15 may 2018

Obispos chilenos ante el papa Francisco.., un acto de contrición

Obispos chilenos ante el papa Francisco, un acto de contrición/ Fred Alvarez Palafox...

Se esperan renuncias al más alto nivel
Treinta y cuatro obispos de Chile -31 ordinarios y auxiliares y tres eméritos- se reunieron la tarde de martes 15 de mayo de 2018 con el papa Francisco, en la “auletta” del Aula Pablo VI, para abordar temas candentes de la iglesia chilena: pederastia...
En esta primera reunión, Francisco le entregó a cada uno de los prelados un texto con algunos temas sobre los cuales deberán meditar: "desde este momento y hasta la próxima reunión, se abre un tiempo dedicado exclusivamente a meditar y orar", subrayó el vocero vaticano, Greg Burke.

Hay un nuevo encuentro previsto para la tarde de hoy miércoles y habrá otros dos encuentros mañana jueves dijo a la prensa el vocero papal.
En la  reunión de ayer martes participó también el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos.
Entre los obispos que viajaron de Chile a Roma se encuentra Juan Barros -uno de los cuatro acusados por las víctimas de encubrir los delitos-, así como el cardenal Francisco Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago y miembro del G9, el grupo de cardenales consultores de Francisco. 
El lunes 14 de mayo por la tarde, durante una conferencia de prensa en la sede de la Secretaría de Comunicación, dos obispos chilenos, Fernando Ramos , auxiliar de Santiago y secretario general de la Conferencia Episcopal (CEC), y monseñor Juan Ignacio González Errázuriz, obispo de San Bernardo, asesor de la CEC  en materias jurídicas y canónicas y miembro del comité permanente de la misma conferencia expusieron su visión en relación a los encuentros que mantendrán con el Obispo de Roma. 
En el encuentro con periodistas de la fuente, ambos prelados reafirmaron el deseo de "restablecer la comunión y la justicia" con las víctimas.
El obispo Fernando Ramos  reconoció que "si las víctimas siguen molestas es que no hemos hecho bien nuestro trabajo. Quizá tengamos que pedir perdón setenta veces siete"..
El Secretario de la CEC, tras recordar la carta del Papa en la que los llamó para hablar sobre estos “dos grandes temas”, y el nuevo informe emitido por la Santa Sede con el que se dan precisiones  relativas a los coloquios que mantendrán, precisó que “el marco de estos encuentros se referirá a temas de abusos de poder, abusos de conciencia y abusos sexuales que han ocurrido en las últimas décadas en la iglesia chilena, así como a los mecanismos que han llevado en algunos casos a su encubrimiento y a las graves omisiones hacia las víctimas”.
“Un segundo punto – añadió Mons. Ramos – es compartir las conclusiones del Santo Padre derivadas del informe de Mons. Charles Scicluna, y un tercer punto -agregó-, es invitarnos a hacer un largo proceso sinodal de discernimiento para ver las responsabilidades de todos y cada uno en estas terribles heridas que son los abusos, y buscar los cambios necesarios para que no se repitan nuevamente”.

En ese sentido, el prelado explicó la actitud con la cual los obispos chilenos se disponen a realizar los coloquios: 
“Nuestra actitud es, en primer lugar, de dolor y vergüenza. Dolor, porque, lamentablemente, hay víctimas: hay personas que son víctimas de abusos, y eso nos causa un profundo dolor. Y la vergüenza, porque estos abusos se han producido en ambientes eclesiales que son justamente aquellos en donde no debieron ocurrir jamás este tipo de abusos”. 
"Con toda humildad queremos escuchar lo que él tendrá para decirnos”, agregó el Auxiliar de Santiago, y aludió a una tercera actitud, de “apertura al discernimiento en conjunto con el Santo Padre, tanto personal como comunitario, de todos los obispos de Chile”, que conlleve a este proceso sinodal, que permitirá renovar la iglesia chilena.
En relación al tema del perdón, los obispos se hicieron fuertes del ejemplo del Papa Francisco: “El Papa (Francisco) nos ha dado un ejemplo claro de lo que tenemos que hacer. Él mismo reconoció que cometió un error y si es necesario lo vamos a hacer (ndr. pedir perdón) las veces que sea necesario. 
Empero, por otro lado, el arzobispo Javier Erráuzuriz negó el martes que haya encubierto al sacerdote Karadima, pero reconoció que la popularidad del cura y su habilidad para atraer seminaristas afectó sus decisiones.
Errázuriz escribió una carta el 10 de mayo a sus compañeros de la jerarquía eclesiástica chilena en la que defendió su manejo del escándalo de abusos sexuales y encubrimiento.
En la misiva insiste que se atuvo a la ley canónica al esperar más de cinco años antes de empezar a investigar al reverendo Fernando Karadima. Inició el proceso apenas en 2009, después de recibir una tercera queja de un joven parroquiano de Karadima.
Errázuriz escribió que había sido “difícil” alcanzar el estándar requerido por el Vaticano de estar convencido de que la denuncia era “al menos verosímil” dada la popularidad de Karadima.
“Se acusaba a un sacerdote de gran convocatoria pastoral, cuya predicación había enriquecido a más de treinta jóvenes que habían sido ordenados sacerdotes, y a cuatro sacerdotes que habían sido consagrados Obispos”, escribió Errázuriz. “Además se acusaba a un sacerdote que inspiraba una asociación formada por jóvenes y presbíteros que propagaban su fama”.
Si bien desde hace tiempo las víctimas de abuso sexual acusan al Vaticano y la jerarquía católica de proteger a los curas depredadores -en particular a los que atraen nuevas vocaciones y donaciones_, es inusual que un obispo reconozca francamente que tuvo en cuenta esas consideraciones al decidir si creía o no en una denuncia.
Empero, las víctimas de Karadima han acusado a Errázuriz de encubrir sus denuncias para proteger a Karadima. Reiteraron sus acusaciones semanas atrás, al cabo de cuatro días de reuniones con Francisco, quien dio un viraje de 180 grados después de desacreditar inicialmente a las víctimas.
Como sabemos la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó a Karadima a llevar una vida de penitencia y oración por sus crímenes sexuales.
Las víctimas demandaron a la arquidiócesis de Santiago por un presunto encubrimiento en 2013, pero el fallo les fue adverso. La apelación está pendiente, pero en el ínter y después de una gran presión mediática Francisco reabrió el caso y se encontrado evidencias de encubrimiento...
Errázuriz se cura en salud, al decir “es claro que no hubo de mi parte ni delito, ni crimen, ni encubrimiento alguno”, escribió Dijo que quería dejar en claro los hechos  -como le exhortaron personas a las que no identifica_ porque “durante las últimas semanas se me ha difamado públicamente y en repetidas oportunidades, tildándome de encubridor, delincuente, criminal y persona despreciable”.
Errázuriz dijo que si tuviera que repetir un proceso semejante, no confiaría la investigación a otros, ya que ello lo distanció de las víctimas.
“La distancia ocasionó en las víctimas un dolor inmerecido que no tuve la intención de causar”, escribió. “Lamento profundamente que esa herida aún no haya sanado”.
Errázuriz se encuentra en Roma para las reuniones con Francisco, así como tres obispos formados por Karadima a los que previsiblemente se les pedirá la renuncia. 
Las víctimas James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz,  han acusado a Errázuriz de encubrir sus denuncias para proteger al ex párroco de El Bosque.
En medios eclesiásticos chilenos se comenta que Juan Barros, obispo de Osorno; Horacio Valenzuela, obispo de Talca; Tomislav Koljatic, obispo de Linares; y Andrés Arteaga, uno de los obispos auxiliares de Santiago de Chile, han presentado ya su renuncia al Papa y serán sustituidos en los próximos meses.
El papa será duro, no habrá tolerancia....
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