Hacia un código procesal penal

Un Código (casi) nuevo /Juan Ciudadano

Reforma, 10 Oct. 11

El Congreso va dos años tarde en la aprobación de un Código Federal de Procedimientos Penales que reglamente la reforma constitucional de principios de 2008.

Hace unas semanas el Presidente Felipe Calderón presentó su iniciativa de Código; ésta constituye la oportunidad idónea para que Diputados y Senadores salgan de su modorra.

De concretarse la reforma le estarían dando al País no sólo la norma para los procesos penales a nivel federal, sino también un parámetro importante para las legislaturas locales igualmente retrasadas en su obligación de reglamentar la Constitución.

Pero además de la urgencia de un compromiso para sacar el nuevo Código, su tarea de legisladores tendría que ser mejorar la propuesta presidencial en tres temas específicos:

 1. Formalidad de la investigación

 En sentido contrario del espíritu de la reforma constitucional, la propuesta presidencial obliga a que el Ministerio Público y la Policía levanten actas y registros a la manera de la averiguación previa tradicional.

En otras palabras, fácilmente estaríamos cayendo en la situación en que agentes del MP se concentran en ir armando expedientes en lugar de dedicar toda su energía a construir la hipótesis del caso y conseguir los elementos que les permitan construir las pruebas frente al juez.

Dice el Artículo 73 propuesto que "cada diligencia relacionada con la investigación del delito se registrará por separado, que firmarán los que en ella hayan intervenido, sobre todo la autoridad que practique la diligencia, al calce del mismo o en el soporte del registro. Si no quisieren o no pudieren firmar ni imprimir la huella digital, se hará constar el motivo...".

Estos requisitos estorban a la necesidad de transmitir un mensaje claro en el sentido de que el nuevo procedimiento es radicalmente diferente al viejo, precisamente porque las pruebas son las que se construyen frente al juez y no las que se anotan en el expediente al margen del escrutinio público.

2. Persecución penal

Preocupa que en la iniciativa no se establezcan las condiciones para que el Ministerio Público articule una efectiva política de persecución penal.

Las mejores investigaciones criminales son aquellas en las que el Ministerio Público puede decidir, estratégicamente, cuándo conviene llevar el caso ante los tribunales.

Si se le exige al fiscal acusar de inmediato una vez que se tiene información suficiente para vincular al proceso, en la práctica se le está negando al MP la posibilidad de actuar estratégicamente. En otras palabras, se le podría estar obligando a quien investiga un crimen a ir tras la "morralla", limitando la posibilidad de ir tras las estructuras delictivas completas.

3. Las interminables apelaciones

Si de algo estamos hartos los mexicanos sobre nuestro sistema de justicia -en los hechos vigente- es de juicios interminables en los que, de apelación, en apelación, nunca se llega a la justicia.

Mauricio Duce lo explica así, "el juicio oral surge como el punto central de los nuevos procesos penales reformados, ya que la audiencia es la instancia en que se materializa el debido proceso y los diversos componentes que lo integran".

La existencia de un juicio oral público y contradictorio supone precisamente la existencia de controles producto de la intervención simultánea de todos los actores. Es un sistema de controles horizontales, esto es de órganos sin relación jerárquica entre ellos, que operan en un mismo nivel y que se limitan mutuamente como producto de su interacción en el marco del juicio.

Si con posterioridad al juicio las decisiones pueden ser revisadas y modificadas por un tribunal superior -que no asistió a la audiencia oral- entonces todo el sentido del debate, y por lo tanto del nuevo sistema, estaría desvirtuándose.

Cierto, lo legisladores deberían tener prisa por aprobar un nuevo Código que regule los procesos penales a nivel federal. Pero sería una irresponsabilidad dejarle a la iniciativa presidencial pesados lastres del pasado que terminarían convirtiéndose en trabas para llegar a convertir las nuevas reglas en nuevas prácticas.

juanciudadano@juanciudadano.com