21 ene 2018

Las columnas políticas, hoy, 21 de enero de 2018.....

l 2017 terminó como el más violento en los últimos 10 años en México!..
La Administración de EPN  sumó durante 2017 25 mil 339 homicidios dolosos, la cifra más alta desde el primer año de Felipe Calderón...

Durante los cinco años de gestión del priista se acumularon 96 mil 421 denuncias por homicidio doloso, de acuerdo con el último corte, a diciembre, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Esto es, un promedio diario de 52.8 carpetas de investigación abiertas en el País.
Con Calderón fueron abiertas, en promedio, 49.9 denuncias al día.
La actual Administración cerró el año pasado con el pico más alto en este delito, incluso más que 2011, el más violento registrado en el sexenio de Calderón, cuando se reportaron 22 mil 409 casos.
Al inicio de su gestión, el Presidente Peña aseguró que la estrategia gubernamental estaría basada en no crear una apología de la violencia, no confrontar a grupos criminales y centrar la batalla en la captura de 122 capos.
En casi todo el País la violencia escaló; no obstante, los estados más críticos son Colima, Nayarit, Veracruz, Baja California, Baja California Sur, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí y Zacatecas. (Reforma).
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Renuncia Gabriela Cuevas al PAN, se va con AMLO
En un mensaje a medios en las instalaciones de la Cámara de Senadores, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores anunció su decisión de abandonar también la bancada panista, por lo que mañana se declarará senadora independiente.
"He decidido, con la misma convicción democrática, unirme al movimiento plural al que ha convocado el licenciado Andrés Manuel López Obrador. Mi propósito es persistir en la lucha, por una democracia más justa y más libre en nuestro País. Hoy es tiempo de reconciliación, inclusión, libertades y pluralismo", dijo.
Habrá muchas reacciones...
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Las columnas políticas, hoy, 21 de enero de 2018......
Templo Mayor>/ Reforma
GRAN carambola se armó en Chiapas con la imposi... perdón, con la postulación de Roberto Albores como candidato del PRI-PVEM a la gubernatura.
DE INMEDIATO, 14 diputados locales renunciaron al Verde y cuentan que Eduardo Ramírez, su dirigente y suspirante a gobernador, se acercó con el Frente que encabeza Ricardo Anaya para negociar con ellos y tratar de que lo postulen.
Y AUNQUE Dante "El Regañón" Delgado quiere que María Elena Orantes repita en esa candidatura que tuvo hace seis años, la actual diputada perdió mucha presencia cuando Miguel Ángel Osorio no logró la nominación presidencial.
ASÍ ES QUE no sería descabellado que el Frente arropara a Ramírez, lo que le pegaría al gobierno del pevemista Manuel Velasco y pondría en aprietos no sólo a Albores, sino también al morenista Rutilio Escandón, quien ya se hacía en la silla de gobernador. Agárrense, que el culebrón apenas comienza.
VAYA que no es lo mismo ser cantinero que borracho. Quien no lo crea que le pregunte a Martín Esparza, quien ha intentado pasar de ser líder sindical del SME a empresario cooperativista... pero su pasado le gana.
PORQUE nomás no se entiende que una empresa parte de un consorcio privado que busca ganar una millonaria licitación internacional para la red de distribución eléctrica del Nuevo Aeropuerto Internacional de México recurra ¡a los plantones! para tratar de demostrar la "fuerza" de su oferta.
LOS ACCIONISTAS, que no son otros que los ex integrantes del SME, ya advirtieron que pelearán por ese contrato para recuperar "lo que les arrebataron" al desparecer Luz y Fuerza del Centro. Aunque la mona se vista de traje... ¡se le nota el overol!
MUCHO está en juego en Morelos, donde la Comisión de Selección del Sistema Estatal Anticorrupción por fin puede designar a los cinco integrantes del Comité de Participación Ciudadana de la entidad.
Y ES QUE de ello depende la articulación del Sistema Nacional Anticorrupción que debe instalarse en las 32 entidades. El asunto es que, en mayo de 2015, los diputados morelenses eligieron a los miembros de ese comité, lo que resultó ser ilegal.
Y AUNQUE la siguiente Legislatura local les enmendó la plana, los cinco nombrados se ampararon frenando el avance del proceso hasta que, la semana pasada, un juez federal desechó el amparo.
OJALÁ que la nueva designación corra sin contratiempos, pues hay temor de que los quejosos salgan con otro recurso legal que vuelva a poner en jaque el proceso.
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 Frentes Políticos/Excelsior..
I. Espejo respondón. Valiente joven (Anaya) es el que se muestra en la campaña proselitista de Por México al Frente. Lo mismo reta al gobierno federal mexicano, descalificándolo, o a Donald Trump, presidente de EU, advirtiéndole que “México no pagará ni un peso de muro”, si él gana las elecciones. En algo no miente cuando asegura que la corrupción es el problema “más grave” que tiene el país. Es curioso, ¿no se ve al espejo? Hoy critica la supuesta discrecionalidad en la transferencia de recursos federales a los estados, pero cuando era diputado asignaba a diestra y siniestra partidas presupuestales según su conveniencia. ¿Ya se le olvidó la época de los “moches” panistas?
II.Tendencias. No es difícil saber cuándo la gente ha encontrado en sus representantes empatía y buenos resultados. Mariana Moguel Robles rindió en Milpa Alta su segundo informe como diputada. La manera en que la recibieron los vecinos marca la diferencia en el quehacer político, pues hasta la ven como su futura alcaldesa. Ahí, Rosario Robles, su madre, presumió ser la primera mujer que gobernó la CDMX, a lo que Mikel Arriola, precandidato del PRI capitalino, le respondió que seguirá siendo la única, pues derrotará a Claudia Sheinbaum y a Alejandra Barrales. Lo que vino después fue esa euforia popular que en julio se convertirá en votos.
III. Sobrado. Jaime Rodríguez El Bronco, aspirante a una candidatura independiente a la Presidencia de México, se cree un superhombre. Ahora resulta que ofreció al Instituto Nacional Electoral (INE) el apoyo de su equipo, a fin de supervisar 1.6 millón de firmas que dice haber recibido. A través de Javier Pro, su representante ante el Instituto, solicitó acceso como administrador a los registros de firmas para verificar así la ética con que sus más de 30 mil promotores han realizado su tarea en el país, además, pidió que se investigue y revele quiénes consiguieron falsos apoyos. ¿Ahora es un experto electoral cuando ni siquiera supo gobernar a su estado, que es para lo que se le eligió? Vaya…
IV. Errores que cuestan. En la Ciudad de México, el PAN ha tenido históricamente una delegación bastión, la Benito Juárez. Pero Christian von Roehrich, el delegado, tomó decisiones que pulverizarían su capital político. Se gastó un millón de pesos en la compra de letras metálicas con las iniciales “BJ”, que hacen referencia al nombre de la delegación, una medida severamente criticada por los vecinos. Las iniciales de color azul con bordes naranja, colores de Acción Nacional, con dos metros de altura, y que surgieron en avenidas, parques y jardines, no sirven para nada. Bueno, salvo para engordar billeteras.
¿El PAN a la baja en Benito Juárez?, ¡muy bien, señor delegado!
V. Defienden sus derechos. En Washington y otras ciudades de Estados Unidos, miles de manifestantes, en su mayoría mujeres, llenaron las calles en repudio a las políticas del presidente Donald Trump a un año de que llegara a la Casa Blanca. En diversas pancartas se leían consignas como “¡Procesa a Trump ahora!” o “Nunca subestimes la capacidad de una mujer para cambiar el mundo”. Las palabras de la actriz Scarlett Johansson fueron, por segunda ocasión, una inspiración para las asistentes. Asimismo, otra figura importante como Natalie Portman subió al estrado en Los Ángeles para compartir sus experiencias más dolorosas. Trump debería escuchar a sus ciudadanos, porque el malestar crece y apenas tiene un año al frente
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IRRUMPEN LOS CANDIDATOS SIMILARES/ ROBERTO ROCK


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 Chapulines
La estación/GERARDO GALARZA
Excelsior..
Parece una moda dirigirse hoy a los menores de 40 o 50 años, pero hay una explicación: en esos 40-50 años el mundo ha cambiado como nunca antes había ocurrido. Entre esas variaciones está el derrumbe de muchos parámetros sociales, que hoy nada significan a diferencia de la importancia que tenían ayer.
Hace 40 o 50 años era inconcebible que un jugador, de los que ahora llaman emblemáticos, de las Chivas Rayadas de Guadalajara fuera contratado por los entonces Cremas del América o viceversa; o que un pitcher de los Diablos Rojos del México lanzara en la siguiente temporada con los Tigres o al revés; había toreros que se negaban a compartir cartel con otro al que consideraban rival más que compañero de profesión. Además, los partidarios de unos y de otros despreciaban a su antiguo partidismo ante algo así, porque la consideraban una ofensa grave.
Ocurría en muchos otros ámbitos y también en todos los países. En el beisbol de Estados Unidos, con los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York; en Argentina, con el Boca Juniors y el River Plate y, en política, entre peronistas y radicales; en España, con el Real Madrid y el Barcelona.
Pero todo cambia y no siempre para bien.
Y cuando se cree que no podría haber más sorpresas, salta la liebre… ¿Vio usted la fotografía en la que aparece Ricardo Anaya, recién exlíder nacional del PAN, con su chamarra amarilla con el escudo del PRD y, por si hiciera falta la confirmación, con su nombre propio en el otro costado?
¿Supo usted del nombramiento del senador panista Javier Lozano como vocero del candidato del PRI a la Presidencia de la República? Un senador del PAN que hasta el año 2000 fue militante del PRI.
No son los únicos casos. Son apenas los más espectaculares del inicio del año. Pero viene de mucho tiempo atrás. No lo cree, revise las biografías de sus políticos favoritos o despreciados y lo comprobará.
Los políticos mexicanos son tan incongruentes con sus creencias políticas que ya se ha inventado un término para definir a esos saltarines. Se les llama chapulines, y a sus prácticas se les conoce como chapulineo. Y no, no es que sea de sabios cambiar de opinión, que se puede y se vale, sino casi siempre por necesidad de conseguir un hueso, porque ya se sabe que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
El dinero y, en este caso, el poder consiguen todo. En los deportes lo saben y a nivel internacional los organismos que los contratan han puesto reglas para las transferencias de jugadores, generalmente mediante contratos, que deben respetarse so pena de quedar fuera de la jugada.
Esa, aunque parezca una broma de mal gusto, podría ser una buena solución para el chapulineo de los políticos mexicanos: que firmen contratos con los partidos que los postulan o en los que dicen militar, ahora que se cree y se sostiene que ya no importan las ideas políticas (la ideología, pues), sino —dicen— la eficiencia, la eficacia, la excelencia… y otras cualidades que tampoco tienen.
Un contrato entre un político y un partido político garantizaría al votante cierta seguridad de permanencia del votado. Ejemplo: El político A firma un contrato con el partido B por un determinado tiempo y por un puesto a cambio de una candidatura o una designación; el partido C tiene mucho interés en que el político D milite en sus filas, porque le atraerá muchos votantes y, consecuentemente, triunfos y dinero (las prerrogativas oficiales), entonces le puede ofrecer dinero, candidatura o cargos para que se pase a sus filas, pero de manera pública, bajo contrato que deberían cumplir. Así, el votante sabrá más o menos a qué le tira.
La otra solución es la legal, y los políticos, los que llegan a las cámaras de Diputados y Senadores, no estarían muy dispuestos a aprobarla. Sencillo: Quien consiga un cargo de elección popular, deberá cumplirlo en toda su extensión temporal, no podrá renunciar ni pedir licencia, salvo en casos graves (salud, por ejemplo), y en caso de separarse del cargo para el que fue electo, no podrá ser postulado para ningún otro encargo público, mientras no se cumpla el plazo del cargo que tenía.
Como gritan en el futbol, ¡sí se puede!
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 Choca Ale con la base panista…  
De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Excelsior...
Para quienes siempre han votado por el PAN, no merecen de Barrales, su ahora candidata impuesta, respeto alguno
Confirmada la nominación de la perredista Alejandra Barrales Magdaleno como segura candidata del engendro electoral identificado como Por México al Frente, más de uno al interior del blanquiazul ha comenzado a preguntarse si la capacidad de su líder (real), Ricardo Anaya Cortés, y del impresentable cacique capitalino Jorge Romero Herrera, alfil de aquél —“o del jefe de gobierno (Miguel Ángel) Mancera, según pedido…”—, de imponer su voluntad a la militancia alcanzará para que su voto la favorezca.
Y esto, no sólo porque al interior del panismo exista una marcada resistencia a aceptar la “autoimposición” del queretano como candidato de la antinatural alianza electoral suscrita por Acción Nacional con los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, otrora de izquierda sino, esencialmente, porque para quien siempre ha votado por el azul, la referencia a principios y valores ahora abandonados —“englobados en lo que en otro momento se presentó como humanismo trascendente”— y la defensa de causas trascendentes dejadas ya de lado por su dirigencia de turno —“la defensa de la vida, del matrimonio heterosexual y/o el repudio de aborto y eutanasia, por sólo citar algunas”— no merecen de Alesita, su ahora candidata impuesta, respeto alguno.
Es verdad que apenas el pasado jueves 11, con el exclusivo propósito de “atender al llamado del jefe Anaya…”,  a “salvar la candidatura de nuestra amiga…”, prácticamente todos los liderazgos capitalinos —Mauricio Tabe, Santiago Taboada, Jesús Mendoza, Federico Döring, Christian von Roehrich y más— hicieron acto de presencia en el Parque de los Venados para, de la mano del impresentable exdelegado (perredista) Mauricio Toledo, vitorear a la otrora lopezobradorista, lo cierto es que ninguno de los citados puede, con argumentos, mover al voto panista… más allá del “cautivo” por el interés de conseguir algún beneficio o nuevo puesto en el futuro o, peor, el que emite a cambio de dádivas…
Mucho, entonces, huelga advertir, será lo que tendrá que hacer el barralismo azul para, eventualmente, convencer y llevar a las urnas a quienes aún ahora, con todo y el abandono de principios y valores fundacionales, siguen creyendo que tienen derecho a exigir al otrora partido “de las derechas… de la gente bien”, ser representados por gobernantes honestos y que, al menos en el discurso defiendan causas que, hoy por hoy, han sido denostadas igual por el priismo corrupto que por el perredismo pragmático y alejado de toda convicción doctrinal o, incluso, religiosa…
No pasará mucho tiempo entonces, antes que el desconcierto y marcado malestar que la sola nominación de Barrales provocó entre la militancia “tradicional” panista, se evidencie en su rechazo o, peor, en la búsqueda de alternativas distintas.
Al tiempo…
ASTERISCOS
* Un día sí y otro también se le complican las cosas en el entorno político al cuestionado Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas que, en su empeño por satisfacer la exigencia del priismo local de forzar una alianza electoral con su partido, el PVEM, de cara a su propia sucesión, atestigua cómo legisladores, y hasta su dirigente ayer, abandonan “el barco Verde…” 
* No faltó ayer quien, tras confirmarse la muerte del emblemático expresidente de la Coparmex nacional en el bienio 1976-1978, Andrés Marcelo Sada Zambrano, lamentara la inexistencia ahora de líderes empresariales como el regiomontano que, amén integridad y valentía, exhibió siempre un incuestionable liderazgo. Descanse en paz…   
* En Chilpancingo, la fundación papal Scholas Ocurrentes, cuyo consejo asesor en México preside Héctor Sulaimán y dirige Enrique Palmeyro, organizó un torneo denominado FutVal, futbol con valores, que convocó a más de 500 jóvenes cuyo desempeño, al término, fue premiado por la titular del DIF estatal Mercedes Calvo de Astudillo.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
                Twitter: @EnriqueAranada
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Chihuahua vs. SHCP/Juan E. Pardinas
Reforma, 21 Ene. 2018
Cada 5 de febrero le cantamos las mañanitas a la Constitución mexicana. En el discurso y la narrativa histórica, la Carta Magna es la base jurídica sobre la cual se construye nuestra casa común. Sin embargo, hay otra norma menos famosa que no recibe la atención e inciensos de la Constitución, pero que en la práctica funciona como el cemento que mantiene unido al territorio de la República: la Ley de Coordinación Fiscal. En este texto jurídico se establecen las reglas para repartir las rebanadas del tesoro público entre los tres niveles de gobierno. Las fórmulas matemáticas para distribuir las bolsas de ese pastel aparecen detalladas entre los 52 artículos de dicha norma.
La semana pasada, la Secretaría de Hacienda intentó dar respuesta a la denuncia sobre la cancelación de transferencias al gobierno de Chihuahua. El comunicado de la SHCP es una demostración de que se puede contar una gran mentira diciendo sólo la verdad. En su informe semanal, el vocero sostiene que Chihuahua: "Recibió 43,056 millones de pesos por concepto de Participaciones y Aportaciones Federales. Esto implicó 2,000 millones de pesos adicionales respecto al Presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados". Todo esto es cierto. La SHCP se felicita a sí misma por cumplir la Ley de Coordinación Fiscal. Los recursos adicionales no son generosidad de nadie, sino simplemente el resultado de ingresos superiores a los originalmente presupuestados.
Hay fiestas, de mal gusto, donde la mayoría de los invitados tiene acceso a viandas y bebidas medio chafas, mientras que un grupo selecto de comensales es agasajado con las exclusivas joyas de la cava del anfitrión. Para el común de las entidades, se aplican puntualmente las fórmulas de distribución de la Ley de Coordinación Fiscal, pero el meollo de la bronca con Chihuahua está en el Ramo 23, una bolsa de dinero distinta que opera al margen de normas y criterios preestablecidos.
La organización México Evalúa ha hecho un seguimiento puntual de esta bolsa de discrecionalidad. En 2016, en el presupuesto, el Ramo 23 recibió 146 mil millones de pesos, pero al final del año fiscal obtuvo un 74% más del dinero originalmente aprobado. Esta cifra, 255 mil millones de pesos, es mayor al presupuesto total del Estado de México para aquel año. Imagina el poder político que implica disponer de un pastel de ese tamaño para distribuirse entre aliados y adversarios en todos los rincones del país. Con datos de México Evalúa, uno se puede dar cuenta de la dimensión de ese poder. La Chihuahua de César Duarte recibió, en 2016, 1,531 millones de pesos, pero la Chihuahua de Javier Corral recibió, hasta el tercer trimestre de 2017, sólo 61 millones de pesos.
Hacienda tiene más recursos de presión política que la Secretaría de Gobernación. Si se quiere amedrentar a un gobernador que lucha contra la corrupción, el Ramo 23 ofrece las herramientas de la zanahoria y el garrote. Cuando se escriba la historia de este sexenio y se quiera analizar la firmeza del gobierno federal ante las cleptocracias de Roberto Borge en Quintana Roo o los Duarte de Veracruz y Chihuahua, habría que hacer un seguimiento puntual a las entregas del Ramo 23 en estas entidades.
Es una desgracia que ese poder de influencia y financiamiento no se haya utilizado para modernizar las policías preventivas estatales o capacitar a los ministerios públicos a nivel nacional. Los recursos discrecionales del Ramo 23 se podrían someter a distintos concursos para juzgar el diseño de proyectos y la capacidad de ejecución de los gobiernos estatales y municipales. En plena campaña presidencial sería importante escuchar las propuestas de los candidatos para mejorar el impacto y reducir el uso discrecional del Ramo 23. Especialmente interesantes serían las ideas de un aspirante presidencial que ha sido dos veces secretario de Hacienda.
@jepardinas
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Lidiando con Trump/Luis Rubio
Reforma, 21 Ene. 2018
México ha estado paralizado desde que comenzó la novela ¿tragedia? Trump. El hoy presidente estadounidense utilizó una serie de símbolos fáciles de visualizar por el electorado para ganar su elección, sobre todo el muro y el TLC, muchos de los cuales eran contrarios a nuestros intereses y denigrantes para los mexicanos. En la etapa electoral había buenas razones para no responder a sus acusaciones e insultos, evitando con ello darles más pólvora a sus amenazas e injurias. De hecho, hubo un análisis de Nate Silver que mostraba una correlación entre las declaraciones que hacía Vicente Fox y la mejoría de Trump en las encuestas: cuando se le respondía, sus números mejoraban, factor que se extremó con la inusitada invitación al personaje. La estrategia de no responderle durante la campaña tenía una lógica impecable pero, una vez resuelta aquella contienda, la racionalidad de aquella estrategia dejó de tener sentido. A pesar de ello, esa concepción parece persistir en la forma de conducir las negociaciones sobre el TLC, misma que, claramente, no está funcionando.
En la novela Matar a un ruiseñor hay un pasaje en el que al abogado, Atticus Finch, le escupen en la cara y éste no responde, se queda impávido, sin reacción alguna. Más tarde, él explica que es preferible dejarse escupir a que le dieran una paliza a su cliente, la víctima de violación. En contraste con Finch, que entendía perfectamente el contexto racista con el que tenía que lidiar, el gobierno mexicano no parece comprender el poderoso simbolismo que para Trump y su base representan el famoso muro y el TLC. En una palabra, Trump tiene que lograr una victoria, así sea simbólica, que le permita decirle a su base "yo cumplí". El equipo mexicano de negociación no parece reconocer este elemento clave en su estrategia.
El equipo mexicano (en tándem con el canadiense) ha actuado de una manera absolutamente profesional, organizada e inteligente. Estudió con ahínco y cuidado cada uno de los planteamientos de Trump y del equipo negociador estadounidense y ha buscado soluciones dentro del contexto de una negociación técnica. En este sentido, ha propuesto formas de mejorar el comercio, eliminar obstáculos y mejorar los números relativos al déficit comercial que tanto obsesiona a Trump como criterio para denominar al TLC como un fracaso. En el camino, ha hecho propuestas inteligentes y creativas para mejorar el TLC existente y llevarlo a un nuevo estadio que permita hacer más eficientes los intercambios y facilitar el comercio y la inversión. O sea, un trabajo impecable y absolutamente profesional. Sin embargo, a muchos meses de iniciadas estas rondas de negociación, parece evidente que Trump permanece insatisfecho, amenazando de manera reiterada con la cancelación del TLC.
Algunos estiman que esas amenazas no son otra cosa que una táctica de negociación y, sin duda, tienen razón. Su libro, The Art of the Deal, resume toda una forma de ser y ver al mundo: en esencia, todo es negociable y toda la vida es una negociación permanente en la cual unos ganan y otros pierden, por lo que hay que poner contra la pared a todo interlocutor. Desde esta perspectiva, es indudable que mucho del teatro que circunda a las rondas de negociación entraña un continuo de intentos por "ablandar" a los negociadores. Pero, más allá de los asuntos concretos que están en la mesa, esta negociación no se refiere a la adquisición de un predio o un hotel, sino que entraña un innumerable conjunto de actores e intereses -incluyendo a muchos de los estados que concentran a la base dura de Trump- y frente a los cuales él necesita salvar cara. Es decir, por más que la negociación se refiera a cosas técnicas -déficit comercial, resolución de disputas, reglas de origen, compras gubernamentales, propiedad intelectual, comercio electrónico y así sucesivamente- detrás de ello yace un compromiso político que fue clave para su triunfo electoral. Sin sus gritos sobre el muro o sus promesas por terminar con el TLC, Trump jamás habría sido presidente. En consecuencia, él necesita más que soluciones técnicas: requiere satisfactores simbólicos que respondan a sus promesas en campaña.
Está claro que México no va a aportar fondos para que construya un muro o ceder en elementos centrales al funcionamiento del comercio o los flujos de inversión. Sin embargo, así como ha habido una enorme creatividad en la parte técnica de la negociación (algo que ha caracterizado a los equipos negociadores mexicanos desde que comenzó la primera negociación al inicio de los noventa), es imperativo encontrar formas de satisfacer sus requerimientos simbólicos. Ante todo, hay que reconocer que éstos son al menos tan importantes para el gobierno norteamericano como lo demás. Tal vez más.
Hace unos meses, Paco Calderón, mi vecino en esta página y entrañable amigo, propuso que el equipo negociador adoptara una vaca morada -como si fuera algo sacrosanto- como un activo creíble que ceder en las negociaciones. Es tiempo de reconocer que Trump tiene unas vacas moradas muy grandes en su mente y que hay que encontrar la forma en que las deje ir sin, en el camino, perder su credibilidad ante el electorado. Ciertamente, no es ciencia del espacio.
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La transa/Eduardo Caccia
Reforma, 21 Ene. 2018
No recuerdo el nombre de su clase. Fue mi profesor universitario y una tarde valió por todas las del semestre, marcó una huella profunda en mí y en varios de mis compañeros. El suceso pasó de ser anecdótico a convertirse con el tiempo en una profunda reflexión. Masaya Yasumoto hablaba un español con acentos erráticos. Durante un examen, quizás más influenciado por la nostalgia de su lejano Japón que por ponernos a prueba, nos dijo que en su país el honor era algo muy importante y que un maestro podía salirse del salón a la mitad de un examen sin que los alumnos aprovecharan para copiar. Acto seguido abandonó el aula con la confianza de un samurái en un rito de paso. Durante unos segundos sentimos el desconcierto de quien por primera vez tiene el honor en sus manos. Sobrevino nuestra vergonzosa cultura de ilegalidad.
Los códigos culturales nipones y mexicanos son distintos. Allá el honor no se enseña en la universidad, se mama desde la infancia. ¿Qué aprende desde niño un mexicano? Aprende a transar y a simular porque ve esos ejemplos, aprende que la cultura de su país (léase como cultura: conjunto de rituales, modus operandi, creencias, valores, que practican las personas para lidiar con la realidad) premia a los transgresores y que estos pocas veces son castigados.
Resulta muy preocupante lo que ha destapado Pedro Ferriz de Con, aspirante a una candidatura independiente a la Presidencia de México, al denunciar ante el INE la existencia de una red de tráfico de credenciales de elector que ha sido aprovechada, a decir del demandante, por otros aspirantes como Jaime Rodríguez El Bronco, Margarita Zavala, Armando Ríos Piter y Édgar Portillo.
La presunta transa, sobre la que el INE deberá manifestar el resultado de la auditoría que está llevando a cabo, preocupa pero no sorprende, y esto, el que no nos sorprenda, nos debería preocupar más que el hecho mismo. En México se nos ha atrofiado la capacidad de sorprendernos ante el tramposo. Es tal la fuerza de la cultura de ilegalidad que ya hasta nos cansamos de sospechar, pasamos directamente al veredicto.
Es imperativo que los candidatos a la Presidencia de México nos digan qué piensan, qué proponen para combatir la ilegalidad que, como engrudo, detiene el progreso de nuestro país. Yo les propongo que lean el trabajo de investigación del doctor José Guillermo Zúñiga Zárate, Las hazañas bribonas: cultura de la ilegalidad, donde con gran sentido común, claridad y contundencia, el autor analiza el fenómeno, propone soluciones y llama bribón (yo le digo transa, tramposo, gandalla) al que transgrede la ley con objeto de sacar ventaja ilícita. El investigador comenta que no basta con enseñar valores y códigos morales para superar nuestro problema de honestidad, dice que "el meollo del asunto está en la manera en que hemos aprendido y se nos ha enseñado culturalmente cómo ser bribones...". Dicho en otras palabras: ¡es la cultura, estúpido!
El doctor Zúñiga ha identificado cuatro componentes de un acto tramposo: la oportunidad (alguien me vende millones de datos de credenciales de elector), el sigilo (nadie sabrá cómo le hice para conseguir tantas firmas), la oposición (si no aprovecho, no conseguiré las firmas) y la emoción (¡voy a la boleta porque voy a la boleta!), y considera fundamental que la persona sea consciente de ese patrón, de sus cuatro componentes, para recapacitar y decidir no ser tramposo.
En nuestra cultura la simulación tiene un papel tristemente protagónico. Durante este año electoral sería desastroso que los comicios para renovar poderes sean un acto mayúsculo de simulación. Lo denunciado por Pedro Ferriz pone en jaque la credibilidad del INE y pone el dedo en la llaga: en México todo es sujeto a negocio ilícito. Los candidatos presidenciales podrían proponer una reforma cultural y educativa con los principios del doctor Zúñiga. Enormes árboles aguantan tormentas, incendios, sequías, pero sucumben ante el embate minúsculo de termitas o comejenes. Así son nuestros pequeños y cotidianos actos tramposos que creemos inofensivos.
Olvidé la calificación de aquel examen universitario; me queda claro que todos nos hicimos harakiri, pero sobrevivimos para contarlo. Reprobamos una materia extraña y fugaz en México: Honor.
@eduardo_caccia
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Tropiezos en la precampaña de un candidato débil/JOSÉ GIL OLMOS
REVISTA PROCESO # 2151, A 20 de enero de 2018
Sin una clara identidad política –un no priista que carga las históricas lacras priistas–, entre rumores que van y vienen sobre su posible sustitución, rebautizada ya sin su nombre la coalición que lo apoya, el aspirante oficial a la Presidencia, José Antonio Meade, ha tenido escasos avances en su precampaña y se mantiene estancado en el tercer lugar de las preferencias. Su discurso no incide, dicen algunos expertos. Y Javier Lozano, su recién nombrado vocero, reconoce que tiene un reto muy grande: convencer a los ciudadanos de que el PRI, más allá de la corrupción, “tiene una parte muy positiva”.

A un mes de iniciada su precampaña por la Presidencia, y con los sondeos de opinión en su contra –lo colocan en tercer lugar, detrás de Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya–, comienzan a circular versiones de que José Antonio Meade Kuribreña podría ser sustituido como abanderado del PRI por su coordinador de campaña, Aurelio Nuño.
Su discurso no ha pegado en la opinión pública y tiene dificultades con los militantes del PRI para identificarse como su precandidato, pese a que les pidió “háganme suyo” en su primer acto de precampaña.
Las versiones de que podría ser sustituido antes de que venza el plazo de registro para los candidatos presidenciales comenzaron a circular los primeros días de este año. Pese a ello, el pasado lunes 8, en una entrevista en televisión, Meade rechazó que vaya a ser remplazado por un “candidato emergente”.
“Entonces no habiendo encontrado espacios de debilidad, espacios que criticar, no teniendo la posibilidad de poner propuestas serias, pues empiezan a buscar –yo creo que en los manuales, a veces– algunas de estas fórmulas viejas, generar ruido o incertidumbre; pero no se preocupen, por eso yo les voy a ganar”, sostuvo el precandidato en esa entrevista.
Javier Lozano, vocero de la precampaña de Meade, le asegura a Proceso que el exsecretario de Hacienda está firme para ser candidato presidencial y rechaza las versiones de que Nuño lo sustituiría en febrero.
“¡Esa es una barbaridad! ¡Es una estupidez! Es algo que lo vienen alimentando los otros precandidatos. Si, como ellos dicen, vamos a la baja, que no levanta la campaña, que va a haber sustitución de candidato, no tendrían por qué ocuparse un minuto de nosotros. En cambio, todos los días están hablando del mismo asunto, porque saben que el verdadero rival a vencer es Meade, porque Anaya se va a quedar en tercer lugar”, dice tajante.
Sin embargo, estrategas de campaña, encuestadores y especialistas en temas electorales advierten que el abanderado del PRI no ha logrado identidad política ni de imagen, además de que su discurso no incide, razones por las cuales se proyecta como un aspirante débil, estancado en el tercer lugar de las preferencias, detrás de Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya.
El pasado 27 de noviembre, al anunciar su aspiración, algunos sondeos colocaban a Meade a cinco puntos del puntero, Andrés Manuel López Obrador. Pero las encuestas más recientes señalan que sigue en el mismo tercer lugar con el que comenzó su precampaña e incluso bajó en porcentaje.
Por ejemplo, la encuesta publicada en el diario El Economista, realizada entre el viernes 12 y el domingo 14, indica que López Obrador sigue a la cabeza con 23.6% de la intención de voto, 0.6 puntos más que el mes anterior. Ricardo Anaya, que tenía 20% en diciembre del año pasado, subió a 20.4% y se mantiene en segunda posición. Meade, en cambio, tuvo una caída de 1.2 puntos y pasó de 19.4% en diciembre 2017 a 18.2% este mes.
Sin identidad
Francisco Abundis, director de Parametría, precisa que en un mes no cambian mucho los porcentajes de percepción ciudadana de los principales aspirantes a la Presidencia, que han sido sometidos a estudios demoscópicos desde junio del año pasado. Y señala que el reto de la campaña de Meade sigue siendo la identidad.
“¿Cómo le haces para comunicar que no eres priista, que eres un candidato ciudadano o independiente o como se le quiera llamar, con otros valores, cuando la gente lo sigue viendo como el candidato del PRI. Esto es un dilema?”
–¿Un dilema de identidad? –se le pregunta a Abundis.
–Es de identidad y es de vinculación con una administración. Meade podrá tener la ventaja de que no es la única administración con la que ha trabajado, lo cual podría servirle para desmarcarse. Pero eso es un juicio más elaborado, con información más detallada y no sé si el elector o el público tenga la paciencia para hacer esos deslindes.
“La gente se mueve por la gran foto, por la imagen, por lo que dice el candidato, por lo que propone o representa, y no creo que los candidatos opositores dejen de decir que Meade es priista. Es claro el dilema que tiene”, indica el especialista en políticas públicas y asuntos internacionales, con posgrados en las universidades de Oxford y Columbia.
Al respecto, Lozano admite que no ha sido fácil posicionar a Meade como candidato de un partido que ha tenido un enorme desgaste por los escándalos de corrupción y con un presidente que tiene el mayor porcentaje de desaprobación ciudadana desde la administración de Ernesto Zedillo.
“El reto es muy grande para que pueda decir que el PRI tiene una parte muy positiva, que es un partido que ha forjado instituciones democráticas, republicanas, que generan incertidumbre para la inversión, que haya una auténtica división de poderes, que nazcan órganos autónomos de Estado.
“También que Peña es un presidente que en los primeros años – ahorita lo rechaza Anaya que es un hipócrita y repudia todo lo que huela a PRI– fue capaz de lograr los acuerdos necesarios para sacar todas las reformas que estaban pendientes desde hace 25 o 30 años”, señala Lozano.
No obstante, considera que “si se logra armonizar la parte de desarrollo institucional, democrático, de leyes e instituciones; si se toma en cuenta que el PRI tiene una militancia muy vigorosa, participativa, activa, dura en cuanto a sus convicciones y a su forma de operar en tierra, que es básico en un proceso electoral; si se toma en cuenta el rostro ciudadano de José Antonio Meade, de que sin militar en un partido y que fue un funcionario público de excelencia, entonces tenemos el mejor escenario, porque tenemos a un ciudadano que no tiene inclinación partidista y con gran experiencia para manejar la administración pública federal, que no puede quedar en manos de improvisados, ignorantes o corruptos”.
Pero mientras se llega a esta meta, el panorama para Meade es complicado para ofrecer una imagen fuerte, con un discurso vigoroso que marque agenda y sea escuchado por la ciudadanía.
Darío Mendoza, consultor político y estratega de procesos electorales, director de BlitzDigital, afirma que aunque arrancó con una alta expectativa –al ser el menos conocido podía crecer–, la precampaña de Meade empezó con una debilidad en el mensaje, pues carece de identidad política y no tiene experiencia en campañas.
“Meade, al ser el desconocido en el PRI, podía crecer de manera favorable, pero lo que hemos visto es que tanto en sus mensajes como en los promocionales le faltan fuerza e identidad; percibo que hay muchas voces que lo asesoran y no se ponen de acuerdo, por eso no termina de cuajar en mostrar quién es”, dice Mendoza, quien ha colaborado como consultor en campañas en México y Centroamérica.
Asesor político en el gobierno de Vicente Fox, destaca la importancia de que Meade logre una identidad política propia, que sea él mismo; porque, de no hacerlo, le va a costar comunicarse.
“Por ejemplo, al arrancar quedando bien con el PRI, que es parte de la precampaña, en realidad se le ve incómodo porque no es un priista típico, y al ponerse a gritar en los mítines de los sectores corporativos se ve como un político antiguo. Es entonces cuando muestra un problema de falta de identidad”, señala.
Explica que en tanto no consiga tener un mensaje propio, Meade seguirá estancado detrás de López Obrador y de Anaya, porque no va a mostrarse como un candidato convencido de sí mismo.
“Un candidato debe estar convencido de lo que dice, vivir lo que dice para expresarlo mejor. Meade no está cumpliendo ahora ese punto. No se sabe si nos esta vendiendo el futuro o un PRI viejo, como ahora se le ve.”
Desde su punto de vista, en esta primera etapa Meade no ha logrado verse como antes de que fuera precandidato, cuando era un secretario que se paraba de manera firme y hablaba muy bien.
“Hoy no sabemos cómo es”, insiste Mendoza, y señala que otro error que comete es la manera de enfrentar a López Obrador, porque de tanto hablar de él lo están fortaleciendo.
Una pesada losa
Gisela Rubash, directora de Consultores y Marketing Político y quien participó en la campaña de Alfredo del Mazo en el Estado de México, justifica el lento arranque de la campaña de Meade aduciendo que nunca había hecho alguna y que su mayor proximidad con la gente fue como secretario de Desarrollo Social.
Observa que el precandidato y su equipo están siguiendo un plan estratégico para su posicionamiento dentro del partido, por lo cual seguramente irá a los 32 estados antes del 11 de febrero, a fin de que lo conozcan y, como lo dijo, lo hagan “suyo”.
Asegura que Meade aumentó su presencia, y aventura que para febrero es probable que esté en segundo lugar, por lo que está haciendo él y por lo que hace el PRI. No obstante, reconoce que el precandidato y su equipo enfrentan dos problemas esenciales: la identidad partidista y el tema de la corrupción.
“Definitivamente su gran reto es ganarse al PRI, que le puede dar un piso de 24% a 26% de la votación. Sin eso, difícilmente tiene una posibilidad de ganar; necesita convencer a los priistas y en ese proceso está, para eso es la precampaña.”
Sobre la corrupción, reconoce que difícilmente Meade lo podrá solventar, porque ese tema es ya un paradigma en el PRI, aunque los otros partidos sean iguales o peores.
“Es un paradigma muy arraigado y asociado con el PRI y creo que va a depender mucho de la propuesta que Meade haga en el tema de transparencia. La gente pide no sólo que los metan a la cárcel, sino que les quiten todos los bienes con los cuales se favorecieron”, observa Rubash.
Por eso, considera que Meade debe tener muy claro este tema y en el momento en el que lleguen las propuestas debe ser el candidato con el ofrecimiento más contundente en el combate a la corrupción, porque es, quizás, junto con una propuesta en el tema de seguridad, donde está la posibilidad de ganar.
El voto útil del PAN
Lozano rechaza la idea de que “la curva de aprendizaje” para Meade ya terminó en el primer mes de precampaña y afirma que se trata sólo del fin de la primera etapa de posicionamiento y ahora empezará la fase de propuestas.
Dice que falta mucho tiempo de precampaña y campaña, pero avizora que cuando lleguen los debates, las propuestas y los contrastes, Meade se afianzará en primer lugar, “porque una cosa es la simpatía inicial que se puede tener por un proyecto, y otra, que en una contienda cerrada, donde un voto puede ser la diferencia, la gente va a tomar la decisión que más beneficie a México. Parece que en esa ecuación es donde va a ganar José Antonio Meade”.
A partir de este escenario pronostica que Meade puede ganar con el voto duro del PRI y el de los militantes y simpatizantes del PAN que están desencantados con la candidatura de Ricardo Anaya y aquellos que queden fuera de las listas de candidatos a diputados, senadores, gobernadores y presidentes municipales.
“Creo que tenemos 20 millones de votos para ganar, yo sí creo que es una cifra alcanzable precisamente por la suma de un voto duro, de una estructura sólida del PRI, y con los simpatizantes del PAN que se irán acumulando con el paso de la campaña”, dice el senador.
–¿En sus mediciones internas confirman que la campaña está bien?
–Sí. Por una razón: si bien es cierto que de los tres el menos conocido es Meade, el que tiene los mejores positivos, los mejores atributos, es José Antonio Meade. Esto es una ventaja, porque aún falta tiempo para crecer y entre más te conocen, le caes mejor a la gente.
Por otro lado, el senador panista y ahora vicecoordinador del mensaje de equipo de campaña del precandidato del PRI reitera que Rusia está apoyando la campaña de López Obrador, a quien llamó “Manuelovich”, y asegura que no es una especu­lación, sino que se basa en varios elementos.
“Hay varios elementos. Uno es que el órgano de propaganda política rusa, el Russia Today, donde tiene una participación muy activa John Ackerman, no es un medio de comunicación, sino que es un órgano de propaganda oficial. Esta no es una distinción sutil, es una diferencia muy importante. Ahí está colaborando Ackerman, en este órgano de promoción y propaganda política de Rusia, como lo dijo la Comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, reproducido después por León Krauze y retomado por The Wall Street Journal”, señala.
Argumenta que no se trata de un apoyo explícito ni que vayan a inyectarle dinero a la campaña de López Obrador, sino que la injerencia de Rusia es por la puerta de atrás, a través de las tecnologías de la información o con un ataque cibernético.
“Es meterse por la puerta de atrás, a partir o a través de las redes sociales, y con ello se generan las fake news, la desin­formación, que en un ambiente crispado, de desazón, de molestia, puede generar un clima de polarización, incertidumbre o crispación que alimente una inercia que lleve a esa alternativa, que es la de López Obrador.”
Según Lozano, en la lógica de la certidumbre jurídica, así como de las inversiones o de la buena relación de México con Estados Unidos y en la región de Norteamérica, lo que más puede desestabilizar esos buenos equilibrios sería el triunfo de López Obrador.
En contraste, rechaza las versiones de que el especialista en campañas Juan José Rendón, de origen venezolano, al que López Obrador y su equipo señalan como el responsable de la campaña negra en su contra y de las pintas de apoyo que aparecieron en Venezuela, esté dentro del equipo de Meade.
“Te podía decir que es como el diablo, todo el mundo habla de él y nadie lo ha visto. Yo llevo 12 años escuchando de él y nunca lo he visto. Obviamente no está en la campaña, no existe. Yo estoy en el cuarto de guerra, en el equipo íntimo de estrategia donde estaría este personaje y te puedo asegurar que no está.”
En tanto que de la advertencia de Porfirio Muñoz Ledo de que estaba preparándose un fraude para que gane el PRI, Lozano aseguró que esto es una declaración absolutamente irresponsable y cuestiona: “¿De dónde la desprende, la sospecha; la supone o sabe algo?”.
–Habla del uso de los programas sociales que van a ser usados a favor de Meade.
–No sé a qué se refiera y la verdad tampoco estoy en el ánimo de interpretar lo que dice Muñoz Ledo. Si él tiene algo que decir, que lo haga, pero me parece irresponsable que lo diga ahora.
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