2 feb 2017

Un libro sobre Vatileaks 2 para profundizar sobre un caso seguido por la prensa internacional

Un libro sobre Vatileaks 2 para profundizar sobre un caso seguido por la prensa internacional
Lo presentaron el padre Federico Lombardi y el periodista Massimiliano Menichelli, autores del mismo
(ZENIT – Roma), 2 de febrero de 2017
.- En el libro Vatileaks 2, ‘El Vaticano a la prueba de la justicia y de los hombres’ recién publicado por la editora Rizzoli no hay documentos particularmente nuevos, no hay una exclusiva, sino elementos para profundizar. Lo indicó este jueves el padre Federico Lombardi, ex portavoz del Vaticano, en la presentación realizada en la asociación Stampa Estera en Italia, junto al otro autor, Massimiliano Menichetti.
Sobre la oportunidad o menos de haber realizado el juicio, el ex portavoz del Vaticano aseguró que “es mejor buscar la verdad que dejar de hacer un proceso por temor a un daño de imagen”. Y precisó que esta fue la línea tomada por Benedicto XVI en el caso de los abusos de menores.

La expresión Vatileaks se refiere a la fuga de noticias reservadas del Vaticano que sucedió bajo el pontificado de Benedicto XVI. Y el Vatileaks 2 fue el proceso judicial que el Vaticano inició el 24 de noviembre de 2015 a dos periodistas que con documentos de la comisión COSEA, creada por el papa Francisco para ordenar las finanzas del Vaticano, escribieron dos libros. Los documentos fueron filtrados por el sacerdote español Lucio Vallejo Balda, condenado a 18 meses de detención con pena suspendida desde noviembre de 2016, y la relaciones pública Francesca Immacolata Chaouqui, con sentencia a 8 meses con pena suspendida. Los periodista Gianluigi Nuzzi autor del libro Vía Crucis, y Emiliano Fittipaldi, del volumen Avaricia, fueron absueltos.
“Es una presentación objetiva, con la finalidad de dar una documentación adecuada, suficientemente amplia, para saber que fue este proceso y las motivaciones de la sentencia” dijo Lombardi. O sea, no se habla de las discusiones o temas de la Comisión COSEA a la que el papa Francisco le encomendó un informe sobre la finanza en el Vaticano, sino el proceso y cómo se realizó.
La Magistratura del Vaticano, independiente y autónoma, debe vigilar sobre la observancia de las leyes. Esto es poco conocido, dijo el ex director de la oficina de prensa de la Santa Sede,  y poder seguir los pasos de un proceso tiene importancia para entender las instituciones del Vaticano y su modo de operar. Tal y como lo hicieron los jueces, en particular sobre la libertad de prensa.
Por su parte Massimiliano Menichetti, periodista de la Radio Vaticano, explicó que tuvo gran libertad para seguir todo el proceso judicial sin que nunca nadie le dijera qué publicar o no. 
“El proceso demuestra que un periodista puede hablar libremente sobre el Vaticano”, concluyó Menichetti, y el riesgo “es desproporcionar un evento para intentar tener una exclusiva”, incluso descalificando a los demás.
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Vatileaks; Lombardi: nos interesa la verdad, no la imagen
Vatican Insider, 
Pubblicato il 02/02/2017
Ultima modifica il 02/02/2017 alle ore 18:58
IACOPO SCARAMUZZI
CIUDAD DEL VATICANO
«No faltaron personas que creían que el proceso no se iba a hacer para evitar que se dañara la imagen. Yo, acaso porque soy un poco viejo y un poco duro, tengo una línea completamente diferente sobre este caso». El Padre Federico Lombardi, que hasta hace pocos meses fue el director de la Sala de Prensa vaticana, siguió paso a paso el proceso sobre la fuga de documentos reservados de la Santa Sede, el conocido caso Vatileaks 2, que comenzó en el tribunal del Estado vaticano el 24 de noviembre de 2015 y concluyó el 7 de julio del año pasado, con las condenas de los dos principales imputados, monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Immacolata Chaouqui, que en esa época eran miembros de la comisión que creó Papa Francisco para instruir la reforma financiera vaticana, y con la absoluciónn de los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, autores de los dos libros que publicaron los documentos en cuestión («Vía Crucis» y «Avaricia»).
 Concluida la historia, que, según el jesuita, podría incluso repetirse, y publicadas las motivaciones de la sentencia, Lombardi dio a la prensa el libro «Vatileaks 2 - El Vaticano ante la justicia de los hombres» (editado en Italia por Rizzoli), en colaboración con el periodista Massimiliano Menichetti, para «dar a conocer el adecuado funcionamiento de la justicia en el Vaticano, realidad poco conocida, y ofrecer una documentación sobre cómo fue afrontado durante el proceso el tema de la libertad de prensa y el involucramiento de los dos periodistas». Pero también para ofrecer a la opinión pública, y a las actas de la historia, los pasos que se han dado en estos años en el Vaticano en cuanto a transparencia.
 «No faltaron personas que creían que el proceso no se iba a hacer para evitar que se dañara la imagen», dijo Lombardi en una conferencia de prensa que se llevó a cabo en la Sala de Prensa extranjera. El mismo jesuita escribió hace algunos meses un artículo publicado por «La Civiltà Cattolica» que era una crónica del proceso y al mismo tiempo un análisis sobre su significado para el Vaticano. «Yo, acaso porque soy un poco viejo y un poco duro, tengo una línea completamente diferente sobre este caso, así como la tengo en relación con otros casos, por ejemplo los abusos (sexuales de miembros del clero, ndr.): no creo de ninguna manera que la preocupación imperante tenga que ser la de la imagen; por el contrario, creo que la preocupación principal es la verdad. El esfuerzo de llegar a la verdad, para llegar a la sustancia de las cosas y después tomar una postura frente a ella. Estoy convencido de que al final las personas inteligentes y honestas reconocerán que la imagen es mejor si se actúa así».
 Según Lombardi, quien cuando era el vocero vaticano siguió el primer proceso «Vatileaks» en la última etapa del Pontificado de Benedicto XVI, «era correcto hacer este proceso: había una ley», promulgada por Papa Francisco justamente después del primer caso «Vatileaks», «había una evidente falta que debía ser afrontara a la luz de la ley y encontrar una respuesta a aquella situación. Esta —subrayó Lombardi— también es, creo, la línea que siguió Papa Benedicto frente al caso de los abusos». En el Vaticano, pues, durante estos años, «se han dado pasos en la línea de la verdad, de la transparencia, frente a cierto espíritu de mundanidad»:
 En relación con el futuro, «decir “no volverá a suceder” es una profecía que no me permito hacer. Lo espero, me disgustaría que sucediera, pero no me sorprendería que sucediera de nuevo», dijo Lombardi, quien también subrayó que, como demuestra la última fuga de documentos (originada en el seno de una comisión encargada por el Papa argentino para la reforma de las estructuras económicas y financieras del Vaticano, «el peligro más fuerte es que cuando hay tensiones y discusiones fuertes surja en los protagonistas la tentación de influir en los eventos con discreciones o documentos enviados a la prensa, lo saben mejor que yo, y saben mejor que yo también cómo aprovecharse de una situación de este tipo, porque a veces ustedes los periodistas acuden a las personas que hablan más fácilmente o que se encuentran, justamente, en una situación de tensión para provocarlas y obtener información». Una cuestión que «plantea, más allá del aspecto jurídico, una cuestión moral», es decir de deontología profesional de los periodistas.
 El padre Lombardi no dijo nada sobre el libro que justamente uno de los imputados del proceso «Vatileaks 2», Francesca Immacolata Chaouqui, publicará en los próximos días y que, según la autora, tendrá documentos inéditos: «Estamos contentos de hacer hoy la presentación y no hablamos de hipótesis de futuro. No me dan ganas, para nada, de hablar de un libro que ni he leído ni conozco». A los que le preguntaron, durante la conferencia de prensa, si el caso de la fuga de documentos se debía a un complot, el padre Lombardi respondió que «hay un aspecto humano» relevante, pero, refiriéndose a los imputados condenados, añadió: «no quiero psicoanalizar a estos dos personajes, que quiero bien, con los que he tenido una relación, digamos, profesional», pero, insistió, sintió «un poco de compasión, porque fue un caso doloroso para todos».
 El padre Lombardi no respondió a otras cuestiones vaticanas, y a quienes le pedían algún comentario sobre el caso de la Orden de Malta, se limitó a responder: «Una de las ventajas de haber concluido mi trabajo es la de ya no tener que ocuparme de estas cosas».
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