11 jun 2017

Las columnas políticas, hoy 11 de junio de 2017

Era jueves 10 de junio de 1971. 
Entonces un grupo paramilitar identificado con el nombre de “Halcones” reprime a una pacifica manifestación estudiantil ..

El jefe del Departamento del Distrito Federal, era Alfonso Martínez Domínguez; el presidente era Luis Echeverría Alvarez (LEA, de 95 años, hoy); don Alfonso renunció…
LEA se desligó de los hechos; pero nunca aclaró la situación que fue siempre negada oficialmente. Ese jueves 10 de junio de 1971 hubo por lo menos 32 difuntos..., , algunos dicen que 34, otros que 29,; los muertos eran de Prepa popular e IPN.
Años después, la Fiscalía para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado que dirigió el Dr. Ignacio Carrillo Prieto intentó consignar a varias personas ante el Poder Judicial, sin éxito…El delito que se imputó a los acusados – entre ellos militares, civiles y hasta a LEA  era considerado muy grave: genocidio y delitos de lesa humanidad
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Ahora sabemos que la liberación de Yakiri Rubio fue producto de una negociación política.
Mmm. Ana Katiria Suárez, abogada de Yakiri acusó que el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Edgar Elías Azar, tuvo una intervención indebida en el caso a fin de lograr una reforma legislativa que le permitiera postularse por tercera ocasión consecutiva en ese cargo....

"Dile a tu contacto (Silvano Aureoles) que ya sabe lo que quiero. Que ya lo hemos platicado. Y si logramos esto, tu resolución va a ser favorable para que tengas a tu niña de regreso", dijo Elías Azar.
Muy grave!. 

Conocí el caso y escribí entonces sobre el, y Fred Alberto junto con otra persona hicieron un documental ganador del 3er lugar del Concurso, “Género y Justicia, 2014", que convocó la SCJN...


http://fredalvarez.blogspot.mx/2015/05/si-te-intentan-violar-defiendete.html

Las columnas políticas, hoy 11 de junio de 2017
Templo Mayor de Reforma
TODO INDICA que a un par de integrantes del Tribunal Electoral federal les urgía que pasaran los comicios del 4 de junio para salir pitando... y no precisamente en su papel de árbitros electorales.
AL DÍA siguiente de que los ciudadanos fueran a las urnas en el Edomex, Coahuila, Nayarit y Veracruz, y mientras aparecían nubes de tormenta postelectoral, la presidenta Janine Otálora se fue de vacaciones.
POR ESO, la sesión del miércoles 7 de junio, en la que los magistrados avalaron la distribución de bienes bajo el cobijo de los programas sociales gubernamentales, fue presidida por el magistrado Felipe Fuentes.
Y AHORA se sabe que el magistrado José Luis Vargas pidió permiso para acudir a la 111 Sesión Plenaria de la Comisión de Venecia y que aprovechará el viaje -y sus respectivos viáticos- para acudir a un seminario en Roma.
ASÍ ES QUE entre el 11 y el 19 de junio no cuenten con Vargas para cualquier tema relacionado con los conflictos electorales en México. Seguro que en Italia hay asuntos muuucho más urgentes que atender.
CUENTAN por ahí que varios suspirantes priistas andan nerviosos con los tiempos establecidos por su dirigente nacional, Enrique Ochoa, para la selección de su candidato presidencial para el 2018.
Y ES QUE no quieren esperarse a que pase la Asamblea Nacional de la primera quincena de agosto y luego hasta principios del próximo año para comenzar a tomar posiciones y placearse por el país.
DE AHÍ que en estos días se han desatado versiones de que pronto habrá renuncias y cambios en el gabinete federal. Ya se verá hasta cuándo aguanta la caballada sin saltarse las trancas.
QUIEN en estos días se lanzará con todo por la gubernatura de Puebla es Eduardo Rivera, némesis de Rafael Moreno Valle.
EL EX ALCALDE comenzará a trabajar en forma para obtener la candidatura del PAN, aun sabiendo que tiene en contra toooda la estructura del morenovallismo.
DE HECHO, a la par que estará recorriendo el estado, también estará litigando por la vía judicial contra la inhabilitación que, casualmente, le endilgó el Congreso estatal como para dejarlo fuera de la contienda albiazul.
RIVERA se ha convertido en una incomodidad para Moreno Valle debido a que el plan del ex gobernador es que sea su esposa, Martha Érika Alonso, quien asuma la gubernatura. No en balde la ungió como secretaria general del partido en la entidad, lo que le ha permitido promocionarse... perdón, hacer giras a sus anchas.
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Frentes Políticos/Excelsior
I. Amigazos. Roberto Sandoval, gobernador de Nayarit, reveló que su amigo Édgar Veytia, exfiscal general del estado, acusado de narcotráfico y detenido en Estados Unidos, cambió de abogado porque le cobraba muy caro. Desde la Casa de Gobierno, el mandatario estatal reconoció que el tema del exfiscal tuvo un costo político en la pasada elección y es una historia que marcó su vida. Las andanzas del gobernador y su exfiscal le cobraron factura y llevaron a Nayarit a la alternancia. Sólo Sandoval cree en la pobreza de Veytia, porque lo que los ciudadanos aseguran de ​él es que tenía dinero a manos llenas, pese a que se esté victimizando. Hoy la ley es la que se impone. Los dichos quedan en la anécdota. 
II. Los ocupados. Habría que analizar cuáles fueron las prioridades de Juan Hugo de la Rosa, alcalde de Nezahualcóyotl, en los últimos días. Porque dar servicio a la ciudadanía, no. El jueves primero de junio previo a los comicios en el Estado de México, Valeria, menor  de 11 años, desapareció tras subir a un transporte colectivo. Su madre pidió ayuda a las autoridades, pero se la negaron. ​Valeria​ fue asesinada, ayer varios mexiquenses indignados marcharon exigiendo justicia. “Estaban muy ocupados en la elección y se perdió la niña,  no hubo quién nos apoyara ni quién nos ayudara”, reveló la madre de la víctima. Urgen acciones Juan Hugo, no sólo debe lamentarlo, debe actuar.
III. Orgullo de importación. Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora, sostuvo una reunión de trabajo con el presidente del Washington Center, Christopher Norton, donde recibió el informe y evaluación de los programas de enseñanza y empoderamiento “Mujeres y Jóvenes sonorenses” de 100, para que se repliquen y beneficien a más personas. Norton le agradeció a Pavlovich y confirmo que seguirá colaborando con el gobierno de Sonora. Y su relación con Arizona impecable. No cabe duda de que cuando existe rumbo y convicción, hay entidades que destacan sobre el resto. Tomen nota.
IV. Punto para la PGR. Una vez más el equipo de Raúl Cervantes, procurador general de la República, da la nota. Detuvieron a Raúl Escobar Poblete, alias Comandante Emilio, prófugo chileno, por ser partícipe en el asesinato del senador Jaime Guzmán en 1991, además del rescate de cuatro de sus compañeros desde la cárcel de alta seguridad de Santiago de Chile en 1996, y otros delitos diversos. Durante las primeras horas de su captura, en Chile la noticia causó la admiración hacia las autoridades mexicanas. No se trata de un delincuente menor. Lo interesante será saber, ahora, ¿qué lo trajo a Guanajuato? Coincidencia no es. 
V. Calladitos se ven más bonitos. Cuestión de enfoques. Mientras Enrique Ochoa Reza, el líder nacional del PRI, aseguró que, ante el triunfo de Alfredo del Mazo en el Estado de México, fue evidente la fortaleza del peso frente al dólar, ya que desde el día de la elección la moneda nacional se recuperó 2.7 por ciento, en el Partido Acción Nacional dan patadas de ahogado. Después de su bochornosa derrota, el PAN exigirá la anulación de la elección en el Edomex. No llegarán muy lejos. Para Coahuila anuncian “resistencia pacífica”. Para la reflexión: ¿no les conviene más mirar hacia adelante? Perdieron, punto.
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De naturaleza política/
ENRIQUE ARANDA
Excelsior
Cinco priistas ¿en ruta?...
Se prevé que el jefe del Ejecutivo enfrente a quienes buscan arrebatarle o compartir con él, en el PRI,  la mecánica de selección de quien habrá de representarles en las próximas presidenciales. 
Apenas al  concluir el cómputo de los comicios en Nayarit, Veracruz, Coahuila y el Estado de México al cierre del jueves, salieron a la vista los positivos resultados —“mejores de lo esperado, sin duda”— obtenidos; cinco miembros del gabinete presidencial, presumiblemente, habrían recibido señales, lo que eso signifique, en el sentido de que, “con prudencia y sin exageraciones…” podían comenzar a moverse en busca de un mejor posicionamiento de cara a la inminente XXII Asamblea Nacional del tricolor.
Miguel Ángel Osorio Chong de Gobernación, José Narro Robles de Salud, Aurelio Nuño Mayer de Educación Pública, Enrique de la Madrid Cordero de Turismo, y hasta el no priista José Antonio Meade Kuribreña de Hacienda, según las fuentes, serían los destinatarios del mensaje surgido del más alto nivel del gobierno que, adicionalmente, habría incluido un primer apunte sobre el objetivo del citado encuentro partidista donde, amén de intentar sentar las bases de la plataforma electoral 2018, se prevé que el jefe del Ejecutivo enfrente a quienes, al interior del Partido Revolucionario Institucional, busquen arrebatarle o compartir con él, al menos, la mecánica de selección de quien habrá de representarles en las próximas presidenciales.
Hablamos de una “primera señal”, se explica, orientada más a erradicar de la opinión pública la generalizada percepción de que el Partido Revolucionario Institucional carece de una plantilla de aspirantes competitivos, capaces de imponerse en el proceso sucesorio del presidente Enrique Peña Nieto que, en los hechos, dé una autorización para que quien así lo desee, de entre los mencionados se entiende, emprenda (de manera pública y formal) lo que sería su precampaña en busca de la nominación del oficialismo…que, aceptemos, al menos, en lo que al método se refiere, sigue “absolutamente en el aire”.
Esto último es cierto; sin embargo, es menester apuntar el riesgo (siempre existente) de que, de concretarse la intencionada filtración, ninguno de los mencionados, y mucho menos quienes les rodean, podrán contener un eventual desbordamiento de la autopromoción a que se les estaría orillando en virtud de que, se quiera o no, es mucho lo que está en juego y muchas, también, las posibilidades (estrategias, alianzas, etcétera) que todos y cada uno de ellos tiene, literalmente a la mano, para avanzar más que los otros.
Habrá, pues que estar atentos para detectar cuánto movimiento y/o acciones concretas realicen los secretarios citados, o sus afines con miras a consolidar/ampliar su actual posicionamiento frente a la militancia tricolor y la población en general e, igualmente, la eventual respuesta que aquellos reciban de parte de la cúpula partidista y/o, directamente, del jefe del Ejecutivo que, huelga decir, está más que claro que su administración entró ya en la etapa de las definiciones… la más complicada y demandante en todos los sentidos, sin duda, de los seis años.
ASTERISCOS
* A todas luces positiva, y esperanzadora según algunos, la respuesta que en un primer encuentro con autoridades hacendarias, recibió el recién designado secretario ejecutivo del Sistema Nacional Anticorrupción, Ricardo Salgado Perrilliat que, de manera oficial, confirmó que “a la brevedad”, comenzarán a fluir los recursos presupuestales necesarios —algo más de 200 millones de pesos en lo que resta del año— para implementar el mecanismo de combate a la corrupción.
* Contra todos los pronósticos y buenos deseos expresados por algunos en el sentido de que el Partido Acción Nacional “llegará unido, sin fracturas…” al 2018, lo cierto es que la puja por la nominación blanquiazul tiende a complicarse al paso de los días como resultado, valga insistir, de la falta de decisión de Ricardo Anaya, que insiste en jugar a ser juez y parte, como denuncian Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
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La estación/
GERARDO GALARZA
Excelsior
No hay más
El próximo Presidente llegará al cargo con los sufragios de poco más del 30% de los votantes y con un porcentaje menor de los inscritos en el padrón electoral.
En esta columna nunca se han hecho ni se harán pronósticos electorales. Son inútiles, sobre todo, en un país como México. Sin embargo, los recientes procesos electorales celebrados en los estados de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, —considerados, sobre todo, los de la primer entidad como la antesala de la elección presidencial— permiten prever lo que ocurrirá en el año 2018.
Esas previsiones no auguran nada bueno.
—Dentro de poco más de un año, los mexicanos veremos cómo los perdedores (partidos y candidatos) en las elecciones presidenciales reclamarán “fraude” y será, si las gana el PRI, producto de “una elección de Estado”. ¿Existirá el fraude? ¿Se podrá probar el fraude? ¿Conviene participar si se anticipa que habrá fraude? ¿Cómo evitar el fraude?
-El próximo Presidente de la República (gane quien gane) llegará al cargo con los sufragios de poco más del 30 por ciento de los votantes y con un porcentaje menor de los inscritos en el padrón electoral. Imagine usted que el abstencionismo llega al 50 por ciento de los inscritos en el padrón electoral, entonces, los votos efectivos que recibirá el ganador ascenderán, entonces, a poco más del 15 por ciento de la ciudadanía. ¿Será legal y legítimo el nuevo Presidente? Legal, sí, la ley no prevé ninguna votación mínima; ¿legítimo?, es una buena pregunta. No se distraiga pensando en una segunda vuelta electoral. Ya no hay tiempo para reformar la Constitución y la legislación electoral para el proceso del año próximo.
-El Congreso de la Unión (cámaras federales de Senadores y Diputados) estarán integrados por tres fuerzas políticas (PRI, PAN y Morena) más o menos similares, es decir, minorías amplias; una minoritaria: PRD, y miembros de otros partidos que se sumarán a las primeras según les convenga (es un decir). Entonces, el nuevo Presidente no tendrá una mayoría legislativa (como ha ocurrido con los tres anteriores: Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto) para conseguir reformas legales sustantivas.
-Así, el próximo sexenio será uno más perdido. Como los han sido los tres ya mencionados. Con él sumarán 24 años en los que el país ha vivido casi por inercia y “nadando de a muertito”, en las aguas de las disputas políticas interminables. El nuevo gobierno no gobernará y, cuando mucho, administrará un cuantioso presupuesto, del que muchos o algunos (seamos optimistas, pues) se beneficiarán personalmente.
-La disputa por la Presidencia de la República será entre el PRI, Morena y el PAN. Morena ya tiene candidato (Andrés Manuel López Obrador); la baraja real del PRI no va más allá de Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, José Narro Robles y José Antonio Meade; en la del PAN, también la real, están Ricardo Anaya y Margarita Zavala; en el PRD, Miguel Ángel Mancera y, quizás, Juan Zepeda. Pare usted de contar. No hay más. No habrá ningún Macron, vamos, ni siquiera un Bernie Sanders mexicano. Los demás partidos, seguramente, se sumarán a las candidaturas de los designados. Cierto, la selección de candidatos y las probables alianzas podrían influir en el resultado final.
-El PRI hará alianza con su partidos satélites (PVEM, PANAL, MC, PES y quizás PT); Morena podría hacer alianzas con el PT y el PRD; al PAN su única opción de alianza sería con el PRD, que les ha dado victorias en varios estados, pero el problema sería el nombre del candidato, ninguno de los dos partidos está dispuesto aceptar a los mencionados de uno y otro lado; el PRD tiene tres opciones: su propia candidatura o alianza con Morena o con el PAN. En cualquier caso y con cualesquiera de las fórmulas, la votación se repartirá prácticamente en tercios.
Esto, entre muchas otras cosas, es lo previsible (es lo obvio; que no le vendan espejitos analíticos) que ocurra en la política mexicana en el próximo año. No hay más y tampoco para dónde hacerse.
Bueno, sí, una previsión más: el próximo Congreso de la Unión aprobará una “nueva” (la enésima) reforma política-electoral que, dirán, vendrá a solucionar todos los males habidos y por haber, como lo prometieron con todas aquellas aprobadas prácticamente cada tres años desde 1994 a la fecha.
Por eso, ni están equivocados ni les falta razón a aquellos que creen que el modelo político mexicano está agotado, tanto que los comicios estatales de la semana pasada fueron presa fácil de las viejas mañas de los llamados alquimistas electorales, especie que se suponía extinta, pero ahora renacidos en prácticamente todos los partidos.
CAMBIO DE VÍAS.- Esta Estación  cerrará sus puertas y volverá el próximo 9 de julio.
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El fin sobre el medio/Eduardo Caccia
Reforma
Jorge Ibargüengoitia escribió con ironía ante el teatro electoral del sistema político mexicano en los setentas: "El domingo son las elecciones, ¡qué emocionante!, ¿quién ganará?". Ni duda hay que vivimos otros tiempos. La certeza electoral se ha diluido, pronosticar resultados resulta cada vez más complejo. El monopolio partidista se convirtió en oligarquía y nuestra incipiente democracia ha llegado al punto de requerir el aire renovador de la segunda vuelta que permita condiciones para un mejor gobierno.
Los mexicanos tenemos sentimientos encontrados con la capacidad de elegir gobernantes. La democracia es la elección de la mayoría; sería mucho mejor pensar en la buena elección de la mayoría, pues hasta ahora ha sido la mala elección de muchos. No todos los votantes tienen capacidad para tomar una buena decisión y no todos los votados son capaces. Estamos tan obsesionados con tener democracia que se nos olvida el fin: tener un buen gobierno. Si nos dieran a escoger entre tener un régimen democrático o tener un buen gobierno (y sólo puedes escoger uno), ¿qué escogerías?
Yo no tengo conflicto en preferir el fin sobre el medio. Entiendo que no todos piensan igual, que cuestionar la democracia equivaldría a decir en la Edad Media que la Tierra pudiera no ser plana o, en un alarde de sabiduría, afirmar que es redonda. El dilema es que el régimen democrático parece ser el menos malo de los sistemas políticos; no tenemos certeza sobre la eficacia de otro tipo de método para obtener un buen gobierno. Una variante democrática sería fortalecer el sistema de elección discriminando la elegibilidad de votar y ser votado. El mismo autor de Instrucciones para vivir en México apuntaba: "¿Quién está capacitado?... Para ser elector se necesita criterio... es necesario pasar un examen de civismo". Y días después añadía: "He llegado a la conclusión de que saber civismo no es criterio, por la sencilla razón de que el problema no es de conocimiento, sino de conducta".
El pasado (la conducta comprobable) de las personas, electores y candidatos debería alentar a tener una mejor elección, pero sobre todo un mejor gobierno.
Deberíamos no sólo cuestionarnos cómo tener un mejor sistema electoral sino cómo tener un buen gobierno. Una pista puede hallarse en una pintura de hace 678 años. En el Palazzo Pubblico de Siena, Ambrogio Lorenzetti plasmó en los muros de la Sala dei Nove la Alegoría del Buen y Mal Gobierno, justo donde el cuerpo colegiado de la entonces República de Siena tomaba las decisiones, con la intención de influir en los gobernantes.
En el muro alusivo al Buen Gobierno, Lorenzetti personificó las virtudes y objetivos que deberían regir las prioridades y la ética de los gobernantes. Arriba, la Sabiduría sostiene la báscula de la Justicia, desde cuyas balanzas descienden cuerdas (una forma de transmitir la misión) hacia Concordia y Armonía, y de ahí a 24 hombres, los gobernantes de la ciudad, que a su vez la llevan al Bien Común, coronado por Fe, Esperanza y Caridad, y flanqueado por Templanza, Justicia, Prudencia y Fortaleza. (Experimento: pregúntale a tus hijos, a tus amigos, la definición de estos conceptos. Una cultura que desconoce los significados en temas sustantivos ha perdido el rumbo).
En el fresco opuesto, que retrata al Mal Gobierno, destaca, entronado y bizco, el Tirano con cuernos. Arriba de él están Envidia, Orgullo y Vanagloria, y a sus pies vemos personajes como Crueldad, Engaño, Fraude, Furia, División y Guerra. Detrás de todos ellos la degradación, una ciudad en ruinas que no florece, los comercios cerrados, las calles que hablan de conflictos (cualquier parecido con el Gobierno de Venezuela, que alaba a Morena, es una coincidencia) y hasta abajo, sometida y derrotada, la Justicia.
No necesitamos a Lorenzetti para saber qué alegoría refleja la condición de México. El cambio hacia un Buen Gobierno difícilmente vendrá de un individuo, así haya sido elegido por la buena decisión de la mayoría. No se trata de un cambio de líder nada más sino un cambio de sistema social y político (es decir nuestro sistema cultural). Las pistas de ese cambio están en la formación de mejores ciudadanos. El plan de estudios se dibuja en los frescos de un palacio medieval.
@eduardo_caccia
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La rebelión que viene/Luis Rubio
Reforma
Todo mundo supone que el presidente tendrá la posibilidad de imponer al candidato de su preferencia, como si nada hubiera cambiado en las últimas décadas, pero especialmente desde la derrota del PRI en 2000. El viejo sistema se fue deteriorando -y produjo repetidas crisis- no por la capacidad o incapacidad de personas en lo individual, sino porque el sistema concebido luego de la Revolución ya era incompatible con un mundo cambiante y un país moderno, grande y demandante. Ahora, luego de patéticos resultados electorales -con calzador y, en el mejor de los casos, de panzazo y con conflicto subsecuente-, la mera pretensión de poder imponer a un candidato desde el zenit presidencial parece absurda. Como dijo Marx, la historia se repite, la primera vez como tragedia, luego como una farsa. Ante este escenario, quizá no haya pregunta más importante para el próximo año -y, quizá, para la próxima década- que la forma en que actuarán los priistas.
La historia del PRI es la historia del dedazo, la concentración del poder -del poder unipersonal-, de la paz impuesta desde el centro y del control político vertical. Ese es el modelo que ha intentado recrear el presidente Peña en estos años, pero su inviabilidad ha sido el resultado de la nueva realidad política -y social, económica y tecnológica- que caracteriza al país y al siglo XXI. El PRI de hoy ya no es el de antes y los sistemas de control de antaño sólo producen confusión y, luego, caos.
El nuevo panorama, justo a un año de los próximos comicios para la presidencia, no es alentador para un gobierno tan impopular y, sobre todo, para un momento tan sensible y delicado, tanto en lo interno como en lo externo. No es sólo el enojo popular, la inseguridad que ignoran y desdeñan los políticos o el pobre desempeño económico para un enorme número de mexicanos, sino también la evidencia de corrupción y la flagrante impunidad. No es obvio que estas circunstancias sean distintas al pasado, pero sí lo son las percepciones y el amplio acceso a la información. Como dice David Konzevik, "los pobres de hoy son ricos en información y millonarios en expectativas". Cualquiera que sea la causa, el PRI que hoy se perfila a la próxima justa presidencial no vive sus mejores días.
El problema del PRI ciertamente no es novedoso, pero el gobierno actual lo ha agudizado; ha enajenado a los propios priistas: su administración incluye esencialmente a políticos del Edomex y excluye a prácticamente todos los demás, circunstancia que ha enardecido al partido en todos los rincones del país. En segundo lugar, desapareció la quizá más impactante de las características que hacían distintivo al PRI: su disciplina casi leninista en la búsqueda del poder. En las elecciones de 2015, por ejemplo, el gobierno jugó contra el PRI en una jugarreta de palacio pero con desastrosas consecuencias para el PRI. Tercero, tan distante de la realidad se ha vuelto que se ha perdido en estratagemas de fragmentación del electorado que lo han convertido en el principal promotor de Morena.
Por donde uno lo vea, el gobierno se ha convertido en un dolor de cabeza para los propios priistas. Es en estas condiciones que se avecina la asamblea del PRI de agosto próximo. Dado el desempeño del gobierno y del partido, todo anuncia que habrá una enorme rebelión entre los priistas, rebelión contra el gobierno o, más concretamente, sobre cómo se nominará al próximo candidato presidencial y con qué mecanismo o criterio. Es decir, una rebelión contra el dedazo.
Una rebelión no tiene por qué implicar gritos o golpes, pero sí puede entrañar una transformación radical del sistema político mexicano y ahí yace su trascendencia y complejidad. Trascendencia porque el sistema de gobierno que tenemos, el que construyó Plutarco Elías Calles empleando como modelo -diría Roger Hansen- al porfiriato, sigue siendo el mismo en su esencia a pesar de la enorme transformación que ha experimentado el país (y el mundo) en el último siglo, o sea, un anacronismo. Por otro lado, la complejidad de una rebelión como la que anticipo radica en que algunos de los "alzados" buscarían preservar los privilegios pero sin la disfuncionalidad del dedazo (o sea, la tía y la bicicleta), en tanto que algunos otros, quizá los menos, promoverían una reforma radical del sistema.
Vienen, en consecuencia, meses complejos en los que se podrían sentar las bases para la reconfiguración del viejo sistema político o para su colapso final. Cualquier cosa es posible, sobre todo porque lo fácil es iniciar una rebelión; mucho más difícil es controlar su resultado: una vez que ésta inicia, nadie sabe cómo termina. En un escenario así, los priistas tendrían en sus manos la oportunidad de crear condiciones para la construcción de un nuevo sistema político (y darle sepultura al disfuncional sistema de hoy), o para generar caos al pretender preservar los privilegios sin darle viabilidad económica o política. La diferencia radicaría en quién o, más bien, qué gana: la construcción del nuevo entramado institucional que le urge al país o el intento de preservar, bajo nuevas reglas, el mundo de corrupción, privilegios e impunidad que han sido el sello de la casa desde su inicio.
@lrubiof
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