Retrospectiva
Acoso
e intimidaciones obligan a fotoperiodista de Proceso a irse de Veracruz
NOÉ
ZAVALETA,
APRO..13
DE JUNIO DE 2015
XALAPA,
Ver. (proceso.com.mx).- Rubén Espinosa, fotoperiodista de Proceso y colaborador
de la agencia AVC en Veracruz, decidió exiliarse temporalmente de esta entidad,
luego de que varios sujetos desconocidos lo siguieron y acosaron afuera de su
casa, en los alrededores de su trabajo y en el desarrollo de sus actividades
periodísticas durante los últimos días.
Espinosa,
activista en las marchas y pronunciamientos para exigir “justicia” en los
asesinatos de 12 periodistas en lo que va del sexenio de Javier Duarte, señaló
que prefiere “autoexiliarse” antes de que le ocurra algo similar al ataque a
los ocho jóvenes –varios de ellos estudiantes universitarios–, que fueron
atacados por un comando la madrugada del 5 de junio y que orilló a la
hospitalización urgente de tres de ellos.
“Me
molesta, me caga estar así, aislado, con miedo, no poder chambear a gusto, pero
prefiero salirme, antes que me pase lo que a los estudiantes”, expuso.
Apenas
el 9 de junio pasado, Espinosa fue de los periodistas que encabezó la
recolocación de la placa Regina Martínez en la Plaza Lerdo, frente al Palacio
de Gobierno. Al fotoperiodista de Proceso le tocó hacer la mezcla de cemento y
colocar la placa, en medio de una docena de “orejas” de la Subsecretaría de
Gobierno, Secretaría de Seguridad Pública y la Dirección de Política Regional,
quienes se abocaron a tener un registro puntual fotográfico de los rostros de
reporteros que participaron en el acto de protesta, y el medio de comunicación
al que pertenecían.
Rubén
Espinosa se reunió la noche del viernes con directivos de esta casa editorial
para dar un reporte puntual de los hechos. En septiembre del 2013, el
fotoperiodista fue golpeado por policías estatales acreditables durante el
violento desalojo de maestros de la CNTE en la Plaza Lerdo, en vísperas del
Grito de Independencia.
Al
fotógrafo de Proceso policías lo golpearon y lo obligaron a “formatear” su
tarjeta de memoria de su cámara, para no tener ni una sola imagen del violento
desalojo en septiembre del 2013. Aunque Rubén Espinosa, junto con otros
reporteros, puso una denuncia penal, el gobierno de Javier Duarte buscó
interlocución con él, ofreciéndole dinero para retirar su querella. Espinosa
rechazó el ofrecimiento.
Vía
telefónica, Rubén narra el acoso y hostigamiento por sujetos desconocidos:
“El
pasado miércoles, tres hombres corpulentos, con actitud sospechosa y sin
retirar sus miradas intimidatoria, me tomaron fotografías en las afueras de mi
casa, ellos iban acompañados de un taxi… un sujeto, con bermudas blancas,
playera azul de un equipo de futbol y zapatos de vestir, hizo movimientos
corporales con toda la intención de que yo me percatara de que me estaban
tomando fotografías”.
Rubén
Espinosa asegura que esas mismas personas que lo fotografiaron afuera de su
casa, son los mismos que había visto por la mañana, “aunque en ese momento no
presté tanta atención”, expuso.
Durante
la cobertura del diálogo entre estudiantes y autoridades de la Rectoría de la
Universidad Veracruzana, Rubén Espinosa siguió su agenda normal –narra–, pero
al regresar a la zona centro, sobre la avenida de Xalapeños Ilustres, al pasar
por la iglesia de San José otros sujetos de “complexión delgada, pero
musculosa”, con pinta porteña, vestidos de negro, “encargaron su mirada en mi
persona con un gesto burlón y retador” haciéndole saber que tenía que “quitarme
de su camino” so pena de ser agredido.
“Algunos
metros más adelante, al pasar por las instalaciones de la Policía Auxiliar,
otros dos tipos, morenos, de cabello corto, corte tipo militar, que se
encontraban en la parada de autobuses, afuera de una carnicería, me siguieron.
Uno avisó al otro con el codo, me señaló con la mirada y de nueva cuenta no
dejaron de seguir mi trayecto a lo que me resguardé en una tienda de artículos
para bebé que se encuentra a contraesquina de la carnicería, los tipos cruzaron
la calle, uno de ellos volteó, me retó con la mirada por última vez y se
retiraron del lugar”, detalló.
Rubén
Espinosa deduce que en ambos casos, los sujetos desconocidos pudieron haberlo
monitoreado con fotografías o video.
Una
semana antes, durante las conferencias habituales del Partido del Trabajo (PT)
en sus instalaciones y en las afueras del café La Parroquia, Rubén Espinosa y
otros reporteros advirtieron la presencia de dos hombres con guayabera blanca y
pantalón de vestir, quienes portaban armas cortas, enfundadas al cinto. Los
sujetos, indiferentes con la prensa, hablaban con naturalidad con empleados de
la Subsecretaría de Gobierno (Subsegob) conocidos como “orejas” o “espías”.
En
esos días, el líder estatal del PT, Fidel Robles, dio a conocer un informe
gubernamental denominado “Balance Electoral 2015”, en donde la Secretaría de
Seguridad Pública (SSP) y la Secretaría de Gobierno (Segob) ponían en la mira a
diversos ambientalistas, activistas, líderes universitarios y políticos de
oposición a quienes catalogaban como “anarquistas” y “desestabilizadores de
elecciones”. Rubén Espinosa dio seguimiento a esa cobertura informativa y a las
críticas y burlas que dicho documento desató en académicos e investigadores de
la UV.
Espinosa
asegura que en Veracruz no se pueden echar en saco roto “las intimidaciones”,
“los acosos” y la vulnerabilidad en la que periodistas ejercen el oficio, por
ello, decidió mejor exiliarse, antes que le pueda ocurrir algo de mayor
gravedad.
En
Xalapa, compañeros de Rubén Espinosa, quienes trabajan en medios como Proceso,
AVC Noticias, Plumas Libres, Expediente Mx, La Jornada Veracruz, Sala Negra,
entre otros, responsabilizan al gobierno de Duarte y a la Secretaría de
Seguridad Pública de Veracruz de cualquier agresión a su integridad física.
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