13 jul 2010

Gómez Mont se debe quedar

Columna Razones/Jorge Fernández M.
Excélsior, 13 de julio de 2010;
Gómez Mont se debe quedar
No veo cómo el PAN y el PRD se pondrán de acuerdo para realizar una verdadera reforma fiscal, abrir el sector energético...
Los resultados electorales no deberían hacerle perder de vista al gobierno federal un dato esencial: le quedan 30 meses en el poder y faltan dos años para los próximos comicios federales. No se puede ni debe estar en una campaña electoral permanente, el país no lo podrá tolerar aunque pareciera que algunos actores ya están en eso.
Sobre todo me preocupa que los panistas entren en esa lógica. Sus nuevos aliados perredistas pueden darse ese lujo: no tienen nada que perder, incluso sus espacios reales de poder se han reducido dramáticamente. No sólo tienen, sino que deben trabajar para 2012, porque lo que está en juego es su futuro como partido y corriente política. Por eso la declaración de López Obrador, de que él ya estaba anotado, con o sin el PRD, como candidato para esa elección presidencial, generó tanto ruido en ese partido. Y la ratificación, aunque todos sabemos que la palabra de López Obrador no es precisamente lo más confiable de su personalidad, mostró que las repercusiones llegaron hasta al ex candidato.
Pero en el PAN y en el gobierno deberían pensar diferente. Ahora nos enteramos de que el PAN y el PRD sí buscarán tener una agenda legislativa común. Me parece muy bien, pero si vemos esa agenda, por lo menos lo que ha trascendido sobre ella, comprobaremos que sólo hay temas electorales que poco o nada le sirven a la gente y al país para salir de la situación difícil, compleja, que estamos viviendo. No sé si es bueno o malo que se legisle para fortalecer las coaliciones en el Congreso, pero sí sé que no veo cómo el PAN y el PRD se pondrán de acuerdo para realizar una verdadera reforma fiscal, abrir el sector energético, reducir la burocracia estatal, entre muchos otros temas. Y sobre todo para establecer acuerdos de fondo en el tema de la seguridad. Todo eso estuvo siempre en la mesa de la alianza, pero nunca lo abordaron: el discurso fue sacar al PRI del gobierno en los estados que se pudiera, aunque para ello se tuviera que recurrir en ocasiones a candidatos priistas, buenos, malos o feos.
Ahora hay que gobernar, en los estados y en el país, y debe haber una agenda que vaya más allá de lo electoral. Y no veo demasiados puntos de contacto entre el PAN y el PRD para construir esa agenda.
El PRI, mientras tanto, está obviamente dolido y a la defensiva. Saben que en las elecciones no les fue bien, se sienten agraviados y saben que se equivocaron, aunque dentro del priismo siguen existiendo matices importantes. No es lo mismo el resultado electoral para Beatriz Paredes y muchos de sus operadores o para los gobernadores que perdieron o quedaron maltrechos por los comicios, que para los coordinadores parlamentarios, sobre todo Manlio Fabio Beltrones (pero también Francisco Rojas), o para Emilio Gamboa, que está en la búsqueda de la presidencia del partido. El PRI, dolido y todo, se tendrá que sentar con el gobierno, y el gobierno necesita sentarse con el PRI, sobre todo para abordar el tema de la seguridad. Unos tienen el gobierno federal, los otros gobiernan dos terceras partes de los estados y a más de la mitad de la población del país, así que no pueden ni deben abandonar todo para lanzarse a una campaña de dos años.
Y para eso el gobierno federal requiere fortalecerse, tener mayor claridad y unidad, saber con quiénes puede y quiere dialogar. Y quién puede hacerlo. Durante meses en el gobierno se privilegió la relación con Beatriz Paredes, probablemente porque la dirigente priista y el presidente Calderón habían establecido una buena relación política cuando ambos fueron legisladores. Con la nueva coyuntura, la interlocución tendrá que pasar mucho más por los coordinadores parlamentarios. Y para eso el gobierno necesita que Fernando Gómez Mont se quede en la Secretaría de Gobernación cumpliendo con las funciones completas que tiene esa oficina, y no con las responsabilidades parciales que se le han dado.
No es un secreto que la relación de Gómez Mont con parte del equipo presidencial no es la mejor; tampoco sus diferencias con César Nava. Pero Gómez Mont tiene el espacio y el interés político de buscar acuerdos que vayan más allá de lo electoral y que se requieren con el fin de encauzar la gobernabilidad del país que hoy está lastimada. Y para eso debe ser ratificado (lo que aparentemente ya ha ocurrido) y se le debe dar, al funcionario y a la dependencia a su cargo, las atribuciones que le corresponden. Sería lo mejor para el presidente Calderón e incluso para su propio equipo más cercano, que se podría concentrar en la operación presidencial. Y también para la gobernabilidad del país. Los saltos al vacío son emocionantes pero terminan con cabezas y piernas rotas.
***
Columa Frentes Políticos/Excélsior,
I.Después de la resaca postelectoral, la ola de violencia en varios estados del país y los embates de las primeras lluvias de la temporada, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se va a ir unos días a la congeladora, y no precisamente porque quieran enfriar las cosas, sino porque comentan en Bucareli que se va a tomar unos días de descanso en Alaska. Esperemos que le sirva para helar un poco la mente y la víscera.

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