26 ene 2017

Trump estudia gravar en un 20% las importaciones de México como pago por el muro

Trump estudia gravar en un 20% las importaciones de México como pago por el muro
La Casa Blanca calcula que ese impuesto sufragará los costes "fácilmente" y en breve
AMANDA MARS
El País, Nueva York 26 ENE 2017
La Casa Blanca dijo este jueves que haría pagar a México la construcción del polémico muro que quiere levantar en la frontera mediante un impuesto del 20% a sus importaciones, una medida que, a la postre, liquida el espíritu del Tratado Atlántico de Libre Comercio (Nafta, en sus siglas en inglés). La medida se hizo pública en una jornada de infarto, que comenzó con Donald Trump amenazando al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, con cancelar una reunión que tenían prevista y con este último anunciando después que la suspendía. Poco después, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, matizó que ese impuesto era "una opción más" entre otras posibles.
La Administración del Donald Trump jugó con cerillas y gasolina: anunció una medida que puede sacudir las economías de ambos países, castigar el bolsillo de consumidor estadounidense y hacer peligrar los planes de sus propias empresas y, al cabo de una hora, rectificó afirmando que tan solo era una posibilidad.

Con la crisis diplomática ya abierta en canal, el portavoz de la Casa Blanca dijo a los corresponsales políticos que Trump ya tenía claro cómo torcer el brazo de los mexicanos en el pago de una obra que, ya en sí misma, es una afrenta para el país de Peña Nieto. "Si gravas con un 20% sobre unos 50.000 millones de dólares en importaciones, que por cierto es lo que hacen 160 países", dijo Sean Spicer a bordo del Air Force One, "logras 10.000 millones al año y pagas fácilmente el muro con ese mecanismo, eso es lo que va a proveer los fondos de veras".
Aunque no proporcionó detalles del gravamen, señaló que este se englobaría en la prometida y amplia reforma fiscal de la nueva Administración estadounidense, que tiene que negociar con las cámaras legislativas. Además, la medida requeriría modificaciones en el TCL. En plena tormenta, Spicer llamó después a un pequeño grupo de periodistas a su oficina, nada más llegar a la Casa Blanca, para matizar la noticia.
Un puñado de cifras explican todo lo que se juega México, que tiene en el país de Donald Trump a su principal socio comercial: Estados Unidos representa el 80% de las exportaciones mexicanas, mientras que los estadounidenses envían tan solo el 16%. El volumen total de las importaciones desde México ronda los 295.000 millones de dólares.
Al margen del incendio diplomático que la construcción de esa frontera física provoca de por sí, el coste de la obra también ha sido un objeto de batalla desde que Donald Trump comenzó su carrera electoral hacia la Casa Blanca. No solo dijo que quería esa valla, sino que además prometió hasta la saciedad que serán los mexicanos los que lo pagarían, si no de forma, directa, indirecta. Y este jueves, al día siguiente de firmar la orden ejecutiva para empezar a construir el muro, se supo cómo lo lograría, con el impuesto fronterizo. 
La nueva barrera física de planea Trump, de gran calado político aunque dudosa eficacia, requiere una inversión multimillonaria, que se estima en una horquilla de entre 14.000 y 20.000 millones de dólares (entre 12.000 y 15.000 millones de euros), y que los contribuyentes estadounidenses tendrán que pagar en primera instancia.
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El arancel del 20% que estudia la Casa Blanca: una medida “ilegal” e “irracional”
Tres economistas consultados por EL PAÍS dudan de su aplicación e inciden en el impacto negativo que tendría a ambas orillas del río Bravo
IGNACIO FARIZA
México 26 ENE 2017 - 21:04 CST
La mera sugerencia del equipo de Donald Trump de imponer un arancel del 20% sobre los productos mexicanos, cuya recaudación se utilizaría para pagar el muro fronterizo, despierta el escepticismo del mundo económico. “Ilegal”, “irracional” y “mala noticia” son los términos más repetidos por tres economistas latinoamericanos consultados por EL PAÍS. Insisten, en contra de la receta del nuevo presidente de Estados Unidos, en la necesidad de liberar de trabas el comercio mundial y de apostar por una mayor integración de las cadenas de valor para relanzar el crecimiento.
“Sería, a todas luces, ilegal”, dispara Jorge Suárez-Vélez, analista y autor de La próxima gran caída de la economía mundial. “Rompería el principio de la nación más favorecida que establece la Organización Mundial del Comercio (OMC) [para evitar discriminaciones entre países]. Tratándose de Trump, todo es posible, pero podría ser el principio de una guerra comercial no solo con México sino con otros países”. Ignacio Bartesaghi, director del departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay, coincide con la apreciación de Suárez-Vélez y va un paso más allá: “Sería algo insólito, casi tanto como la propia construcción del muro, y constituiría una violación flagrante de las reglas del Nafta [TLC, el tratado de libre comercio de América del Norte, vigente desde 1994]”, apunta. Si la nueva Administración estadounidense llegase a dar el paso, México podría reclamar tanto ante el sistema de resolución de controversias del TLC como ante la propia OMC.
Más allá de la vertiente legal, Suárez-Vélez valora la sola amenaza arancelaria de Trump como una “mala noticia económica para todo el mundo”. “Sería absolutamente irracional”, complementa Bartesaghi. “Los aranceles ya no se utilizan para recaudar, esa es una visión obsoleta”. A su juicio, el impacto a corto plazo sería “mucho mayor” en el lado mexicano, si bien en el mediano plazo el golpe también sería fuerte en Estados Unidos. Sin embargo, recuerda el economista de la Universidad Católica del Uruguay, aun cuando la decisión de la Casa Blanca fuese en firme, tendría que pasar por el Congreso. “Y dudo mucho que la Cámara diese su visto bueno a algo así”, asevera.
“Sería una restricción clara al comercio, y todo lo que sea poner trabas es una mala noticia para ambas economías”, añade, por su parte Alberto Ramos, jefe de análisis del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs para América Latina. “Sería una medida muy costosa para México, donde pasaría factura a la industria y a las decisiones de inversión a corto y medio plazo. Pero también para EE UU, donde repuntaría la inflación”.

Este último punto, el del aumento de los precios, no por ser menos analizado, deja de ser importante. Si la medida llega a ponerse en práctica, de lo que dudan el grueso de los economistas consultados, los precios de los productos producidos en México e importados por su vecino del norte repuntarían con efectos inmediatos. En ese escenario, la Reserva Federal estadounidense se vería forzada a acelerar su calendario de subida de tipos, lo que encarecería el dólar frente al resto de divisas internacionales y, en última instancia, dañaría la capacidad exportadora de EE UU y ahondaría en su ya de por sí abultado déficit comercial. “No logro entender qué pasa por la cabeza de los asesores de Trump”, zanja Bartesaghi.

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