La Marina estrecha el cerco en la
sierra para cazar al Chapo Guzmán
Cuerpos de élite de la Armada sitian
pueblos de Sinaloa y Durango tras la pista del capo
PABLO DE LLANO/El Páis México 17 de octubre..
La Tuna, el pueblo del Chapo, entre dos
lomas de la sierra. / SAÚL RUIZ
La Marina es la némesis del Chapo
Guzmán. Cuenta con la confianza de la Inteligencia de Estados Unidos, suspicaz
con respecto a la integridad de otros cuerpos de seguridad mexicanos, y con su
ayuda ya lo logró capturar en 2014. Como Sísifo empujando ladera arriba la roca
que se ha vuelto a caer, la Armada ha tenido que reemprender la caza del narco
después de su espectacular e inverosímil fuga de prisión en julio por un túnel de
kilómetro y medio de largo. Según las últimas noticias, un cuerpo de marinos de
élite desplazado desde México DF rastrea desde hace días las sierras de Sinaloa
y Durango, feudos inexpugnables del cártel, para encontrar al capo mayor.
La novedad la ha dado el Gobernador de
Sinaloa, Mario López Valdez. "Sabemos que hay un operativo dirigido por
fuerzas especiales que vienen directamente de la Ciudad de México. Ustedes ya
saben detrás de quién andan", dijo el miércoles en una rueda de prensa. ¿El
objetivo es El Chapo?, le preguntaron. "Sí, señor".
Los marinos aprietan la quijada. Han
sitiado 13 pueblos y 250 vecinos han sido desplazados de sus casas, según
autoridades locales. Los relámpagos de la Armada en busca de narcos son motivo
de queja en la sierra. En un recorrido de este diario en julio por el municipio
de Badiraguato, donde nació Joaquín Guzmán, los paisanos protestaban por los
operativos: hablaban de helicópteros y furgones blindados irrumpiendo en los
pueblos en tromba, cercándolos durante horas y hostigándolos para que dijesen
algo sobre "los señores". Porque El Chapo no es el único. Otros dos
gángsters sinaloenses están en la mirilla de la Marina y de Washington: Rafael
Caro Quintero, liberado por la Justicia mexicana en 2013 pero reclamado luego
con rabia por Estados Unidos, pues es culpable del asesinato de un agente de la
DEA en 1985, y El Mayo Zambada, compadre de Guzmán, supuestamente con tanto
poder como él dentro del cártel de Sinaloa y con una característica mítica: en medio
siglo moviendo droga nunca ha sido arrestado.
La zona geográfica donde se rastrea al
Chapo y compañía es conocida como el Triángulo Dorado por sus óptimas
condiciones orográficas y climáticas para el cultivo de marihuana y amapola.
Tres Estados del norte de México conforman el área: Sinaloa al oeste, Chihuahua
al norte y Durango hacia el sureste. Justo en el vértice del Triángulo está el
poblado donde nació Guzmán, La Tuna, que ya en 1975 fue objeto de un
contundente operativo del Ejército. En aquel tiempo el actual rey de la droga
era un simple meritorio del narcotráfico.
Se supone que en la noche del 11 de
julio, cuando se escapó de una prisión de máxima seguridad cercana a México DF,
Guzmán fue trasladado por sus hombres en coche al Estado de Querétaro y desde
allí lo llevaron en avioneta a algún punto de Sinaloa, más de 1.000 kilómetros
al norte. Distintas informaciones lo han situado desde entonces en lugares del
territorio sinaloense como Mazatlán, la ciudad costera donde lo detuvieron en
2014, o Los Mochis. Pero ahora los marinos estrechan el cerco en la sierra, la
cuna de su imperio, donde mil ojos de sus paisanos velan por el Señor.
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