"El acompañamiento, la formación, evaluación y reconocimiento de cada maestro es tarea de todos, no sólo de la autoridad civil, que administra e impulsa su gestión", se publicó en un comunicado firmado por Mons. Suárez...
Ciudad de México a 15 de mayo del 201 8
La docencia es una de las profesiones más bellas y complejas. Dedicarse a mostrar el arte de vivir a otros seres humanos implica valentía, destreza, así como una gran generosidad. El verdadero maestro se dona en la cercanía y el encuentro constante con cada pupilo, a través del conocimiento y la experiencia del compartir, sistemático y formal, día a día.
En estos últimos años se ha avanzado significativamente en la gestión de la educación escolar, y más se puede lograr en los próximos, si continuamos impulsando los esfuerzos institucionales hasta ahora alcanzados. La escuela es sólo una parte de la labor educativa, la principal se lleva a cabo por parte de los padres de familia en la intimidad de cada hogar, y por supuesto en el entorno social inmediato de cada niño, adolescente y joven. Al respecto, el Papa Francisco nos ha llamado repetidamente a hacer un "pacto educativo" (Cfr. Audiencia con los participantes del Congreso Mundial "Educar hoy y mañana: una pasión que se renueva", 21 de noviembre del 2015), entre los distintos agentes de la sociedad para acompañar, continuar y fortalecer una constante educación para la virtud, la solidaridad y la paz.
El acompañamiento, la formación, evaluación y reconocimiento de cada maestro, es tarea de todos, no sólo de la autoridad civil, que administra e impulsa su gestión. La rectoría del Estado implica la participación conjunta de sociedad y gobierno en favor del desarrollo integral, humano, trascendente y solidario de toda persona.
El cambio de época que estamos viviendo, gracias a la globalización del desarrollo y la promoción de nuevas tecnologías, impacta nuestra forma de vida, nos exige claridad de fines y medios en cada iniciativa educativa, así como un constante empeño por atender las cuestiones esenciales para responder con lucidez y creatividad a las distintas y complejas realidades culturales, sociales, geográficas y económicas -entre otras características-, de cada comunidad y etapa de formación.
Me permito compartir el documento: "Educar al humanismo solidario", elaborado recientemente por la Congregación para la Educación Católica, inspirado y dirigido por el Papa Francisco, en su insistente preocupación por el tema educativo.
México sólo saldrá adelante con la formación de seres humanos capaces de pensar, sentir y hacer -según la alta dignidad con la cual hemos sido creados- y de responder a la vocación histórica a la que hemos sido llamados.
+Alberto Cardenal Suárez Inda
Arzobispo Emérito de Morelia y
Responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa de la CEM
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