Mons. Romero nunca se interesó por la teología de la liberación, asegura su
secretario personal/Por
Alvaro de Juana
VATICANO,
12 Feb. 15 / 03:08 pm (ACI).- Los teólogos de la liberación visitaban a Mons.
Oscar Romero y le dejaban sus libros, pero nunca los abrió, él estaba adherido
a la doctrina de la Iglesia, afirmó Mons. Jesús Delgado, secretario del futuro
beato, quien indicó además que el entonces Arzobispo de San Salvador “se vio
jalado de un lado y de otro”, pues también la “izquierda” lo amenazó de muerte.
“Los
vi, estaban puros e inmaculados, nunca los abrió, nunca jamás, ni los leyó, ni
los consultó nunca. En cambio todos los libros de los padres de la Iglesia
estaban manoseados por aquí y por allá, eran la fuente de su inspiración”,
afirmó Mons. Delgado.
En
ese sentido, aseguró que Mons. Romero “de la Teología de la Liberación no supo
nada, no quiso informarse de eso, él estaba adherido fielmente a la Iglesia
Católica y sobre todo a la doctrina de los Papas”.
“Se
fue abriendo el camino con el Evangelio a una teología de Dios presente en los
pobres, que podíamos llamarlo así: 'Dios presente viviendo con los pobres y
caminando con los pobres'”, aseguró Mons. Delgado.
El
Prelado explicó que “este punto fue el que no lograron entender sus amigos de
familias ricas en ese momento, y no es que no quisieran entender, es que
estábamos en ese momento enfrascados en una lucha entre la Unión Soviética y
los Estados Unidos”.
Así
pues, “la figura de Mons. Romero se vio jalada de un lado y de otro, y él
quería permanecer y permaneció siempre en el mismo camino: predicar la palabra
de Dios y llamarnos a todos a una conversión a Cristo y con Cristo a la gente
más pobre”.
En
ese sentido, indicó que “la izquierda que se apoyaba en Mons. Romero, se
apoyaba en él para sus fines, lo amenazaron de muerte porque bendijo, dicen
ellos, el golpe de Estado y la reforma agraria que proponía el golpe de estado
en 1979”. Por ello, “le declararon amante del reformismo y no de la revolución
y le declararon la pena de muerte”, expresó.
En
esta situación, “la Navidad de 1979 la vivió bajo el miedo de los fuegos que lo
amenazaban por parte de la derecha y la izquierda”. “Fue asesinado el 24 de
marzo y yo siempre digo que cualquiera de los dos podía haberle matado, tanto
la izquierda como la derecha. Le tenían odio por una u otra razón. Después, la
Comisión de la Verdad demostró que fue la derecha la que lo mató”, indicó.
Explicó
que “el problema es delicado porque la izquierda lo tomó como bandera de
batalla. Dijeron: 'nuestro es San Romero'. Evidentemente la derecha levantó el
grito y ya ven cómo lo usan porque ellos son los que lo arrastraron con él y lo
ideologizaron, lo manipularon, los jesuitas lo manipularon, la izquierda lo
manipuló, era un hombre que perdió su libertad, se volvió 'loco' y todo eso
llegaba aquí como documentación de la extrema derecha”.
Sobre
por qué durante años llegaron informes negativos a la Santa Sede acerca de la
figura del futuro beato, su secretario explica que entonces “las noticias que
llegaban eran negativas y los Papas que no conocían bien la situación
latinoamericana guardaban mucha prudencia frente a esto”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario