BAJO RESERVA/ El Universal, 5 de septiembre de 2015..
Complicidades en caso ISSSTE
Una trama de complicidades institucionales e influencias
sindicales se teje alrededor de la falta de atención médica al entonces
director del ISSSTE, Sebastián Lerdo de
Tejada, en el Hospital Regional Adolfo López Mateos del mismo instituto. El
video que obtuvo EL UNIVERSAL muestra claramente que el poco personal no
actuó conforme a los protocolos para recibir a una persona con signos de
infarto y, además, evidencia contradicciones en el manejo de la información
oficial de la llegada del paciente a la unidad médica. Nos dicen que el director general del hospital, Roberto Baños Tapia,
tiene un largo historial de quejas por deficiencias en el servicio médico a los
derechohabientes, pero que posee un buen manto protector. ¿Dará una buena
señal el nuevo director del ISSSTE, José Reyes Baeza, en este caso que pega al
corazón de los servicios de salud pública?
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SI ESO LE PASÓ AL DIRECTOR…/Editorial El Universal
En México las personas mueren, en promedio, a menor edad
que en el resto de los 34 países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE). La expectativa de vida mexicana es de 74 años,
mientras que en los demás es de 80. La agrupación internacional brinda dos
explicaciones: el incremento de la obesidad y la mala calidad de los servicios
públicos de salud en el país.
Apenas ayer este diario publicó un ejemplo de ese
inadecuado servicio de salud que provee el Estado. Se trata de un video en el
que se muestra a una víctima de un infarto —el entonces director del ISSSTE,
Sebastián Lerdo de Tejada— siendo atendido de forma inadecuada por el propio personal
del hospital Adolfo López Mateos, el cual pertenece, paradógicamente, al
ISSSTE.
La pregunta inevitable que los consumidores de la noticia
hicieron fue ¿qué le espera a las personas comunes con la atención en el ISSSTE
si el propio titular del instituto no se libró de la mala calidad del servicio?
Antes de la revelación de este material ya se conocían
las grandes carencias del sistema de salud público en México. No está de más
recordar las imágenes de señoras dando a luz en baños, jardines o pasillos de
clínicas públicas ante la ausencia de médicos o enfermeras que las auxiliaran.
La novedad de que una de las víctimas fuera la cabeza del
ISSSTE hace que la opinión pública tenga más elementos de juicio para
dimensionar la gravedad del problema. ¿Cuánto más ocurre que no se da a conocer
nunca?
El usuario es el más afectado. El sistema no sólo es
deficiente, sino que alienta la impunidad de los profesionales de la medicina
que por negligencia provocan secuelas en sus pacientes. De acuerdo con Miguel
Ángel Lezana Fernández, director de Difusión e Investigación de la Comisión
Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), son mínimos los casos en los que se
logra una sanción para los responsables de malas prácticas médicas. Por ello
preparan una iniciativa de ley para darle más “dientes” a la comisión. Una de
las tantas medidas necesarias.
Hay que decir, para ser justos, que los médicos de las
instituciones públicas están saturados de trabajo. México tiene una proporción
baja de doctores y enfermeras en relación a su población, por lo cual llegan a
atender a tantos pacientes que es imposible hacer su trabajo de manera
impecable. A ello hay que sumar la insuficiencia de material de trabajo en
clínicas y hospitales, lo cual limita su margen de maniobra.
El caso del director del ISSSTE debe servir para reformar el sistema de
salud en México. Más inversión y más cobertura serán insuficientes si la
calidad no crece a la par.
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