17 nov 2014

El viaje/Roberto Zamarripa

Columnas TOLVANERA / El viaje/Roberto Zamarripa
Reformas, 17 de noviembre de 2014
Una semana en el cielo, un infierno en la tierra. Dos mundos: el de la diplomacia del negocio en el exterior y el de la revuelta, el incendio, en el interior.
 Enrique Peña y su comitiva pasaron 54 horas en vuelo, en el TP01, de las 166 que estuvieron fuera. En tiempo efectivo de encuentros oficiales en China y Australia fueron 45 horas de las 112 pasadas en tierra. Más horas de vuelo que de contacto internacional.
A China viajó medio gabinete. Cinco secretarios de Estado, el director de Pemex, los de Bancomext y Banobras, el de Nafinsa, el de Fonatur, dos subsecretarios de Estado, los jefes de Conaculta y Conacyt, un jefe de Unidad de Hacienda, staffs y personal del Estado Mayor. Quien esté libre de culpa que tire los primeros viáticos.
Al maquillista de Televisa que avisó gozoso que iba a China o lo escondieron o lo regresaron. Nadie lo encontró.

No acudir a APEC o al G20 hubiese sido un gesto de debilidad. Qué líder internacional no tiene conflictos y sí llegó. Así razonó el gobierno mexicano.
Incumplir con una visita de Estado en China, sobre todo tras el conflicto con China Railway, sería ahí sí un tremendo conflicto diplomático.
Pero también no salir de México sería la muestra de sensibilidad y de responsabilidad para atemperar y arreglar. Mientras Peña estuvo fuera, fue quemado el Congreso de Chilpancingo, ultrajadas oficinas partidistas, incendiados vehículos, asaltada la UNAM.
Se reveló el espinoso tema de la Casa Blanca. Su probidad quedó cuestionada.
La presencia de Peña en México no hubiera evitado ninguno de esos acontecimientos; pero su salida fue un bidón de gasolina para la causa del enojo.
Hay ausencias que triunfan y la de Peña empañó. O el viaje ratifica el síntoma del extravío o es un punto culminante para dar paso a decisiones que encaren, aunque sea muy tarde, la crisis y la ira.
El diario brasileño Folha de Sao Paulo produjo recientemente un documental titulado "Junio", sobre las protestas por el alza de transporte en Brasil, en 2013.
El enorme gasto en estadios de futbol para la Copa Confederaciones y la Copa Mundial catalizó el enojo. La corrupción y el dispendio, como aquí.
Clovis Rossi, prestigiado periodista de Folha, comenta en el filme que los políticos "apenas sienten el olor de la calle y se colocan detrás para tratar de entender y atender lo que la calle pide a pesar de no estar de acuerdo con nada de lo que se pide. Los políticos son así". Era, es, Brasil.
Las escenas de "Junio", guardando todas las proporciones, marcan un espejo mexicano. De cómo crecen las protestas, de los desmanes que encabezan anarquistas y de la irracional represión policiaca.
Y de cómo, paradójicamente, tras las protestas masivas e incendiarias el gobierno no cae sino se reelige, con erosión de por medio. "Junio" es nuestro noviembre. Duras lecciones.
No se necesita viajar para desentenderse. En el DF, la ingobernabilidad viaja en catéter.
Según los que saben, la operación cardiaca del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, del Día de Muertos era de filigrana, de exquisitez. La carrera que estaba en riesgo no era la presidencial sino su próximo maratón. Mancera dedicaba más horas al gimnasio y al sastre que a la atención ciudadana. Por eso Ayotzinapa no ha aparecido en su reloj de frecuencia cardiaca.
Mientras Mancera permanecía bajo efectos de anestesia cristalizó la disputa entre sus amigos (los inexpertos hermanos Serna) y el oscuro secretario de Gobierno, Héctor Serrano, un político segundón de mala fama, formado en las filas juveniles priistas, más cercano a los porros del Poli que a los enojos de los normalistas.
Mancera y los Serna quieren gobernar desde la caminadora y Serrano con la cachiporra y la ignorancia. Ahora que el DF es caja de resonancia el desastre está a la vista.
Se abren dos vías: o se administra la crisis hasta la próxima elección, con golpes e incendios de por medio, o se asume una cirugía mayor; no como la de Mancera. Ambas duelen. La primera postraría, la segunda abriría vías de sanamiento.
tolvanera06@yahoo.com.mx





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