Los 100 primeros días de Obama/James L. Jones, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos
Publicado en EL PAÍS, 04/05/09;
Hace 100 días, Estados Unidos celebró la toma de posesión de su 44º presidente. Muchas personas en todo el mundo se unieron a nosotros para celebrar un acontecimiento histórico para el pueblo estadounidense y para todos los que creen que es posible la esperanza de un futuro mejor para ellos y sus hijos.
La emoción y el optimismo que, como estadounidenses, sentimos el 20 de enero no han hecho más que crecer desde entonces, incluso ante la seria crisis económica mundial, las noticias de un virus de la gripe y los intimidatorios desafíos del siglo XXI, como el terrorismo y la proliferación nuclear, el cambio climático y la pobreza, los conflictos duraderos y las graves enfermedades.
Estos desafíos no han sido causados por un país ni pueden ser resueltos por un país. Como dijo el presidente Obama ya en su segundo día en el cargo: “Por el bien de nuestra seguridad nacional y las comunes aspiraciones de las personas de todo el mundo, ahora ha de comenzar una era de nuevo liderazgo estadounidense en el mundo”.
Durante los primeros 100 días de su gobierno, el presidente Obama ya ha demostrado al mundo cómo será el nuevo compromiso de Estados Unidos.
En primer lugar, se ha comprometido a que él y su Gobierno llevarán a cabo una política exterior que garantice la seguridad del pueblo estadounidense y de nuestros amigos y aliados.
El compromiso mundial basado en los intereses y el respeto mutuos es el punto de partida de nuestra política exterior. Y aunque habrá circunstancias en las que un planteamiento así tal vez no tenga éxito, Estados Unidos estará dispuesto primero a escuchar y hablar con potenciales adversarios para promover nuestros intereses nacionales y los de la comunidad mundial que confía en Estados Unidos para liderar en los asuntos relacionados con la seguridad.
En los casos en los que sea inevitable un uso más patente de la fuerza, ningún adversario debe hacerse ilusiones en cuanto al resultado. Por eso continuaremos haciendo que nuestras Fuerzas Armadas sean las mejores del mundo y también las más admiradas y respetadas.
Para desarrollar nuestras estrategias de compromiso, y casi inmediatamente después de tomar posesión de su cargo, el presidente nombró a algunos de los diplomáticos de más talento de Estados Unidos para servir como enviados especiales y representantes: para la Paz en Oriente Próximo, para el Suroeste de Asia, para Sudán, para Afganistán y Pakistán y para el Cambio Climático. Este hecho sólo pone de manifiesto que en el siglo XXI las estrategias regionales estarán a la vanguardia de nuestra energía y nuestra atención enasuntos referentes a la seguridad nacional e internacional. Esto representa un claro reconocimiento de que debemos abordar el mundo como es hoy y no como era en el siglo XX.
Durante los últimos tres meses, la comunidad responsable de la seguridad nacional, por incluir a nuestros diplomáticos destinados en el extranjero, se ha dedicado a una diplomacia activa y eficaz para afrontar los muchos desafíos a los que nos enfrentamos. Hasta el momento, los resultados han sido alentadores, pero queda mucho por hacer.
El presidente Obama también ha dejado claro su compromiso para proseguir con un diálogo serio y positivo con las comunidades musulmanas de todo el mundo. Ésta es la razón por la cual concedió a Al Arabiya su primera entrevista televisada como presidente. También por eso dijo al pueblo y a los líderes iraníes que busca un nuevo diálogo sobre todo el espectro de asuntos que afrontamos, y habló de nuevas asociaciones para favorecer la educación, la asistencia médica y las oportunidades en su discurso ante el Parlamento turco. Y por eso ha dejado claro que Estados Unidos no está, ni estará nunca, en guerra con el islam.
En segundo lugar, hemos dejado claro que tenemos el propósito de frenar, desarticular y derrotar a Al Qaeda. En marzo, el presidente anunció los resultados de una revisión global de la estrategia para Pakistán y Afganistán que proporcionará los recursos que necesitamos para alcanzar nuestros objetivos, al tiempo que ayudará a los pueblos afgano y paquistaní a tratar de encontrar seguridad y más oportunidades.
En Estrasburgo, en el 60º aniversario de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el presidente recibió amplio apoyo internacional para su estrategia y un compromiso de nuestros aliados de la OTAN para crear un nuevo concepto estratégico con el fin de que la Alianza pueda llegar a ser más relevante para estar a la altura de los desafíos del siglo XXI.
Y en Bagdad, el presidente reiteró su compromiso de reducir responsablemente nuestras fuerzas para cumplir el Acuerdo sobre el Estatus de las Fuerzas negociado con el Gobierno de Irak, ayudando siempre a los iraquíes a asumir la responsabilidad de su futuro soberano.
En tercer lugar, el presidente Obama ha trabajado para concebir enfoques comunes de un amplio abanico de desafíos mundiales. En Londres ayudó a establecer un importante consenso sobre las medidas concretas para abordar la crisis económica internacional, como un nuevo marco regulador mundial, más ayuda para los países en desarrollo y un renovado compromiso con el comercio libre y justo.
En Praga lanzó una ambiciosa agenda para asegurar todo el material nuclear “sin control” en el mundo en cuatro años, invertir la corriente de la proliferación nuclear y luchar por un mundo libre de armas nucleares.
En cuanto a otros asuntos más cercanos, el presidente Obama ha reconocido nuestra parte de responsabilidad para abordar eficazmente la demanda de estupefacientes y el tráfico ilegal de armas y ha lanzado un nuevo plan para combatir la violencia relacionada con la droga a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
El presidente ha anunciado también el levantamiento de restricciones a las remesas y los viajes a Cuba por parte de los cubano-americanos y ha marcado un nuevo comienzo con nuestros vecinos de hemisferio ofreciendo cooperación en un amplio abanico de asuntos en la Cumbre de las Américas.
El presidente también ha trabajado eficazmente con organizaciones multilaterales. En las últimas semanas, Estados Unidos ha congregado a sus aliados y a la comunidad internacional en respuesta al lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte y está aumentando los esfuerzos internacionales para combatir la piratería frente a la costa de Somalia.
Además, Estados Unidos ha señalado su intención de liderar en otras iniciativas también importantes de gran trascendencia para nuestro planeta para promover asociaciones relacionadas con la energía limpia y el cambio climático, comenzando por la primera sesión preparatoria del Foro de Grandes Economías sobre la Energía y el Clima.
Y por último, el presidente Barack Obama ha rechazado como falsa cualquier elección entre la seguridad y los ideales de Estados Unidos. En su primer día en el cargo ordenó el cierre del Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo en el plazo de un año, prohibió las medidas elevadas de detención y dejó claro, sin excepción ni equívoco, que Estados Unidos apoya plenamente la Convención de Ginebra y ni practica ni aprueba la tortura. En este caso también se espera que lideremos con el poder de nuestro ejemplo.
Aunque se han dicho y hecho muchas cosas en los 100 primeros días, los que tenemos el privilegio de servir a nuestro país en este periodo extraordinariamente complejo y exigente nos damos plena cuenta de que nos encontramos sólo al principio de nuestro viaje.
Creemos que estamos avanzando para estar a la altura de algunos de los grandes desafíos que afrontamos para restaurar la reputación de Estados Unidos como amigo y socio de todos los que buscan un futuro de paz, prosperidad y dignidad para sus ciudadanos.
La emoción y el optimismo que, como estadounidenses, sentimos el 20 de enero no han hecho más que crecer desde entonces, incluso ante la seria crisis económica mundial, las noticias de un virus de la gripe y los intimidatorios desafíos del siglo XXI, como el terrorismo y la proliferación nuclear, el cambio climático y la pobreza, los conflictos duraderos y las graves enfermedades.
Estos desafíos no han sido causados por un país ni pueden ser resueltos por un país. Como dijo el presidente Obama ya en su segundo día en el cargo: “Por el bien de nuestra seguridad nacional y las comunes aspiraciones de las personas de todo el mundo, ahora ha de comenzar una era de nuevo liderazgo estadounidense en el mundo”.
Durante los primeros 100 días de su gobierno, el presidente Obama ya ha demostrado al mundo cómo será el nuevo compromiso de Estados Unidos.
En primer lugar, se ha comprometido a que él y su Gobierno llevarán a cabo una política exterior que garantice la seguridad del pueblo estadounidense y de nuestros amigos y aliados.
El compromiso mundial basado en los intereses y el respeto mutuos es el punto de partida de nuestra política exterior. Y aunque habrá circunstancias en las que un planteamiento así tal vez no tenga éxito, Estados Unidos estará dispuesto primero a escuchar y hablar con potenciales adversarios para promover nuestros intereses nacionales y los de la comunidad mundial que confía en Estados Unidos para liderar en los asuntos relacionados con la seguridad.
En los casos en los que sea inevitable un uso más patente de la fuerza, ningún adversario debe hacerse ilusiones en cuanto al resultado. Por eso continuaremos haciendo que nuestras Fuerzas Armadas sean las mejores del mundo y también las más admiradas y respetadas.
Para desarrollar nuestras estrategias de compromiso, y casi inmediatamente después de tomar posesión de su cargo, el presidente nombró a algunos de los diplomáticos de más talento de Estados Unidos para servir como enviados especiales y representantes: para la Paz en Oriente Próximo, para el Suroeste de Asia, para Sudán, para Afganistán y Pakistán y para el Cambio Climático. Este hecho sólo pone de manifiesto que en el siglo XXI las estrategias regionales estarán a la vanguardia de nuestra energía y nuestra atención enasuntos referentes a la seguridad nacional e internacional. Esto representa un claro reconocimiento de que debemos abordar el mundo como es hoy y no como era en el siglo XX.
Durante los últimos tres meses, la comunidad responsable de la seguridad nacional, por incluir a nuestros diplomáticos destinados en el extranjero, se ha dedicado a una diplomacia activa y eficaz para afrontar los muchos desafíos a los que nos enfrentamos. Hasta el momento, los resultados han sido alentadores, pero queda mucho por hacer.
El presidente Obama también ha dejado claro su compromiso para proseguir con un diálogo serio y positivo con las comunidades musulmanas de todo el mundo. Ésta es la razón por la cual concedió a Al Arabiya su primera entrevista televisada como presidente. También por eso dijo al pueblo y a los líderes iraníes que busca un nuevo diálogo sobre todo el espectro de asuntos que afrontamos, y habló de nuevas asociaciones para favorecer la educación, la asistencia médica y las oportunidades en su discurso ante el Parlamento turco. Y por eso ha dejado claro que Estados Unidos no está, ni estará nunca, en guerra con el islam.
En segundo lugar, hemos dejado claro que tenemos el propósito de frenar, desarticular y derrotar a Al Qaeda. En marzo, el presidente anunció los resultados de una revisión global de la estrategia para Pakistán y Afganistán que proporcionará los recursos que necesitamos para alcanzar nuestros objetivos, al tiempo que ayudará a los pueblos afgano y paquistaní a tratar de encontrar seguridad y más oportunidades.
En Estrasburgo, en el 60º aniversario de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el presidente recibió amplio apoyo internacional para su estrategia y un compromiso de nuestros aliados de la OTAN para crear un nuevo concepto estratégico con el fin de que la Alianza pueda llegar a ser más relevante para estar a la altura de los desafíos del siglo XXI.
Y en Bagdad, el presidente reiteró su compromiso de reducir responsablemente nuestras fuerzas para cumplir el Acuerdo sobre el Estatus de las Fuerzas negociado con el Gobierno de Irak, ayudando siempre a los iraquíes a asumir la responsabilidad de su futuro soberano.
En tercer lugar, el presidente Obama ha trabajado para concebir enfoques comunes de un amplio abanico de desafíos mundiales. En Londres ayudó a establecer un importante consenso sobre las medidas concretas para abordar la crisis económica internacional, como un nuevo marco regulador mundial, más ayuda para los países en desarrollo y un renovado compromiso con el comercio libre y justo.
En Praga lanzó una ambiciosa agenda para asegurar todo el material nuclear “sin control” en el mundo en cuatro años, invertir la corriente de la proliferación nuclear y luchar por un mundo libre de armas nucleares.
En cuanto a otros asuntos más cercanos, el presidente Obama ha reconocido nuestra parte de responsabilidad para abordar eficazmente la demanda de estupefacientes y el tráfico ilegal de armas y ha lanzado un nuevo plan para combatir la violencia relacionada con la droga a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
El presidente ha anunciado también el levantamiento de restricciones a las remesas y los viajes a Cuba por parte de los cubano-americanos y ha marcado un nuevo comienzo con nuestros vecinos de hemisferio ofreciendo cooperación en un amplio abanico de asuntos en la Cumbre de las Américas.
El presidente también ha trabajado eficazmente con organizaciones multilaterales. En las últimas semanas, Estados Unidos ha congregado a sus aliados y a la comunidad internacional en respuesta al lanzamiento de un misil por parte de Corea del Norte y está aumentando los esfuerzos internacionales para combatir la piratería frente a la costa de Somalia.
Además, Estados Unidos ha señalado su intención de liderar en otras iniciativas también importantes de gran trascendencia para nuestro planeta para promover asociaciones relacionadas con la energía limpia y el cambio climático, comenzando por la primera sesión preparatoria del Foro de Grandes Economías sobre la Energía y el Clima.
Y por último, el presidente Barack Obama ha rechazado como falsa cualquier elección entre la seguridad y los ideales de Estados Unidos. En su primer día en el cargo ordenó el cierre del Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo en el plazo de un año, prohibió las medidas elevadas de detención y dejó claro, sin excepción ni equívoco, que Estados Unidos apoya plenamente la Convención de Ginebra y ni practica ni aprueba la tortura. En este caso también se espera que lideremos con el poder de nuestro ejemplo.
Aunque se han dicho y hecho muchas cosas en los 100 primeros días, los que tenemos el privilegio de servir a nuestro país en este periodo extraordinariamente complejo y exigente nos damos plena cuenta de que nos encontramos sólo al principio de nuestro viaje.
Creemos que estamos avanzando para estar a la altura de algunos de los grandes desafíos que afrontamos para restaurar la reputación de Estados Unidos como amigo y socio de todos los que buscan un futuro de paz, prosperidad y dignidad para sus ciudadanos.
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