EL FUEGO NO
PURIFICA TODO/Rafael Cardona
La Crónica, 21 de octubre de 2014
“La
PGR anunció a legisladores que ofrecerá ‘recompensas fuertes’ para encontrar a
los policías municipales prófugos del caso de los 43 normalistas desaparecidos
en Iguala, Guerrero”.
La primera
noticia en torno de este ígneo asunto apareció publicada en la revista Proceso
bajo la firma de José Reveles. El sacerdote Alejandro Solalinde denunció el
exterminio de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos desde el pasado
septiembre, mediante la incineración. Lo dijo con base en las declaraciones de
un testigo anónimo, pero conocido.
La
gravedad de semejante revelación hizo correr la versión como (decían antes)
reguero de pólvora. Tanto como para citar al presbítero en la Procuraduría
General de la República. Casi simultáneamente se publicaba esta invitación:
“La PGR anunció a legisladores que ofrecerá
‘recompensas fuertes’ para encontrar a los policías municipales prófugos del
caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero”.
“De acuerdo con Omar Fayad, presidente de la
Comisión de Gobernación en el Senado, el procurador Jesús Murillo Karam también
informó que la Interpol colabora con las autoridades federales, y les señaló
que se reforzarán acciones en la zona limítrofe entre Guerrero, Morelos, Estado
de México y Michoacán, identificada como foco rojo de violencia.
Obviamente
no es el caso ni el cura Solalinde se presentará en busca de la recompensa
ofrecida, pero en la confusión y los palos de ciego cualquier información puede
resultar reveladora e importante. Tanto como para solicitar hasta la intervención
de la policía internacional, Interpol, la cual —suele ocurrir— sirve para
untarla en el Camenbert.
“El mismo día que el procurador Jesús Murillo
Karam anunció la detención del presunto líder del grupo criminal Guerreros
Unidos (AP), que recibió a los normalistas de Ayotzinapa secuestrados, el padre
Alejandro Solalinde dijo este viernes 17 de octubre que los estudiantes están
muertos y que incluso algunos fueron quemados vivos, de acuerdo con el
testimonio que recibió por parte de dos personas.
“Estaban heridos, y así como estaban heridos,
los quemaron vivos, les pusieron diésel. Eso se va a saber. Dicen que hasta les
pusieron madera, algunos de ellos estaban vivos, otros muertos”, dijo el
sacerdote de 69 años a la agencia de noticias Nóvosti.
La
información revelada por Solalinde, Premio Nacional de Derechos Humanos 2012
por su labor en defensa de los migrantes, está basada en testimonios de
testigos.
“La primera información directa la tuve el
domingo pasado. La segunda la tuve ayer, en la Ciudad de México. Lo primero que
supe es que hay testigos, pero tienen miedo de hablar, son testigos de los
mismos policías, detalló este viernes, de acuerdo con el reporte de la agencia
de noticias (Novosti)”.
De
acuerdo con esos datos, ampliamente divulgados posteriormente en un carrusel de
entrevistas radiofónicas, el triste destino de los estudiantes es conocido por
el gobierno, quien lo oculta con politiquero y oportunista fingimiento.
Quizá
la parte menos sustentable de estas declaraciones, de las cuales conocerá el
jueves de manera oficial la PGR, sea ésta. A quien menos le conviene mantener
este asunto sin solución es al gobierno. Cada día pesa más en la losa de la
incapacidad del Estado en un delito de lesa humanidad (la desaparición forzada)
cuya naturaleza no conoce la prescripción.
¿Solalinde
conoce la verdad, o también a él lo han engañado?
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