8 mar 2016

El papa Francisco en México/Fred Alvarez Palafox


El papa Francisco en México/Fred Alvarez Palafox
Crítico, bondadoso y hasta regañón.
Publicado en la revista mensual "Código Topo" de Excelsior, que dirige Jorge Fernández Menéndez; pags. 20 a la 26. 
 “La noche nos puede parecer enorme.
muy oscura.
Pero en estos días, he podido constatar
que en este pueblo
existen muchas luces
que anuncian esperanza…“Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio más conocido como el papa Francisco –por el fundador de la Orden franciscana y su amor por los pobres- , estuvo en México durante seis días, en lo que fue el décimo segundo viaje de su pontificado, quizá el más importante y que va a marcar su vida; hay mucho escrito sobre ello, por lo que intentaré hacer un recorrido de la visita pastoral del papa jesuita.
Rescatar y precisar algunos puntos que se pudieran perderse la vorágine de información; de entrada, la visita cumplió con las expectativas que se planteó el papa jesuita. Los datos duros que ofreció la conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) nos ayudan sobre todo a dar un panorama de lo que sucedió en ese tiempo. 

Fue una agenda intensa para un hombre de casi 80 años; llegó puntual a todas las citas, desde su llegada al aeropuerto internacional Benito Juárez de la Ciudad de México la tarde noche del viernes 12 de febrero hasta su partida la tarde noche del miércoles 17 de febrero de 2016 del  internacional Abraham de Ciudad, Juárez , Chihuahua.
Esta visita pastoral  -y política, también- no sólo será recordada por los duros discursos –homilías- contra la violencia, la trata de personas, los  desaparecidos, el crimen organizado y sobre todo por la discriminación a indígenas (que ofreció en San Cristóbal de las Casas), sino también por peculiares momentos -algunos de ellos conmovedores- que quedaron grabados en la memoria de las y los mexicanos y de millones de personas que siguieron de cerca las actividades del Pontífice, numero 266, el primer papa americano y jesuita en la historia.
En Cuba y en Palacio Nacional
Su llegada estuvo precedida de su encuentro de dos horas en La Habana, Cuba, con el patriarca ruso de la iglesia ortodoxa, Vladímir Mijáilovich Gundiáyev, más conocido como el Patriarca Kiril  o Santísimo Patriarca de Moscú y de toda Rusia. El encuentro largamente esperado fue posible gracias a la intervención personal de Raúl Castro Ruz, no cabe duda que favor con favor se paga- :  “Finalmente nos encontramos, somos hermanos”, dijo Francisco a los medios. Ambos líderes religiosos firmaron un documento de 30 puntos que unirá al cristianismo.
El encuentro es histórico, ya que ningún papa se había reunido con un Patriarca de Moscú en casi 1000 años, desde el cisma de Oriente, ocurrido en julio del año 1054.
“Con Kiril, mi hermano, nos abrazamos y besamos, y luego tuvimos un coloquio de dos horas, en el que hablamos como hermanos, sinceramente: nadie sabe de qué hablamos, dijo el papa.
Todos los discursos del papa fueron congruentes y tuvieron una lógica a raíz de los lugares donde estuvo. Así en Palacio Nacional se comportó como jefe de Estado y en todo los demás fue un pastor que se reúne con sus fieles.
Más allá de los datos duros hay varios momentos de la visita papa que fueron clave desde mi punto de vista. 
El encuentro en Palacio Nacional fue un mensaje directo, el papa no habló de más ni de menos. Sabía a lo que iba, y con quienes se encontraba: a demás esta visita no era ni oficial, ni de Estado –aunque aceptó recibir el trato con el protocolo de Jefe de Estado. En primer lugar, fue un momento histórico, ya que Bergoglio se convirtió en el primer papa en ingresar al Palacio Nacional, ahí expresó sus primeras palabras “Vengo como misionero de paz y misericordia”, quien también denunció que los privilegios llevan a la corrupción y el narcotráfico. 
La nota en algunos medios fue que algunos gobernadores besaron el anillo del Pescador como si fuera pecado:¡ se violentó el Estado laico, gritaron muchos!, principalmente en las redes sociales. 
Peléense, pero de frente, no por debajo de la mesa. 
Al salir del Palacio Nacional, se dirigió con sus hermanos obispos y les habló duramente, para muchos fue un regaño; "si tienen que pelearse, ¡peléense!, si tienen que decirse cosas, ¡díganselas, pero como hombres en la cara!, como hombres de Dios que van a hablar juntos y discernir juntos, y si se pasaron de la raya ¡a pedirse perdón!". 
A 134 obispos mexicanos les leyó –una vez más- la cartilla. Ese fue el discurso más largo en toda su gira. Todo mundo pensamos que sería privado, pero fue trasmitido por televisión. 
Ahí los invito a esa “conversión pastoral” que es el centro de su Pontificado. “No son los acuerdos con los poderosos de la tierra, los apoyos del gobierno, ni la ayuda económica de los magnates católicos lo que refuerza a la Iglesia”. En sus miradas —dijo Francisco a los obispos— “el pueblo mexicano tiene el derecho de encontrar las huellas de aquellos que han visto al Señor. Solamente una Iglesia capaz de proteger el rostro de los hombres que van a tocar a su puerta, es capaz de hablarles de Dios. Si no desciframos sus sufrimientos, si no nos damos cuenta de sus necesidades, no podremos ofrecer nada. La riqueza que tenemos fluye solamente cuando encontramos la poquedad de aquellos que mendigan y, precisamente, tal encuentro se realiza en nuestro corazón de Pastores” 
¡El mensaje caló fuerte! Qué cada quien lo interprete a su modo... 
  La visita a la Basílica. 
Por la tarde de ese sábado 13 de febrero, acudió a la tan esperada visita que hizo a la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y América. De hecho esa visita fue el principal objetivo de estar en la Ciudad de México, más allá de la visita a Palacio Nacional.
Francisco tenía emoción de estar en ese lugar sagrado y sobre todo el dejarse mirar por la Virgen de Guadalupe; pensamos que sería un encuentro privadísimo pero todo mundo lo pudimos ver. Se reunió más tiempo con la imagen que con el mismo presidente Peña Nieto.   En ese lugar el papa jesuita rezó a solas frente al ayate de Juan Diego. Estuvo en la bóveda durante 20 minutos, tiempo en el que los 35, 366 asistentes a la basílica guardaron silencio sepulcral, con excepción de los comentaristas de TV que se encontraban presentes cubriendo el acto. 
La nota para muchos medios fue que el presidente asistió con su familia y sobre todo que comulgó. En efecto, hay una foto donde el fiel católico Enrique Peña Nieto, recibe la hostia a manos de unos de los sacerdotes. También estuvieron presentes distintos gobernadores, a quienes no vimos comulgar. 
Una vez concluida la misa, el presidente acompañado de su esposa Angélica Rivera se acercó al papa, le dirigió algunas palabras y se despidió de él. 
Con todo respeto no hubo ninguna violación a la ley, en todo caso los legisladores deben armonizar la constitución, sobre todo los artículos 1, 24 y 40, 129 y 130 constitucional, y de paso reglamentar las últimas reformas de junio de 2011, sobre todo el 24 que dice que “Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política. “
En esa reforma se menciona que se reconoce la libertad de religión conforme a los tratados de derechos humanos vigentes en México, que comprende manifestar la religión en forma individual o colectiva, en público o en privado. Nuestros legisladores, lo que hicieron aquí sólo fue armonizar la legislación con las otras reformas constitucionales en materia de derechos humanos. Además, es claro el precepto 29 constitucional, que estableció el mandato fundamental de que no pueden restringirse en forma y modo alguno las libertades de pensamiento, de conciencia y de profesar creencia religiosa alguna.
En el Estado de México
El día siguiente estuvo en el Centro de Estudios de Ecatepec, Estado de México. Fue la misa más concurrida, participaron más de 300 mil fieles, afuera del lugar se quedaron miles y miles de gentes no tenían boleto para entrar al predio resguardado por un fuerte dispositivo de seguridad a cargo del Estado Mayor Presidencial (EMP), por cierto, el general Roberto Miranda Moreno, delegó la seguridad del papa en el brigadier Francisco García Fierro y en su colega el general Gumaro Cabrera Osorio, subjefe de logística.
Como era domingo, tocó el rezo del Ángelus. Ahí Francisco alentó a los mexicanos a hacer de esa nación una “tierra de oportunidad”.  “Quiero invitarlos hoy a estar en primera línea, a primerear en todas las iniciativas que ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad. Donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de pocos. Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”. 
Ese día comió con jóvenes seminaristas el Seminario diocesano de Ecatepec, a quienes les dijo: “Que todos los que en esta casa se preparan al presbiterado tengan presente siempre a Jesucristo, el Señor y a su Madre Santísima. Que ellos los preparen para ser pastores del pueblo fiel en Dios y no ‘clérigos de Estado’. Francisco”.
Y por la tarde acudió al Hospital Infantil de México Federico Gómez en la colonia doctores de la Ciudad de México. Ese encuentro con enfermos fue conmovedor, primordialmente cuando una jovencita le preguntó al papa si le autorizaba darle un regalo, y éste fue una melodía: “El Ave María de Schubert“. 
Jorge Mario Bergoglio dedicó el tiempo suficiente para escuchar la melodiosa voz de la joven, después de haber compartido y abrazado a otros infantes enfermos. 
¡Mucha gente que vio la escena, se le salieron las lágrimas, pegó fuerte! 
  La estancia en Chiapas. 
La visita que hizo a Chiapas, y en particular a San Cristóbal de las Casas estuvo cargado de magia y mucha emoción: fue un encuentro inédito. 
El servicio religioso por su colorida vista, me evocó al cuento de las 1001 noches; el altar dispuesto para la ocasión es una reproducción de la catedral de San Cristóbal y en él se pudo o comprobar la belleza de los ornamentos litúrgicos preparados por los indígenas con sus típicas decoraciones geométricas de pirámides, flores, animales, y un largo etcétera. 
El papa  utilizó una Mitra, casulla y el báculo con motivos indígenas y en lugar de usar el incensario común empleó un sahumerio de barro. 
En el inicio de la homilía, el Pontífice recordó el salmo responsorial que se proclamó en la celebración, “la ley del Señor es perfecta”. “Esa es la ley que el Pueblo de Israel había recibido de mano de Moisés, una ley que ayudaría al Pueblo de Dios a vivir en la libertad a la que habían sido llamados”, indicó. 
Francisco alabó a la relación que los pueblos indígenas tienen con la naturaleza y recordó que muchas veces no han sido comprendidos por la sociedad. Ahí en su tierra les pidió perdón por tantos años de exclusión y discriminación: “muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos (indígenas) han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones (...) ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!”, manifestó. 
Especial fue también el momento cuando el Papa citó un texto del Popol Vuh —libro sagrado maya— para hacer énfasis al anhelo indígena de libertad. 
La primera lectura fue leída en Ch´ol, el salmo en Tzotzil y castellano, el Evangelio en Tzeltal y el Padre Nuestro fue cantado en Tzotzil.  
Antes de concluir la Eucaristía se realizó una alegre danza ritual que fue acompañada por todas las personas asistentes con alegría y sobriedad. El servicio religioso contó con un coro de 350 niños tzotzil de la comunidad de Acteal y unos 200 mariachis tzotziles, así como dos bandas de niños de la comunidad mixe de Oaxaca. Además, al final de la Misa, el Papa entregó el decreto de autorización del uso de lenguas indígenas en la liturgia. 
Después de la Misa y antes de abandonar el lugar, algunos representantes de las comunidades indígenas agradecieron a Francisco su cariño y atención. 
 “Gracias por la confianza de estar con nosotros, por aumentar nuestra fe en Dios, por la forma en que nos enseñas. Aunque muchas personas nos desprecian, tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta, como la Virgen de Guadalupe a San Juan Dieguito”, dijeron. 
Como regalo le dieron la Biblia traducida al tzeltal y tzotzil, traducción hecha por sus hermanos jesuitas, ahí estaba el padre Maurer. 
Ese día después de la liturgia el papa comió y charló con Sebastián López López, sacerdote tzotzil, Aída Pérez Jiménez, religiosa tzeltal y varias personas más pertenecientes a comunidades indígenas y pertenecientes a distintas órdenes diocesanas Comieron arroz blanco, pollo con champiñones y verduras al horno; alimentos preparados por  María Socorro Arizmendi, Flor Reyes Aparicio y el obispo Enrique Díaz. 
Después de la comida, el papa fue a ver y orar a la  tumba de Samuel Ruiz García, el denominado “Tatic“ algo que nadie hubiéramos imaginado hace años. Con ello, Bergoglio eleva al obispo guanajuatense camino a los altares. 
 Tuxtla. 
Más tarde el papa abordo un helicóptero con rumbo al estadio Víctor Manuel Reyna, en Tuxtla Gutiérrez, a un encuentro dedicado a la familia. Mons. Fabio Martínez en nombre de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez dio la bienvenida al Pontífice visiblemente emocionado: “Santo Padre, su presencia nos invita a hacer de nuestras familias nuestro tesoro y nuestro reto en el amor de cada día “, acotó.
Bienvenido, mensajero de la buena noticia de la familia, le dijo y de inmediato tres mujeres le ofrecieron como regalo una estola artesanal como ofrenda del trabajo en la diócesis con rostros de niños nacidos desde el año 2000.
Había en el lugar alrededor de 45 mil personas.
Acto seguido el papa escuchó las palabras de Francisco Xavier Chabola, responsable de la comisión de la familia de la CEM, quien presentó a cuatro familias que ofrecieron su testimonio: i) la primera de ellas la familia Morales Montoya, habló a su nombre Manuel, de catorce años y que sufre distrofia muscular, explicó al Papa su situación y dijo que “le echo ganas“, con mucha alegría, a pesar de su enfermedad, para salir a invitar a los jóvenes a conocer a Dios; ii) siguió el turno de la familia Hernández Robledo, y habló en su nombre Menelio: “Mi esposa, mis hijos y yo hemos venido acompañando a mis padres que han vivido más de 50 años juntos“; el tercer testimonio fue el de la familia de Humberto Gómez Espinosa y Claudia Castillo Leal, que es una pareja de divorciados que se han vuelto a casar: “sentíamos que no teníamos un lugar“ en la Iglesia, por lo que entraron a un grupo para divorciados vueltos a casar y allí, indicó recibieron acogida y misericordia; y el cuarto y último testimonio fue de una madre soltera con sus hijos, Beatriz narró su historia caracterizada por la violencia y la pobreza, y reconoció que en la adolescencia tuvo hijos sin estar casada, subrayó que “siendo enfermera, se me ofreció la oportunidad de abortar, pero Dios me permitió no atentar contra la vida de mis hijos, a pesar de las dificultades.“
La nota fue “la pareja de vueltos casar”, quienes habían  “vivido en el pecado”, a ellos como a los demás, el papa Francisco los abrazó y los bendijo.  
A mí me hubiera gustado –pero es mucho pedir- ver a familias de lesbianas y homosexuales, muchos de ellos son católicos practicantes y son discriminados por los curas de los templos sobre todo de diócesis conservadoras.  Ese un asunto que se discute en Roma...Para muchos el tema causa escozor, el papa argentino avanza con mucha cautela. No es fácil.
El enojo en el estadio de Morelia, Michoacán 
En Morelia el papa habló a los jóvenes de la verdadera riqueza de México. A ellos propuso y ofreció testimonio de la amistad de Jesús, que “nos llama amigos y que nunca nos invitaría a ser sicarios ni nos mandaría a morir”.  
En ese lugar hubo un exabrupto de un fiel, que casi lo tira al suelo. Los medios le dieron vuelo al asunto. ¿Cómo fue? 
Al concluir el encuentro la que asistieron 85 mil jóvenes, el papa Francisco se acercó a ellos, quienes ansiosos querían saludarlo. Mientras le daba un rosario a uno de ellos, el joven lo jaló y provocó que Bergoglio casi cayera sobre un muchacho con discapacidad, lo que generó su enojo. Las cámaras de televisión captaron el momento en el que Francisco se molestó con el feligrés y le decía “¿Qué te pasó? ¡No seas egoísta, no seas egoísta!" con gesto firme y sacudiendo la mano, mientras personal de seguridad trataba de protegerlo. 
El episodio visto por los miles de jóvenes en las pantallas gigantes del estadio “José María Morelos y Pavón”, hizo que una de las animadoras del encuentro pidiera compostura a los asistentes. “Les pedimos muchachos que tengan cuidado. El papa Francisco nos quiere saludar, pero si nos amontonamos difícilmente lo podremos hacer”. “Tengamos calma y él pasará por nuestro lugar”, agregó. 
Al respecto, recordaré una anécdota que sucedió al final del 2015 cuando el Papa Francisco recibió en audiencia a más de seis mil niños cantores de coros religiosos de diversos países y bromeó con ellos, y uno de ellos le pregunta directo: “¿alguna vez se enoja?” La respuesta fue “Sí, me enojo pero no muerdo; y recuerdo cuando yo hago enojar. Enojarse hace mal a uno mismo, envenena. Hay gente que tiene el alma amarga, que todas las mañanas se lava los dientes con vinagre”.
Y abundó: “Vivir enojado es una enfermedad. Y el remedio es rezar más”  
Así que, seguramente el papa rezó por ese enojo y en silencio ofreció disculpas al fiel que lo jaloneó. 
Ciudad Juárez y Donald Trump
Fue a ese lugar, en primer lugar, para abrazar y dar consuelo a un grupo representativo de los casi 250 mil internos que hay en las más de 400 cárceles del país. 
Bendito sean los pies que vienen en el nombre de Dios, dijo Evila Quintana Molina, quien fue la encargada de dar el recibimiento y emitir testimonio en representación de los internos. La interna conmovió a todos en cárcel de Juárez cuando dijo.: “Santo Padre, Francisco, es para mí un honor ser la voz que representa los miles de hombres y mujeres que nos encontramos tras los muros y rejas de una prisión enfrentando procesos o cumpliendo alguna sentencia que por errores o malas decisiones cometidas en el pasado nos trajeron a este lugar”. 
 El día que me dieron mi sentencia –subrayó- alguien me dijo, ya no te preguntes más “¿Por qué estás aquí?” Mejor pregúntate “¿Para qué estás aquí?”  
 El papa le respondió. "Cuando entro a una cárcel, me pregunto, Señor, ¿Por qué ellos y no yo? Es un misterio de la Misericordia Divina. Les hablo de la experiencia de mis propias heridas y pecados que el Señor quiso perdonar (...) pero también les pido a ustedes que en esta oración de silencio agrandemos el corazón para poder perdonar a la sociedad que no supo ayudarnos y que tantas veces nos empujó a los errores. Que cada uno pida a Dios, desde la intimidad del corazón, que nos ayude a creer en su misericordia...” 
Antes de partir fue emocionante ver al papa abrazar y orar con dos internos durante más de un minuto de silencio; la imagen es elocuente.  En el vídeo se observa a las personas cuando conmovidos y con lágrimas en los ojos, tomaron de las manos al papa jesuita; e arrodillaron seguramente para pedir perdón por sus pecados -delitos- y la bendición. El papa no solo los bendijo, sino que oró con ellos.
En el encuentro participaron 700 internos y 250 familiares, además de  50 miembros de la pastoral penitenciaria, así como 50 personas de la fiscalía responsable de las penitenciarías de Chihuahua. 
Ciudad Juárez, la última e intensa mirada del viaje papal. 
Más tarde se despidió con un servicio religioso muy emocionante, no fue tan grande como el de Ecatepec, pero con un enorme significado. 
La homilía era esperada. El tema era hablar de la migración y de las leyes injustas; de la tragedia de migrantes hombres y mujeres pobres que no quieren ir a la frontera por gusto. Como lo dijo días antes en Ecatepec… “Donde no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar “. 
La imagen del papa sobre una plataforma coronada por una enorme Cruz negra, a pocos metros del Río Bravo y de la valla metálica que separa Ciudad Juárez de El Paso, Texas en una de las fronteras más militarizadas del mundo, es un testimonio fuerte de lo que ahí ocurre todos los días.
El periodista Juan Omar Fierro, escribió una crónica para el periódico El Universal, y analogía de Juárez con Nínive es elocuente:  “Ciudad Juárez se convirtió en la bíblica ciudad de Nínive en palabras del papa Francisco. Condenada a la autodestrucción por la violencia de sus habitantes, Juárez-Nínive fue la parábola perfecta para que el Pontífice enviara un mensaje sobre el resurgimiento de la ciudad que en los años 2010 y 2012 fue considerada la más violenta del mundo. 
Le reconoció a los juarenses la virtud del arrepentimiento para poder corregir el rumbo y mejorar su propia seguridad, pero también se valió del dolor que sufrió Ciudad Juárez para hacer una defensa de los migrantes a ambos lados de la frontera y para llamar a la sensibilidad ante el dolor del otro. “
El mensaje estaba viéndose en vivo por millones de personas y sobre todo por la población de EU.
Dijo el papa sobre la migración en su homilía: 
“Aquí en Ciudad Juárez, como en otras zonas fronterizas, se concentran miles de migrantes de Centroamérica y otros países, sin olvidar tantos mexicanos que también buscan pasar al otro lado. Un paso, un camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio de tráfico humano, de la trata de personas. 
Esta tragedia humana que representa la migración forzada hoy en día es un fenómeno global. Esta crisis, que se puede medir en cifras, nosotros queremos medirla por nombres, por historias, por familias. Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres. No sólo sufren la pobreza, sino que además tienen que sufrir todas estas formas de violencia. Injusticia que se radicaliza en los jóvenes, ellos, carne de cañón, son perseguidos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas. ¡Y qué decir de tantas mujeres a quienes les han arrebatado injustamente la vida! “ 
En ese momento la voz del papa se escuchó fuertemente allende la frontera: “¡No más muerte ni explotación! Siempre hay tiempo de cambiar, siempre hay una salida, siempre hay una oportunidad, siempre hay tiempo de implorar la misericordia del Padre”. 
Nada que ver con las propuestas del casi seguro candidato republicano Donald Trump, que propone kilómetros de muro y deportaciones de millones de migrantes ilegales. Por cierto, el papa le dijo que quien levanta muros “no es cristiano”. En respuesta, el millonario estadounidense consideró una “desgracia” que un líder religioso cuestione su fe cristiana. En un comunicado señaló Trump. “Ningún líder, especialmente un líder religioso, debería tener el derecho de cuestionar la fe o religión de otro hombre”. Después dijo que el papa había sido engañado por el gobierno de México, y pidió paz.
Un día después le bajo de tono al subrayar que no le gusta pelear con el papa. En un Foro Presidencial Republicano en Carolina del Sur, organizado por CNN, dijo: "Me gusta su personalidad; me gusta lo que representa". Y agregó que “el papa era una "persona maravillosa" y dijo que la prensa era la responsable del drama de ese día. "No creo que esta sea una pelea", dijo Trump. "Creo que él dijo algo mucho más suave de lo que fue reportado originalmente por la prensa". Y añadió que se reuniría con el papa "cuando él quiera".
Ante ello, Federico Lombardi vocero papal dijo que el papa no estaba hablando específicamente de Trump cuando dijo que una persona que favorece erigir muros entre países no es cristiana. Trató de aclarar el asunto al decirle a la radio del Vaticano que los comentarios del papa "de ninguna manera fueron un ataque personal ni una sugerencia de cómo votar".  
Con todo respeto a Lombardi, aunque el papa no lo mencionó, el reportero que le hizo le pregunta si., pero entendemos que no se quieren meter en el proceso electoral de EU, donde la religión juega un papel preponderante. 
 Creo que el papa lo hubiera respondido con una cita bíblica…“Perdónalo señor porque no sabe lo que dice…” Me extraña del papa quien apenas recomendó no hablar con el Diablo. 
 El tema quedó ahí, de momento. 
 Hubo algunas reacciones. Por ejemplo el filósofo católico Michael Novak,  dijo que el papa lanzó un cerillo dentro de un pajar, y que en efecto, la reacción de Donald Trump “fue estúpida. Peor que en medio de la campaña electoral, podría provocar dos fracturas: una entre los católicos liberales y los católicos conservadores, y otra entre los católicos que se ponen de su lado y los protestantes que eligen a Donald, aunque muchos lo desprecian. Ya su misma comunidad presbiteriana lo desconoce y desprecia. 
 “A nivel teológico —comenta Novak— el papa tiene razón: los cristianos deben construir puentes, como dice el mismo nombre con el que llamamos al Pontífice. Yo soy hijo de migrantes, y América debe seguir recibiéndolos. El problema que tenemos hoy es el del proceso legal con el que llegan “. 
Novak cree que “la mayor parte de las personas (en EU) se podrá de la parte de Trump”. 
 Yo pienso distinto en EU hay más de 60 millones de católicos, la mayoría de origen hispano, y están presentes en ambos partidos. Pero todavía falta para el primer martes de noviembre.
La despedida
Lo último de su viaje fue poético. Nos recordó a Octavio Paz... 
Dijo el papa al despedirse, que el pueblo mexicano no se puede explicar, y que hasta los criminales hicieron un pacto de no agresión mientras él estuviera en la Ciudad. 
Al dar las gracias por haber realizado esta visita pastoral el papa subrayó que México es una sorpresa, y leyó un poema “Hermandad del poeta Octavio Paz que dice: 
“Soy hombre: duro poco y es enorme la noche. 
Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben. 
Sin entender comprendo: también soy escritura 
Y en este mismo instante alguien me deletrea“ 
Y agregó “tomando estas bellas palabras, me atrevo a sugerir que aquello que nos deletrea y nos marca el camino es la presencia misteriosa pero real de Dios en la carne concreta de todas las personas, especialmente de las más pobres y necesitadas de México. 
Y parafraseo a Paz: 
La noche nos puede parecer enorme  
y muy oscura,  
pero en estos días  
he podido constatar que en  
este pueblo existen muchas luces  
que anuncian la esperanza...” 
Reconoció Francisco que en esos seis días le emocionaron mucho que incluso estuvo a punto de llorar... “Muchos hombres y mujeres a lo largo de las calles  cuando pasaba levantaban sus hijos, me los mostraban. Son el futuro de México, cuidémoslos, amémoslos. Esos chicos son profetas del mañana, son signo de un nuevo amanecer y les aseguro que por ahí en algún momento sentía como ganas de llorar al ver tanta esperanza en un pueblo tan sufrido”. 
A muchos – me consta- les salieron las lágrimas. 
Ya de regreso a Roma en el avión de AM les dijo el papa Francisco a los periodistas  
 “...Quiero decir también una cosa justa sobre el pueblo mexicano. Es un pueblo de una riqueza muy grande. Es un pueblo que sorprende. Tiene una cultura milenaria.  
Es un pueblo de una gran fe, aunque ha sufrido persecución religiosa, hay mártires. 
A un pueblo no se lo puede explicar simplemente porque la palabra pueblo no es una categoría lógica, es una categoría mítica.  
El pueblo mexicano no se puede explicar, esta riqueza, esta historia, esta alegría, esta capacidad de hacer fiesta en estas tragedias de las cuales ustedes me preguntaron. 
 Yo no puedo decir otra cosa que esta unidad, que este pueblo haya logrado no fracasar, no terminar, con tantas guerras y cosas, cosas que suceden ahora, pero ahí en Ciudad Juárez había un pacto de 12 horas de paz por mi visita, después volverán a luchar entre ellos, los traficantes. 
Un pueblo que aún tiene esta vitalidad solamente se explica por Guadalupe, y yo les invito a estudiar seriamente el hecho de Guadalupe, dijo el papa a los 70 periodistas que lo acompañaron en esta décima segunda gira papal, una gira que seguramente marcó al papa argentino. 
Seguramente estará más al pendiente de las cosas que suceden. 
Excelente viaje de Francisco. El acercamiento con la gente no fue como se hubiera querido. Hay mucho que comentar sobre ello. Con todo respeto hubo un exceso de seguridad del Estado Mayor presidencial que no le permitió al papa estar más cerca de los católicos como hubiera querido. 
Desde mi óptica esta gira es la mejor de la su pontificado, lo marcó y jamás se olvidará de México y de los mexicanos, Ustedes tienen madre – la Virgen- dijo una y otra vez. 
Los seis días que el papa estuvo en México fueron una auténtica fiesta...Más de 50 millones de mexicanos lo vimos por televisión, otros tantos millones lo vieron en EU, y en el mundo en general. Las redes sociales se dieron vuelo. 
Tuvo reuniones privadas, pudimos saber del encuentro con jesuitas y miembros del Opus Dei, descubrimos que el papa también es adorador del santo Escriba de Balaguer.  A los jesuitas les pidió que trabajen por la causa de canonización del padre Pro, asesinado en el 1927 durante las persecuciones anticatólicas llevadas a cabo por el régimen anticlerical de Plutarco Elías Calles. Los jesuitas le regalaron una reliquia del religioso.
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El balance general de la visita
No todos estuvieron contentos con la gira del papa, hay algunos defensores de los derechos humamos, organizaciones sociales, sacerdotes y ex sacerdotes que fueron severamente críticos con el papa  Francisco. 
¿Por qué, cuál fue su pecado? 
No haberse reunido con los familiares de los desparecidos de Ayotzinapa, y de las víctimas de los delitos sexuales cometidos por sacerdotes.  
La razón por la que el papa no recibió a las víctimas las comentó a periodistas de la fuente a bordo del avión de Aeroméxico en su regreso a Roma. 
Le inquirió la reportera Marugenia Jiménez del periódico Milenio: 
-Santo Padre, en México hay miles de desaparecidos, el caso de los 43 de Ayotzinapa es un caso emblemático. Quisiera preguntarle: ¿por qué no se reunió con ellos? -, 
La respuesta fue la siguiente: “si Usted lee los mensajes hacía referencia continuamente a los asesinatos, a las muertes, a la vida cobrada por todas estas bandas del narcotráfico y traficantes de personas, o sea que de ese problema hablé, como una de las llagas que está sufriendo México”. 
 En efecto, si leemos detenidamente sus mensajes podemos encontrar, entre líneas, la preocupación del líder religioso por las víctimas. La primera vez que lo hizo fue la tarde del sábado 13 de febrero en la homilía de  la Basílica de Guadalupe, ahí reivindicó a las victimas sin decir nombres dijo. 
“En aquel amanecer de diciembre de 1531 se producía el primer milagro (…) En ese amanecer Dios despertó y despierta la esperanza de los pequeños, de los sufrientes, de los desplazados y descartados, de todos aquellos que sienten que no tienen un lugar digno en estas tierras. En ese amanecer, Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos…“ 
  Y recordemos que la primera vez que alzo la voz fue en la audiencia general que se celebra cada semana en la Plaza de San Pedro, aquel 29 de octubre de 2014, dedicó cuarenta palabras emitidas en 39 segundos: "Quisiera hoy elevar una oración y traer cerca de nuestro corazón al pueblo mexicano que sufre por la desaparición de sus estudiantes y por tantos problemas parecidos. Que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos orando en este momento”. 
  El audio y video se puede ver en este link. 
He seguido de cerca al papa y he aprendido a conocerlo.
Precisa el papa Francisco a la pregunta de la reportera de Milenio el por qué no los recibió. 
“Había muchos grupos, incluso contrapuestos entre ellos, con luchas internas, entonces yo preferí decir que en la misa los iba a ver a todos, en la misa de (ciudad) Juárez, o si preferían en alguna otra (en el servicio religioso de Ecatepec), pero que habría esa disponibilidad. Era prácticamente imposible recibir a todos esos grupos, que por otro lado también estaban enfrentados entre ellos, es una situación que es difícil de comprender para mí que soy extranjero, ¿verdad? 
 Pero creo que es una sociedad mexicana que es víctima de todo esto, de los crímenes, de descartar gente: es un dolor muy grande porque este pueblo no se merece un dolor como este”. 
Pero debemos decir que el papa supo que antes de su llegada al estadio Venustiano Carranza de Morelia, miles de sacerdotes, religiosos y seminaristas alzaron sus voces en un conmovedor conteo pidiendo justicia por los 43 estudiantes de la Escuela Rural de Ayotzinapa.
Estoy seguro que el papa Francisco habló del tema de los desaparecidos en su reunión con el presidente Enrique Peña Nieto la mañana del sábado 13 de febrero  
Respeto mucho las opiniones de sus críticos, pero el papa habló fuerte y calló cuando debía hacerlo. 
Debo decir que hasta antes de la misa de Juárez, -sin saber lo que iba a decir en el avión de regreso a Roma-, yo mismo hizo una crítica al papa en una entrevista a reporteros de la web La  Silla Rota, pero debo confesar que después que el papa incluyó el tema me tranquilizó.
Habló cuando él mismo los considero pertinente y sobre todo debido a la pregunta que le hicieron los reporteros de la fuente. Ante ello críticos dijeron que ni tuvo peso ya que lo hizo fuera de tiempo para “no molestar al gobierno de EPN“. 
Con todo respeto a ellos, lo importante es que lo hizo y no deja de ser contundente. Seguramente le dará seguimiento puntual.
He seguido de cerca al papa y he aprendido a conocerlo.


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