Columna Sólo para iniciados/ Bustillos

Columna Sólo para iniciados/ Juan Bustillos

Impacto Diario, 8 de junio de 2011

El Presidente Calderón es afortunado de tener a Marisela Morales de procuradora general de la República

Este comentario y obsoleto y está fuera de tiempo, pues esta madrugada la suerte jurídica de Jorge Hank Rhon ya fue determinada. Aunque su familia querría verlo de regreso en casa en Tijuana hoy mismo, el Ministerio Público de la Federación lo puso a disposición de un juez.

Pero la obsolescencia del hecho causa del comentario no lo invalida.

Veamos: el Presidente Calderón es afortunado de tener a Marisela Morales de procuradora general de la República. Otro en su lugar habría optado por la comodidad del arraigo para contar con tres meses para fincar un caso sólido. En cambio, decidió desechar este instrumento, polémico, pero legal, y resolver entre las dos únicas alternativas que le quedaron: dejarlo en libertad o consignarlo por algún delito en específico.

La maestra Morales explicó a su “fuente” reporteril el porqué de su decisión: salir al paso a la contaminación política del caso.

Es un esfuerzo loable que habla bien de la lealtad de la procuradora a su jefe, pero vano por solitario. No hay en el país quien crea la versión del Ejército.

La aprehensión de Hank Rhon fue un hecho ilegal cometido a espaldas de la PGR. Ayer la procuradora dejó en claro que se lo entregaron sin participar en la aprehensión.

De hecho, generalmente así ocurre y no en este caso en particular. Las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y de Seguridad Pública realizan sus operativos al margen del Ministerio Público de la Federación y de los jueces que por mero trámite les ayudarían a legalizar sus actos. Sobran casos para probarlo.

Soldados, marinos y policías federales aprehenden a quienes investigan o a quienes le son puestos por las agencias norteamericanas que operan en nuestro territorio, y luego los entregan en paquete a la PGR. Toca al Ministerio Público encontrar la manera de legalizar lo que a todas luces no lo es.

El problema con el caso Hank Rhon es que la premura venció al estratega y dejó lagunas difíciles de llenar. Podrá ser encontrado sospechoso o culpable de multitud de delitos, pero su defensa contará con dos elementos fundamentales que sus captores se empecinan en ignorar: su aprehensión fue ilegal (sin orden de cateo ni flagrancia) y cuenta con una batería de abogados que en un año podrían echarlo a la calle.

La decisión de la maestra Morales de no recurrir al arraigo para fincarle cargos es un muy buen intento de despolitizar el caso. Lo dijo con toda claridad: “no es sano”, explicó, que se argumenten cuestiones electorales.

Es decir, arraigarlo sólo habría atizado la especulación.

No es una posición cómoda la que vive la procuradora general de la República. La fama de Hank Rhon lo supone responsable de todo tipo de delitos (de autoría intelectual de homicidios, trampa en las apuestas en su negocios de juego y prestar su nombre a narcotraficantes de Tijuana, etcétera), pero el problema es que hasta el sábado nada le habían probado. Si acaso el gobierno norteamericano decidió retirarle la visa para poder visitar su territorio.

Nadie cree en la puesta en escena de la madrugada del sábado, pero el Ministerio Público de la Federación deberá apechugar un asunto que, electoral o no, es una mancha que el Ejército no podrá quitarse fácilmente. Y no por el personaje, sino por la manera pedestre en que se actuó en su contra.

Y es que, conforme a la Constitución, hasta los delincuentes tienen derechos.