Revista
Proceso No. 1986, 1 de noviembre de
2014.
Un mapa
criminal de todos conocido/PATRICIA DÁVILA
En
2011, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) elaboró el
diagnóstico Presencia de la delincuencia organizada en Guerrero, que sirvió de
pauta a las tropas federales que encabezaron el Operativo Guerrero Seguro. El
documento, entregado a Proceso en octubre de ese año por el entonces gobernador Ángel Aguirre, incluye
nombres de las organizaciones criminales y de sus sicarios, así como de su
ámbito de operación, pero nadie hizo nada para combatirlos; ni siquiera cuando
Aguirre se quejó en abril de 2011 de haber recibido la entidad infiltrada por
el narcotráfico, como informó este semanario en su edición 1825.
Las
secretarías de la Marina Armada de México y la de la Defensa Nacional, así como
la Procuraduría General de la República, dependencias que integran el Grupo de
Coordinación Guerrero (GCG) –el órgano que controla las acciones del Operativo
Guerrero Seguro– lo sabían desde 2011: las familias Pineda Villa y Casarrubias
Salgado dirigían a La familia Michoacana, grupo del que surgió Guerreros Unidos.
De
acuerdo con el diagnóstico Presencia de la delincuencia organizada en Guerrero,
elaborado a mediados de ese año por el Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (Cisen), a partir de ese año el GCG, integrado por los comandantes de
la Novena Región Militar, Martín Cordero Luqueño, y de la Octava Región Naval,
José Rafael Ojeda Durán, aún en funciones, comenzaron a dar seguimiento al
asunto.
Entregado
a este semanario en octubre de 2011 por el entonces gobernador Ángel Aguirre en
vísperas de que el gobierno federal anunciara el Operativo Guerrero Seguro
(OPS), muestra el nivel de infiltración del crimen organizado en esa entidad.
Incluso enumera nombres de policías, directores de seguridad pública, alcaldes
y sus familiares involucrados en aquél.
Aguirre
se quejó de que, al asumir el cargo en abril de ese año, encontró el estado
infiltrado por el narcotráfico (Proceso 1825).
“Territorio
estratégico para el cultivo de amapola y en menor medida de mariguana, así como
para el arribo marítimo de droga y creciente centro de consumo –inicia el
documento–, la entidad se convirtió en una zona que hoy se disputan a sangre y
fuego los cárteles del Golfo, del Pacífico, La Familia Michoacana, Los Zetas y
la organización de los Beltrán Leyva.”
Según
el reporte, en 2005 los Beltrán Leyva iniciaron la disputa contra los cárteles
Golfo-Zetas. Los primeros cooptaron a la banda local de Los Pelones, que quedó
bajo las órdenes de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, detenido el 30 de
agosto de 2010. La confrontación exacerbó la violencia y en abril de 2006 se
registró el primer caso de decapitación.
En
2008, tras la ruptura de los Beltrán Leyva con el Cártel del Pacífico, Los
Pelones se mantuvieron con Arturo Beltrán; y cuando éste murió, en diciembre de
2009 en Cuernavaca, Morelos, continuaron al servicio de su hermano Héctor
Beltrán Leyva, El H, quien disputó el liderazgo de la organización a La Barbie.
El
H designó a Sergio Villarreal Barragán, El Grande, como su operador para
confrontar a La Barbie en Acapulco. No obstante, El Grande se distanció de
Héctor Beltrán.
Debilitados,
los Beltrán Leyva fueron desplazados de la Costa Grande, Tierra Caliente y
algunos municipios de la Zona Norte por La Familia y el Cártel del Pacífico. La
Barbie concentró sus acciones en Acapulco.
En
agosto de 2010, tras la detención de La Barbie y sus principales colaboradores,
la banda se dividió. Una de las fracciones, el Cártel Independiente de Acapulco
(Cida), se opuso al grupo que lideraba Carlos Montemayor González, El Charro, suegro
de La Barbie; otra aprovechó la detención de su líder para integrase al Cártel
del Pacífico y conformó el grupo La Barredora.
Hoy,
La Barredora y su brazo armado, el Comando del Diablo, mantienen una abierta
confrontación con el Cida. Y en la Costa Grande, bandas locales como Los
Granados y Los Titos se disputan el área.
La
radiografía
De
acuerdo con el informe consultado, en la región norte operan Los Rojos y el
Cártel de la Sierra, ambos afines a los Beltrán Leyva, quienes están
confrontados con La Familia.
Acapulco,
el municipio que más ingresos genera al gobierno, es el territorio que ha
provocado más “ejecuciones” a causa de las disputas entre las organizaciones
criminales, apunta el diagnóstico Presencia de la delincuencia organizada en
Guerrero.
Esta
confrontación tuvo su origen en la detención de La Barbie, dada la división de
su grupo, del que surgió el Cida, cuyos integrantes protagonizaron a principios
de enero de 2011 dos jornadas violentas en las cuales hubo 30 muertes.
Poco
después, el Cida se dividió en dos grupos: uno encabezado por Carlos Antonio
Barragán Hernández, El Melón; Benjamín o Celestino Flores Reyes, El Padrino,
detenido en 2010, y Moisés Montero Álvarez, El Coreano, un expolicía ministerial capturado el 1 de
agosto de 2011.
El
segundo grupo –La Barredora– lo conforman Cristián Hernández Tarín, El Cris o
Chaki Jr. y Eder Yair Sosa Carbajal, El Cremas o El Metro, quienes hicieron una
alianza con Joaquín El Chapo Guzmán, según el documento consultado.
El
Cris es hijo de Arturo Hernández González, lugarteniente de Amado Carrillo
Fuentes, y posteriormente jefe de sicarios de Ismael El Mayo Zambada. Hernández
González fue capturado en 2003 y liberado en 2013.
Según
el informe entregado por Aguirre Rivero, tras la detención del Coreano el grupo
se transformó y surgió La Nueva Administración, liderada por el expolicía
federal Víctor Aguirre Garzón –quien estuvo preso durante 17 años– con apoyo de
El H, quien hoy opera la zona dorada tradicional –del Parque Papagayo hasta
Caleta–, Mozimba y Pie de la Cuesta.
Asimismo,
se constituyó El Comando del Diablo, al servicio del Chapo, que, al igual que
La Barredora, está conformado por
sicarios de Guerrero y Sinaloa que se caracterizan por su violencia extrema,
pues desmembran los cuerpos de sus
rivales para infundir miedo a las bandas con las que combaten y a la
ciudadanía.
El
diagnóstico del Cisen identifica como Región Centro a los municipios de Chilpancingo y Chilapa de
Álvarez, donde José Nava Romero y Natividad Figueroa Ávila son líderes del
denominado Cártel de la Sierra, afines a los Beltrán Leyva. José es hermano de
Jesús Nava Romero, El Rojo, quien falleció en 2009 durante un enfrentamiento
con elementos de la Marina en el estado de Morelos, donde murió Arturo Beltrán
Leyva.
En
la ciudad de Chilapa, según el documento, opera Zenen Nava Sánchez, El
Chaparro, quien mantiene el control del trasiego de droga. A él se le
atribuyen las ejecuciones y ajustes de
cuentas ocurridas en la zona.
En
el municipio de Quechultenango están posicionados Los Ardillos, que encabezó
Celso Ortega Jiménez, El Ardillo, hasta que fue asesinado en enero de 2011. Su
hijo Bernardo Ortega Jiménez es diputado por el PRD en el Congreso estatal.
En
la Región Tierra Caliente, el diagnóstico oficial identifica “una alianza Los
Beltrán Leyva-Zetas, representados por el Cártel del Pacífico Sur (CPS), que
dirigen los hermanos J. Cleotilde y Fermín Toribio Rentería, así como por
Euclides Camacho Goicochea, El Quilles, hermano de Elí, quien en 2011 era
alcalde de Coyuca de Catalán”.
El
reparto territorial
En
2011 La Familia Michoacana tenía presencia en gran parte del territorio
guerrerense. Uno de sus operadores era Rodolfo Maldonado Bustos, conocido como
José Pineda, quien era considerado el cuarto hombre de importancia del cártel.
Originario de Ojo de Agua, municipio de Cutzamala de Pinzón, Maldonado tenía
influencia en Huetamo, San Lucas Michoacán, Cutzamala de Pinzón, Coyuca de
Catalán, Tlapehuala, Tlalchapa y Arcelia.
“Su
operador en la comunidad de Jaripo, municipio de Coyuca de Catalán –según el
documento–, es Reynaldo Pineda Chávez, quien tiene a su mando a un grupo de 50
sicarios, quienes se encargan de cobrar derecho de piso en Coyuca de Catalán y
comunidades rurales.”
A
principios de diciembre de ese año, apareció una narcomanta anónima en el
estado de Morelos en la que se acusaba a Reynaldo Huicochea Chávez, Panchito,
Rey Pineda y El Cholo, de los secuestros ocurridos en Cuernavaca y Cuautla.
“Las
dos organizaciones –CPS y La Familia Michoacana– para allegarse recursos
económicos utilizan a un grupos de aproximadamente 20 jóvenes que se dedican a
la extorsión de comerciantes, empresarios, dueños de establecimientos
comerciales, casas de empeño, administradores de franquicias de Pemex, Grupo
Modelo y Cuauhtémoc-Moctezuma.
“Su
labor es contactar, vía telefónica, a quienes en tono amable les señalan que
necesitan dinero para mantener a su gente a cambio de garantizar su protección
para que no sean objeto de secuestros o extorsiones de algún grupo antagónico.
Por este concepto, se calcula que obtienen ganancias que oscilan entre los 300
mil pesos mensuales”, señala el diagnóstico del Cisen.
En
Región Costa Grande, que comprende los municipios La Unión de Isidoro Montes de
Oca, Tecpan de Galeana, Petatlán, Atoyac de Álvarez y Coyuca de Benítez, operan
los Beltrán Leyva. Sus cabezas son Salvador Granados, Rosendo Barrera
Soberanis, Miguel Marroquín F., El Rengo, y José Ángel Pineda, El Calentano,
señala la radiografía.
En
Petatlán, Tecpan de Galeana, Zihuatanejo de Azueta y Coahuayutla de José María
Izazaga opera La Familia Michoacana, representada por Andrés Salgado Ávila, El
Bobo, y la banda Los Cuernudos.
Cifras
optimistas
En
octubre de 2011, según el diagnóstico entregado a Proceso por el entontes gobernador
Aguirre Rivero, la Región Costa Chica estaba en manos de los Beltrán Leyva y el
jefe de plaza era Antonio Añorve Jiménez, El Tigre, originario de
Cuajinicuilapa. Él dominaba el mercado de cocaína en los municipios de
Marquelia, Ometepec, Juchitán, Copala, Igualapa, Azoyú y San Luis Acatlán.
“Los
Beltrán Leyva-Zetas delimitan su área de operación desde el estado de Oaxaca
hasta Acapulco, con puestos de operación en Salina Cruz, Huatulco, Puerto
Escondido, Pinotepa Nacional, Oaxaca; Cuajinicuilapa y Marquelia. En esta
franja, de unos 500 kilómetros, se ubica la carretera federal 200 tramo
Acapulco-Salina Cruz, así como playas utilizadas para el desembarque de droga
vía marítima y mantos lagunares”, apunta el documento.
En
la Región Montaña el representante de los Beltrán Leyva era “Entervio Reyes
Bello, expresidente municipal de Copanatoyac, del PRI, asesinado el 6 de abril
del año en curso (2011)”. Jorge Aguilar Vázquez, quien sucedió a Reyes Bello en
la alcaldía, era su cuñado y también milita en el PRI.
“En
Metlatónoc opera una banda encabezada por Silvino Vitervo Vázquez –exdirigente
municipal del PRI–, dedicada al robo de vehículos y venta de autopartes, así
como a la compra-venta de goma de opio. También la integran Emilio Moreno
Solano, así como Arturo y Alfonso Vitervo Vázquez, Raúl Gálvez Vitervo y
Paulino Vitervo N., hijo del jefe de la banda.”
Los
hermanos Vitervo Vázquez, según el documento, son hijos de Felipe Vitervo
Allende, quien por esas fechas era síndico procurador del ayuntamiento de
Metlatónoc por el PRD.
“En
la Región Norte, bajo el dominio de La Familia Michoacana, un personaje
identificado como Rey controla Iguala. Sus operadores, Ismael Salgado, El Mai;
José López Cázares, El Güache o El Cocho, estaban presos en el Cereso de ese
municipio; otro integrante era Abraham Alemán García, entonces director de
Seguridad Pública del lugar”.
A
su predecesor, Felipe Flores Vázquez, actualmente prófugo, se le vincula con la
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala
En
la Dirección de Seguridad Pública de Taxco, el documento menciona a Erubiel
Salado Chávez. En 2011 era subcomandante operativo –hoy es comandante de la
Policía Preventiva– y a los exagentes Osvaldo Ramos Espinoza y José Balladares
Menez.
En
mayo pasado, frente a las acusaciones contra Salado Chávez por sus presuntos
nexos con grupos delincuenciales, el presidente municipal de Taxco, el priista
Salomón Majul González, lo defendió. “Él no es secuestrador”, dijo públicamente.
Cuando
realizó la radiografía del narcotráfico en Guerrero, el Cisen identificó a dos
grupos en Apaxtla de Castrejón: el de Delfino Delgado Hurtado, productor y
distribuidor, en alianza con los Beltrán Leyva-Zetas; y a Lorenzo Trujillo
Sotelo, El Lencho, así como a Pablo Montúfar Trujillo como operadores de La
Familia Michoacana.
“En
Teloloapan se identificaba como jefe de plaza a Ángel Casarrubias Salgado. Sus
distribuidores eran Francisco Romero Rabadán y las hermanas Eliut y Guadalupe
Romero Romero”, concluye el documento Presencia de la delincuencia organizada
en Guerrero en el que se basó el OPS.
Oriundos
de Teloloapan, Ángel, Adrián y Sidronio Casarrubias Salgado, son hermanos de
Mario, fundador de Guerreros Unidos, quien frecuentaba las ciudades de Mérida y
Querétaro y localidades mexiquenses.
El
30 de abril último, el comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro
Rubido, dio a conocer la captura de Mario Casarrubias, integrante del cuerpo de
seguridad del fallecido Arturo Beltrán Leyva, a quien calificó como uno de los
principales traficantes de droga a Estados Unidos.
A
pesar de su peligrosidad, Mario nunca fue incluido en la lista del gobierno
federal como uno de “los más buscados”; tampoco sus hermanos ni los
sobrevivientes de la familia Pineda Villa.
El
23 de mayo pasado, en su último comunicado, el GCG presumió que en el marco del
OPS fueron detenidas 549 personas y 36 delincuentes fueron abatidos, y añadió
que se logró la liberación 97 secuestrados. Lo curioso es que ninguno de ellos
se mencionaba en el diagnóstico Presencia de la delincuencia organizada en
Guerrero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario