Tamaulipas se calienta/Salvador García Soto
Mientras el futuro de Cabeza de Vaca se complica, la sucesión por la gubernatura aumenta de intensidad
El Universal,
En esta ocasión no hablamos del narcotráfico ni del calentamiento de las llamadas “plazas” del narcotráfico que son varias en Tamaulipas, sino de la temperatura política en ese estado. Y es que, a unas horas de que tomen protesta los diputados de la 65 Legislatura del Congreso Local, con mayoría de Morena y el PT, crece la incertidumbre sobre el futuro del gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, cuya única protección contra las órdenes de aprehensión que le giró la Fiscalía General de la República, es la votación mayoritaria del Congreso local que desconoció el desafuero de la Cámara de Diputados, algo que podría revertirse con una votación de la nueva mayoría morenista.
Podría decirse que es cuestión de tiempo y de trámites parlamentarios, para que los diputados de Morena y el PT que controlarán el Congreso local a partir de este viernes 1 de octubre echen para atrás los decretos y reformas aprobadas por la saliente mayoría del PAN y declaren procedente el desafuero del gobernador, para que pueda ser procesado penalmente por la Fiscalía General de la República. Incluso, las controversias constitucionales interpuestas por los diputados podrían ser retiradas o desistidas por la nueva legislatura, con lo que Cabeza de Vaca quedaría sin la protección del fuero local que lo ha salvado de la detención por parte de la FGR.
Y mientras el futuro de Cabeza de Vaca se complica, la sucesión estatal por la gubernatura también aumenta de intensidad y temperatura. El nombramiento de Rodolfo González Valderrama como el nuevo delegado estatal de Programas de Desarrollo del gobierno federal, a partir de este 1 de octubre, sacudió a la política local y puso nerviosos a más de uno de los aspirantes quienes comenzaron a ver, además, encuestas en las que se posiciona a aspirantes como el senador Américo Villarreal, mientras se ubica a otros precandidatos, como el propio González Valderrama, en los últimos lugares.
Para nadie es secreto que las delegaciones estatales de los programas federales han sido uno de los semilleros para sacar candidatos de Morena y varios de los que hoy son gobernadores electos salieron de esas posiciones. Eso es lo que causó nerviosismo en Tamaulipas, aunque a Rodolfo González, que hoy presenta su renuncia a RTC, le achacan “falta de arraigo” y poca presencia local en su tierra natal, donde aún vive su familia en Ciudad Madero, pero de donde el exdirector de RTC y nuevo delegado de la 4T salió muy joven para venir a estudiar en la Facultad de Derecho de la UNAM.
Pero no sólo son los morenistas los que se inquietaron con el nombramiento presidencial del nuevo delegado estatal que sustituye, por cierto, al cuñado del gobernador, José Ramón Gómez Leal. En el mismo gobierno de Cabeza de Vaca prendieron los “focos rojos” con la llegada de González Valderrama, a quien ubican como uno de los hombres más cercanos a Ricardo Monreal, el líder del Senado y archienemigo político del mandatario panista. Sólo que a este puesto, el hasta ahora funcionario de la Segob no llega nombrado ni recomendado por Monreal, sino directamente por decisión de Palacio Nacional.
Y es que entre los estados que van a renovar su gubernatura en 2022, el caso de Tamaulipas merece especial atención en el gobierno federal. La sucesión tamaulipeca es vista como un tema de seguridad nacional por las áreas de seguridad federales, en donde saben que la problemática de esta entidad fronteriza, relacionada con el narcotráfico y con el control de las principales aduanas del país, es un tema que merece un seguimiento particular en su próximo proceso electoral.
Por eso la sucesión en Tamaulipas y las definiciones de candidaturas de Morena no se definirán necesariamente por las dinámicas locales y quizás ni siquiera en la dirigencia del partido, sino directamente en Palacio Nacional. Y es que, además de los riesgos del narcotráfico, en el círculo cercano del presidente hay quien ve también el riesgo de que el actual gobernador Cabeza de Vaca, como una de sus últimas jugadas, intente influir en el proceso interno y trate de ponerle el candidato a Morena.
“El próximo candidato de Morena en Tamaulipas, será del presidente, de nadie más. Ni del gobernador, ni del grupo dirigente actual de Morena, ni mucho menos de los grupos locales de poder”, nos comentó un funcionario de Palacio. “Va a ser alguien que tenga cero vínculos con los grupos locales de poder. Y alguien que lleve tatuada la 4T y la lealtad al presidente”, añadió.
Será hasta el próximo año cuando se defina quién será el morenista que busque gobernar Tamaulipas y arrebatarle ese estado al PAN y al grupo de Cabeza de Vaca que, con todo y su futuro incierto, sigue operando para tratar de no perder el poder, aun cuando saben que el avance de Morena en la entidad será decisivo en los próximos comicios.
Y mientras los aspirantes de la 4T empiezan a moverse y a golpearse unos a otros, hablando de apellidos, herencias de sangre y desarraigos locales, un alto funcionario que hoy despacha en el Palacio Nacional alguna vez comentó sobre los candidatos que tienen poco arraigo en ese estado norteño: “Los políticos con demasiado arraigo en Tamaulipas, terminan luego arraigados, pero judicialmente”. Y quien no lo crea que se lo pregunten a Tomás Yarrington, a Eugenio Hernández y tal vez muy pronto a Francisco García Cabeza de Vaca.
NOTAS INDISCRETAS…
Las dos medallas “Belisario Domínguez” que entregará el Senado de la República tienen sin duda merecimientos de sobra y se trata de personajes con trayectorias que acreditan al prestigiado galardón. Pero tampoco se puede negar que, dependiendo de la mayoría que controla el Senado, se ha hecho costumbre que los grupos políticos influyan para determinar la orientación de este reconocimiento y el perfil de los premiados en cada año. Y en esta ocasión los dos personajes que serán reconocidos con la presea que lleva el nombre del congresista chiapaneco que defendió la libertad de expresión y de crítica al poder tienen vínculos políticos y afectivos con la 4T y particularmente con el presidente López Obrador. En el caso de la maestra Ifigenia Martínez, se le reconoce no sólo su trayectoria de lucha en la izquierda mexicana, donde acompañó a Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo en la creación de la Corriente Crítica del PRI que diera paso luego al FDN y a la fundación del PRD. Ha sido tres veces senadora de la República y su trayectoria académica en la UNAM, pasa también por su defensa de la Universidad en 1968 ante la invasión del Ejército. Brillante economista y académica, fue la primera mexicana en doctorarse en Economía por la Universidad de Harvard y trabajó al lado de funcionarios tan importantes como Jaime Torres Bodet, en la SEP, y Antonio Ortiz Mena, en la Secretaría de Hacienda. Su medalla, merecidísima sin duda, es también un guiño y un intento de López Obrador por reconciliarse y reencontrarse con la izquierda cardenista que llegó a cuestionar su militancia izquierdista. En el otro caso, el del doctor Manuel Velasco Suárez, se trata de un médico y científico que fue pionero de la neurología en el país y uno de los primeros neurocirujanos mexicanos reconocidos en el extranjero por sus estudios de los padecimientos del cerebro, fundador del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía que lleva su nombre. Fue también promotor de la Asociación de Médicos Mexicanos para Prevenir la Guerra Nuclear y fundador de la Federación Mundial de Médicos contra las Armas de Exterminio, ésta última ganadora del Premio Nobel de la Paz 1985. Académico y catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM por más de 50 años, creador de la Comisión Nacional de Bioética y gobernador de Chiapas de 1970 a 1976, donde creó la Universidad Autónoma de Chiapas e impulsó la educación en ese estado. Y sin menoscabo de los merecimientos científicos y académicos de don Manuel Velasco Suárez, su medalla también lleva dedicatoria especial del presidente de quien fue amigo cercano por varias décadas y uno de los primeros que apoyaron los proyectos políticos de López Obrador primero en el sureste y luego a nivel nacional. Esa cercanía afectiva y política del doctor Velasco es lo que después conectó también a su nieto, el exgobernador Manuel Velasco Coello, con López Obrador, a quien el ahora senador apoyó en su campaña presidencial de 2018 y ahora es uno de sus principales aliados con el PVEM en el Congreso. Así que, entre lo político y el reconocimiento merecido a trayectorias, la “Belisario Domínguez” será entregada por primera vez en la sede del Senado de la República y acudirá al acto el presidente López Obrador que también pisará por primera vez el recinto senatorial… Los dados mandan Capicúa. Falló el tiro.
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