3 nov 2008

Presunto "narcoterrorista"

Acusado de granadazo dice que lo torturaron
Lemic Madrid, reportero
Publicado en Excélsior (www.exonline.com.mx), 3 de noviembre de 2008;
En escrito entregado a la PGR, afirma que se declaró culpable para evitar daños a su familia
Lo privaron de su libertad, presuntamente, durante seis días; también asegura que lo torturaron y que sólo le quitaron la venda de los ojos para hacerlo firmar su declaración.
En la Procuraduría General de la República (PGR) lo conocen como El Grande y se le acusa de ser uno de los autores materiales de los atentados con granada en la ciudad de Morelia, Michoacán, el pasado 15 de septiembre.
Se trata de Juan Carlos Castro Galeana, de 37 años de edad, quien afirma que fue torturado, amenazado de muerte y obligado a decir que arrojó una granada de fragmentación durante el festejo patrio en la Plaza Melchor Ocampo, tal y como aparece en los videos difundidos por la PGR.
“Manifiesto que la declaración rendida con anterioridad (como aparece en el video) no está hecha con la plenitud de mis facultades físicas y mentales y libre de coacción”, señala el oficio entregado a la PGR y al que Excélsior tuvo acceso.
Juan Carlos Castro Galeana narra que durante su cautiverio, estuvo en varios parajes y tres inmuebles diferentes.
Sobre los otros dos inculpados del caso, Julio César Mondragón Mendoza y Alfredo Rosas Elicea, dijo que no los conocía de nombre, pero que escuchó sus voces en el último domicilio donde los torturaron y abandonaron:
“Me pegaban en todas partes de mi cuerpo, me arrastraron por un río, me traían siempre amarrado fuertemente de las muñecas, pies y todo un día me tuvieron amarrado con los brazos extendidos, levantados como la posición de Cristo.
“(…) Me di cuenta que había otras dos personas que también las estaban torturando a golpes y groserías, a lo que yo me sentí impotente, a lo que le grite: ‘digan lo que ellos quieren para que ya no los sigan golpeando”.
En la Procuraduría General de Justicia de Michoacán se denunció el secuestro o desaparición de Castro Galeana el 18 de septiembre de 2008; un taller mecánico en el municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, fue el último lugar donde se le vio.
La documentación sobre este hecho establece que varios sujetos armados obligaron a Juan Carlos Castro Galeana a abordar una camioneta Mitsubishi blanca, sin placas, cuando la víctima se encontraba frente a la Plaza Uruapan, en Lázaro Cárdenas.
Sus familiares no tuvieron noticias de su paradero sino hasta que apareció en diversos medios de comunicación, el 26 de septiembre pasado, como el presunto responsable del atentado terrorista.
El acusado entregó un escrito a la PGR, a través de sus abogados, donde asegura que fue obligado a manifestar su participación en la agresión, donde resultaron ocho muertos y 106 heridos.
“En una de las casas de ellos me mostraban videos donde le cortaban la cabeza a una persona y me manifestaron estos sujetos que a mí me iban a cortar dedo por dedo, brazo por brazo y también a mi familia (…), les dije que me dijeran exactamente qué es lo que quieren que haga.
“Y fue cuando estos sujetos, y otros, me preguntaron: ‘¿Tú eres el de la matazón de los puentes cuates?’, a lo que les respondí que no y me dijeron: ‘Tú eres’, y me empezaron a golpear.
“Por el dolor y sufrimiento de la tortura a la que fui severamente expuesto, a fin de que ya no me siguieran golpeando, (dije) sí yo fui... qué es lo que quieren que diga y lo haré. Entre estos sujetos me dijeron que me tenía que echar la culpa de las granadas que estallaron el 15 de septiembre en Morelia, Michoacán”, se detalla en el oficio recibido por la PGR el 30 de septiembre de 2008.
Castro Galeana asegura que fue obligado a repetir un diálogo incriminatorio, en varias sesiones, bajo amenaza de tortura; tenía que mencionar, señala el texto, que pertenecía al grupo de sicarios conocidos como Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo.
“Los escuché platicar entre ellos refiriendo que la gallina ya está lista para el caldo (…) Uno de los sujetos comenzó a preguntar a cada uno de nosotros que si éramos los que habíamos aventado las granadas.
“Al primero que le preguntaron respondió: ‘No, yo voy a decir la verdad’; de inmediato lo comenzaron a golpear; fue entonces cuando a mi me dio miedo y yo respondí que si era (el que lanzó las granadas).
“Después me bañaron y me cambiaron de ropa, manifestando ya vamos en camino, y cuando llegamos al lugar nos dejaron tirados en el suelo, amarrados de pies y manos (…) los sujetos que me torturaron física y sicológicamente nos indicaron que cuando llegara este momento, contestáramos: ‘Somos Los Zetas”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), según el oficio 53579, tiene conocimiento de estos presuntos actos de tortura contra Juan Carlos Castro Galeana; sus familiares denunciaron que el detenido presentaba “quemaduras en la base de la nariz, en ambas orejas, laceraciones en ambas muñecas, espalda con hematomas y laceraciones”.
Los familiares del detenido solicitaron la intervención de la CNDH, ya que consideran que “nuestro familiar es inocente de los hechos que le imputan, ya que estuvo en su domicilio el 15 de septiembre de 2008 en compañía de su esposa y vecinos.
“Queremos señalar que si declaró haber cometido ese acto delictivo, fue porque lo torturaron y amenazaron, por lo que solicitamos se constate su estado físico, para determinar que nuestro familiar fue objeto de golpes y tortura.”

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