarización del mencionado cuerpo policiaco.
—¿Quién mandó ese mensaje de que el fallo entrara en vigor después de enero de 2023? –le preguntó ayer en su mañanera una reportera al Presidente. “La presidenta y otros ministros, sí, sí sí, qué querían (que entrara en vigor después de enero) y les dije (a sus secretarios de gabinete) ni les contesten el teléfono, ni les contesten el teléfono, ah porque ayer tenía un desayuno la secretaria de Seguridad Pública con la Presidenta de la Corte, entonces cuando me enteré, les dije: ´no quiero ningún enjuague’, ya no es el tiempo de antes, porque quiero enviar la iniciativa de reforma a la Constitución, porque quiero que sea el pueblo el que decida, no puede ser que sea una élite corrupta la que decida la seguridad de la gente. Ya se acabó la política cupular, ahora el pueblo manda y nosotros estamos aquí para mandar, obedeciendo al pueblo siempre”.
López Obrador se refería al desayuno que la mañana del jueves sostuvieron, en la Sede de la Suprema Corte, la ministra Norma Piña y la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez. Según fuentes cercanas a ese encuentro, que se pactó días antes, la presidenta invitó a la funcionaria federal a desayunar para conversar con ella sobre dos temas: los efectos del fallo que ordenó desmilitarizar la Guardia Nacional y la preocupación que existe en el Poder Judicial por el plantón al que están convocando seguidores radicales del presidente y de Morena, autodenominados “Escudo AMLO-El Pueblo manda”, quienes llaman a sitiar y rodear al Palacio de Justicia Federal a partir del lunes 24 de abril y hasta el viernes 29.
En dicha convocatoria, que circula en redes sociales, se pone la imagen de la cara y el nombre y cargo de la ministra Piña junto con las consignas: “El Rostro de la corrupción” “¡Fuera corruptos y vividores!” y “Quien no ama a su Patria no ama a su madre”, mientras se invita a la gente a sumarse al sitio al edificio de la Corte federal.
En el desayuno, según nos cuentan las fuentes, la ministra recibió amable a la secretaria y le expresó su preocupación por el bloqueo a las instalaciones de la Corte. “Tememos que intenten tomarnos el edificio y que pongan en peligro al personal y obstaculicen el trabajo de los ministros”, dijo Piña, a lo que Rosa Icela ofreció cuidar que las manifestaciones no se desbordaran ni afectaran a las instalaciones judiciales, aunque dijo no poder evitar que las personas se manifiesten.
Hasta ahí todo iba bien y el dialogo era cordial, pero la situación que después molestó al Presidente —cuando seguramente la propia Rosa Icela se lo comentó— fue que la ministra Piña le comentó a la titular de Seguridad federal que al final a ella le convenía el fallo de la Corte para desmilitarizar la Guardia: “Usted será muy poderosa, porque tendrá bajo su mando a toda la corporación”, a lo que Rodríguez respondió secamente: “Eso no depende de mí, depende del Presidente, él es quien tiene el mando, no yo”. Luego vino otra pregunta de la presidenta de la Corte que incomodó también a la secretaria: “¿Qué plazo quiere usted para que entre en aplicación el fallo y el regreso de la Guardia a su secretaría?”. “Lo que marque la ley”, respondió Rosa Icela. “¿Pero usted qué plazo quiere?”, insistió la juzgadora. “El que indique la ley”, reiteró la funcionaria del gabinete.
De ahí que el Presidente interpretara ese diálogo, que conoció de primera mano, y al enterarse de eso acusara a la ministra Piña y a los “otros ministros” de querer negociar el alargamiento del plazo que ellos mismos fijaron para volver a transferir a la Guardia Nacional al ámbito civil. Y de ahí su molestia y su instrucción, extraña y bizarra, de que ningún secretario de su gobierno le conteste “ni él teléfono” a los titulares del Poder Judicial Federal, en aras de no caer en supuestos “enjuagues” que según él pueden entorpecer la presentación de su reforma constitucional, aún más bizarra y extraña, que quiere proponer un mes antes de que concluya su mandato, para insistir en que la Guardia sea militar y la coordine, opere y maneje el Ejército Mexicano.
No cabe duda que hacia el fin de su sexenio —como en un símil de lo que ocurre con algunos adultos mayores que en su vejez se vuelven cada vez más necios y difíciles— el presidente López Obrador está actuando de manera cada vez más obcecada, arbitraria e infantil y lejos de respetar su investidura (esa que tanto dice cuidar de los ataques de la oposición), está poniendo en ridículo a la institución presidencial con berrinches, pataletas y actuaciones seniles que lo llevan a desconocer el equilibrio de poderes, base fundamental de cualquier estado democrático, y a comportarse como un verdadero autócrata.
Es tal la tirria que en estos momentos le tienen a la ministra Piña y a su actuación autónoma en Palacio Nacional, que desde ahí se sugieren y se hacen señalamientos que bien podrían calificar como violencia de género, pues se afirma que “la ministra es una marioneta” y que quienes son los dueños y titiriteros tienen nombre y apellido que mencionan en la casa presidencial: “Luis Videgaray, Humberto Castillejos y Luis María Aguilar”, dicen para referirse a los dos peñistas exsecretario de Hacienda y Consejero Jurídico, respectivamente, así como al ministro expresidente de la Corte, como quienes están asesorando e influyendo en las decisiones y posiciones de la titular de la SCJN.
“Son los mareos de Norma”, comentan altos funcionarios del Palacio para descalificar a la ministra, sin darse cuenta que el que también está mareado y aún más, perdido por sus delirios de poder y sus aspiraciones de maximato, es su mismo jefe que ya perdió el respeto por todo y por todos.
NOTAS INDISCRETAS…
Lo más preocupante cada que López Obrador escala su confrontación con la Corte es que, casualidad o perversidad, siempre se activan con los desplantes del Presidente los grupos más fanatizados y radicales del morenismo, que se lanzan contra la ministra presidenta y amenazan con sitiar y poner en jaque a la Corte. ¿Será que esos grupos son espontáneos del “pueblo bueno” que no quiere a la Corte y al Poder Judicial, como dice el Presidente, o será que son los mismos radicales que despachan en Palacio Nacional, esos que le hablan todas las mañanas al oído al Presidente y que le producen, dirigen y montan el show de sus conferencias diarias, los que mandan y activan a esos grupos de fanáticos? Es pregunta… Y para documentar el optimismo sobre este choque de poderes, en la Fiscalía General de la República, concretamente en la Fiscalía Anticorrupción, se están reactivando varios expedientes abiertos en contra del ministro Luis María Aguilar. Se trata de averiguaciones sobre presuntos delitos por actos de corrupción y enriquecimiento que involucran al expresidente de la Corte y a una mujer que trabaja muy cerca de él, y a la que atribuyen un papel de “cobradora” de presuntos sobornos. Las denuncias se interpusieron cuando Arturo Zaldívar era el presidente de la Corte y, curiosamente, ahora que al ministro Aguilar le atribuyen mucha influencia con la nueva presidenta, de pronto esos expedientes están avanzando aceleradamente… Los dados mandan Serpiente Doble. Semana compleja.
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Política zoom
La tiranía de la culpa/Ricardo Raphael
Milenio,
A través de los sueños las doncellas de la culpa visitan a Orestes para reclamar por el asesinato de su madre. El personaje de Eurípides cree que se está volviendo loco, pero en realidad se trata de todo lo contrario. Es su consciencia la que habla a través de las pesadillas.
La culpa mueve las partículas del alma, de la familia y de la sociedad, mueve montañas, planetas y universos. Es signo de virtud y también puede serlo de la violencia, pues hay culpa buena y culpa malvada.
La culpa buena, como la que sufrió Orestes, es la que impide al ser humano convertirse en un sicópata. Se trata de un mecanismo regulador que juega las veces del aparato íntimo de la justicia. Gracias a ella la responsabilidad y el comportamiento se armonizan.
Aprendemos de la culpa desde los primeros meses de vida. La familia nos educa con ella y a partir de ella. La vergüenza frente al error y el premio respecto del acierto forman parte del mismo artefacto. Los mayores se encargan no solo de transmitir los valores de la progenie sino también el dispositivo para orientar las conductas convenientes para la prole.
No se puede sentir culpa sin empatía, sin consciencia de que la otra persona existe. De ahí que sintamos culpa cuando experimentamos la pobreza ajena, la violencia que hace sufrir a terceros, el dolor que por nuestro propio y afortunado privilegio no nos tocó sufrir.
Pero la culpa tiene también su extremo perverso. Para no soltar la dramaturgia de la Grecia antigua, la tragedia de Edipo sirve como ejemplo. Aquel rey que sin tener responsabilidad directa se arrancó los ojos antes de morir aplastado por la loza de su inmensa culpabilidad.
En este caso Edipo no es el sicópata sino la víctima de un engranaje que lo trasciende, lo conduce y lo destruye. Él no decidió asesinar a su padre, ni casarse con su madre, mucho menos engendrar a sus hermanos y, sin embargo, un pecado original cometido mucho antes de su nacimiento le arrebata cualquier posibilidad de salvación.
Los griegos llamaban hybris a ese hecho fundacional, causa primera del destino, orden de los dioses a la que era imposible escapar.
Las familias también sucumben ante su propia hybris. Cada integrante ocupa un lugar que no fue elegido sino asignado por el azar, como si se tratara de cartas de lotería: el primogénito, la agraciada, el que tiene suerte, el que no la tuvo nunca, la exitosa o la fracasada.
En las reglas del clan suele estar escrita también la culpa experimentada por quien se atreve a transgredir el dictado de la hybris. Los roles predefinidos suelen ser la gran tragedia de la narrativa familiar. Son el pacto de sangre que sirve para asegurar el gobierno del conjunto.
En este mismo continente oscuro de la culpa se encuentra el malsano talento que algunos desarrollan para manipular. Aquí no se trata más de la culpa, como acto de consciencia, sino del sentimiento de culpa.
Desgraciada será la víctima del chantaje emocional de un manipulador diestro para usar a la culpa como su arma principal. Esta forma agresiva de relación es demasiado común como para negarla.
El chantajista no suele tener llenadera. Nunca será suficiente, nunca obtendrá todo lo que quiere, nunca podrá estarse a la altura de sus expectativas. El manipulador de culpas es un acreedor eterno y cruel. Porque no tiene empatía es que puede manipular la culpa de sus semejantes sin sentir ninguna culpa.
Los que saben de sicología recomiendan como única solución para la víctima enferma de culpabilidad salir corriendo de esa relación tóxica. De lo contrario, como le sucedió a Edipo, cabe el riesgo de perder la autoestima, la confianza en uno mismo, los ojos y hasta la vida.
Las mismas virtudes y desviaciones de la culpa que suceden dentro de las familias atraviesan a la sociedad. Las hay donde sus integrantes viven en paz, regulados y conscientes, pero también están las otras, las sociedades turbulentamente culposas y por tanto fácilmente manipulables por el liderazgo del chantaje.
En efecto, el chantaje emocional llega también a ser una herramienta puesta al servicio del poder público. Un instrumento de manipulación masiva que igual somete a sus víctimas a partir de los resortes colectivos de la culpabilidad.
Una estructura social culposa es tan tóxica como una familia con esas mismas características. Esa sociedad es susceptible —otra vez los griegos— de suplicarle a Zeus para que castigue o premie según su arbitraria divinidad.
El megalómano que sabe manipular la culpa social es quizá el más peligroso a la hora de movilizar voluntades hacia el tóxico pantano de la cólera.
Los tiranos de la culpa no construyen sociedades felices: las arruinan. Son ellos quienes siembran la hybris que les permite seguir reinando. Esa que les da autorización para fijar y distribuir premios y castigos.
Los tiranos de la culpa son una plaga peligrosa porque en vez de entregar consciencia, la destruyen, en vez de aportar dignidad, la expropian, en vez de producir respeto social lo aniquilan.
La única culpa que merecería tener un castigo implacable es la de haber cedido ante el deseo propio para colocar en su lugar el deseo del tirano chantajista y manipulador.
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La normalización del horror/Jorge Ramos Ávalos
en REFORMA
México y Estados Unidos tienen graves problemas de violencia. En México son las decenas de miles de asesinatos, producto de la guerra entre narcocárteles y de una fallida política gubernamental. Y en Estados Unidos son las masacres con armas de guerra en escuelas, tiendas, bancos, cines, conciertos y lugares públicos. Y en ambos países nos hemos acostumbrado tanto a estos tipos de muertes, que estamos paralizados. Nadie hace nada para detener la siguiente matanza. Es la normalización del horror.
Primero México.
Luisa Regina tiene apenas seis años. O quizás siete. Lo que reporta la prensa local es que hace unos días fue con sus padres al balneario de Las Palmas, en la población de Cortazar en el estado de Guanajuato. La idea de su familia era pasar un día de descanso, piscina y diversión. Pero, de pronto, unos 20 sicarios entraron al balneario, disparando, y mataron a siete personas, incluyendo a los padres de Luisa Regina y a un menor de edad. Hay reportes, que no pude confirmar independientemente, de que la niña vio cómo asesinaron a sus padres. Este es el México de "los abrazos, no balazos".
Esto por supuesto toca al gobierno del estado de Guanajuato, que tiene un gobernador del Partido Acción Nacional. Solo en el 2022 tuvo 3,260 homicidios dolosos en la entidad. Pero como estos tiroteos ocurren prácticamente en todo el país, es inevitable culpar también al gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por el fracaso en su estrategia de seguridad.
Desde que AMLO llegó a la Presidencia el 1o. de diciembre del 2018 han asesinado a 143,980 personas, según cifras oficiales. Más que durante cualquier otro sexenio en este siglo. El Presidente asegura, con razón, que la tendencia de los homicidios dolosos ha ido bajando. Pero los muertos son tantos, en tantos lugares, sin que las autoridades puedan hacer nada y con casi total impunidad, que la estadística presidencial resulta una pobre excusa. O incompetencia. La realidad es esta: a ningún presidente mexicano le han matado a tantos ciudadanos como a López Obrador desde la Revolución y la Guerra Cristera.
Ahora Estados Unidos.
A finales de marzo, el estudiante Audrey Hale, de 28 años de edad, se metió en una escuela cristiana de Nash-ville, Tennessee, y disparó 152 veces con un rifle y una pistola. La policía actuó rápidamente y mató al atacante apenas 14 minutos después de haber entrado a la escuela. Pero eso no fue suficiente para evitar que antes asesinara a tres adultos y a tres niños de nueve años de edad. Las armas de fuego son la principal causa de muerte para niños en Estados Unidos. Para mediados de abril ya habían ocurrido 160 masacres en este año. Es decir, ha habido más masacres que días en los primeros cuatro meses del año.
En Estados Unidos estamos tristemente esperando la siguiente masacre. Miembros del Partido Republicano, casi unánimemente, se rehúsan a aprobar en el Congreso en Washington cualquier propuesta de ley que limite el uso de armas. En Estados Unidos hay más armas que personas y es cierto que en algunos lugares es más fácil conseguir una pistola que una medicina sin receta médica.
A pesar de lo anterior y de la diferencia en población, México sigue siendo un país mucho más peligroso y violento que Estados Unidos. En 2022 hubo 30,971 homicidios dolosos en México, según cifras del gobierno, contra 20,200 asesinatos en Estados Unidos.
Estados Unidos y México están paralizados ante la violencia. Nadie hace nada. Estamos todos cansados y aterrados de escuchar sobre la última masacre o tiroteo. Pero luego de una bien aprendida rutina -sorpresa, indignación, aceptación y olvido- seguimos nuestras vidas con la esperanza de que la siguiente balacera no nos toque de cerca.
Cada país tiene sus peculiaridades. La violencia en México no se puede enfrentar de la misma manera que en Estados Unidos. Pero, en general, en ambas naciones nos merecemos mejores líderes que comiencen por reconocer que lo que hemos hecho hasta ahora no ha servido para nada. Ese es el doloroso punto de partida. Y el año del cambio tendrá que ser el 2024, cuando elijamos en México a un nuevo Presidente y en Estados Unidos a un nuevo Congreso. Los políticos que tenemos ahora no han podido.
@jorgeramosnews
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'Baja la cabeza'
LINOTIPIA / Peniley Ramírez
en REFORMA
La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, sonreía. Con su mano izquierda, sostenía un documento oficial. A su lado, en la misma actitud, estaba Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México.
Era el 13 de marzo. El evento se anunció con un titular emotivo: "Devolviendo lo que se debe a trabajadores migrantes". El boletín matizaba el entusiasmo. No se estaba "devolviendo el dinero" sino anunciando un programa piloto para compartir información y "coordinar esfuerzos" para localizar a trabajadores a quienes se les debían salarios.
Los salarios eran 6.5 millones de dólares que empresas estadounidenses robaron a sus trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
Cuando se publicó este anuncio, la reportera Tina Vasquez llevaba casi dos años siguiendo la ruta de esos millones. En 2021, ella recibió un tip de una fuente. Le dijeron que empleadores estadounidenses habían robado. El Departamento del Trabajo recuperó el dinero, y el gobierno lo estaba guardando. El gobierno no sabía, y aún no sabe, dónde están casi 13 mil víctimas de esa estafa. Unos meses después, Tina recibió vía transparencia un desglose de cuáles empresas estafaron a sus empleados, y con cuánto.
Visto desde América Latina -con esta idea arraigada del excepcionalismo estadounidense- parece increíble que compañías de EU les roben dinero a agricultores mexicanos, pobres, solos en un país extranjero. Tina descubrió que la realidad es aún peor.
En el verano pasado, comencé a trabajar como productora ejecutiva de la investigación, con el equipo que dirijo, Futuro Investigates; el programa Latino USA, Tina y Prism, la organización donde trabaja.
Queríamos entender los abusos a migrantes, en su mayoría mexicanos. Estas personas viajan a EU con las visas de trabajo temporal H-2A. Pronto encontré que otra reportera de mi redacción, Fernanda Echavarri, había investigado el mismo tema desde 2018. Fernanda investigó en Guanajuato, en Monterrey, Michoacán, Washington. Otras dos reporteras se unieron al equipo: Patricia Sulbarán, desde NY, y Roxana Aguirre, desde México. En los últimos meses, con la edición de Andrea López-Cruzado, hablaron con migrantes que sufrieron abusos, pasaron tiempo con ellos, entrevistaron a sus familias, a sus abogados, a investigadores y activistas, para entender la realidad abusiva detrás de H-2A.
Descubrimos que en este programa hay una consigna implícita: los trabajadores viajan a EU, bajan la cabeza, no protestan y reciben lo que el empleador decida darles. El equipo entrevistó a Mike Ríos, un funcionario del Departamento del Trabajo estadounidense. Ríos dijo que las visas H-2A son "la compra de humanos para realizar trabajos difíciles, a veces incluyendo condiciones de vida infrahumanas".
Titulamos la investigación como "Head Down" (cabeza abajo), porque esa frase resume nuestros hallazgos. Los trabajadores pagan miles de dólares ilegalmente en México a unos "reclutadores", el primer filtro para conseguir el empleo. Luego, muchos se financian su viaje a EU, aunque sus empleadores deberían hacerlo. Una vez en las fincas donde deben trabajar, se supone que sus empleadores deben darles comida, albergue y sueldo. En realidad, a varios trabajadores que entrevistamos los hospedaron en sitios hacinados, con colchones inmundos, sin comida. A otros, sus empleadores los estafaron.
Los que se atreven a protestar pagan las consecuencias. Las reglas de las visas H-2A dicen que los trabajadores solo pueden laborar para el empleador que les reclutó cuando estaban en su país, así que no pueden renunciar, ni cambiar de empleador, porque pierden su estatus legal.
A quienes protestan los despiden, los envían a migración y los ponen en listas negras, para que no vuelvan a EU. Por eso muchos callan y aguantan.
"Head Down" es una historia de resistencia. Ha sido un gozo supervisar una investigación que mira críticamente a ambos países. Ojalá que este anuncio de México y EU, en marzo, vaya más allá de la foto. Falta mucho por hacer para localizar a esas víctimas, mejorar sus condiciones laborales y revisar críticamente ese programa. Mientras, ambos países pretenden expandirlo. Esclavitud moderna, le llamaron algunas de nuestras fuentes. Nos toca a todos saber que esto está pasando, y que no debe quedar impune.
@penileyramirez
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El mundo al revés/Jorge Volpi
en REFORMA
¿Qué tiene que pasar para que, en apenas cinco años, quienes pensaban una cosa hoy digan exactamente la contraria? ¿Qué debe ocurrir para que, en este suspiro temporal, quienes sustentaban un argumento hoy sean capaces de defender justo el inverso? ¿Qué turbulencia de la razón o de la inteligencia o de la ética puede lograr que, sin que la situación del país haya cambiado en lo absoluto, quienes antes vociferaban contra la militarización sean hoy sus más firmes defensores y quienes antes la instauraron a piedra y lodo sean los mismos que hoy claman contra ella?
¿Cómo podemos entender los ciudadanos que el presidente López Obrador y sus seguidores, quienes durante doce años se manifestaron contra la estrategia de seguridad emprendida por Calderón y secundada por Peña Nieto, sean quienes hoy se dediquen a continuarla y expandirla hasta extremos nunca imaginados? ¿Y cómo asimilar que el PAN -con la complicidad del PRI-, el partido responsable de sacar a los militares de sus cuarteles, de encomendarles tareas de seguridad pública prohibidas por la Constitución y de lanzar la fallida guerra contra el narco sean quienes estos días se presentan como defensores de las instituciones civiles?
¿Qué tiene que suceder en la mente de alguien para que sea capaz de traicionarse a sí mismo con tanta rapidez? ¿Cómo justificar una mutación tan drástica, una contradicción tan flagrante, una disonancia tan obscena? ¿Cómo asimilar que quienes secundaron dócilmente a Calderón en su irresponsable guerra hoy nos den lecciones de civilidad? ¿Cómo paladear a esos activistas y simpatizantes de izquierda que en el pasado denunciaron los peligros y las arbitrariedades cometidas por el Ejército y la Marina y ahora sean quienes cantan sus loas solo porque así lo dicta su caudillo? ¿Y cómo no sentir vergüenza al contemplar cómo el ministro Arturo Zaldívar, el mismo que sufrió las presiones de Calderón y votó contra la Ley de Seguridad Interior, se enreda hoy para justificar su espurio voto a favor de la militarización?
Unos y otros insistirán, para sentirse un poco menos mal consigo mismos o para tratar de engatusar a los electores, que las condiciones han cambiado. Lo que no ha cambiado, en ningún momento, es la prohibición constitucional de que las labores de seguridad pública estén en manos militares. Que Calderón, Peña, el PAN y el PRI hayan violentado este precepto en el pasado en ninguna medida justifica que AMLO y sus aliados lo sigan haciendo -aun con mayor saña- en el presente.
Escuece escuchar el razonamiento esgrimido por Zaldívar -sí, el mismo que introdujo valientemente los términos efecto corruptor o fraude a la Constitución-, según el cual la Secretaría de la Defensa es civil porque el presidente de la República lo es. El razonamiento es tan burdo -y tan peligroso para el orden democrático- que, de haberse impuesto, no solo habría servido para justificar el traspaso de la Guardia Nacional, sino toda la militarización emprendida por AMLO en todos los órdenes de nuestra vida pública. Igual de aviesa es la idea -repetida por todos sus corifeos- de que la decisión mayoritaria de la Corte, tomada a partir del impecable proyecto del ministro González Alcántara Carrancá, acaso la mejor propuesta de AMLO en su gobierno, permitirá que otro García Luna se haga con el control de la GN, como si alguien tan corrupto como él no pudiera llegar nunca a la Defensa.
Insisto: ¿cómo puede alguien que se dice de izquierdas sancionar que los militares tomen el control no solo de la GN, sino de puertos, aduanas, bancos, construcción de infraestructura, empresas, fideicomisos, trenes, líneas aéreas y que ahora se les intente dar incluso recursos a través de impuestos directos? ¿Qué maniobra o pirueta mental -y emocional- tiene que surgir para aprobar una maniobra autoritaria que siempre ha estado ligada con la derecha?
En nuestro mundo al revés, hemos llegado a un punto en que a los fervientes seguidores de AMLO no les importa que la 4T se haya convertido en el sueño ideal de Felipe Calderón.
@jvolpi
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