23 dic 2008

Desertores los posibles asesinos

Publicado en El Nuevo Herald, martes 23 de diciembre del 2008
México advierte que decapitaciones no detendrán la lucha contra el narcotráfico
Por E. EDUARDO CASTILLO
The Associated Press
El gobierno federal advirtió el lunes que no detendrá su batalla contra el narcotráfico a pesar de la decapitación de militares en el sur del país, en el peor ataque contra las fuerzas armadas desde que se declaró en 2006 una "guerra'' al crimen organizado y los carteles de las drogas.
En Chilpancingo, capital del estado sureño de Guerrero, autoridades castrenses y civiles rindieron un homenaje a siete militares -seis de ellos de cuerpo presente- y lanzaron la advertencia de que no se tendrá "la más mínima consideración'' contra los responsables.
Las autoridades encontraron el domingo 12 cuerpos decapitados en Guerrero, siete de los cuales fueron identificados como militares, sin que se haya identificado al resto. Otro soldado decapitado fue hallado el 9 de diciembre.
Los cadáveres decapitados de los soldados fueron colocados a lo largo de una avenida. Cerca de ahí se encontró un mensaje que decía: "Esta es una de cal por dos de arena... Por cada uno que me maten les vamos a matar a diez''.
En una bolsa, cerca del sitio, las autoridades encontraron nueve cabezas, algunas con la boca cubierta por cinta adhesiva. En otra parte, fueron hallados otros tres cadáveres, también decapitados.
El descubrimiento en Chilpancingo, ciudad situada a una hora al norte del centro vacacional de Acapulco, representa el ataque más espantoso contra el ejército mexicano en su medio siglo de combate a grupos de narcotraficantes.
Durante la ceremonia en homenaje a los soldados, el comandante de la novena región militar, general Enrique Alonso Garrido, dijo: "Este lamentable hecho constituye una ofensa a las instituciones en su conjunto y especialmente a quienes vestimos el uniforme castrense''.
El jefe militar dijo que "fue un grave error de los delincuentes este atrevimiento''. Prometió luego que "no habrá concesión alguna y mucho menos tendremos descanso hasta no ver en el lugar que corresponde a estos delincuentes''.
A la ceremonia asistieron los secretarios de Gobernación Fernando Gómez-Mont y de Defensa, general Guillermo Galván.
Posteriormente, el presidente Felipe Calderón dijo que los carteles están desatando tal violencia porque están resintiendo las acciones del gobierno, y prometió una respuesta firme ante ellos.
"Sabemos bien que estos cobardes asesinatos pretenden amedrentar al Estado y a la sociedad. Pero estamos decididos a llevar esta lucha en todas sus consecuencias, a la violencia del crimen responderemos con la acción firme del Estado... Porque México es más fuerte que cualquier banda de delincuentes, porque no daremos un paso atrás en esta lucha ni habrá tregua ni cuartel para los evidentes enemigos de la patria'', indicó.
La ceremonia del lunes parecía destinada a asegurar que el país que no se rendirá, pese a una escalada de violencia que ha causado la muerte de 5.300 personas este año y a la traición de más de una decena de altos funcionarios policiales acusados de aceptar dinero para proteger a los carteles del narcotráfico.
Los asesinatos de soldados se registran en momentos en que México se apresta a usar 400 millones de dólares en ayuda norteamericana para robustecer su guerra contra los narcotraficantes.
La Secretaría de la Defensa se ha negado a revelar detalles de cómo fueron capturados los soldados o qué cartel habría llevado a cabo los asesinatos.
Los ataúdes de los soldados, envueltos en la bandera mexicana, fueron colocados en un patio en una base del ejército en Chilpancingo. La familia de uno de los asesinados no quiso participar en la ceremonia. Se ignoraba inicialmente la razón. La familia no pudo ser contactada para que formulara comentarios.
El general Garrido calificó los asesinatos de cobardes y aseguró que las fuerzas armadas siempre actúan de frente.
"Nuestros soldados no actúan con prejuicio, saña o mala fe, ni siquiera contra los peores delincuentes que se escudan en la impunidad'', dijo.
Los carteles mexicanos de la droga han recurrido con cada vez más frecuencia a la decapitación de sus víctimas, incluidos narcotraficantes rivales, policías o soldados. El 28 de agosto fueron hallados una decena de cadáveres sin cabeza en las cercanías de Mérida, capital del estado oriental de Yucatán.
Otras dos cabezas cercenadas se hallaron en el mismo bulevar de Chilpancingo, el 7 de diciembre, junto con un mensaje que decía: "Según militares andan combatiendo a la delincuencia y resultan ser secuestradores. Esto les va a pasar (altisonancia)''.
Numerosos policías y soldados han muerto desde finales del 2006, cuando Calderón lanzó una ofensiva contra los carteles del narcotráfico. Aunque las bandas criminales trataron otrora de evitar los enfrentamientos con el ejército, ahora atacan abierta y frecuentemente a los soldados.
En mayo del 2007, un grupo armado vinculado con una organización narcotraficante mató a cinco soldados en una emboscada en el estado de Michoacán, que colinda con Guerrero.
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Los responsables utilizaron códigos militares de combate a guerrilleros, dicen fuentes de Sedena
Asesinatos en Guerrero apuntan a desertores del Ejército Mexicano, “posiblemente zetas”
Alfredo Méndez
Publicado en La Jornada, 23/12/2008;
Informes de inteligencia militar y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) apuntan a que sicarios de Los Zetas –grupo armado del cártel del Golfo– son los presuntos responsables de haber levantado, sometido a actos de tortura y decapitado a ocho militares cuyos cadáveres fueron hallados el pasado fin de semana en Guerrero.
La Procuraduría General de la República (PGR) y órganos de inteligencia de las fuerzas armadas investigan estos hechos para dar con los autores materiales.
De acuerdo con fuentes de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Gobernación, por el contenido del mensaje que dejaron los responsables de estos actos criminales a un lado de las cabezas de ocho militares, “todo apunta a que los responsables fueron desertores del Ejército Mexicano, muy posiblemente zetas, porque utilizaron códigos militares de combate a guerrilleros que sólo conocen elementos de elite”.
Durante el pasado fin de semana ocho militares y un ex jefe policiaco fueron decapitados en Guerrero, en una de las más sangrientas ofensivas del crimen organizado contra las fuerzas militares. En total, durante viernes y sábado pasados fueron ejecutadas 16 personas en esa entidad. El domingo, la Sedena confirmó en un comunicado que ocho de los cadáveres pertenecían a militares, aunque aclaró que uno fue hallado el 9 de diciembre.
En otro boletín informativo emitido ayer por la PGR, la dependencia dio a conocer que atrajo la investigación de siete sujetos que fueron detenidos el pasado 20 de diciembre por efectivos militares en Teleoloapan, Guerrero.
Según la dependencia que encabeza Eduardo Medina Mora, la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) indaga la probable relación de estas personas con la decapitación de ocho militares.
Desde el domingo, peritos y agentes del Ministerio Público Federal de la delegación de la PGR en Guerrero auxiliaron a la procuraduría estatal y a la policía militar en las primeras pesquisas.
En tanto, trascendió en círculos militares que en la Sedena se está a la espera de la orden presidencial para enviar más tropas a Guerrero con el propósito de reforzar el combate al crimen organizado.
Respecto del caso de los siete detenidos en Teleolapan, la PGR informó que en las próximas horas rendirán declaración ministerial ante el representante social de la Federación adscrito a la SIEDO en la ciudad de México.
El boletín agregó que los indiciados ya habían sido puestos a disposición de la delegación de la PGR en Guerrero, “en virtud de haber sido detenidos portando armas de fuego, luego de un enfrentamiento sostenido entre militares y tres sujetos que finalmente fueron abatidos.
“Los detenidos dijeron llamarse: Felipe Castillo Cuenca, Jesús Rodríguez Rosas, Artemio Castro Medina, María Guadalupe Márquez Oyolzábal, Ramón Alejandro Parra Galeana, Carlos Alberto Galeana Sánchez y Jesús Romero Sánchez. En las próximas horas rendirán declaración dentro de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEITA/162/2008, a efecto de determinar su situación jurídica.
“Una de las líneas de investigación gira en torno a la probable vinculación de los hechos por los que fueron detenidos con los homicidios de violencia inusitada cometidos en días recientes contra elementos militares en esa entidad federativa.”
Según versiones recogidas por este diario, junto a los cuerpos apareció una cartulina con un mensaje con amenazas al Ejército: “Por cada elemento que nos maten, les vamos a matar a 10”.
“Estas acciones son consecuencia de los fuertes golpes que el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos han dado a las organizaciones criminales de esa entidad federativa, los cuales han provocado una merma en su estructura tanto funcional como económica. Tras la ofensiva emprendida por el gobierno federal se sienten acorralados y debilitados, respondiendo con estos actos cobardes que pretenden amedrentar las acciones que realiza este instituto armado”, puntualizó el Ejército en un comunicado.
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Especialistas advierten del riesgo de que se coopte a altos mandos
Las decapitaciones, muestra de que “el gobierno va perdiendo la lucha”
Alfredo Méndez
LJ
Un ex militar, así como especialistas en seguridad nacional y en derecho constitucional, llamaron al gobierno federal a dar un “golpe de timón” en la estrategia de militarizar las calles con el pretexto de combatir de frente al narcotráfico, porque el hallazgo de ocho militares decapitados en Guerrero demuestra que el crimen organizado “está ganando la batalla al Estado mexicano”, y no al contrario, como sostienen funcionarios de primer nivel.
De seguir en ese camino, apuntaron los expertos, el principal riesgo es que la cúpula de las fuerzas armadas pueda ser corrompida por capos de la droga.
El general disidente José Francisco Gallardo criticó la “necedad” del gobierno calderonista de sostener su llamada “guerra contra el narcotráfico hasta sus últimas consecuencias”, porque eso comprueba que las autoridades en realidad son “cómplices de los poderes fácticos que protegen a los delincuentes”.
Agregó que el caso de los militares decapitados “es la clara muestra del fracaso gubernamental en su lucha que tiene contra el crimen, pues ésta no se gana con la utilización de la máxima fuerza del Estado, que es el Ejército.
“Estamos ante la necesidad urgente de que haya un golpe de timón donde se revierta, precisamente, la política encaminada a la seguridad, que tiene que ver con un cambio en el ejercicio del presupuesto que vaya encaminado a resolver los asuntos de carácter social irresueltos históricamente en México”, indicó el general, quien estuvo preso varios años por manifestar su inconformidad con las políticas del Estado mexicano.
El constitucionalista Clemente Valdés se sumó a la crítica del general. “Los hombres que están arriba del gobierno no han podido, no pueden con el narcotráfico. Lo que estamos viendo, y es la realidad, es que en el nivel del gobierno federal el presidente Felipe Calderón y sus empleados inmediatos no han podido con su compromiso de darnos seguridad”.
Samuel González Ruiz, ex titular de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada en tiempos del procurador Jorge Madrazo Cuéllar, sostuvo que los actos de violencia que invaden el país, como el caso de los militares decapitados en Guerrero, desmienten la versión oficial de que el Estado mexicano va ganando la guerra.¨
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Decapitaciones, afrenta a los militares: Sedena
Sergio Ocampo Arista (Corresponsal)
LJ
Chilpancingo, Gro., 22 de diciembre. Los asesinatos y decapitaciones de ocho efectivos del Ejército Mexicano perpetrados el fin de semana pasado constituyeron “un grave error de los delincuentes”, un atrevimiento que representó “una ofensa a las instituciones en su conjunto, y especialmente a quienes vestimos el uniforme castrense”, afirmó el comandante de la novena Región Militar, Enrique Alonso Garrido Abreu, durante un homenaje a los elementos militares localizados
sin cabeza en esta ciudad.
Garrido Abreu dio lectura a un mensaje del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), general Guillermo Galván Galván, en las instalaciones de la 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo, ante el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont Urueta; Guillermo Ramírez Ramos, secretario general de Gobierno estatal, en representación del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, y el alcalde de la localidad, Mario Moreno Arcos.
El jefe militar advirtió que “todo el poder del instituto armado habrá de coadyuvar con las instituciones de procuración de justicia para hacer que los autores materiales e intelectuales de estos crímenes reciban el castigo que se merecen”.
“Sin consideración ni concesión”
Indicó que “no habrá la más mínima consideración ni concesión, mucho menos descanso, hasta no ver en el lugar que corresponde a esos delincuentes”.
De acuerdo con el escrito de Guillermo Galván Galván, “la mejor manera de honrar a nuestros compañeros es seguir trabajando esforzadamente. Su muerte es origen de enorme pesar, pero constituye también el motivo poderoso para impulsar con mayor brío la labor que desarrollamos”.
Añadió que México confía en sus soldados, quienes “estamos para servir a nuestra patria; conscientes de que el costo de esta guerra seguirá, aceptamos el reto”.
Alonso Garrido Abreu leyó que “hoy el Ejército y la Fuerza Aérea mexicanos estamos de luto; desde nuestro comandante supremo, el presidente Felipe Calderón, hasta el último de los soldados, sentimos pesar”.
Señaló que el asesinato de sus compañeros constituyó “una de las manifestaciones más crueles que puede provenir de un ser humano, de individuos carentes del mayor germen de remordimiento”.
En el acto se rindió homenaje al capitán segundo de infantería Ervin Hernández Umaña, al sargento primero de infantería Carlos Alberto Navarrete Moreno, al sargento primero de informática Juan Humberto Tapia Romero, al sargento segundo jardinero Ricardo Marcos Chino, al cabo de infantería José González Mentado, al cabo de infantería Juan Muñoz Morales, al soldado de infantería Julián Teresa Cruz y al soldado de infantería Catarino Martínez Morales.
con información de Notimex
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Advierte Ejército: Fue un grave error
Despiden a 8 militares decapitados en Guerrero. Afirma General que ejecuciones son una venganza enfermiza y ruin
Jesús Guerrero
Reforma, 23 diciembre 2008)
HILPANCINGO.- En voz del Comandante de la IX Región Militar, General Enrique Alonso Garrido Abreu, el Ejército advirtió ayer a quienes decapitaron a ocho elementos de las Fuerzas Armadas que cometieron un grave error y que el instituto armado coadyuvará con las instancias de procuración de justicia para hacer que los autores materiales e intelectuales de esos crímenes sean castigados.
"No habrá la más mínima consideración, no habrá ninguna concesión y mucho menos tendremos descanso hasta no ver en el lugar que corresponde a esos delincuentes", expresó el General Garrido Abreu durante el homenaje y despedida a los militares ejecutados.
Los familiares de los soldados asesinados fueron invitados a la ceremonia fúnebre realizada en la sede de la 35 Zona Militar de Chilpancingo.
"Este lamentable hecho constituye una ofensa a las instituciones en su conjunto y especialmente a los que vestimos el uniforme castrense, fue un grave error de los delincuentes este atrevimiento", señaló Garrido.
"Hace un par de días, jóvenes integrantes de nuestro instituto armado fueron objeto de una de las manifestaciones más crueles que puede provenir de un ser humano, si así se le puede llamar", agregó el mando.
"Individuos carentes del menor germen de remordimiento asesinaron repugnante y cobardemente a compañeros de armas dedicados a cumplir con su trabajo.
"El ataque de aquellos ya de por si infractores de la ley y marginados, no sólo por la sociedad sino por la vida misma, es una venganza enfermiza y ruin", expresó el Comandante quien habló a nombre de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Antes, durante y después del acto fúnebre, al que no acudió el Gobernador Zeferino Torreblanca, se montó un fuerte dispositivo de seguridad con efectivos del Ejército, el cual incluyó patrullajes por aire y tierra que continuaron durante todo el día.
Luego del mensaje de Garrido Abreu, el Secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván y el Secretario de Gobernación, Francisco Fernando Gómez Mont, dieron personalmente el pésame a los familiares de los soldados Ervin Hernández, José González Mentado, Juan Muñoz Morales, Julián Teresa Cruz, Catarino Martínez Morales, Juan Humberto Tapia Romero y Ricardo Marcos Chino.
La Sedena informó que fueron siete y no ocho los soldados decapitados el domingo en Chilpancingo, pero se incluyó en el homenaje al soldado Carlos Navarrete, quien el 9 de diciembre también fue decapitado en la capital del estado.
Los otros dos ejecutados el domingo son civiles, uno de ellos, el ex subdirector de la desaparecida Policía Judicial del Estado, Simón Wences Martínez y otra persona que se encuentra en calidad de desconocido en las instalaciones del Servicio Médico Forense.
El ex jefe policiaco estatal, fue sepultado ayer lunes en la tarde en el panteón municipal de esta ciudad.
En tanto, unos 200 militares, con el apoyo de las Policías federal y estatal fueron desplegados en Chilpancingo y en la comunidad de Tlanicuilulco y otras del municipio de Quechultenango en la búsqueda de los presuntos asesinos de los elementos.
Las acciones fueron apoyadas con 4 helicópteros artillados de la misma Sedena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

YO FIRMEMENTE COMO MUCHOS CREO QUE ESO FUE UN ACTO COBARDE DE PARTE DEL NARCO Y LA VERDAD EL EJERCITO MISMO HABLANDO DE SUS INTEGRANTES ELLOS SACRIFICAN TODO DESDE SU FAMILIA HASTA SU MISMA VIDA COMO LO HEMOS VISTO AHORA

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