15 may 2016

...Y es el nuevo dueño de la frontera sur/ J. Jesús Esquivel.

Revista Proceso # 2063, 14 de mayo de 2016..
 ...Y es el nuevo dueño de la frontera sur/ J. Jesús Esquivel.
Desaparecido prácticamente el Cártel de Juárez, el de Sinaloa ha ido apoderándose de territorios que antes pertenecían al grupo de los Carrillo. Domina en los hechos el trasiego de mariguana y de drogas duras a lo largo de gran parte de la frontera sur de Estados Unidos y es suyo el mercado en los estados de la Costa Oeste. Lo peor para las autoridades de la DEA es que desconocen a cabalidad las estrategias del grupo criminal mexicano.
PHOENIX/TUCSON, ARIZONA.– La contratación de procesadores o “cocineros” de heroína colombianos por parte del Cártel de Sinaloa incrementó notablemente la instalación de laboratorios clandestinos en México y, por ende, la producción de drogas que se trafican a Estados Unidos, sostienen las autoridades de este país.
Gracias a esta nueva alianza, la organización criminal mexicana se convirtió en la más poderosa del mundo, asegura Douglas W. Coleman, jefe de la División de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) en Arizona. Hoy, dice, es casi la dueña absoluta del mercado estadunidense de estupefacientes.
La zona fronteriza que divide los estados de Sonora y Arizona es la región más controlada por el Cártel de Sinaloa y su ruta preferida para el trasiego de heroína, cocaína, metanfetaminas y mariguana, comenta a Proceso.
La organización criminal utiliza la región entre San Luis Río Colorado, Sonora, y Yuma, Arizona, para introducir a Estados Unidos su producto más redituable: la heroína blanca que le fabrican los “cocineros” colombianos a partir de la refinación de la goma de amapola.


“No los pueden contener”
 Coleman recibió al corresponsal en sus oficinas de Arizona y en varias sesiones, durante dos días, conversó sobre el poder del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos y sobre la demanda de esa droga manufacturada en México por los “cocineros” colombianos. Tan demoledor es el panorama, que hace pensar en que los gobiernos de ambos países nunca vencerán al narcotráfico.
 Su poder, insiste, deriva de la incapacidad de los gobiernos de México y Estados Unidos para contenerlo. “No olvidemos que ahora el Cártel de Sinaloa domina todo en la Coste Oeste de Estados Unidos; son los dueños de la frontera norte de México desde Ciudad Juárez hasta Baja California”, dice el entrevistado.
 Pese a que con la segunda recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, uno de los líderes de esta organización criminal, las autoridades presumieron que el cártel había sido desestabilizado, el aumento en la demanda de drogas en Estados Unidos, en particular la heroína, hace cada vez más impensable el éxito en la guerra contra las drogas.
 Con la introducción de la heroína blanca, los líderes de la organización del Chapo Guzmán –ahora casi dueños del mercado de consumo de esa droga en la Costa Este de Estados Unidos– parecen haber creado un imperio invencible.
 La DEA admite desconocer el número de “cocineros” colombianos que trabajan para el Cártel de Sinaloa en los laboratorios clandestinos en México. Allá, según la agencia, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha guardado silencio sobre este asunto, por lo que se presume que también ignora la magnitud de la invasión colombiana.
 “No sabemos el tamaño exacto del poder de manufactura que tiene en México el Cártel de Sinaloa. Lo que sí sabemos es que en los últimos cinco años el monto de heroína confiscada en Arizona se incrementó 250%”, dice el jefe de la DEA de esta región.
 Durante el recorrido por la región fronteriza entre Arizona y Sonora, Coleman muestra al corresponsal los puntos más vulnerables en el sur de Estados Unidos por los cuales se introducen los cargamentos de droga. Señala que hasta ahora ni la agencia antidrogas ni las autoridades federales de México han logrado descifrar la estrategia del Cártel de Sinaloa, para neutralizarlo.
 En una bodega, la DEA almacena las drogas que confisca en la frontera de Arizona con Sonora, según observó el corresponsal durante el recorrido. Más de 95% son incautadas a los sicarios del Cártel de Sinaloa, para luego destruirlas. Ahí hay de todo: mariguana, metanfetaminas, heroína, cocaína. Muchas veces sirven como evidencia en los juicios a los que se somete a las personas involucradas en el trasiego.
 “Hay que tomar en cuenta que toda la heroína que llega a Arizona entra por Sonora. La lógica nos indica que hay alguien que está manufacturando esta droga en aquella entidad y que alguien la está metiendo por este estado”, explica Coleman.
La cercanía de San Luis Río Colorado con Yuma y la frecuencia con la que el Cártel de Sinaloa introduce la heroína cafecita, la negra y ahora la blanca mexicana, hace sospechar a la DEA que los “cocineros” colombianos no trabajan muy lejos de ese entorno.
“Me aventuro a decir que San Luis Río Colorado tiene una producción muy significativa y que están ampliando esa producción, porque los niveles de confiscación en los últimos cinco años se incrementaron en 250%. Esto significa que cada año aumenta en 50% el nivel de confiscación de heroína”, subraya el entrevistado.
Por su cercanía con la zona desértica de Arizona –cuya orografía dificulta a las agencias estadunidenses realizar una vigilancia rigurosa–, las autoridades de este país consideran a San Luis Río Colorado como “un eje importante” para la distribución de drogas duras: heroína, metanfetaminas y cocaína, por parte del Cártel de Sinaloa, sostiene Coleman.
Y añade: “Vemos que entra mucha mariguana por Nogales y por Agua Prieta (Sonora). La mayoría de las drogas duras entran por San Luis Río Colorado: por allí ingresa la mayoría de la heroína, cocaína y metanfetaminas”.
–Si sabe que por esa región se introduce la heroína mexicana, ¿por qué la DEA, y en general el gobierno de Estados Unidos, no actúan? –se le pregunta a Coleman.
–No olvidemos que el Cártel de Sinaloa domina todo en la Costa Oeste. De Ciudad Juárez a Baja California, toda esa región está bajo su control. Es la mayor amenaza de tráfico de drogas en California y Arizona. Todo el control de rutas y mercado que tenía el Cártel de los Arellano Félix ahora le pertenece al de Sinaloa.
Territorio ocupado
En la frontera sur de Estados Unidos, según la DEA, la organización sinaloense controla los territorios que van de Ciudad Juárez a Nuevo México y de ahí a Arizona y luego a California. Antes, en los noventa, con Amado Carrillo Fuentes, dice, pertenecían al Cártel de Juárez; después los retomó su hermano Vicente Carrillo, El Viceroy.
La organización se extendió en esa región fronteriza porque el Cártel de Juárez y el de los Arellano Félix se quedaron sin estructura, como consecuencia de la eliminación o captura de sus líderes, sostiene Coleman.
De acuerdo con la información de inteligencia sobre la producción de heroína blanca mexicana obtenida por la DEA, los “cocineros” colombianos que trabajan para la organización sinaloense no necesariamente se encuentran en territorios o plazas dominadas por sus patrones.
Coleman dice que el Cártel de Sinaloa tiene laboratorios para producir heroína blanca en Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Baja California, Chihuahua, Durango, el Estado de México y Morelos. “Tiene definidos ciertos puntos en el territorio mexicano para la producción de heroína”, puntualiza.
Es paradójico que la frontera de Nogales, Sonora, con Nogales, Arizona, no sea un punto de cruce para las drogas duras del Cártel de Sinaloa, pues por lo general se trafica mariguana. ¿La razón?: por ahí suelen transitar los camiones de carga comercial procedentes de México.
En contraste, en San Luis Río Colorado, por el punto de entrada fronterizo de Yuma o los puertos de ingreso más pequeños de esa zona, los capos sinaloenses introducen heroína, metanfetaminas y cocaína en compartimentos camuflados en automóviles particulares.
El control del consumo y la demanda de heroína –sobre todo la blanca, cuya demanda crece día a día– se le fue de las manos al gobierno del presidente Barack Obama; en México, todo indica que Peña Nieto ya perdió la batalla, aun cuando El Chapo Guzmán –uno de los líderes de la organización sinaloense– está en prisión.
En la Costa Este, los heroinómanos desconocen que consumen droga mexicana producida por “cocineros” colombianos en lugar que la que proviene de Asia, pues no notan la diferencia.
“En otros tiempos –explica Coleman–, los consumidores de heroína era pocos. La gente mayor detecta con facilidad la diferencia entre la blanca y la cafecita… Un adolescente de 18 o 19 años que consume medicamentos controlados y cambia a la heroína no se da cuenta de la diferencia.
“En el pasado, el promedio de edad de las personas que consumían heroína era de entre 30 y 40 años. Habían sido adictos mucho tiempo, pero sabían cómo usar de manera efectiva la heroína para evitar una sobredosis.”
Por lo que atañe a la colaboración de su gobierno con el de México para combatir el tráfico de drogas y al Cártel de Sinaloa, Coleman apunta: “Trabajamos bien. Tenemos a nuestra gente (agentes de la DEA) en México que colabora con su contraparte. Creo que el presidente Peña Nieto –quien habla poco de la cooperación bilateral, a diferencia de su antecesor, Felipe Calderón– nos ofrece una buena colaboración, como en las operaciones conjuntas”. l

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