2 abr 2009

Olga Cecilia Vega


Revista Cambio (www.cambio.com.co), 1 de Abril de 2009;
La emisaria de la CIA/portada
EE.UU. intentó negociar con 'Raúl Reyes' la liberación de los tres secuestrados
norteamericanos.

Entrevista exclusiva con la intermediaria, Olga Vega.
El nombre de Olga Cecilia Vega Cubillos figura en un informe preparado por los servicios de Inteligencia colombianos con los antecedentes y consecuencias de la 'Operación Fénix', el 1º de marzo de 2008, que terminó con la muerte de 'Raúl Reyes' en un campamento de las Farc en la frontera colombo-ecuatoriana. En este aparecen la fotografía y el número de cédula de Vega Cubillos, conocida como 'Juliana', el alias que adoptó, según los investigadores, cuando su relación con el segundo hombre de las Farc se hizo muy cercana.
En una de las páginas figura la trascripción de un correo electrónico fechado el 21 de marzo de 2003, en el que 'Reyes' dice estar interesado en volver a ver a Vega, a quien conoció durante los diálogos del gobierno de Andrés Pastrana con las Farc en la zona de despeje, cuando se desempeñaba como corresponsal de la cadena radial RCN en Huila, y con quien se entrevistó varias veces en la vereda Los Pozos, en San Vicente del Caguán.
Gracias a un contacto que le confirma que ella también está interesada en el reencuentro, el jefe guerrillero le envía un nuevo mensaje con indicaciones sobre cómo llegar a su campamento: volar hasta Puerto Asís tomando las precauciones necesarias por la fuerte presencia militar en la zona, cruzar el río Putumayo hasta Puerto Vega y luego dirigirse a Teteyé, recorrido que le tomará más de dos horas. Luego debe embarcarse para recorrer el río San Miguel hasta Pueblo Nuevo, donde debe presentarse en el restaurante de una señora Stella, lugar en el que será recogida por la guerrilla.
Los seguimientos que los agentes de Inteligencia le hicieron a 'Juliana' les dieron claves que permitieron que las Fuerzas Armadas localizaran y atacaran el campamento de 'Reyes' en Ecuador
En 2006, cuando los encuentros de 'Reyes' y Cubillos eran frecuentes pero clandestinos, la periodista figuraba en documentos de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) como una reportera perseguida y amenazada desde la época de los diálogos del Caguán, que se vio forzada a salir del país después de publicar en El Nuevo Herald de Miami una entrevista que le hizo a 'Reyes' en 2005.
Lo que hasta ahora no se sabía es que Olga Cecilia es hermana de Baruch Vega, conocido por haber sido enlace entre la DEA y narcotraficantes colombianos para negociar con la Justicia de los Estados Unidos, y que ella también actuó como intermediaria entre agencias del Gobierno de Estados Unidos y la guerrilla.
Desde su exilio en el exterior, Vega le contó a CAMBIO: "Ni fui amante de 'Raúl Reyes', ni su muerte se produjo por culpa mía (...) estuve en los campamentos de las Farc haciendo un proceso de negociación, en nombre de la CIA, del FBI y del propio Gobierno de los Estados Unidos, para el proceso de liberación de los tres norteamericanos secuestrados por las Farc". Según ella, el pretendido acuerdo, que se frustró con la muerte de 'Reyes', buscaba la liberación de los tres contratistas a cambio de un tratamiento judicial benévolo para 'Simón Trinidad' y 'Sonia', los dos guerrilleros de las Farc extraditados a Estados Unidos.
La historia completa la cuenta en un libro que saldrá muy pronto al mercado y en el cual revelará no solo el contenido de videos y mensajes que las Farc enviaron a las agencias del Gobierno estadounidense, sino detalles desconocidos de los más fuertes golpes que la guerrilla ha recibido en los últimos años. Por ejemplo, que 'Reyes' sabía desde finales de 2002 que estaba en marcha una operación militar en su contra, que se ejecutaría en territorio ecuatoriano, y que por eso se abstuvo de viajar a Quito para participar en una reunión de las llamadas "fuerzas bolivarianas" y en su lugar fue 'Trinidad', que fue capturado el 3 de enero de ese año en la capital ecuatoriana.
CAMBIO entrevistó a Olga Cecilia Vega vía telefónica. Esta es su historia.
CAMBIO: -La Inteligencia colombiana cree que usted fue amante de 'Reyes' y que terminó, tal vez sin saberlo, dando pistas claves para descubrir el campamento donde el jefe guerrillero se refugiaba en Ecuador.
OLGA CECILIA VEGA: -Ni fui amante de 'Raúl Reyes' ni su muerte se produjo por culpa mía. Yo sabía bien que el Estado me venía siguiendo desde hacía siete años cuando se adelantaba el proceso de paz y tuve que cubrirlo como periodista de RCN. Yo vivía en Neiva y viajé a San Vicente del Caguán donde logré conocer no solamente a 'Raúl' sino al pleno del estado mayor de las Farc.
-¿Por qué sabía que la estaban siguiendo?
-Construí una relación de confianza con mis fuentes y eso me permitió difundir varias noticias exclusivas. Mis 'chivas' generaron celos entre algunos colegas, que aprovecharon la prevención y las reservas que me tenía el Ejército para entregarle, en algunos casos en busca de lucro personal, informaciones falsas sobre mi supuesta relación íntima con el jefe guerrillero. Las persecuciones no cesaron ni antes ni después del levantamiento de la zona de distensión, pero recrudecieron en octubre de 2005, cuando publiqué en El Nuevo Herald una entrevista exclusiva con 'Reyes'. Por eso hace más de tres años salí del país en busca de asilo político.
Usted dice que salió al exilio en 2005, pero en el computador de 'Reyes' y en los archivos de los organismos de seguridad hay registros que indican que usted se reunió con él en fechas posteriores, y fotos que le tomaron durante los seguimientos que le hicieron en sus recorridos por la frontera colombo-ecuatoriana.
Con 'Raúl' nos cruzamos decenas de correos electrónicos y nos encontramos varias veces. Mi condición de asilada en el exterior no me impedía entrar y salir del país y eso explica por qué me seguían en la frontera.
-¿Cuál era el objetivo de las reuniones con 'Reyes' si no existía una relación romántica entre ustedes dos?
-Lo que casi nadie sabe hasta hoy es que estuve en los campamentos de las Farc haciendo un proceso de negociación en nombre de la CIA, del FBI y del propio Gobierno de los Estados Unidos para el proceso de liberación de los tres norteamericanos secuestrados por las Farc.
-¿Cómo puede probarlo?
-Tengo videos, fotografías y grabaciones que van a demostrar las negociaciones que venía haciendo directamente con 'Raúl Reyes'. Era una operación del tipo de la que mi hermano Baruch llama "negociación encubierta". Todas las pruebas que tengo aparecerán en un libro que publicaré próximamente en Colombia y en el exterior.
-¿Cómo la contactan la CIA y el FBI?
-El 25 de octubre de 2005, cuando publico en el Herald mi entrevista con 'Raúl Reyes', mi vida se convierte en un infierno. En ese momento él era blanco de las operaciones militares en el país, y como el Gobierno creía que yo era su amante, imagínese lo que podía pasar conmigo. Mi hermano Baruch me llama y me aconseja que me vaya para Bogotá, donde hay unas personas confiables interesadas en saber más sobre la entrevista. Yo supuse que se trataba de gente de otros medios internacionales donde él tiene muchos amigos.
-¿Qué pasó cuando llegó a Bogotá?
-Al llegar a Bogotá esas personas, que se mostraron muy amables, me recogieron y me invitaron a hablar con ellos en un hotel cercano a la sede de la Embajada de Estados Unidos. Quedé fría y presa de los nervios cuando se identificaron como miembros de la CIA y del FBI, y luego de unos preámbulos pidieron mi colaboración para trabajar en la liberación de los tres americanos. Sentí como si estuviera protagonizando una película tipo Hollywood.
-¿Cómo fue la propuesta?
-Primero me ofrecieron una fuerte suma de dinero a cambio de mi gestión y cuando les recalqué que yo era periodista aceptaron que se trataría como una gestión humanitaria. En principio, los americanos se comprometían a darle un tratamiento especialísimo a 'Simón Trinidad' -una condena baja- y eventualmente a 'Sonia', si las Farc dejaban en libertad a sus nacionales.
-¿Hasta dónde llegaron las negociaciones?
-En el libro daré a conocer los detalles completos y contaré que alcanzamos a llegar a un punto en que las Farc parecían estar dispuesta a liberar a uno de ellos como muestra de su buena disposición.
- ¿Cómo probará eso?
-Publicaré los mensajes que de ahí en adelante me crucé con los representantes de las agencias de Estados Unidos, lo mismo que los que ellos intercambiaron con 'Raúl Reyes', y el contenido y las imágenes de videos en los que 'Raúl' les daba a conocer las condiciones de las Farc.
-¿Cómo hizo para convencer a 'Reyes' de negociar con Estados Unidos y de aceptarla a usted como mediadora?
-No fue fácil. Inicialmente no me comprometí a nada. Les dije a los funcionarios de Estados Unidos que me dejaran averiguar primero en qué estado se encontraban los tres norteamericanos y que me permitieran tantear a 'Raúl Reyes' para ver qué pensaba sobre la posibilidad de que las agencias estadounidenses formalizaran la propuesta.
-¿Cuándo se llevó a cabo ese primer tanteo?
- Cuando las circunstancias lo aconsejaron hablé francamente con 'Reyes' y puse las cartas sobre la mesa. Sus reservas no fueron pocas pero creo que lo convencí. Me exigió que le averiguara, primero que todo, cómo estaba 'Trinidad' en Estados Unidos. Él confiaba en que, debido a las influencias de Baruch, podíamos hacerlo.
-Luego de que 'Reyes' le dio el 'sí', ¿qué pasó?
-Me sentí comprometida a demostrarle que mi acceso a los americanos alcanzaba un nivel alto. Viajé a Washington y allí conseguí de inmediato la autorización para hablar en la cárcel con 'Simón Trinidad'. Yo fui la primera colombiana que habló con él en desarrollo de una gestión humanitaria, mucho antes de que lo hiciera la senadora Piedad Córdoba. Cuando le traje a 'Reyes' la información requerida, las cosas comenzaron a evolucionar favorablemente.
-¿Y 'Simón Trinidad' cómo recibió su gestión?
-Con una mezcla de prevención natural y esperanza moderada. En mi libro contaré en extenso más detalles que por ahora debo reservarme por acuerdo con mi editor.
-¿Llegó a hablarse de una posible repatriación de él o de 'Sonia'?
-No, porque desde el comienzo quedó claro que no habría repatriación. A las Farc les interesaba más 'Simón' que 'Sonia' porque, al fin y al cabo, 'Trinidad' era miembro de la plana mayor. Pero fueron realistas y en ese momento no hablaron de repatriación. La guerrilla quería saber cuál era el estado de sus camaradas en Estados Unidos y el Gobierno norteamericano saber si los suyos estaban vivos.
-¿Cuál fue el paso siguiente?
-El paso siguiente iba a ser un intercambio de pruebas de supervivencia. El segundo, la liberación de uno de los secuestrados y negociación que permitiera la rebaja de penas para 'Trinidad' y 'Sonia'. Sin embargo, hoy entiendo que 'Raúl' nunca ayudó lo suficiente para que el acuerdo se concretara, pese a que Estados Unidos aplazó varias veces la audiencia y dio un amplio margen de espera antes de que el juez le impusiera a 'Trinidad' una condena de 60 años.
-¿Por qué cree que 'Reyes' no ayudó lo suficiente?
-Porque no quería mucho a 'Trinidad'. Por eso mismo lo entregó.
-¿Cómo así que lo entregó?
-Sí, lo entregó. A finales de 2002, 'Reyes' olfateaba que había una operación contra él y que se
extendería a Ecuador. Como en enero de 2003 fue invitado a una reunión de sectores bolivarianos en Quito y allí debía firmar unos papeles en representación de las Farc; prefirió enviar a 'Trinidad' por temor a que él mismo pudiera ser capturado.
-¿A sabiendas del riesgo?
-Sí, a sabiendas del riesgo que existía dejó ir a 'Trinidad' y estuvo de acuerdo con que este viajara con Lucero, su esposa, y con una hija. Capturaron a 'Simón' para no dejar en blanco una operación en la que habían invertido muchísimos recursos.
-¿Hasta dónde llegó su gestión?
-El proceso fue tan lejos, que creí que había trascendido más allá de la muerte de 'Raúl'. Avanzó hasta pocos días antes de la 'Operación Jaque', pues todo el Secretariado estaba al tanto.
-¿Por qué se frustró?
-Por dos razones básicas: primero, porque la senadora Piedad Córdoba, de la mano del presidente venezolano Hugo Chávez, se ofreció como mediadora para un intercambio de mayor alcance. Segundo, porque me doy cuenta de que me estaban siguiendo y de que el único interés era la cabeza de 'Raúl Reyes'. Los hechos posteriores me dieron la razón y me convencieron de que hice bien en marginarme. Yo no iba a servir como carne de cañón para que le quitaran la vida a otras personas.
-¿Las Farc o la CIA y el FBI la aislaron?
-No fue necesario que lo hicieran expresamente, pero lo entendí claramente cuando las pruebas de supervivencia de Íngrid Betancourt y de los demás secuestrados, que alcancé a conocer, fueron incautados en Bogotá y llegaron a manos de la CIA. Eso le dio un giro a las cosas: las Farc creyeron que, dado el excesivo interés que los americanos mostraban por los tres contratistas, podrían sacar más frutos políticos y por eso aceptaron los ofrecimientos de Piedad Córdoba.
-¿Cómo quedaron sus relaciones con la CIA y el FBI?
-Las cosas no quedaron en términos de ruptura porque después comencé a operar con otro grupo de Inteligencia que le daría soporte a la 'Operación Jaque', y el Gobierno de Estados Unidos buscó nuevamente mis servicios y los de mi hermano Baruch.
-¿Accedieron de nuevo a prestarlos?
-De manera limitada porque, lastimosamente, mi hermano Baruch insistió en que mantuviéramos un nivel de colaboración para no afectar mi condición de asilada.
-¿Lastimosamente?
-Sí, porque esta situación me mantiene con la soga al cuello y separada de mis hijos.
-¿Las agencias norteamericanas intervinieron en la 'Operación Jaque'?
-Sí, y muy pronto voy a revelar el doble juego estratégico que se dio en todo eso, y publicaré los nombres de personajes colombianos que se prestaron para hacerlo. Por ahora puedo anticipar que el funcionario de Estados Unidos que orientó la captura de 'Simón Trinidad' fue el mismo que influyó en la 'Operación Jaque'.
-¿Quién es y quiénes son los personajes colombianos que usted menciona?
-Si los digo tengo que presentar aquí mismo las pruebas y le quitaría sustancia a mi libro.
-¿En este momento usted vive tranquila?
-Soy asilada política por una muy fuerte denuncia que he hecho contra los organismos de seguridad del Estado por sus persecuciones, y contra las figuras que van a aparecer en el libro. Diré quiénes originaron mi destierro.
-¿Revelará más secretos de las Farc?
-Sí. Comenzaré por varias cosas de la vida privada de 'Reyes' que nadie conoció. Contaré cómo llegué a él después de haber trabajado en la radio, en la Secretaría de Salud del Huila como jefe de Prensa, y en el Instituto de Salud del Caquetá en el mismo cargo. Entre las miles de fotos y videos que tengo, hay una imagen en la que 'Raúl' sostiene una carpeta de trabajo mía. Esas fotos y otras de la celebración de uno de sus cumpleaños las tomé yo.
-¿Cómo hacía llegar los videos y mensajes a Estados Unidos?
-Por medio de mi hermano Baruch.
-¿En ese proceso no traspasó los límites que le imponía su condición de periodista? Parece evidente que usted se comprometió más de la cuenta con la guerrilla...
-No, simplemente averigüé a fondo su historia y por eso fue que Estados Unidos me buscó. El tránsito entre mi oficio como periodista y el de gestora humanitaria y de buena voluntad no fue nada fácil. Lo que pasa es que el machismo que impera en nuestro medio no puede concebir que yo haya podido hacer ese trabajo sin intimar con 'Reyes'. Por eso estoy pagando el precio de estar lejos de mi hogar.
Hasta hace poco tiempo tuve una custodia de 12 hombres que protegieron mi vida; hoy estoy de la mano de Dios. Y voy a decir finalmente algo sin temor: hasta el último día de mi existencia lloraré la muerte de 'Raúl Reyes'. No fui su amante y menos hice parte de sus acciones ni de las acciones de las Farc. Pero sí, el confió en mí y no lo defraudé. Después de su muerte, preferí alejarme de Colombia.

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