Los obispos chilenos Fernando Ramos y Juan Ignacio González brindaron ayer una conferencia de prensa en la que reconocieron el dolor y la vergüenza que sienten las autoridades de la Iglesia de ese país...Fuente AP
Nota de Elisabetta Piqué / La Nación, 15 de mayo de 2018 • 16:08
ROMA.- En medio de gran hermetismo, tal como estaba previsto el Papa tuvo hoy su primera reunión con los 34 obispos chilenos que convocó para una reunión de emergencia para analizar los "abusos de poder, sexuales y de conciencia" ocurridos en Chile en las últimas décadas y para compartir sus conclusiones personales del informe realizado por el arzobispo Charles Scicluna. En este primer cara a cara grupal, el Papa les entregó un texto para meditar y orar.
"Hoy, a las 16:00, el Santo Padre se ha reunido con 34 obispos chilenos en el auletta del Aula Paolo VI. Hay un nuevo encuentro previsto para la tarde del miércoles 16 de mayo, y habrá otros dos encuentros el jueves 17 de mayo", dijo a la prensa el vocero papal, Greg Burke. "Esta tarde, el Papa ha entregado a cada uno de los obispos el texto con los temas de meditación; desde este momento y hasta la próxima reunión, se abre un tiempo dedicado exclusivamente a meditar y orar", agregó Burke, en un escueto comunicado para saciar la sed de noticias no sólo de los medios chilenos que viajaron para cubrir esta reunión extraordinaria, sino también del resto del mundo.
Este encuentro, del que muchos esperan acciones concretas -como la salida de al menos una decena de obispos por haber encubierto al sacerdote pedófilo Fernando Karadima, pero también por abusos de poder y de conciencia-, es visto como una verdadera prueba de fuego para Francisco y su credibilidad en cuanto a la vergüenza de los abusos y la urgente necesidad de reparar los daños infligidos a las víctimas.
Entre los obispos que viajaron a Roma se encuentra Juan Barros -uno de los cuatro del entorno de Karadima acusados de callar sus delitos-, así como el cardenal Francisco Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago y miembro del G9, el grupo de cardenales consultores de Francisco.
En una carta escrita el 10 de mayo que le dio a los demás miembros del episcopado, de la que dio cuenta AP, este prelado negó haber encubierto a Karadima, pero reconoció que la popularidad de este sacerdote, parróco de una zona acomodada de Santiago y su habilidad para atraer seminaristas, afectó sus decisiones. Errázuriz fue recientemente acusado de ser el "máximo encubridor" de la Iglesia chilena por Juan Carlos Cruz, James Hamilton y Juan Andrés Murillo, tres víctimas emblemáticas de Karadima que fueron invitadas por el Papa a pasar varios días junto a él en el Vaticano.
Tal como pudo verse en la foto del primer encuentro de hoy, difundida por la Sala de Prensa del Vaticano, a la reunión participó también el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, tal como había anticipado el Vaticano el sábado en otro comunicado. En este destacó que no está previsto que el Papa haga declaraciones "ni durante ni después de las reuniones, que se desarrollarán en estricta confidencialidad".
Ayer, en una conferencia de prensa en víspera de esta encuentro, dos obispos chilenos que se presentaron como voceros, Fernando Ramos y Juan Ignacio González, adelantaron que iban a respetar esa "estricta confidencialidad". Al margen de reconocer haber cometido errores y de adelantar que es posible que haya renuncias, los obispos aseguraron llegar con una actitud "de dolor y vergüenza", de "escucha" y de "apertura al discernimiento, con la profunda esperanza de que estos encuentros nos permitan enfrentar asuntos graves con espíritu de renovación y cambio".
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