CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- Jorge Mario Bergoglio llegará a San Cristóbal de las Casas la mañana del 15 de febrero procedente de la Ciudad de México, vestirá una ornamenta elaborada por mujeres chiapanecas y leerá textos litúrgicos en Tzeltal y Tzotzil. Chiapas será testigo de un evento histórico: 100 mil indígenas se reunirán para ver a un Papa jesuita.
Durante su visita al sureste mexicano, el máximo jerarca de la iglesia católica compartirá la mesa con ocho indígenas: Sebastián López, sacerdote tzotzil; Aída Pérez, religiosa tzeltal; Teófilo Pérez, seminarista tzotzil; Victoria Ruiz, joven tzotzil; Carlos Aguilar, catequista tzeltal; Dominga Sántiz, catequista tzeltal; Miguel Montejo, diácono permanente ch'ol y su esposa, María Trujillo, de la misma etnia.
Bendecirán y comerán pollo con champiñones, arroz blanco hervido y sin condimentos, mientras que la bebida será agua baja en sales.
Al término de la única comida pública que realizará el pontífice durante su visita a México, el Papa acudirá a la catedral de San Cristóbal. Ahí, visitará la tumba del último teólogo de liberación mexicano, ícono del indigenismo católico, el obispo, Samuel Ruiz García, “El Tatic”.
Con lo que, según analistas, Jorge Mario Bergoglio rinde tributo y enaltece la pastoralidad de Samuel Ruiz como ejemplo de una generación de obispos que busca promover en México y en el mundo.
“No es casual la visita a Chiapas”
Para el especialista en religión, Bernardo Barranco, no es casual que el Papa visite la tumba de Samuel Ruíz. Con su visita a Chiapas, su encuentro con el indigenismo “va a reivindicar, va a revaluar el papel de un obispo, que hasta hace poco era devaluado y minimizado. Francisco está reivindicando el papel social de la iglesia”.
En entrevista con LA SILLA ROTA, Barranco hace un comparativo entre el papa Francisco y Samuel Ruíz. Coincide en que ambos estaban “altamente comprometidos con el pueblo pobre y con las injusticias”.
Don Samuel, como le llama, “fue un obispo indigenista, un pastor que se comprometió de manera muy decisiva con las causas de identidad, con la cultura, y sobretodo, con las injusticias hacia los indígenas mexicanos.
Reconoce que Samuel Ruíz fue muy criticado por la clase política, durísimamente por los medios de comunicación y por los mismos cardenales.
Hoy por hoy, según Barranco, Francisco busca que la Iglesia católica deje de lado la agenda moral y comience a tener un mayor compromiso social, como son: los derechos humanos, la justicia, lo que sea por los pobres o los indígenas.
En el mismo sentido, Fred Álvarez, politólogo, economista y sociólogo, asegura que la verdadera noticia es que el papa Francisco haya decidido visitar la tumba del obispo Samuel Ruiz.
En un artículo publicado en LA SILLA ROTA el pasado 28 de enero, Álvarez destaca su trabajo como padre de los indígenas chiapanecos y hace énfasis en las declaraciones del mismo obispo Felipe Arizmendi, quien aseguró que hubo gente que no estuvo de acuerdo en la visita de Francisco a la selva lacandona.
“No dijo el obispo quién o quiénes se opusieron a esa visita, quizá fue el gobierno o algunos obispos de la CEM. Lo que sí sabemos es que la decisión de ir a San Cristóbal fue del mismísimo Papa, y nadie le dijo que no”.
Aunque él mismo reconoce no estar seguro si el papa Francisco y Samuel Ruiz se conocieron, “lo seguro es que Bergoglio desde Buenos Aires le dio seguimiento al trabajo pastoral de Ruiz García”.
“Qué curioso que cuando don Samuel murió el Papa era Benedicto XVI, y que yo recuerde no mandó ni siquiera un telegrama por su deceso. Hoy otro Papa, le rendirá un tributo”.
El sacerdote de los indígenas
“El Tatic”, como lo llamaban (padre en lengua Tzotzil), luchó por los indígenas mexicanos y centroamericanos sometidos por la marginación hasta su muerte en enero de 2011.
Samuel Ruiz, idolatrado por el pueblo, rechazado por la cúpula católica y necesitado por el Estado. Fue nombrado Obispo de Chiapas el 14 de noviembre de 1959 por el entonces papa Juan XXIII, Ángelo Giuseppe Roncalli, conocido como ‘el Papa bueno’.
Falleció siendo obispo emérito de San Cristóbal de las Casas en un hospital de la Ciudad de México en el que murió por una deficiencia cardiaco-respiratoria y una prolongada diabetes. Sus restos fueron trasladados a la Catedral de San Cristóbal en donde fue sepultado.
Nació en Irapuato, Guanajuato, estudió en León y más tarde en Roma, el 25 de enero de 1960, a los 35 años, se convirtió en el obispo más joven de México.
Durante cuatro décadas llevó la iglesia católica a las culturas indígenas, leyó el Evangelio para tzotziles, tzeltales, ch’oles, toj’olabales, catchiqueles y lacandones, y rindió su homilía siempre con un sentido humanista y respeto a su cultura.
En 1974 fue su primera gran intervención, al participar en la organización del Congreso Indígena, celebrado en San Cristóbal de Las Casas, donde se denunciaron los principales problemas y hostigamientos del Ejército contra las comunidades autóctonas.
Pero su saltó a la fama mediática se dio cuando fungió como interlocutor para el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo Ponce de León con la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a través de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) en 1994.
Años más tarde, también fungió como interlocutor entre el presidente Felipe Calderón en la Comisión de Mediación (COMED) con la guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR), en Oaxaca el 25 de mayo del 2007, cuando el grupo armado demandó la presentación con vida de dos de sus militantes.
Sin embargo, a pesar de su trabajo de evangelización y su capacidad de mediador en los conflictos políticos-sociales, su Teología de la Liberación, así como su afición y respeto por las culturas indígenas, le generó conflictos con religiosos, medios de comunicación, políticos e intelectuales, quienes con frecuencia acusaron a Samuel Ruiz como causante de la insurrección.
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