5 nov 2013

El futuro ya no fue lo que era/Jorge Fernández M.


El futuro ya no fue lo que era
 Columna Razones de Jorge Fernández Menéndez en Excélsior, 05/11/2013
Han pasado apenas cinco años, pero pareciera que todo ocurrió en un pasado remoto. El accidente (así debemos llamarlo mientras no haya otras certidumbres) en el que murieron el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño y el ex director de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos, juntos con otras 15 personas, cambió todo un sexenio y, sin duda, la forma en que se moldearía el futuro del país.

¿Qué implicaban en esos momentos esos dos hombres? Mouriño no sólo era el secretario de Gobernación, sino también el más cercano amigo y colaborador del entonces presidente Calderón. Durante el primer año de ese gobierno, Mouriño había hecho un gran trabajo desde la oficina de Los Pinos. Cuando el presidente Calderón decide enviarlo a la Secretaría de Gobernación el papel de Juan Camilo se hizo mucho más complejo: pasó de ser el operador a convertirse en figura política con perfil propio y también comenzaron las presiones, los aciertos y los errores evaluados de otra forma, desde otra óptica. Ese momento lo encontró involucrado en una reforma energética que se le había prometido al gobierno de Calderón como contraparte de la reforma electoral de meses atrás. Juan Camilo era atacado en el proceso de reforma energética por unos contratos que había recibido su familia años atrás, siendo contratistas de Pemex y él funcionario de la Sener. Se debatió sobre si Juan Camilo podría permanecer en la Segob o si era preferible que se fuera al Congreso encabezando las listas del PAN en la elección de medio término. El tema se llegó a analizar, pero no creo que el presidente Calderón lo haya tenido alguna vez en su agenda: su confianza personal y política en Juan Camilo era enorme.

La reforma salió adelante. No era la que se esperaba, pero, por lo menos abrió espacios en un sector absolutamente cerrado. Apenas un par de días antes del accidente Alejandro Poiré (entonces coordinador de asesores de Mouriño y más tarde secretario de Gobernación), me aseguraba que haber logrado pasar en esas condiciones la reforma energética, era, me decía Alejandro, el inicio de toda una nueva etapa en el sexenio de Calderón y en la propia actividad de Juan Camilo.
Eso nunca sucedió: Juan Camilo murió unas horas después y con su muerte comenzó un nuevo periodo en el sexenio, pero marcado por la incertidumbre, primero, sobre las causas reales de la muerte, y luego sobre cómo reconfigurar un equipo presidencial que había perdido su pieza central. Se barajaron muchas opciones para reemplazar a Mouriño y el presidente Calderón sacó una muy buena carta: Fernando Gómez Mont, uno de los hombres más talentosos del PAN. Pero también un político que, pese a una amistad que venía desde la juventud con el presidente Calderón, nunca pudo compatibilizar su estilo personal con el del mandatario y su equipo más cercano.
 En realidad, la muerte de Mouriño había potenciado una desconfianza que permeaba a buena parte de la estructura gubernamental e incluso al propio Presidente. En medios de esos desacuerdos, marcados por las diferencias respecto a ir en alianza o no con el PRD en los comicios locales de 2009, se fue Gómez Mont, y llegó otro cercano amigo de toda la confianza del presidente Calderón a la Secretaría de Gobernación: Francisco Blake Mora, que un año después fallecería también en otro accidente aéreo.
 José Luis Santiago Vasconcelos no fue despedido con los mismos honores que Juan Camilo. Seguía siendo parte del gobierno, pero ya había salido de la PGR, estaba trabajando con Mouriño en sacar adelante la reforma judicial en los estados (algo que todavía está en pañales) y su objetivo era lograr convertirse en ministro de la Suprema Corte. Sabía que era casi imposible lograrlo, pero insistía, y tenía toda la razón, en que en esa instancia era imprescindible que hubiera por lo menos un ministro con experiencia real en lo que era y cómo funcionaban el narcotráfico y el crimen organizado. Y pocos, casi nadie, conocían el tema mejor que él. Hombre cercanísimo a la Secretaría de la Defensa y con enorme experiencia en el tema, José Luis fue, en parte, víctima de las diferencias internas en las áreas de seguridad de la administración Calderón, pero su papel, al igual que su conocimiento de la política real en esos ámbitos, lo hacían un jugador imprescindible en el futuro de esas mismas áreas de seguridad y justicia, más allá de vicisitudes sexenales.
 Habíamos quedado comer el 4 de noviembre. Me llamó el 3 en la noche para preguntarme si podíamos cenar la noche del 4, porque iría con Juan Camilo a un “acuerdo de avión”. Lo dejamos para el 5: esa noche, el 4, iba a ser la histórica elección de Barack Obama y tenía que trasmitir en directo esos comicios por televisión. Nunca llegó esa comida. Tampoco Santiago Vasconcelos ha tenido nunca el pleno reconocimiento público que su carrera hubiera ameritado. Quizás, cinco años después, ya es hora de que el Estado mexicano reconozca a uno de sus mejores hombres.
Comentario:
Estimado Jorge:
 Recuerdo perfectamente como si fuera ayer esa tarde del martes 4 de noviembre de 2008; en efecto era día de elecciones en EU.
Ese día el Pte. Calderón estaba de gira en Jalisco. Regreso al DF de inmediato. Y justo al descender del avión presidencial que lo traía de su gira y abatido por la terrible noticia del deceso de su amigo y demás acompañantes, el Presidente leyó un discurso que él mismo había escrito minutos antes; la corbata negra y la emotividad eran evidentes, sus palabras fueron trasmitidas en cadena nacional, dijo:
“el Gobierno Federal a mi cargo, en coordinación con las instancias competentes, realizará todas las investigaciones necesarias, a fin de averiguar a fondo las causas que originaron esta tragedia. Mientras tanto nos atendremos a la información que vaya surgiendo de las pesquisas correspondientes.”
Pidió a su equipo de trabajo “redoblar esfuerzos en la tarea cotidiana, a trabajar unidos y sin doblegarnos; a trabajar más intensamente cada día para lograr el México en el que creemos.” Pidió al pueblo de México “que ningún acontecimiento, por doloroso o difícil que sea, como por supuesto lo es éste, nos haga desfallecer en nuestro anhelo de tener un México mejor.”
Con esa declaración el presidente Calderón dejaba abierta cualquier posibilidad en torno a la tragedia donde perdió la vida quizás su mejor amigo, y que no necesariamente fuera un accidente, sino que pudiera tratarse de cualquier motivo, incluso el de un atentado.
Y entiendo lo que escribiste hoy en tu columna razones , pero yo estoy convencido que  ¡Fue un lamentable accidente!
De hecho muchos meses dude de que lo fuera. ¿recuerdas que lo comentamos en la radio y en la TV?  ES más el mismo Pte. .Calderón se lo dijo a López Doriga; “Honestamente Joaquín, en el primer momento como muchos mexicanos pensé que pudo haberse tratado de un atentado".
Pero  lo del accidente lo pudimos saber un año después; y las causas “probables” fueron “Pérdida de control a baja altura y posterior impacto del aeronave con el terreno por encuentro con turbulencia de estela, producida por la aeronave que le predecía.”
El informe “final” habla de “factores contribuyentes” (directos e indirectos), que fueron:
1.-Falta de capacitación adecuada de la tripulación en el Learjet 45.
2.- Demora de la tripulación de vuelo en la reducción de la velocidad.
3.- Falta de Control de Tránsito Aéreo en emitir una medida correctiva al acercamiento excesivo de las aeronaves.
4.- Probable fatiga acumulada en el Controlador de Tránsito Aéreo.
5.- Otorgamiento de capacidades de vuelo, con problemas administrativos y probable corrupción.
6.- Insuficiente supervisión del operador de la aeronave al prestador de servicio de mantenimiento y operación.
La desconfianza:
El error amigo quizá fue el atrevimiento del doctor Téllez –entonces secretario de SCT- de plantear a las primeras horas la hipótesis del accidente sin tener mayor información. Se lo dijo esa noche a López Doriga que estaba en Washington DC trasmitiendo el proceso electoral.
Al día siguiente, Téllez lo repitió en veces en varios medios, y en conferencia de prensa subrayó: “…Quisiera repetir esto último, señores y señoras: Hasta el momento no se han detectado indicios que permitan formular hipótesis diferentes a la de un accidente.”
Viéndolo en retrospectiva quizás tuvo razón el secretario Téllez, pero debió esperarse a que concluyeran por lo menos las investigaciones preliminares. Creo que en lugar de exorcizar el fantasma del atentado, pareció invocarlo.
 Y  bueno el martes 3 de noviembre de 2009 se presentó el informe final de aquellos lamentables acontecimientos en las oficinas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Ya no lo dio Téllez sino tal y como debe ser por un Comité conformado de acuerdo a los estándares internacionales.
(Véase Tragedia en el Víctor, Mike, Charly /Fred Álvarez
 Publicado en Código Topo, No. 3, 1 de diciembre de 2008 y “A un año de la caída del Learjet 45”, Código 5 de diciembre de 2009.).
En la página 74 y 75 del “Informe Accidente Learjet 45 XC-VMC, del 4 de noviembre de 2008 en Monte Pelvoux y Ferrocarril de Cuernavaca, Lomas de Chapultepec, Distrito Federal” se concluyó con lo siguiente:
3.1 Hallazgos
1.- La aeronave estaba certificada, equipada y fue despachada y operada de acuerdo a lo establecido en los procedimientos;
2.- El mantenimiento de la misma, fue aplicado de acuerdo a lo establecido por el fabricante y las autoridades;
3.- No existe evidencia alguna de falla mecánica de la aeronave o de alguno de sus componentes;
4.- No existen elementos que permitan sospechar que el avión llevaba fuego durante la caída o que se fragmentó antes del impacto;
5.- No existía ninguna condición meteorológica adversa que pudiera haber contribuido al accidente;
6.- La tripulación y lo Controladores de Tránsito Aéreo tenían certificados de aptitud psicofísica vigentes en los que se les dictaminaba como aptos para sus funciones;
7.- No se encontraron rastros de intoxicación por alcohol o drogas en la tripulación.;
8.- Las licencias de la tripulación y de los Controladores de Tránsito Aéreo estaban vigentes;
9.- Se encontraron deficiencias e irregularidades en el proceso de obtención de los certificados de capacidad de Learjet 45 en ambos pilotos;
10.- Se observaron omisiones en la aplicación de algunos procedimientos y estándares por parte del Controlador de Tránsito Aéreo, del servicio de aproximación radar México;
11, El Learjet 45 estuvo colocado en una posición muy vulnerable respecto a la turbulencia de estela de la aeronave pesada precedente de acuerdo a las siguientes condiciones: volando por abajo, a baja altitud, ambas con baja velocidad, muy cerca y en condiciones atmosféricas estables.

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