El Consejero Jurídico de la Presidencia de la República, Humberto Castillejos
Cervantes, aseguró que el Ejecutivo federal está convencido de impulsar el
modelo de Policía Única en las 32 entidades del país, ya que el actual “ha sido
rebasado” y por ello es necesario replantearlo. sostuvo que la iniciativa de crear policías estatales únicas
permitirá generar corporaciones sólidas, cuyos miembros tengan un proyecto de
vida real y de crecimiento laboral, además de que puedan gozar de las
condiciones de seguridad social que estipula la Carta Magna.
“Esto
puede ser cuestionado, pero un modelo intermedio (policía estatal) nos
permitirá avanzar a otro más sólido”, reiteró.
Castillejos inauguró la mesa panel “Transición a un Modelo de Mando Único Frente
al Modelo de Concurrencia de la Federación Estado-Municipio”, en representación
del sector público.
Subrayó
que a pesar de las modificaciones legales de 2009, donde se establecían los
requisitos académicos para entrar en las corporaciones, actualmente sólo 9.6
por ciento de los policías del país tienen menos de instrucción secundaria;
45.8 tiene secundaria y sólo 20.9 por ciento, preparatoria.
“Lo
que debemos hacer es establecer un nuevo modelo policial en una estrategia
integral ante la fragmentación que tenemos”, sostuvo, y añadió que en algunos
ayuntamientos se cuenta con menos de cinco elementos policiales, por lo que es
evidente que “estamos incumpliendo con lo que disponen las leyes”.
Castillejos
Cervantes destacó que existen argumentos sólidos para defender a policías
municipales que trabajan adecuadamente y que desaparecerían con la implantación
del mando único; empero, sostuvo que es necesario analizar lo que México
requiere dentro de los próximos 20 años y no lo que hoy se tiene en materia de
seguridad.
Se
requiere, abundó, buscar un modelo de transición adecuado que permita tener
policías estatales que cumplan con los mejores estándares, bajo una lógica de
seguridad ciudadana acorde con lo estipulado por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos: cuerpos policiacos que garanticen los derechos fundamentales
de la población.
Al
abrir la participación de los representantes de la sociedad civil, Alejandro
Hope, analista de seguridad pública, subrayó: “no se puede glorificar a las
policías estatales, en virtud de que 62 por ciento de los mexicanos piensa que
este nivel de justicia es corrupto, según datos oficiales. El problema de fondo
es la calidad, y los mecanismos de supervisión son muy débiles”, enfatizó.
Acusó
que también existe vulnerabilidad en los cuerpos de policía estatal, algo que,
a diferencia de las municipales, tiene mayor repercusión cuando son corrompidas
por el crimen organizado. “Si la delincuencia corrompe a Iguala, el problema es
de Iguala; si corrompe a la policía del estado, el problema es de Guerrero”,
ejemplificó.
Hope manifestó que la policía debe tener múltiples funciones, no sólo las
tradicionales, y muchas de esas requieren sólido conocimiento de la comunidad
para que la gente reconozca y confíe en la corporación. “Todo esto será muy
difícil si las personas ven una policía que viene de fuera, que parezca más
ejército de ocupación”, precisó.
En
su intervención, la académica e investigadora de El Colegio de México, Mónica
Serrano, indicó que la propuesta del mando único, de acuerdo al contexto en el
que se encuentra actualmente México, generará una reorganización del espacio
criminal y del sistema de corrupción. “Será más caro para los criminales
acceder a comprar esos nuevos mandos, que lo que es hoy a nivel municipal”.
Detalló
que en el país existen tres sistemas de corrupción: uno, el que se asocia con
una economía de mercado, donde hay apropiación de recursos públicos para
propósitos privados; el vinculado a estructuras políticas que se relaciona con
el sistema de los “moches”, y el que se deriva de políticas prohibicionistas en
el ámbito del control de drogas y la infiltración del crimen organizado. “En la
medida en que este contexto no se modifique, la probabilidad de éxito de
cualquier reforma será baja”, agregó.
En
su turno, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
Raúl Benítez Manaut, dijo que el problema del mando único es político, no
profesional, ni institucional. “No hay forma de articular las necesidades de
los cuerpos policíacos estatales, municipales y comunales, y que haya
equilibrio de controles internos y externos si esto no se resuelve”.
Precisó
que México vive tres tipos de impunidades: la estatal, producto de la escasa
institucionalidad en medidas de control de los funcionarios públicos donde
entran los policías y cuerpos policíacos; el crecimiento de las organizaciones
criminales, y la ciudadana, con algunos sindicatos que tampoco respetan la ley.
Por
ello, apuntó, si el Estado no tiene mecanismos de control para combatir la
corrupción e impunidad, no puede exigirle a otros, si no cuenta con medidas
para actuar y, por el contrario, pone en peligro la democracia. Además, dijo,
“México no cuenta con leyes para capturar y procesar al jefe del Estado. Si
existieran, sería el principal motor para que este las cumpla y de ahí los
gobernadores y presidentes municipales”.
En
su conferencia magistral, el académico de la City University de Nueva York,
Dennis Kenney, sostuvo que la policía no puede imponer la seguridad en las
comunidades, sino ayudar a éstas a lograr la meta. Los cuerpos de seguridad,
indicó, deben proteger los derechos ciudadanos, ya que cuando la policía no
logra cumplir con las expectativas, se falla a los ojos de la gente y ésta
piensa que debe protegerse por sí misma.
“Para
que la policía sea efectiva, la ciudadanía debe saber que está de su lado”,
subrayó.
Por
otro lado, destacó que para mejorar a los miembros de los cuerpos de seguridad,
estos deben pensar como si fueran profesionales. “Como doctores –explicó- que
tienen compromiso en primer lugar con la profesión y después con la institución
en la que trabajan”.
Dennis
Kenney también resaltó en su ponencia que una unidad de asuntos internos en las
corporaciones, sólo será efectiva si investiga la estructura de las mismas y no
sólo casos aislados. Además, dijo, debe ser evaluada por un órgano externo,
como un consejo ciudadano, aunque esto no sea del agrado de las policías, como
ha ocurrido en otros países.
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