25 ene 2015

En el pleito panista, Madero aniquila a Calderón

 En el pleito panista, Madero aniquila a Calderón/ÁLVARO DELGADO
Revista Proceso No. 1995, 24 de enero de 2015
Felipe Calderón critica en Gustavo Madero, el presidente del PAN, lo que él ejerció cuando estuvo en Los Pinos: su poder unipersonal, y hasta amenaza con abandonar el partido –como declaró en entrevista desde Davos, Suiza, la semana pasada– y buscar una nueva opción política de largo plazo. En su ofuscamiento, el exmandatario acusa a Madero de cerrar las puertas a los ciudadanos. Para el exsenador Marko Cortés, Calderón y su grupo no entienden que su tiempo ya pasó.
Acostumbrado a controlar y manipular a personajes como Germán Martínez y César Nava, a quienes impuso como presidentes del Partido Acción Nacional (PAN) con todo el poder que tenía como jefe del Ejecutivo, Felipe Calderón quiso hacer lo mismo con Gustavo Madero. No pudo.
Y ese es el origen de una guerra en la que Madero le ha ganado todas las batallas a Calderón, quien perfila ya su capitulación con el anuncio, justo en medio del proceso electoral, de su eventual renuncia al PAN para construir una nueva “opción política” de largo plazo.

En entrevista con El Financiero el jueves 22 –desde Davos, Suiza–, criticó que el PAN cerró la puerta a los ciudadanos, que lo gobierna una “coalición de intereses” y la corrupción “de ciertos líderes”, pero también anticipó la derrota de Margarita Zavala, su esposa, en las elecciones internas para presidente de ese partido.
“Tendrá éxito en lo que haga, no estoy seguro que sea en el PAN”, admitió. “Si este partido sigue siendo un instrumento de participación ciudadana y opción de bien común, lo va a tener. Y si se ha convertido ya en un instrumento de intereses parciales, no lo va a tener; más vale que no sea ahí”.

Estas insólitas declaraciones de Calderón perfilan otra ruptura en la cúpula del PAN, derivada de una disputa de más de cuatro años con Madero –su antiguo aliado– para controlar ese partido.

“No ha habido presidente del PAN más acosado desde la Presidencia de la República que Madero”, aseguró al reportero a finales de 2012 Juan Molinar, quien adujo que Calderón y sus operadores querían controlar al chihuahuense desde antes de la elección interna de 2010 y, al no lograrlo, postularon a Roberto Gil Zuarth.

–¿Ahí se escribió la mala relación de Madero con Calderón?

–Se escribió desde antes. ¿Por qué ponen a Gil? A Madero le pidieron todo: Querían que fuera mascarón de proa (figura decorativa que ostentaban al frente los buques antiguos) y él quería ser capitán, como lo es.

Y es que Calderón estaba acostumbrado a que el PAN de Martínez y Nava hiciera todo lo ordenado por él desde Los Pinos, pero eso cambió con Madero, recuerda Marko Cortés, exsenador y coordinador de la campaña de reelección de éste.

“El partido le concedió todo a Calderón cuando estaba en el gobierno. El problema vino cuando, con Madero, ya no podía influir o determinar las decisiones en el partido. La inconformidad vino de la intención permanente de que las decisiones del partido fueran los deseos de Felipe.”

–¿Madero no se dejó manipular?

–Por supuesto que no.

Con Madero en la presidencia del PAN, Calderón no pudo imponer a Ernesto Cordero como candidato presidencial ni, tras la derrota de Josefina Vázquez Mota en 2012, logró retomar el control partidario. Su más reciente fracaso es que Zavala no logró una diputación plurinominal y se negó a competir por una de mayoría.

Para Cortés, quien sí quedó inscrito como diputado plurinominal, Calderón es un “cínico y desmemoriado”, porque él sí ejerció de manera “unipersonal” el poder en el PAN desde Los Pinos. “Felipe es un activo valioso, pero su tiempo cuando tomaba decisiones como presidente ya pasó”.

Así no va Margarita: Calderón

Expatriado tras entregar el poder a Enrique Peña Nieto, Calderón no ha podido debilitar a Madero y sus pronunciamientos han subido de tono ante cada golpe recibido.

Por ejemplo, el 18 de mayo de 2013, cuando Madero adelantó que podría remover como coordinador a Cordero, Calderón escribió en su cuenta de Twitter: “Vieja regla del PAN: los asuntos internos se ventilan internamente. Cuando los presidentes la preservábamos, el partido avanzó notablemente”.

El 14 de agosto del año pasado, luego de la difusión de un video donde aparecen diputados panistas en una fiesta privada con mujeres en Puerto Vallarta, Calderón lamentó la situación del PAN.

“Me da tristeza y pena. Yo lo que veo es un proceso de degradación y descomposición moral y de corrupción que no sé qué límite pueda tener. Pena y vergüenza, no hay nada más que decir.”

Pero nunca había sugerido, siquiera, la posibilidad de renunciar al PAN y menos de irse a otra fuerza política, como lo hizo desde Davos, Suiza, en una entrevista con el director de El Financiero, Enrique Quintana.

“Tal como está, no es útil para el propósito que el PAN fue creado, que es dignificar la política a través de un nuevo tipo de políticos. El PAN cerró las puertas a los ciudadanos y está ahora puesto a trabajar en función de intereses de grupo y en una coalición de intereses que gobierna el PAN y que lo está arruinando como alternativa ciudadana.”

Calderón, quien presidió el PAN de 1996 a 1999, se planteó tres opciones ante la situación que vive su partido: La primera, “no hacer nada y decir a ver cómo se arregla solo”, la descartó por ser éticamente insostenible.

La segunda, recomponer al PAN, reconstruirlo desde sus cimientos mediante el fortalecimiento de los valores éticos que le dieron rumbo mucho tiempo.

“También implica cambiar dirigencias, también implica renovarlas, también implica una apuesta muy fuerte para luchar contra todos esos intereses que manipulan padrones, que usan recursos muchas veces inexplicables, que aprovechan aparatos completos para establecer condiciones de ese grupo.”

Lo que hasta ahora no había dicho es su tercera opción: “Habrá que pensar seriamente en crear otra opción política, así sea que tome una o dos décadas en fructificar”.

Sobre su esposa, quien según él “tiene carisma maravilloso”, lamentó que le haya sido negada la diputación plurinominal. “Hubiera sido una gran ayuda para incluso esos grupos legitimarse un poco o cubrir cara, e incluso para ganar votos para el PAN”.

“Cínico y desmemoriado”

No siempre hubo pleito entre Madero y Calderón: El primero apoyó a trasmano al segundo en su precandidatura presidencial, en la elección interna de 2005 frente a Santiago Creel, su primo.

En una cena organizada por Liliana Rojero, amiga de ambos, Madero le pidió a Juan Camilo Mouriño, coordinador de la precampaña de Calderón, no hacer público su apoyo. “No me metan, porque Creel es mi primo, que sea Liliana”.

Madero se hizo amigo de Margarita Zavala, con quien fue diputado, y estrechó su relación con Calderón cuando, en 2008, el presidente del PAN, Germán Martínez, lo nombró coordinador de los senadores panistas, en sustitución de Creel.

Pero la decisión de ese movimiento no fue del presidente del PAN, sino de Calderón, quien gobernaba ese partido desde Los Pinos. El propio Martínez le confesó que era una decisión presidencial por presiones de las televisoras.

“Es el presidente. ¿Por qué no hablas con él?”, le pidió Martínez a Creel, quien unos días después cenó con Calderón en Los Pinos, y éste negó la versión: “Yo creo que debes arreglar tu asunto con Germán”.

Dos días después de esa cena, Creel fue destituido por Calderón para dejarle libre el camino a Mouriño como aspirante presidencial. “Era una estrategia obvia para descarrilarme, desde ese momento, con miras a la elección presidencial”, interpretó el senador.

Madero, mientras tanto, era objeto de burla en la casa presidencial por su impericia para hacer declaraciones a nombre de los senadores del PAN. “Premio Gustavo Madero a la peor declaración”, se instituyó como chunga, y hasta Maximiliano Cortázar, vocero de Calderón, le habilitó un consultor para prepararlo.

Llegaron las elecciones internas del PAN en 2010, tras la debacle de 2009 que implicó la sustitución de Martínez por César Nava, secretario particular de Calderón que tenía el control de todos los órganos de ese partido.

Aunque inicialmente apoyó a Madero, respaldado por Margarita Zavala, Calderón mudó su respaldo a Gil Zuarth. “Cerró el proceso jugando en dos pistas”, denunció Jorge Manzanera, operador del exsubsecretario de Gobernación que resultó derrotado.

Y la lógica en el PAN cambió: Calderón dejó la presidencia, tras la derrota de Josefina Vázquez Mota, y Madero no sólo concluyó su primer periodo como presidente del PAN, sino que se reeligió y ahora domina todas las instancias de decisión de ese partido.

Con ese control, solicitó licencia como presidente, se hizo nombrar uno de los 15 candidatos a diputados plurinominales, retomó el cargo que interinamente ejercicio Ricardo Anaya, a quien envió como coordinador de los diputados en sustitución de José Isabel Trejo, a quien hizo secretario general de ese partido y quien seguramente lo sustituirá en la presidencia cuando sea legislador y jefe de la bancada.

Aun así, Marko Cortés afirma que Madero no ejerce el poder en el PAN como lo hizo Calderón desde Los Pinos y por eso lo llamó “cínico y desmemoriado”, porque impuso a Nava como presidente de ese partido, quien “después estuvo envuelto en escándalos de corrupción”.

Intentó lo mismo con Gil Zuarth, “sin tener éxito por el rechazo de los panistas que se atrevieron a ponerle un alto en sus pretensiones”, y recordó que miembros de la Comisión Permanente del PAN son los mismos que apoyaron a Cordero, “cuando trató de imponerlo como candidato” presidencial.

Mencionó a los gobernadores Guillermo Padrés, de Sonora, y Rafael Moreno Valle, de Puebla, así como a líderes como Ulises Ramírez, del Estado de México, Jorge Romero, del Distrito Federal, y Miguel Ángel Yunes, de Veracruz.

“Es incongruente Felipe Calderón, porque cuando los tenía como aliados eran gente muy valiosa y ahora son los grupos que manipulan al PAN”, expresó Cortés, quien recordó también cómo impuso a su hermana en Michoacán con conductas hasta delictivas.

“Denuncié que todas las delegaciones federales estaban a la orden de la señora, las decisiones de a quién se contrataba, qué programas se aprobaban, las cuales eran tomadas en oficinas distintas a las de gobierno; denuncié el crecimiento de 30 mil ciudadanos en el padrón del PAN y además que tenía el control del comité estatal.”

Ahora, dice, fue el propio Madero quien promovió una reunión de aspirantes a la candidatura, y Salvador Vega y él declinaron a favor de Cocoa Calderón, y antes, en 2012, ella fue propuesta por Madero como senadora, igual que otros allegados a Calderón: Cordero, Alonso Lujambio, Mariana Gómez del Campo, Roberto Gil y Javier Lozano.

“Ahora esto no se valora y, al contrario, se olvidan todas las malas prácticas que muchos padecimos.”



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