Andrés Beltramo Alvarez entrevista Antonio Spadaro, director de “La Civiltà
Cattolica”, analiza la relación del Papa con los medios, a dos años del
pontificado
Vatican Insider, 12 de marzo de 2015
Francisco
no es el Papa de los gestos sino de los procesos. Se comunica con gran libertad
y sencillez, por eso no necesita de intérpretes. Eso es un gran desafío para
los periodistas. En entrevista con el Vatican Insider Antonio Spadaro, director
de la revista “La Civiltà Cattolica”, analiza la relación del pontífice
argentino con los medios de comunicación.
¿Qué
aspecto “mediático” destacaría más en estos dos años de pontificado?
-Un
aspecto importante me parece que es el lenguaje. El Papa en su modo de
comunicar se adapta al lenguaje ordinario, normal. No usa un nivel lingüístico
que exija una mediación para ser comprendido, su mensaje llega en el momento
que parte porque usa expresiones de jerga, expresiones que lo ponen
directamente en contacto con el modo de hablar de las personas. Cada uno toma
de su discurso lo que necesita, pero sin necesidad de una interpretación que a
veces los medios hacen pero que resulta superficial, porque él usa un lenguaje
que no necesita de hermeneutas. Esto ha seguramente desconcertado mucho a la
opinión pública, o los periodistas no habituados.
-Después
de algunas frases malentendidas suyas, ya se habla de “la imprudencia del
Papa”. ¿Es imprudente?
El
lenguaje del Papa vive en un contexto de relaciones. Si se toman frases y se
descontextualizan o incluso se traducen mal, no se comprenden. Se debe estar
atento que cuando el Papa habla lo hace en un contexto preciso de referencias.
Su comunicación ciertamente puede estar en riesgo, cada vez que el lenguaje se
hace próximo a las personas, no es álgido, frío, distante o estudiado, corre el
peligro de ser instrumentalizado. Pero el valor profundo que la gente capta
inmediatamente es este lenguaje cercano a la sensibilidad ordinaria.
Como
sus palabras tienen eco en la plaza física, en San Pedro, también tienen un eco
en la plaza digital. Entonces vemos que los seguidores de la cuenta del Papa en
Twitter llegaron a 19 millones y existe gran interés, no tanto por los
comentarios a lo que él dice sino por escuchar su voz directa.
¿Cómo
afecta esto al circuito mediático?
Los
periodistas viven un desafío importante, deben repensar el modo en el cual
refieren las cosas que corresponden a la vida del Papa y lo que dice. Como
aquello que él dice llega inmediatamente a destino, no tienen necesidad de ser
interpretado y es muy cercano al lenguaje de la gente, a veces la mediación
periodística se vuelve estorbosa.
Al
principio se hablaba de una “luna de miel”, por la imagen positiva del Papa,
¿este tiempo ya se acabó?
No
se si hablar de “luna de miel”. Diría que hubo una sintonía inmediata entre el
Papa y un deseo presente en la sociedad de una palabra capaz de tocar el
corazón y dar esperanza. Esta relación con el Papa continúa viva en su
intensidad porque la gente reconoce autenticidad en él. Esto no vale sólo para
los cristianos, también otros campos como el político se dejan inspirar por un
modo que Francisco ha impuesto. Un estilo de sencillez, de sobriedad, de
verdad.
Algunos
críticos sostienen que habla demasiado y hace demasiado, por eso se vuelve
repetitivo y puede cansar, ¿es así?
El
Papa está creando un nuevo equilibrio, vemos como ha dado entrevistas tanto a
grandes medios como a periódicos locales o grupos de jóvenes. Así como existen
discursos suyos de mucha relevancia que en realidad repiten cosas ya dichas,
hay homilías quizás secundarias que, en realidad, expresan contenidos de gran
importancia. Él se mueve en registros distintos, desafía la comunicación como
ha sido entendida hasta ahora, mezclando los géneros y no diferenciando un
nivel alto o bajo. Si siente la necesidad de dejar de lado sus discursos
preparados lo hace, para establecer un contacto más directo con la gente. Este
hombre se mueve empujado no tanto por estrategias o tácticas, cuanto por
sensibilidades que se expresan en el momento y busca una comunicación lo más
real posible.
¿Qué
se puede esperar de ahora en adelante?
Este
no es el Papa de los gestos sino de los procesos y los procesos se desarrollan
en el tiempo, que puede ser tranquilo o puede reservar sorpresas. No es la
sorpresa a lo que apunta sino a la eficacia de los procesos. En este momento
prosigue en su obra de renovación. Se puede esperar, más allá de las sorpresas
que él considera como ordinarias, una profundización de los procesos iniciados
que puedan reconfigurar un rostro aún más evangélico de la Iglesia.