10 oct 2016

Ceremonia Conmemorativa del 50 Aniversario del Plan DN-III-E

Ceremonia Conmemorativa del 50 Aniversario del Plan DN-III-E
 Discursos…
EPN aprovechó paera recordar “con profundo respeto y admiración“… a los miliatares caidos y herido en Culicán Sinaloa…
El Primero de EPN.., viernes 7 de octubre de 2016..
Señoras y señores:
Muy buenas tardes a todas y a todos los asistentes a este acto.
Señor Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Señor Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Señor General Secretario de la Defensa Nacional.
Señor Almirante Secretario de Marina.
Señoras y señores integrantes del Gabinete del Gobierno de la República.
Señor Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Señores Gobernadores de diferentes entidades federativas, que hoy aquí nos acompañan.
Personal militar en situación de retiro.
Generales y Almirantes, Jefes y Capitanes, oficiales, tropa y marinería.
Muy distinguidas y distinguidos invitados a esta ceremonia.
Agradezco la presencia de los agregados militares de países acreditados diplomáticamente en México, que hoy aquí nos acompañan.

 Señores representantes de los medios de comunicación.
 La mañana del 10 de octubre de 1966, nuestro país enfrentó la fuerza de uno de los fenómenos naturales más devastadores hasta ese momento.
 Ese día, el Huracán Inés tocó suelo mexicano, amenazando la vida, la integridad y el patrimonio de las familias de Tamaulipas y Veracruz. Fueron momentos de incertidumbre, de temor y de zozobra.
 Las noticias que llegaban eran de alarma pues, a su paso, Inés había dejado muerte y destrucción en el Caribe.
 En todo México había un sentimiento de consternación ante la inminencia de una tragedia.
 En pocas horas, los estragos se hicieron evidentes. Vientos de más de 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales provocaron que miles de viviendas fueras destruidas, y que los ríos Pánuco y Tamesí se desbordaran sin control.
 Fue entonces que, frente a la dificultad, aparecieron los soldados de la Patria, los aliados de los mexicanos, para poner en operación, por primera vez, el Plan DN-III-E.
 Mano a mano y hombro con hombro, con la sociedad, hicieron frete a la adversidad. Con entrega y profesionalismo, respaldaron, auxiliaron y protegieron a heridos y damnificados.
 En medio de la catástrofe, quedó patente el heroísmo del Ejército Mexicano.
 Como quedó claro en este episodio, podemos afirmar que si algo ha permitido generar una alta estima y reconocimiento de los mexicanos hacia nuestras Fuerzas Armadas es su solidaridad y su valiente respaldo en los momentos más difíciles.
 A medio siglo de distancia, hoy conmemoramos el acto que dio origen al Plan DN-III-E. Fue en ese momento, también, que se sientan las bases para el Plan Marina. Ambos se han convertido el rostro más cercano de las Fuerzas Armadas.
 Desde entonces, son innumerables las actuaciones dignas de evocarse.
 La respuesta inmediata ante la trágica explosión de San Juanico, en 1984; las labores de rescate y reconstrucción, luego del sismo de 1985, en la Ciudad de México; o las activas y vitales participaciones tras los huracanes Ingrid, Manuel o Patricia, durante esta Administración.
 Sin importar la magnitud o la dificultad del desafío, soldados, pilotos y marinos han sabido mantener en alto su firme e indeclinable convicción de servir a México.
 Ante los peligros que acechan a la población, ustedes siempre son los primeros en llegar y los últimos en irse.
 En situaciones de emergencia, la presencia de nuestras Fuerzas Armadas significa aliento y alivio, consuelo y esperanza.
 México está por siempre agradecido con ustedes.
 Son incontables las vidas que han salvado, los apoyos que han entregado o las comunidades que han ayudado a reconstruir.
 Es indescriptible la satisfacción de una familia que recupera su hogar; la tranquilidad de un herido, que es rescatado; o la felicidad de un padre que recibe a su hijo sano y salvo.
En las últimas cinco décadas, nuestro país ha enfrentado retos que han puesto a prueba nuestra fortaleza como Nación. Para superar cada uno de ellos, México siempre ha contado con el valor y la eficacia de nuestro personal militar y naval.
Frente a la fuerza impredecible de la naturaleza, la única vía para proteger vidas y mitigar los riesgos es la prevención efectiva. Y qué mejor ejemplo de ello que la planeación militar que da vida al Plan DN-III-E.
Reconozco a la Secretaría de la Defensa Nacional por su visión para fortalecerlo y adaptarlo a las necesidades de un país que, por su ubicación y diversidad geográfica, es particularmente vulnerable a fenómenos naturales.
Justamente, gracias a la preparación de excelencia que reciben durante su formación y a la experiencia en campo, soldados y marinos mexicanos han acudido también en auxilio a naciones hermanas en situación de desastre.
Han sido auténticos emisarios de paz, llevando un mensaje de fraternidad y solidaridad a otros pueblos del mundo.
México lamenta profundamente el dolor y las pérdidas humanas que está sufriendo nuestro hermano pueblo haitiano, a causa de los estragos ocasionados por el paso del Huracán Matthew.
He dado indicaciones para ofrecer al Gobierno de la República de Haití el apoyo y la ayuda humanitaria de México durante las etapas de auxilio y recuperación.
Hoy, el Plan DN-III-E y el Plan Marina conjuntan sus fortalezas y complementan sus acciones al integrarse en el Plan Nacional de Respuesta MX, un modelo que permite concentrar en una sola fuerza nacional toda la capacidad de respuesta del Estado mexicano en materia de protección civil.
Esto significa mayor rapidez para atender emergencias; mayor eficacia en los operativos y más vidas a salvo.
Por todo ello, estos 50 años de operación del Plan DN-III-E, en los que han respaldado a millones de mexicanos, han reafirmado al Ejército, Armada y Fuerza Aérea como los grandes aliados de México.
Nuestras instituciones militares representan una fuerza de orden, de paz y de estabilidad, donde se forman mexicanas y mexicanos de bien; mujeres y hombres que por tierra, mar o aire se desempeñan siempre bajo los más altos principios y valores de honor, deber, lealtad y patriotismo.
Nuestro país tiene, en cada uno de ustedes, aquí presentes, y en sus compañeros de armas, desplegados en toda nuestra geografía, mujeres y hombres valerosos, a mexicanas y mexicanos ejemplares.
Ahí, donde se son requeridos, los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas están listos para defender a sus compatriotas, ante cualquier amenaza, incluso a costa de su vida.
Así sucedió el pasado 30 de septiembre, cuando integrantes de esta gran institución fueron atacados en Culiacán, Sinaloa, ocasionando que 10 compañeros fueran heridos y provocando la irreparable pérdida de cinco soldados leales a México.
En esta emotiva ceremonia, los recordamos con profundo respeto y admiración.
Hoy honramos a 114 soldados y marinos que lamentablemente han perdido la vida en el cumplimiento de su deber durante esta Administración, lo mismo que a cada uno de los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas, que han dado su vida por México.
Más allá de su rango o especialidad, este día quiero que los recordemos como personas que han dejado a hijos que crecerán sin su padre, a esposas que enfrentarán solas la responsabilidad familiar y a padres que soportaron el peor de los dolores: tener que despedir a su hijo.
A sus familiares y amigos, y a sus compañeros de armas, les reitero mi más sentido pésame y solidaridad.
El sacrificio por la Patria, que a lo largo de su historia han ofrendado soldados y marinos, siempre será recordado como un acto heroico.
Para todos ellos, para todos los que han honrado lo mejor de nuestras instituciones, quiero pedirles a los presentes, y ahora, que les tributemos un respetuoso y solemne minuto de silencio.
(MINUTO DE SILENCIO)
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Soldados y marinos de México:
Tengan presente que cada vez que se active el Plan DN-III y el Plan Marina, habrá mexicanos en riesgo, preocupados por su vida y la de los suyos.
Mexicanos que tendrán la confianza de que ustedes llegarán para auxiliarlos y protegerlos.
Tal como ocurrió en octubre de 1966, ustedes serán el brazo solidario para enfrentar y superar la adversidad.
Hoy, como hace 50 años, nuestras Fuerzas Armadas están con México.
Como siempre, su espíritu es imbatible y su corazón es invencible.
Muchas gracias.
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 Antes hubo diversas intervenciones 
-MODERADOR: Hace uso de la palabra el General de División Diplomado de Estado Mayor Roble Arturo Granados Gallardo, Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional.
-GRAL. ROBLE ARTURO GRANADOS GALLARDO: Con su permiso, mi General Secretario.
Ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Ingeniero Edmundo Javier Bolaños Aguilar, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; maestro Pablo Escudero Morales, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
 Licenciado Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina; General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional.
 Señoras y señores integrantes del Gabinete Legal y Ampliado; funcionarios del Gobierno de la República; Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; respetables Gobernadores de los estados de la República que nos acompañan.
 Directores estatales de Protección Civil, empresarios e instituciones que apoyan el Plan DN-III-E; ciudadanos que se han beneficiado con el apoyo del Plan DN-III-E; agregados militares, navales y aéreos de naciones amigas.
 Distinguidos militares en la honrosa situación de retiro; compañeros de armas; apreciables familias que nos honran con su presencia; damas y caballeros; representantes de los medios de comunicación.
 A todos, muy buenas tardes.
 México, por su ubicación geográfica, diversidad de climas y condición bioceánica, es un país de alta incidencia de sistemas tropicales e invernales, sismos, inundaciones e incendios forestales, entre otros, que históricamente han provocado diversas afectaciones a su población, bienes e infraestructura.
Las severas inundaciones que sufrió Guanajuato en 1926, ocasionaron un estado de emergencia que rebasó las capacidades de respuesta de las autoridades, siendo necesaria la actuación del Ejército para apoyar a la sociedad, considerado este evento como el primer antecedente documentado sobre la participación de las Fuerzas Armadas en funciones de auxilio.
En esta circunstancia, y ante la magnitud del evento, el entonces, Director General de Salubridad, doctor Alfonso Priani, quien estaba a cargo de hacer frente a la contingencia, expresó, cito: En esta situación de verdadera desgracia, solamente el Ejército podrá imponerse. Nosotros no podemos. Fin de la cita.
Para atender la emergencia, el Gobierno Federal designó al General de División Joaquín Amaro Domínguez, Secretario de Guerra y Marina, quien desplazó a la entidad, tropas de zapadores, sanidad, intendencia y de caballería, llevando con éxito las labores de auxilio.
Desde ese entonces, los soldados de tierra, mar y aire, apoyan solidariamente a la población damnificada ante diversos fenómenos naturales o antropogénicos.
Los constantes desastres naturales que afectaban al país, originaron que, en 1965, la Secretaría de la Defensa Nacional incluyera en la Versión Número Tres del Plan de Defensa Nacional, el Anexo E, que correspondía al Plan de Auxilio a la Población Civil.
Así, surgió el nombre de Plan DN-III-E, como lo conocemos actualmente en México y en el mundo; plan que se aplicó por primera vez el 10 de octubre de 1966, cuando el Norte de Veracruz y el Sur de Tamaulipas fueron impactados por el Huracán Inés, categoría 4, que originó el desbordamiento de los ríos Pánuco y Tamesí, provocando la afectación de cerca de 84 mil personas, así como diversos daños materiales y patrimoniales.
 Conmemorar 50 años de la aplicación de este importante instrumento operativo militar, es el motivo que hoy nos congrega en esta imponente e histórica Plaza de la Constitución, con la presencia del ciudadano Presidente de la República, Secretarios de Estado, Gobernadores de entidades federativas, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, organismos públicos y privados y sociedad en general.
 Medio siglo en el que las mujeres y hombres en uniforme militar han servido, con entrega y pasión, a las personas en situación de desastre.
 El Plan y su aplicación han ido evolucionando.
 Actualmente, se cuenta con la capacidad necesaria para organizar y establecer refugios temporales, centros de acopio y cocinas comunitarias, desplegar células de búsqueda y rescate con binomios canófilos, de servicio médico, odontológico, de saneamiento, de ingenieros y de seguridad. Establecer puentes aéreos, terrestres y pluviales, para transporte de personas, equipo y abastecimiento de todo tipo a la zona de desastre.
 Esta organización ha permitido atender y minimizar las afectaciones de diversos fenómenos perturbadores que, a través de la historia, han ocasionado fuertes impactos en nuestro territorio.
 Muestra de ello, ha sido la participación en la atención de los efectos provocados por el paso de huracanes como: Beulah, en el Sureste del país, en 1967; Liza, en la Península de Baja California Sur, en 1976; Gilberto, en el Noreste de la República, en 1988; Paulina, en Oaxaca y Guerrero, en 1997; Stan, siendo el primero que atravesó la Sierra Madre del Sur, afectando Tapachula, Chiapas, en 2005; Wilma, en la Península de Yucatán, también en 2005; y recientemente, Manuel e Ingrid, en las costas del Pacífico y del Golfo de México, en 2013; y Odile, en el Estado de Baja California Sur, en 2014.
 Sin embargo, han sido muchos más los eventos catastróficos, como la erupción del volcán Chichonal, en Chiapas, en 1981; la explosión de San Juanico, en el Estado de México, en 1984. Diversos incendios forestales en 1997, y las inundaciones en Hidalgo, Puebla y Tabasco, en 1999. Y en este último, una vez más, en 2007.
 Destaca el terremoto de 1985; fenómeno que despertó la conciencia de unidad y solidaridad de los mexicanos, al verse inmersa esta ciudad capital en la mayor tragedia que se tenga registro de ello.
 Este terremoto dio origen al Sistema Nacional de Protección Civil de nuestro país, que se caracteriza por integrar la interacción de diversos organismos públicos y privados, el empleo eficaz de recursos humanos y materiales en las tres fases que contempla; de prevención y auxilio y de recuperación.
 Para el Ejército y Fuerza Aérea, el tema de auxilio a la sociedad reviste enorme importancia. Por ello, en la formación profesional que imparte el Sistema Educativo Militar se incluye la asignatura del Plan DN-III-E, y el curso de instructores en materia de protección civil y, además, la capacitación de las tropas operativas en los centros de adiestramiento.
 DN-III-E es sinónimo de alivio, protección y seguridad para las personas que se ven afectadas por un desastre y, también, el instrumento que ha dado a México y al instituto armado amplio reconocimiento internacional. Orgullosamente, somos referente en el mundo.
 El Plan DN-III-E es un instrumento de gran relevancia y ejemplo para otras naciones, al punto de que hemos sido convocados para capacitar en este rubro a personal de ejércitos de países amigos, como Belice, Brasil, El Salvador, Uruguay y Venezuela.
 Desde 1996, el Ejército y la Fuerza Aérea han proporcionado ayuda humanitaria en 41 ocasiones a diversos países, como Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Honduras, Indonesia, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, República de Haití, República Islámica de Irán y Venezuela.
 Dentro de la profesión militar, todo marino, soldado o piloto, ha tenido el enorme privilegio y la oportunidad de ayudar a un connacional en desgracia.
 En estas cinco décadas de aplicación del plan, se ha hecho patente la entrega sin límites y el heroísmo de 48 compañeros de armas que han perdido la vida en búsqueda de preservar la de otras personas en riesgo.
 Ellos y otros muchos más que cayeron en el cumplimiento de su deber, son los héroes del presente y merecen ser recordados por siempre. Para estos valientes y sus respetables familias, nuestra mayor gratitud y reconocimiento.
 Señor Presidente:
 Las Fuerzas Armadas agradecemos que nos distinga con su presencia en este evento de gran significancia para México, en el cual el Gobierno de la República y la sociedad reconocen el esfuerzo y dedicación de quienes orgullosamente portamos el uniforme de la patria para auxiliar a nuestros conciudadanos en el territorio nacional y a los habitantes de otros países cuando ha ha sido necesario.
 Escenario propicio para que usted, nuestro Comandante Supremo, en el marco de esta magna ceremonia, haga entrega de 191 reconocimientos a militares en activo y en situación de retiro, como justo reconocimiento por su destacada actuación en la aplicación del Plan DN-III-E, de conformidad con nuestro Reglamento de Recompensas, siendo las siguientes:
 Siete condecoraciones de servicios distinguidos, por la perenne entrega y lealtad institucional, sobrado celo, esmero y dedicación en el cumplimiento de su deber.
 23 menciones honorificas, por acciones meritorias que constituyen digno ejemplo de tomarse en consideración y de ser murado.
 Y 161 distinciones de desempeño, por su sobresaliente competencia profesional, observando celo en el cumplimiento del deber y una conducta ejemplar.
 De igual manera, la entrega de 17 menciones honoríficas a familiares de quienes, sirviendo a la nación, perdieron la vida.
 Además de las personas aquí, reconocidas, también se entregarán en las diferentes regiones y zonas militares, 104 recompensas a quienes no pudieron estar presentes.
 A los galardonados, les expresamos nuestras más sinceras felicitaciones, por ser ejemplo de entrega y compromiso con la sociedad. Y nuestro agradecimiento, como siempre, por tener la disposición para participar hoy, en esta ceremonia.
 Reconocemos a los Gobiernos estatales y municipales que se han sumado al esfuerzo nacional, para hacer más eficiente el Sistema Nacional de Protección Civil.
 Agradecemos, también, al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, por el revestimiento de diversos autobuses de servicios turísticos con la cromática de 50 años del Plan DN-III-E.
De manera especial, agradecemos a los organismos públicos y empresas nacionales e internacionales aquí, representadas, por su loable participación voluntaria y altruista, para contribuir en las necesidades primarias y el restablecimiento de los servicios básicos en las zonas afectadas.
 También, reconocemos públicamente a todos aquellos ciudadanos que, de manera valiente y con gran deseo de ayudar, se unen a las actividades de rescate y evacuación. A los mexicanos que siempre nos han manifestado afecto y confianza, les hacemos patente nuestra gratitud.
 Señoras y señores:
 La presencia permanente de las unidades militares en todo el territorio nacional, ha permitido cumplir con oportunidad la quinta misión que nos asigna la Ley Orgánica: En caso de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas.
 Además, conforme a las instrucciones de nuestro Comandante Supremo, el Presidente de la República, se crearon y desplegaron de manera estratégica, siete batallones de ingenieros de combate, especialistas en atención de estos fenómenos en los estados de Chiapas, México, Guerrero, Jalisco, Veracruz, Yucatán y en esta ciudad capital.
 En el Campo Militar número 1 de esta ciudad, se cuenta permanentemente con una fuerza de apoyo para casos de desastre, con diversas capacidades y posibilidades para trasladarse vía terrestre y aérea, de manera inmediata para reforzar a los mandos militares en cualquier parte del país.
 Todo esto, ha permitido integrarnos de manera efectiva como componente del Plan Nacional de Respuesta MX, implementado en esta Administración el 14 de noviembre de 2015, como instrumento técnico operativo que articula la acción del Estado mexicano en materia de Protección Civil.
 Las Fuerzas Armadas somos pioneras en el auxilio a la población, orgullosas de formar parte del Sistema Nacional de Protección Civil y de este reciente y trascendental Plan MX.
 Hoy, ante la Nación, refrendamos nuestra firme vocación de servicio y compromiso por seguir cumpliendo la elevada misión de salvaguardar la vida y el patrimonio de las familias mexicanas, en coordinación y cooperación con los tres niveles de Gobierno, organizaciones civiles y ciudadanía en general.
 Las mujeres y hombres de tierra, mar y aire, cuando sabemos que está en peligro la integridad de las familias mexicanas, sin dilación, sin titubeos y con presteza, acudimos a su llamado.
 Por 50 años, hemos demostrado que la unión entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire, ha sido fundamental para vencer cualquier adversidad.
 No puede ser de otra manera. Así lo hemos hecho, y así lo seguiremos haciendo, porque nuestra causa, es México.
 Muchas gracias.
 -MODERADORA: Con fundamento en la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, las recompensas premian a militares y unidades del Ejército y Fuerza Aérea por su heroísmo, servicio a la Patria y otros hechos meritorios.
 -MODERADOR: En el marco de las actividades del Plan DN-III-E y ante los efectos de fenómenos naturales y antropogénicos, es necesario actuar de manera oportuna y determinante.
 -MODERADORA: En esta solemne ceremonia, se premiará a los militares que en su momento actuaron con valor, iniciativa, honor, abnegación y buen juicio para salvaguardar la integridad de las personas y su patrimonio, otorgándose condecoraciones de servicios distinguidos, menciones honoríficas y distinciones de desempeño por los hechos en que participaron.
 MODERADOR: Con base en lo anterior, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, entregará condecoraciones, menciones honoríficas y distinciones de desempeño, al personal militar destacado y familiares de aquellos que fallecieron en la aplicación del Plan DN-III-E.
 ENTREGA DE RECOMPENSAS E INCENTIVOS)
 -MODERADORA: El Presidente de la República develará una placa conmemorativa a los 50 años de la aplicación del Plan DN-III-E. Lo acompañan los Secretarios de Gobernación, de la Defensa Nacional y de Marina.
 (DEVELACIÓN DE PLACA CONMEMORATIVA)
 -MODERADOR: Hace uso de la palabra el señor Gildardo Moreno Ávila, originario de la población La Pintada, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
 -SR. GILDARDO MORENO ÁVILA: Ciudadano licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
 Señor General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional; señor Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina; distinguidos integrantes del presídium.
 Buenos días a todos.
 En primer lugar, quiero agradecer a nombre de las familias invitadas y de todos los ciudadanos de La Pintada y de mi persona, la oportunidad que se nos da de ser parte de esta celebración, en la que el Ejército está festejando sus 50 años de la aplicación del Plan DN-III-E.
 Soy originario de La Pintada, Guerrero, Municipio de Atoyac de Álvarez, y soy un beneficiario directo de la aplicación de este plan, y les voy a platicar por qué.
 Los fenómenos Ingrid y Manuel provocaron que yo me viera beneficiado por el Plan DN-III-E, que sucedieron el 16 de septiembre del 2013, eventos que seguramente todos recordarán, ya que tuvieron difusión nacional.
 Lo que sucedió en mi pueblo La Pintada, fue; un cerro se deslavó destruyendo aproximadamente 50 casas, escuela primaria, auditorio de usos múltiples e iglesia. Hubo 71 personas fallecidas.
 Lo que me gustaría recalcar, es que mi comunidad pudo salir de esta contingencia debido al apoyo proporcionado por los soldados, ya que la sensación de seguridad al verlos llegar, el saber que estaban ahí para auxiliarnos, no se puede describir.
 Ellos nos ayudaron a evacuar a todos mis vecinos, recuperando, durante casi tres meses, la mayoría de los cuerpos de las personas fallecidas y resguardando nuestras casas mientras estuvimos fuera. Además, nos brindaron un hogar temporal y todas las atenciones para nuestras familias en el albergue en Acapulco, en el que se nos dio comida, ropa, cobertores, colchonetas y atención médica, entre otras cosas, durante más de dos meses, hasta que se restableció la situación.
 Sin duda, yo quiero agradecerle al señor Presidente todo el apoyo brindado, porque gracias a eso, La Pintada nuevamente está de pie; se construyeron casas, se restablecieron las vías de comunicación, se reactivaron los servicios. En fin, nuevamente quedó habitable para nuestras familias.
 Y actualmente La Pintada está hoy, a través de mis palabras, en este agradecimiento que queremos hacerlo público, ya que su sensibilidad para con nosotros en momentos de desgracia, fueron claves para que nuestro pueblo, que también es el de usted, esté de pie.
 Agradezco, también, al General Salvador Cienfuegos, ya que recuerdo perfectamente que fue de las primeras personas en llegar a mi pueblo. Nos dejó despensas e inició la evacuación de la gente.
 Y quiero aprovechar esta oportunidad, para pedirle que siga apoyando a mi comunidad, con la presencia de la base de soldados que ahí se encuentra y que nos dan la seguridad que nos permite seguir haciendo nuestra vida diaria, al igual que saber que se cuenta con su apoyo en caso de presentarse una situación familiar.
 Por último.
 Agradecer a los militares, quienes participaron con el Plan DN-III-E, el cual fue ideado acertadamente para para apoyar al pueblo mexicano en situación de adversidad, y nos demuestra lo frágiles que somos ante los embates de la naturaleza, pero que, con ayuda y solidaridad de todos, lograremos levantarnos.
 A todos los que intervinieron y nos apoyaron:
 Muchas gracias, a nombre de La Nueva Pintada.

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