La historia negra de Medina Mora/MATHIEU TOURLIERE Y ARTURO RODRÍGUEZ
La
trayectoria de Eduardo Medina Mora engloba los más oscuros episodios de la
historia reciente del país: espionaje político, represión a movimientos
sociales, militarización de policías, fabricación de culpables, carpetazo a
tragedias multitudinarias, acuerdos internacionales que inundaron de armas el
país y manipulación de testigos protegidos con fines políticos y electorales.
Propuesto
por el presidente Enrique Peña Nieto para ser ministro de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), Medina Mora y el mandatario tiene un punto de
convergencia que si bien designa una pequeña comunidad mexiquense, es el
símbolo de la brutalidad policiaca y militar de la que ambos son responsables:
San Salvador Atenco.
Peña
Nieto era gobernador del Estado de México, y Medina Mora titular de la
Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, cuando en 2006 se lanzó el
operativo policiaco-militar que devino en la muerte de dos jóvenes, uno de
ellos menor de edad; la detención de 207 habitantes de la comunidad; la expulsión
de cinco extranjeros y las agresiones sexuales contra 26 mujeres.
La
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la SCJN determinaron
(recomendación 38/2006 y dictamen 3/2006, respectivamente) que en el operativo
se cometieron violaciones graves a los derechos humanos. Si bien señalaron a
mandos medios y bajos de los dos órdenes de gobierno, establecieron que Medina
Mora participó en la planeación del desalojo.
Así
se inauguró el sexenio mexiquense de Peña Nieto y comenzaba el breve paso de
Medina Mora por la SSP, que continuaría con el rompimiento del movimiento de
los trabajadores siderúrgicos de Lázaro Cárdenas, Michoacán, el 20 de abril de
2006, que resultó en la muerte de dos obreros.
Una
vez más la SSP de Medina Mora se vio señalada por violaciones a los derechos
humanos, luego de que la CNDH emitiera la recomendación 37/2006 por esos
hechos.
Entonces
pocos sabían que la Policía Federal Preventiva de la SSP estaba compuesta por
efectivos de la Primera, Segunda y Tercera Brigadas de Policía Militar, que
acudían a los operativos con uniforme de policía civil. Es decir, eran soldados
disfrazados (Proceso 1662).
Fue
también en febrero de 2006 cuando un siniestro en Pasta de Conchos, Coahuila,
mató a 65 mineros. Medina Mora dio carpetazo a la investigación, pues en 2008
rechazó la recomendación 64/2008, que determinó ejercicio indebido de la
función pública y violaciones a diferentes garantías.
No
fue el único caso de escándalo por sus omisiones. Por ejemplo, se le señaló por
no ejecutar las órdenes de aprehensión contra los agresores de la periodista y
activista Lydia Cacho; y él mismo admitió que a pesar de las denuncias, no
investigó al tío de Peña Nieto y exgobernador mexiquense Arturo Montiel.
Destacan
también sus posiciones respecto a la interrupción del embarazo. Luego de que la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobara la despenalización del
aborto, Medina Mora se plegó a los argumentos de la Iglesia católica e
interpuso una acción de inconstitucionalidad, la cual a la postre sería
desechada por la SCJN.
No
sería la única vez. Tiene un récord poco conocido: durante su gestión en la PGR
emitió 236 acciones de inconstitucionalidad con el objetivo de socavar acciones
en los estados y municipios. Mientras estuvo en el cargo presentó unas siete
acciones similares al mes, alrededor de dos por semana.
La
guerra
El
7 de diciembre de 2006 asumió la titularidad de la PGR y al siguiente día,
Felipe Calderón declaró su “guerra al narco”.
La
senadora perredista Dolores Padierna lo resume: “Como procurador fue uno de los
inventores de la llamada guerra contra el narco, un baño de sangre en el que
organizó operativos militarizados, cateos sin orden judicial, retenes violando
derechos fundamentales. Provocó desapariciones forzadas que se volvieron uso y
costumbre a lo largo del sexenio de Calderón y las cifras de muertos,
decapitados, incinerados, crecieron. Dilapidó recursos. Fabricó culpables.
Metió a la cárcel a gente inocente”.
Entre
estos casos destaca el de las indígenas otomíes Jacinta, Teresa y Alberta,
acusadas de secuestrar a seis efectivos de la Agencia Federal de
Investigaciones. Permanecieron presas tres años, hasta que la justicia
constitucional determinó su inocencia.
Los
mecanismos imitados del extranjero –como los de los testigos protegidos– fueron
un fiasco. Un caso sonoro fue el de su testigo Jennifer, a quien utilizó para
numerosas acciones, como la de las mencionadas indígenas. En diferentes casos
sus testigos protegidos terminaron muertos.
En
2008 realizó la llamada Operación Limpieza, a partir de la cual se encarceló al
director de la Interpol México, Rodolfo de la Guardia; al comisionado interino
de la Policía Federal, Gerardo Garay, y a Javier Herrera Valles, excoordinador
regional del mismo cuerpo, en aparentes venganzas políticas. Los tres
recuperaron su libertad por violaciones a sus garantías.
Se
encargó de las acusaciones del michoacanazo, que mantuvo presos a 11 alcaldes,
16 funcionarios y un juez de Michoacán en mayo de 2009, en el contexto de la
construcción de la candidatura al gobierno de la entidad de Luisa María
Calderón, hermana del presidente. Todos salieron libres por falta de pruebas y
violaciones a garantías.
Tras
el michoacanazo Medina Mora debió renunciar a la PGR. Se le incorporó
precipitadamente al servicio diplomático como embajador ante el Reino Unido. Su
calidad de internacionalista se acreditaba sólo en su participación en la
negociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte y en las negociaciones de la Iniciativa Mérida.
Dejaba
atrás una cauda de acciones que facilitaron la presencia de agentes extranjeros
armados en el país, que participaban en detenciones, investigaciones y acuerdos
que, entre otros casos, facilitaron la adquisición de armas por los cárteles de
la droga.
En
noviembre de 2007, entonces procurador general, fue informado por las
autoridades estadunidenses de las operaciones de “tráfico controlado” de armas
a México.
El
memorándum interno del Departamento de Justicia de Estados Unidos –“Reunión
del fiscal general con el procurador general de México Medina Mora”, fechado el
16 de noviembre de 2007 y dado a conocer aquí por la periodista Carmen
Aristegui– considera de “particular importancia” que la Oficina de Alcohol,
Tabaco y Armas de Fuego (ATF) “trabaje de manera conjunta con México en el
primer intento por tener una entrega controlada de armas que están siendo
contrabandeadas”.
El
documento –el cual se anexó como evidencia con el número 230 al informe del
Congreso estadunidense titulado F&F: Anatomía de una operación fallida–
señala: “Mientras que los primeros intentos de estas entregas controladas no
han tenido éxito, la investigación prosigue y a la ATF le gustaría ampliar las
posibilidades de estas investigaciones conjuntas y entregas controladas, dado
que sólo entonces será posible investigar a redes completas de contrabandistas
de armas, en lugar de arrestar simplemente a un solo traficante”.
Y
añade: “El agregado de la ATF en la ciudad de México ha informado al procurador
Medina Mora sobre estos intentos de entregas controladas y le ha subrayado la
importancia de que sean asignadas esas unidades con exámenes de confianza
verificados”.
Medina
Mora envió una carta a Aristegui en la cual sostuvo que la operación Rápido y
Furioso no se llevó a cabo durante su gestión como procurador.
Afirmó
que cuando estuvo en este cargo no sólo no autorizó, sino que ni siquiera
estuvo enterado de operación alguna de trasiego “controlado” de armas. Fue una
clara referencia a los dos operativos que Estados Unidos aplicó durante los
años en que Medina Mora estuvo al frente de la PGR: el Gunrunner
(Contrabandista de Armas) y el Wide Receiver (Receptor Abierto).
En
septiembre de 2012 la Oficina del Inspector General del Departamento de
Justicia estadunidense publicó los resultados de una amplia investigación sobre
los fallidos programas de rastreo de armas de la ATF, y en la cual descubrió
que las autoridades mexicanas –es decir Medina Mora– sí estaban enteradas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario