17 oct 2011

¡Nombres..!, Presidente

¡Nombres..!, Presidente
¿Quién le dijo al primer mandatario que no le moviera en el asunto de la persecución del crimen organizado y el narcotráfico?
Colunna Itinerario/Ricardo Alemán 
Excélsior 17 de octubre,
 Es probable que el Presidente mexicano tenga razón cuando le dice al influyente The New York Times que hay muchos en el PRI que piensan que los arreglos del pasado —entre poder público y crimen— pondrían funcionar ahora. 
Sin embargo, sin la aclaración puntual, sin el nombre de los priistas a los que alude el Presidente mexicano, es probable que sus declaraciones se conviertan en mera cortina de humo político electoral. ¿Por qué?
Primero, porque en México el Presidente no sólo es jefe del gobierno, sino del Estado, y sus declaraciones, opiniones o señalamientos no pueden ser emitidos a la ligera —y menos interpretados como una ligereza—, sino que son las declaraciones, opiniones y señalamientos del jefe de las instituciones mexicanas.
Y, segundo, porque, en pocas horas, Felipe Calderón ha incurrido en por lo menos tres señalamientos que involucran a, supuestos o reales, implicados en solapar a las bandas del crimen y el narcotráfico. Es decir, que no se trata de una declaración aislada de Felipe Calderón, sino que ya existe una constante en el tema y, sobre todo, en el señalamiento sobre el PRI como un narcopartido.
Si acudimos a la memoria elemental, veremos que Felipe Calderón se refirió al tema apenas en los llamados Diálogos de Chapultepec, el pasado viernes. Y es que, al defender su estrategia de combate al crimen, reveló que al llegar al cargo de Presidente, muchos le dijeron: “No te metas”, “no le muevas”, “deja las cosas como están”.
Luego abundó en el asunto y deslizó lo que —como ayer lo dijimos en este espacio— parece una grave acusación: “Y ya no les digo ni quién me aconsejó que no le moviera, porque no quiero más problemas”. Lo cierto es que si el Presidente no quisiera más problemas sobre ese tema, no hubiera revelado la existencia de la anécdota. De lo contrario, al negarse a decir lo que no quiere decir —pero que ya adelantó—, lo único que consigue es desatar la expectativa de que oculta es algo grave o, en su caso, muy grave.
¿Quién le dijo al Presidente que no le moviera en el asunto de la persecución del crimen organizado y el narcotráfico? ¿Acaso fueron algunos políticos del PRI?
En el mismo encuentro,  Calderón rechazó que el poeta Sicilia lo comparara con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte. En cambio, Calderón reveló —otra vez— que existen indicios de que en el o los gobiernos de Veracruz se permitió que el grupo criminal de Los Zetas se convirtiera en amo y señor del territorio veracruzano.
Más aún, en alusión al ex gobernador Fidel Herrera, Calderón dijo que el ex gobernador alardeaba de que él había pagado 16 secuestros, cuando los reportes de secuestros en Veracruz que se reportaban a instancias oficiales marcaban cero secuestros. ¿Sin duda que alguien miente respecto de la violencia en Veracruz?
¿Por qué no nos dice el Presidente lo que sabe, para pedir todo el peso de la justicia contra el o los gobiernos de Veracruz que ocultan la realidad de la violencia en esa entidad?
Pero hoy sabemos que las revelaciones del presidente Calderón en el Diálogo de Chapultepec no eran una novedad, una casualidad o un mero chascarrillo. En realidad parece que el Presidente preparaba el terreno para lo que vendría. Y es que la noche del pasado sábado se difundió un extracto de la entrevista concedida por Felipe Calderón a los corresponsales del diario The New York Times, en la que el Presidente hace graves acusaciones a un sector del PRI, por negociar con las mafias del crimen.
Lo curioso es que la entrevista se llevó a cabo diez días antes. En esa fecha, a una pregunta sobre la versión de que el PRI negociaría con el narco, para modificar los términos de la guerra contra el crimen, Felipe Calderón dijo que sí, que “hay muchos en el PRI que piensan que los arreglos en el pasado —con el crimen organizado— podrían funcionar ahora”. Más aún, Calderón dijo que es una mentalidad que muchos políticos del PRI tienen.
Salta de nuevo la pregunta. ¿A qué priistas se refiere el presidente Calderón? ¿Por qué no nos dice los nombres?
Acaso se trata de los mismos que, al llegar al poder, le recomendaron “no moverle”, “dejar las cosas como están”. Si el presidente Calderón no aclara sus dichos, se podrá decir que asistimos a una campaña presidencial para hacer ver, al PRI, como un narcopartido. Al tiempo.
EN EL  CAMINO
Siguen apareciendo señales de que la violencia criminal se mete cada día más a las calles y las casas de los capitalinos. ¿Hasta cuándo?
        Twitter:
            @RicardoAlemanMx

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