10 feb 2015

Intercambian puntos de vista en foro sobre seguridad pública en San Lázaro

 Intercambian puntos de vista en el “Foro Internacional de Seguridad Pública, por un Modelo Policial Digno”,
El Consejero Jurídico de la Presidencia de la República, Humberto Castillejos Cervantes, aseguró que el Ejecutivo federal está convencido de impulsar el modelo de Policía Única en las 32 entidades del país, ya que el actual “ha sido rebasado” y por ello es necesario replantearlo. sostuvo que la iniciativa de crear policías estatales únicas permitirá generar corporaciones sólidas, cuyos miembros tengan un proyecto de vida real y de crecimiento laboral, además de que puedan gozar de las condiciones de seguridad social que estipula la Carta Magna.
“Esto puede ser cuestionado, pero un modelo intermedio (policía estatal) nos permitirá avanzar a otro más sólido”, reiteró.
Castillejos inauguró la mesa panel “Transición a un Modelo de Mando Único Frente al Modelo de Concurrencia de la Federación Estado-Municipio”, en representación del sector público.

 Subrayó que a pesar de las modificaciones legales de 2009, donde se establecían los requisitos académicos para entrar en las corporaciones, actualmente sólo 9.6 por ciento de los policías del país tienen menos de instrucción secundaria; 45.8 tiene secundaria y sólo 20.9 por ciento, preparatoria.
 “Lo que debemos hacer es establecer un nuevo modelo policial en una estrategia integral ante la fragmentación que tenemos”, sostuvo, y añadió que en algunos ayuntamientos se cuenta con menos de cinco elementos policiales, por lo que es evidente que “estamos incumpliendo con lo que disponen las leyes”.
 Castillejos Cervantes destacó que existen argumentos sólidos para defender a policías municipales que trabajan adecuadamente y que desaparecerían con la implantación del mando único; empero, sostuvo que es necesario analizar lo que México requiere dentro de los próximos 20 años y no lo que hoy se tiene en materia de seguridad.
 Se requiere, abundó, buscar un modelo de transición adecuado que permita tener policías estatales que cumplan con los mejores estándares, bajo una lógica de seguridad ciudadana acorde con lo estipulado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: cuerpos policiacos que garanticen los derechos fundamentales de la población.
 Al abrir la participación de los representantes de la sociedad civil, Alejandro Hope, analista de seguridad pública, subrayó: “no se puede glorificar a las policías estatales, en virtud de que 62 por ciento de los mexicanos piensa que este nivel de justicia es corrupto, según datos oficiales. El problema de fondo es la calidad, y los mecanismos de supervisión son muy débiles”, enfatizó.
 Acusó que también existe vulnerabilidad en los cuerpos de policía estatal, algo que, a diferencia de las municipales, tiene mayor repercusión cuando son corrompidas por el crimen organizado. “Si la delincuencia corrompe a Iguala, el problema es de Iguala; si corrompe a la policía del estado, el problema es de Guerrero”, ejemplificó.
 Hope manifestó que la policía debe tener múltiples funciones, no sólo las tradicionales, y muchas de esas requieren sólido conocimiento de la comunidad para que la gente reconozca y confíe en la corporación. “Todo esto será muy difícil si las personas ven una policía que viene de fuera, que parezca más ejército de ocupación”, precisó.
 En su intervención, la académica e investigadora de El Colegio de México, Mónica Serrano, indicó que la propuesta del mando único, de acuerdo al contexto en el que se encuentra actualmente México, generará una reorganización del espacio criminal y del sistema de corrupción. “Será más caro para los criminales acceder a comprar esos nuevos mandos, que lo que es hoy a nivel municipal”.
 Detalló que en el país existen tres sistemas de corrupción: uno, el que se asocia con una economía de mercado, donde hay apropiación de recursos públicos para propósitos privados; el vinculado a estructuras políticas que se relaciona con el sistema de los “moches”, y el que se deriva de políticas prohibicionistas en el ámbito del control de drogas y la infiltración del crimen organizado. “En la medida en que este contexto no se modifique, la probabilidad de éxito de cualquier reforma será baja”, agregó.
 En su turno, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Benítez Manaut, dijo que el problema del mando único es político, no profesional, ni institucional. “No hay forma de articular las necesidades de los cuerpos policíacos estatales, municipales y comunales, y que haya equilibrio de controles internos y externos si esto no se resuelve”.
 Precisó que México vive tres tipos de impunidades: la estatal, producto de la escasa institucionalidad en medidas de control de los funcionarios públicos donde entran los policías y cuerpos policíacos; el crecimiento de las organizaciones criminales, y la ciudadana, con algunos sindicatos que tampoco respetan la ley.
 Por ello, apuntó, si el Estado no tiene mecanismos de control para combatir la corrupción e impunidad, no puede exigirle a otros, si no cuenta con medidas para actuar y, por el contrario, pone en peligro la democracia. Además, dijo, “México no cuenta con leyes para capturar y procesar al jefe del Estado. Si existieran, sería el principal motor para que este las cumpla y de ahí los gobernadores y presidentes municipales”.
 En su conferencia magistral, el académico de la City University de Nueva York, Dennis Kenney, sostuvo que la policía no puede imponer la seguridad en las comunidades, sino ayudar a éstas a lograr la meta. Los cuerpos de seguridad, indicó, deben proteger los derechos ciudadanos, ya que cuando la policía no logra cumplir con las expectativas, se falla a los ojos de la gente y ésta piensa que debe protegerse por sí misma.
 “Para que la policía sea efectiva, la ciudadanía debe saber que está de su lado”, subrayó.
 Por otro lado, destacó que para mejorar a los miembros de los cuerpos de seguridad, estos deben pensar como si fueran profesionales. “Como doctores –explicó- que tienen compromiso en primer lugar con la profesión y después con la institución en la que trabajan”.
 Dennis Kenney también resaltó en su ponencia que una unidad de asuntos internos en las corporaciones, sólo será efectiva si investiga la estructura de las mismas y no sólo casos aislados. Además, dijo, debe ser evaluada por un órgano externo, como un consejo ciudadano, aunque esto no sea del agrado de las policías, como ha ocurrido en otros países.
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