19 feb 2008

Día del Ejército


Desayuno conmemorativo al Día del Ejército; explanada de la 2ª Brigada de Infantería Independiente, Campo Militar No. 1-A
Al acto asistieron el presidente de la SCJN, Guillermo Ortiz Mayagoitia; el secretario de Marina, Francisco Saynez; el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Cristián Castaño; el presidente del Senado, Santiago Creel, y el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto.
Discurso del Presidente Calderón.
Martes, 19 de Febrero.
General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.
Almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, Secretario de Marina.
Distinguidos miembros del presídium.
Señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia.
Señor Presidente del Senado de la República, Santiago Creel Miranda. Señor Vicepresidente de la Cámara de Diputados, Cristian Castaño Contreras.
Soldados de México:
El 19 de febrero de 1913, un día como hoy hace 95 años, Venustiano Carranza convocó a la formación de un ejército para defender la legalidad en el país.
Así nació un ejército surgido del pueblo y para el pueblo y cuya misión suprema era restaurar el régimen constitucional quebrantado por el usurpador Victoriano Huerta.
El Ejército Constitucionalista aprestó sus armas contra quienes habían traicionado a la República y enarboló los principios por los cuales el Presidente Francisco I. Madero ofrendó su vida.
Los soldados mexicanos lucharon para mantener la voluntad soberana del pueblo expresada en nuestra Carta Magna cuya vigencia se había roto, precisamente, por el sacrificio de Madero.
Lucharon por la democracia y con ello se erigieron en garantes de los derechos y de las libertades de los ciudadanos.
Es así como nuestro pueblo debe al Ejército Constitucionalista el México de instituciones y leyes que hoy vivimos.
La historia es recordación y es rumbo, señalaba el General Guillermo Galván hace unos días, en el aniversario de la Marcha de la Lealtad. Nuestra institución armada ha sido y es protagonista viva de la historia nacional.
Desde su origen, nuestras Fuerzas Armadas han preservado la soberanía de la Nación, han luchado para defender la integridad territorial y para salvaguardar la libertad de todos los mexicanos.
Hoy, como ayer, el Ejército Mexicano es una fuerza armada siempre al servicio de los más altos valores de la Patria. La lealtad del Ejército a nuestra Constitución, a nuestras instituciones democráticas y a las causas de la sociedad, ha sido y será una pieza fundamental para que México avance en su lucha por forjarse un mejor porvenir.
El Ejército Mexicano es una fuerza de la República, una fuerza que vela por las libertades y por los derechos de nuestra sociedad. Como mexicano y como Presidente de la República estoy muy orgulloso de nuestras Fuerzas Armadas y de su desempeño.
Así como los cadetes del Heroico Colegio Militar protegieron y acompañaron lealmente al Presidente Madero a Palacio Nacional el 9 de febrero de 1913, de la misma forma el Ejército ha acompañado al pueblo de México en su lucha por consolidar la democracia y para hacer que los ideales nacionales prevalezcan por encima de cualquier desafío y por encima de cualquier interés distinto al de la Patria.
Ustedes han acompañado a la sociedad en la lucha contra los nuevos enemigos del país; las organizaciones criminales que amenazan la integridad y la seguridad de las familias, la libertad de las personas y las que pretenden secuestrar nuestros espacios públicos y las voces de quienes informan mediante la violencia.
Su labor subsidiaria en el combate a la inseguridad ha sido fundamental para restaurar el orden en muchas regiones asediadas por el crimen, y así el Ejército Mexicano cumple su deber constitucional de salvaguardar la seguridad interior del país.
Hoy hemos recordado a los soldados, a los muchos patriotas que han derramado su sangre en aras de un México distinto y mejor, de un México más seguro, de un México de libertades, de orden y de paz.
Gloria y honor para ellos. Sus nombres están grabados en la memoria y en el corazón de nuestro pueblo. No sólo el Ejército mexicano, sino la Nación entera les rinde hoy homenaje.
Y de ellos podemos decir lo que decimos de nuestros héroes: que murieron por la Patria.
Ustedes, soldados de México, son una fuerza al servicio del orden constitucional, una fuerza al servicio del Estado de Derecho, una fuerza en defensa de la libertad, la legalidad y la justicia, sin los cuales no puede entenderse la construcción de un México mejor.
La sociedad reconoce la labor patriótica del Ejército Mexicano y su participación ha sido y seguirá siendo fundamental para que en nuestro México impere la ley sobre cualquier otro interés.
La delicada labor que hoy cumplen es indispensable para consolidar el pacto nacional por la legalidad y la seguridad, al que convoqué con motivo del aniversario de nuestra Constitución.
Desde aquí reitero mi llamado a todos los actores políticos y sociales, a los mexicanos en su conjunto, a sumarnos a ese pacto que nos compromete a legar a futuras generaciones un México de leyes e instituciones.
Unidos somos más fuertes que cualquier enemigo, unidos somos invencibles.
Soldados de México:
La tropa es la base que da soporte y fortalece al Ejército y en estos tiempos en que a nuestro Instituto Armado le ha sido encomendado participar en la lucha por la seguridad interior, los miembros de la tropa han mostrado su gran sentido del deber y su enorme vocación de servicio.
Su lealtad y compromiso con la seguridad y el bienestar de cada mexicana y de cada mexicano debe ser valorado y recompensado, por eso desde el primer día de mi Gobierno me comprometí a velar por la tropa, a velar por los miembros de las Fuerzas Armadas.
Hoy me da mucho gusto comunicarles que, aunado a los diversos apoyos ya otorgados para mejorar los ingresos y las condiciones de vida de los soldados, he dado instrucciones para que se otorgue de manera retroactiva al 1 de enero y por encima de sus aumentos habituales, un incremento mensual de 500 pesos como compensación técnica al servicio para el personal de tropa.
Este es un reconocimiento por el servicio que prestan a la Nación, se suma al de mil que anunciamos el año pasado, así como al aumento de los sobrehaberes de los soldados y al programa de crédito y apoyo a la vivienda que pusimos en marcha para mejorar la calidad de vida de ustedes y sus familias.
Asimismo, es de elemental justicia que todo miembro de las Fuerzas Armadas que haya consagrado su vida al servicio de la Patria, cuente con un sistema que le garantice un ingreso digno una vez que haya dejado de prestar sus servicios en el activo.
Sé de la difícil situación que tiene el personal en retiro, por eso hoy les comparto que mi Gobierno impulsa una reforma a la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas que nos permitirá otorgar un incremento decoroso en los haberes del personal en retiro con 30 años o más de servicio efectivo.
Y de aprobarse estos beneficios se aplicarán a esta población en un lapso no mayor de cinco años. Nos aseguraremos de que los soldados que han servido con lealtad a México tengan un retiro digno.
Esto forma parte de una serie de reformas para adecuar la legislación castrense a fin de ponerla a tono con los nuevos retos que enfrentan las Fuerzas Armadas.
Confío en que contaremos con el apoyo del Poder Legislativo para su aprobación, lo que nos permitirá brindarles mejores condiciones de vida a ustedes y a sus familias.
Soldados de la República:
Decía el Presidente Francisco I. Madero, que aquellos cuyos nombres figuran en la historia con letras luminosas generalmente han sido modestos, activos, sobrios, trabajadores y abnegados, porque sólo esas virtudes pudieron elevar sus almas a la altura necesaria para luchar con ventaja en las críticas circunstancias en que lo hicieron.
Estas palabras nos recuerdan que sólo en la lealtad a nuestros más altos valores conseguiremos salir victoriosos ante cualquier desafío; sólo siendo leales a las instituciones de la República ganaremos la batalla a los nuevos enemigos de la Patria.
Hoy evoco otro momento de nuestro pasado en el que los soldados de México escribieron una página brillante en la historia, lo hicieron gracias a su carácter y a su lealtad a la Patria.
En 1863, durante la invasión napoleónica, muchos oficiales del Ejército Mexicano fueron llevados presos al Viejo Continente. En Francia se les ofreció regresar a México si reconocían la autoridad del Imperio de Maximiliano y juraban no tomar las armas en defensa de la República; les prometieron cargos dentro del ejército invasor, dinero y privilegios a cambio de renunciar a sus valores y principios, para quienes no aceptaran el castigo sería vivir condenados al destierro.
El pundonor y el orgullo mostrados por los oficiales mexicanos fueron inmensos. La mayoría de ellos, patriotas de corazón, se negaron a la humillante propuesta y prefirieron soportar la pobreza y la muerte en tierras extrañas, antes que traicionar a la Patria.
Su sacrificio no fue en vano. El Presidente Benito Juárez llevó hasta el final la guerra para preservar leyes e instituciones y al restaurarse la República, aquellos valientes soldados regresaron con la frente en alto a una patria libre y soberana.
Así aprecia México el honor y la lealtad de los soldados que no claudican al servicio de México ni conceden un palmo de terreno a los ofrecimientos y a la sumisión del enemigo.
Hoy como ayer, la lealtad es uno de los más grandes deberes de todos y cada uno de los miembros de las Fuerzas Armadas, es también la virtud que en el cumplimiento de su servicio los reviste de gloria.
Todo miembro de las Fuerzas Armadas está obligado a actuar con justicia, con disciplina, con entrega en defensa de los intereses del pueblo mexicano, siempre con absoluto respeto a las instituciones republicanas y al orden constitucional.
Como su Comandante Supremo los instruyo a continuar su labor de servicio a la Nación dando siempre muestra de lealtad, unidad y fidelidad a toda prueba, porque sólo así triunfaremos frente a los nuevos enemigos de la Patria. Perseverar en la lucha hasta alcanzar la victoria. Esa es la consigna.
Soldados:
Que viva el Ejército Mexicano.
Que vivan las Fuerzas Armadas.
Que viva México.
Felicidades a todos ustedes.
Intervención del General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional
Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; senador Santiago Creel Miranda, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores; diputado Cristian Castaño Contreras, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Licenciado Enrique Peña Nieto, Gobernador del Estado de México; distinguidos miembros del presídium, señoras y señores, compañeros de armas:
Este día en que cumplimos un año más de existencia, trabajo y firme vocación de servicio a la Patria, es menester invocar a todos aquellos hombres y mujeres quienes han entregado sus vidas, lealtad, esfuerzo y disciplina para que México cuente hoy con un Ejército más fuerte.
Una institución armada confiable, mejor pertrechada e inseparable del pueblo que le da origen, razón y destino.
Surgimos con la visión y el impulso innegable del primer jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano Carranza cuando nuestro país se encontraba en pleno proceso revolucionario, con una frágil estabilidad interna y aún sometido a punzantes amagos internacionales.
Carranza, ante la serie de conculcaciones cometidas contra la Carta Magna del 57, decide replantear una nueva identidad castrense que respondiera cabalmente a los preceptos constitucionales.
Poco después, nacería la Norma de Querétaro, que nos rige desde 1917 con su mensaje proteico. Ella orienta, a través de su espíritu y legado histórico, nuestra sana convivencia democrática. Fueron los inicios de una centuria que habría de exigir una Fuerza Armada útil, versátil, de cohesión granítica y comprobada fidelidad.
Durante el Siglo XX, que los anales registrarían como el más sangriento por causas bélicas y una época donde las fórmulas militares parecían ser la solución, nuestro instituto se consolidaba como un Ejército dispuesto a garantizar la seguridad interior y defensa exterior de la Federación.
La experiencia de los tiempos que hemos dejado atrás, nos enseña la importancia que tiene la unidad nacional como fundamento para un desarrollo equilibrado, armónico en todos los órdenes y una seguridad plena.
Convencidos de nuestras funciones, trascendemos las propias metas profesionales al nutrirnos de los valores supremos de México, bajo la digna conducción de nuestro Comandante Supremo, el Presidente de la República.
Es por eso que con la certidumbre de lo que para el país significa el Pacto Nacional por la Legalidad y la Seguridad, al que vehementemente convocara hace apenas unos días el Primer Mandatario, Ejército y Fuerza Aérea, refrendamos nuestra adhesión a este importante llamado presidencial.
La Nación debe saber en qué trinchera se encuentra cada quién. Vivimos en un mundo globalizado cuyos antagonismos mantienen en muchas regiones la inestabilidad como divisa emblemática por excelencia.
El narcotráfico y el crimen organizado representan un peligro real para la salud y seguridad de todos, así como para la estabilidad de las instituciones nacionales.
Este panorama, ha hecho imperativo que las Fuerzas Armadas, dentro del marco jurídico, realicen un determinante combate frontal contra las formaciones delictivas que atentan a la sociedad y ponen en riesgo la seguridad nacional al pretender construir imperios del crimen.
No daremos ni un paso atrás, continuaremos sin descanso hasta someterlas. Sus intereses no son superiores a los de México.
Es justo señalarlo, en esta contienda han muerto decenas de fraternales soldados, quienes hoy, en la memoria y espíritu, nos acompañan.
Cayeron en el cumplimiento del deber. Deseamos que sus familiares sepan que su sacrificio no fue en vano. Su valor y entrega ejemplar nos alientan a continuar esta lucha sin tregua.
La reciente problemática ambiental y climática se traduce en un mayor número de eventos críticos en distintas regiones del país, en muchas ocasiones con fenómenos simultáneos que causan daños catastróficos.
Ante esta complejidad, justipreciamos la participación espontánea y decidida de la población, que refuerza significativamente la acción gubernamental para superar este tipo de adversidades.
Para servirlas, nos preparamos día a día. Las difíciles y arduas acciones de auxilio a nuestros semejantes, ennoblecen la profesión militar.
Ante estas realidades, conformamos un todo coherente y estratégico que funciona invariable a lo largo y ancho del territorio nacional y nos obligan a mantenernos vigentes.
El Ejército y Fuerza Aérea también, como parte de un proceso permanente de actualización, fortalecen su estructura y optimizan su funcionamiento. Esta evolución se ve reflejada en diversos ámbitos del quehacer militar.
El desarrollo de los sistemas castrenses de educación y adiestramiento, pilares fundamentales de la eficiencia operativa, ha consolidado un crisol, donde la cultura de la legalidad forja intelectualmente a los militares para entregar al país sus capacidades en cada tarea inherente a su vocación.
El soldado no tiene ocios estériles que lo distraigan de las misiones que cumplen hombres y mujeres por igual. Por eso reconocemos y veneramos en el concurso del personal militar femenino un logro histórico de la mujer mexicana en su ya larga lucha por conseguir la auténtica equidad de género.
Ellas tienen un papel preponderante. Vemos en su participación el segmento que equilibra la misión militar de conjunto y que fortalece nuestro capital humano.
En ese mismo contexto de actualización, la dinámica de nuestras relaciones internas y las cívico militares se verá influenciada de manera positiva con la integración a nuestra estructura orgánica de la Dirección General de Derechos Humanos. Con ello, seguiremos avanzando en la observancia de su irrestricto respeto, tanto de civiles, como de militares.
Las Fuerzas Armadas no pretenden discrecionalidad en el ejercicio coercitivo, sino una transparencia que permita apreciar la veracidad de sus acciones.
Señor Presidente, distinguidos invitados:
Somos obra de un grupo de ilustres ciudadanos que vieron en el respeto a la Ley Suprema, el mejor y más seguro camino que la sociedad debía transitar.
A pesar de la convulsión social que le rodeaba, quienes integraron el primer Ejército Constitucionalista, se empeñaron en consolidarlo.
A 95 años de su origen, con gran satisfacción formamos parte de la trama nacional para servir sin desmayo, sin confusión ni titubeos, a los elevados fines de México.
Soldados de la República:
Cumplimos otro aniversario con una sólida moral y un inquebrantable espíritu de cuerpo.
El reto de los objetivos y la trascendencia de las acciones emprendidas, nos animan a mantenernos en la primera línea de batalla contra la violencia y el crimen organizado.
Sostengamos empeñosamente los esfuerzos con los que habremos de aportar lo mejor de nosotros mismos para mayor gloria y orgullo de las armas nacionales.
Somos el Ejército de la Patria, la Fuerza Armada le da lealtad y centinela a la Nación. Somos el Ejército de México.
Muchas gracias.
-MODERADOR: Se hace entrega de Condecoraciones Primera Clase, a familiares del personal militar fallecidos en actos del servicio durante la campaña contra el narcotráfico.
-MODERADORA: Se entrega condecoración con la presea al Mérito en la Campaña contra el Narcotráfico, Primera Clase, a los familiares de los extintos militares.
Reciben: Ciudadana Susana Mendoza Contreras, viuda del extinto Capitán Segundo de Infantería, David Lunes Corcia.
Ciudadana María Teresa Durán, madre del que fuera Subteniente Fuerza Aérea Piloto Aviador, Juan Manuel Romero Durán.
-MODERADOR: Ciudadana Francisca Pérez Bautista, madre del fallecido Cabo Policía Militar, Israel Urbina Pérez.
-MODERADORA: Ciudadana Emma Burgueño González, madre del extinto soldado de Infantería, Carlos Alberto Aguilar Burgueño.
-MODERADOR: Las páginas de la historia los velan eternamente invocando su valor, el canto de cornetas y tambores los saludan en todos los confines.
En memoria del personal militar que otorgó su vida en el cumplimiento del deber, la Banda de Guerra ejecutará el Toque Militar: Silencio.
Fuente: Presidencia de la República.

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