Cayeron
los de élite/ARTURO
RODRÍGUEZ GARCÍA
Revista Proceso No. 2010, 9 de mayo de 2015
El
derribo de un helicóptero del Ejército el viernes 1, en Jalisco, no impactó a
un simple cuerpo militar que “realizaba reconocimientos”, como informó la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ese día. En la aeronave viajaba un
Grupo de Fuerzas Especiales: una unidad de élite entre las unidades de élite.
Se trataba de la agrupación conocida en el medio castrense como “el GAFE (Grupo
Aeromóvil de Fuerzas Especiales) del Alto Mando”.
El
Cártel de Jalisco Nueva Generación golpeó, pues, no sólo una aeronave militar,
sino a lo más granado de las fuerzas especiales, es decir, a los soldados
entrenados en las academias más prestigiosas del mundo, lo mejor de lo mejor de
las Fuerzas Armadas, según jefes militares consultados por Proceso.
El
GAFE del Alto Mando realiza las operaciones de enorme riesgo e impacto,
mientras que otros cuerpos especiales o agrupamientos de las diferentes armas
(caballería, infantería, artillería, etcétera) prestan apoyo táctico en
acciones coordinadas.
Esa
unidad suele ser la encargada de capturar a los grandes capos del crimen
organizado y tiene la capacidad para enfrentarse a escoltas que poseen un
inmenso poder de fuego. Inclusive, en ocasiones ha sido enviada a detener a
integrantes del Ejército que han cometido delitos pero que son queridos y
apoyados por las tropas. Su fama es tal que cuando oficiales y jefes de otras
fuerzas especiales hablan de ellos, lo hacen con una mezcla de miedo y
admiración.
Pocos
saben quiénes integran el grupo, y el Ejército jamás ha divulgado los
operativos en los que participa.
De
acuerdo con las fuentes militares consultadas, el GAFE del Alto Mando sólo
responde al comandante supremo de las Fuerzas Armadas, es decir, al presidente
de la República, así como al secretario de la Defensa y al comandante del
Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, el general
Miguel Ángel Aguirre Lara.
Aguirre
fue quien pronunció el discurso de homenaje a los militares que murieron en la
Operación Jalisco. El acto se realizó en la explanada de la Fuerza Especial de
Reacción, en el Campo Militar No. 1-A.
Hasta
entonces, los comunicados de la Sedena no aludían a la condición de soldados de
élite de los 18 elementos que iban en el helicóptero derribado. Fue
precisamente en ese encuentro cuando Aguirre lo reveló, al dirigirse a Enrique
Peña Nieto:
“Como
comandante del Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército y Fuerza Aérea, y en
representación de quienes con honor y lealtad vestimos el uniforme de la
República, agradecemos su presencia en esta ceremonia de homenaje a nuestros
compañeros caídos.”
La
formalidad de la ceremonia revela la significación del grupo afectado:
Asistieron Peña Nieto y los 10 miembros de su gabinete, incluidos los
secretarios de la Defensa y de Marina. El acto fue inaccesible para la prensa y
ni siquiera se dejó entrar a personal de la logística presidencial. Tan cerrado
fue el encuentro que ni siquiera le dieron acceso al Centro de Producción de
Programas Informativos Oficiales (Cepropie), que documenta todas las
actividades públicas del mandatario.
En
los boletines y fotografías difundidos por la Presidencia de la República la
noche del miércoles 6 se evitó revelar la identidad de los caídos y sus
allegados. Al contrario de lo que ocurre con todas las actividades militares
oficiales, de las que se difunden imágenes sin alteración alguna, en las que
distribuyeron alusivas al homenaje no se mostraron rostros de soldados ni de
las familias en duelo. Los que aparecían se difuminaron.
Esto
tuvo una razón de ser: el 16 de diciembre de 2009, el grupo FES de las Fuerzas
Especiales de la Marina Armada de México –agrupación entrenada por el Comando
Norte estadunidense– acribilló al capo Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, en
Cuernavaca. En la operación murió el marino Melquisedec Angulo Córdova.
La
Marina, que había exhibido el cuerpo de Beltrán Leyva con los pantalones abajo
y dinero encima, honró públicamente al marino de élite muerto. La consecuencia
fue que un comando, presuntamente de Los Zetas, llegó al domicilio de la
familia del militar, en Paraíso, Tabasco, y asesinó a tiros a su madre, dos
hermanos y una tía.
Desde
entonces, ningún soldado o marino de élite había recibido un homenaje, mucho
menos encabezado por el presidente. A diferencia de lo ocurrido con
Melquisedec, esta vez no se difundieron nombres ni datos personales de las
víctimas.
El
mismo 1 de mayo, la Sedena emitió un comunicado en el que informó que el
helicóptero Cougar matrícula 1009 que resultó derribado realizaba
“reconocimientos aéreos”. Presentó el ataque casi como una eventualidad que
ocasionó un “descenso de emergencia”.
La
versión se mantuvo en los comunicados posteriores. Sin embargo, el martes 5, el
periódico El Universal publicó una fotografía de los restos calcinados del
helicóptero, distribuida por la agencia Cuartoscuro: Había pasado algo más
grave que un “aterrizaje de emergencia”.
Pese
a la evidencia, ese día los boletines oficiales sólo informaron que los tres
militares reportados como desaparecidos estaban en realidad muertos, con lo que
en ese momento se llegaba a un total de seis soldados de élite fallecidos.
En
ningún comunicado se volvieron a mencionar las tareas que realizaban los
tripulantes y el resto del personal. Los militares consultados por este
semanario –entre ellos, comandantes de Fuerzas Especiales– explicaron que el
GAFE del Alto Mando no realiza vuelos de reconocimiento, pues sus operaciones
son de alta precisión, con soporte de inteligencia y apoyo logístico por tierra
y aire.
Inclusive
detallaron que los tres soldados que originalmente fueron reportados como
desaparecidos en realidad habían bajado a rappel del helicóptero Cougar –que
estaba suspendido en el aire y no desplazándose–, y que se preparaba el
descenso del resto del personal para continuar la operación, presuntamente para
capturar a Nemesio Oseguera, El Mencho, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Hasta
el cierre de esta edición, no se había reconocido oficialmente la presencia de
las Fuerzas Especiales en el helicóptero ni se habían difundido datos técnicos
y periciales sobre el ataque.
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