8 mar 2015

David López: ¿premio o castigo/Ricardo Alemán

Columna Itinerario político 
David López: ¿premio o castigo/Ricardo Alemán
El Universal, 8 de marzo de 2015...
David López estorbaba los intereses sucesorios de ese grupo, el mismo que echó de la PGR a Jesús Murillo.
El domingo 3 de noviembre de 2013 dedicamos el Itinerario Político a la “Sucesión Adelantada” en Sinaloa, en donde David López, director general de Comunicación Social de Los Pinos, aparecía como poderoso prospecto, con todo el apoyo del presidente Peña Nieto.
Ese 3 de noviembre de 2013 detallamos las fortalezas del sinaloense, su influencia como colaborador más cercano al presidente y, sobre todo, una extensa red de control que diseñó David López en la comunicación social de todas o casi todas las dependencias del gobierno federal.
Es decir, que durante la gestión del “Jefe David” –como gustaba que lo llamaran–, en la Comunicación Social del gobierno de Peña, no se movía una hoja sin el aval de sinaloense –quien fue un modesto estudiante politécnico en el mítico 2 de octubre de 1968–, y a quien hoy muchos culpan del fracaso en la imagen y la popularidad del gobierno federal y, en especial, de Enrique Peña Nieto.
Y es que –como también dijimos en el Itinerario Político del pasado domingo–, son muchos los indicios de que más que un premio para buscar el gobierno de su natal Sinaloa, la salida de David López de Los Pinos es parte de las intrigas palaciegas tejidas por “La Triada” para echar del entorno presidencial a los “colaboradores incómodos”, poco eficientes y –sobre todo–, anular a aquellos que estorban en la sucesión presidencial, como era el caso de David López; profundamente distanciado con Luis Videgaray.
EL CASTIGO.
Y si existen dudas de que terminó el ciclo virtuoso de David López y que su permanencia en Pinos se había convertido en un lastre para la imagen del gobierno y del presidente, basta leer con atención el discurso presidencial sobre la futura exigencia a la llegada del nuevo jefe de Comunicación Social de la casa presidencial. Lo que se busca es modernizar la imagen del gobierno, el mensaje y la narrativa.
Dijo Peña: “se habrán de emprender caminos de innovación, de acercamiento; amplio respeto a los medios de comunicación, de entender los tiempos que vivimos, de mayor apertura y de tener una sociedad crítica y abierta y para estar a la altura para saber informar lo que hace el gobierno”.
Según expertos en Comunicación Social, el sello tradicional de David López –formado en el viejo PRI de partido único–, funcionó mientras “la marca Peña Nieto” no encontró tropiezos de importancia. Es decir, mientras la popularidad de un buen candidato se ligó con la buena suerte de un presidente al que los opositores regalaron el llamado Pacto por México. Mientras esa alineación astral fue vigente, David López estaba en los cuernos de la luna.
Sin embargo, ni David López ni el gabinete de Peña estaba preparado para terremotos devastadores como la “casa blanca”, y los desaparecidos de Ayotzinapa. Tampoco estuvieron preparados para hacer frente con eficacia y con la ley en la mano a mafias como la CNTE y la CETEG y –sobre todo–, nunca pudieron explicar descalabros económicos como la escandalosa devaluación del peso frente al dólar y el regreso de las crisis económicas propias de gobiernos priístas.
 Todos, en el gobierno de Peña, estaban empalagados con el “Momento mexicano” y con el aplauso mundial a Peña Nieto. Por eso a todos arrastró la ola del descrédito, el desencanto y descontento social. Peor aún, en tiempo de redes sociales, de feroces y efectivas campañas de desprestigio del gobierno de Peña Nieto; de comunicación en tiempo real y guerras en la nube, David López y “sus viejitos” –como motejaba “La Triada” al equipo del Sinaloense–, nada tenían que hacer ante tiburones que se comen a dentelladas al gobierno de Peña.
 En efecto, David López cometió dos graves desaciertos. Primero, convirtió en club de amigos la comunicación social de los gabinetes legal y ampliado. Y segundo, concentró todos los recursos publicitarios del gobierno federal en una bolsa que era manejada con criterios hepáticos y de amistad con Los Pinos.
El resultado está a la vista; una virtual declaración de guerra de buena parte de los medios contra el gobierno federal. Claro, salvo los amigos.
EL PREMIO.
Aquel domingo 3 de noviembre de 2013 también dimos cuenta de las señales reiteradas que mandaban tanto Peña Nieto como el gobernador Mario López Valdés, de Sinaloa, a manera de apoyo a David López. Era claro que el sueño de López siempre fue ser gobernador de su natal Sinaloa. Pero también es claro que esa legítima ambición fue utilizada por el presidente como escala para ajustar piezas en la nave; para poner a tiempo motores y tirar lastre.
Y es que si bien David López es una suerte de vicegobernador de Sinaloa –ya que personalmente colocó a la mayoría de delegados federales en el gobierno de Malova–, también es cierto que su popularidad y arraigo en el estado son una pendiente difícil de remontar. Salvo las giras presidenciales y esporádicas visitas, no tiene arraigo. Más aún, nadie sabe si tiene domicilio legal, con credencial de elector en su tierra natal.
En todo caso el problema está en el tamaño y el peso de sus adversarios para alcanzar el gobierno de Sinaloa.
Por eso vale recordar que Mario López Valdés ganó el gobierno de Sinaloa –en julio de 2010– luego de abandonar el PRI y concretar una alianza con el PAN y el PRD con la que derrotó al entonces candidato del PRI, Jesús Vizcarra, poderoso empresario y exportador de carne al mundo.
Pero resulta que, paradojas del poder, antes de julio de 2010 Vizcarra era “el hombre” que empujaba el entonces gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto y el preferido del sinaloense, David López.
Pero gracias a esas paradojas de la política, hoy Peña Nieto y David López se podrían convertir en los principales enemigos políticos de Jesús Vizcarra, en la lucha por el gobierno de Sinaloa. ¿Habrá lugar en el PRI para Vizcarra y para David López?
Y es que Vizcarra –viajero frecuente en giras internacionales de Peña Nieto–, es el precandidato del PRI que encabeza las encuetas en Sinaloa.
Pero no es todo. Resulta que Vizcarra no es bien visto por el gobernador Malova –que lo derrotó en 2010–, quien prefiere apoyar a David López, al senador Aarón Irízar o a su secretario de gobierno, Gerardo Vargas.
La batalla apenas empieza y, por lo pronto, David López será uno más de los 500 en San Lázaro; lejos de Los Pinos.
GANÓ “LA TRIADA”.

A la salida de David López y la llegada de Eduardo Sánchez a Los Pinos, gana “La Triada” Videgaray-Osorio-Nuño. No es nuevo que David estorbaba a los intereses sucesorios de ese grupo, el mismo que echó de la PGR a Murillo Karam. Al tiempo.

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