Alza la voz Marcos
Isaín Mandujano, reportero.
Agencia APRO. 4 de agosto;
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 4 de agosto (apro).- El subcomandante Marcos reapareció en la selva Lacandona el pasado fin de semana y en su discurso criticó a la “izquierda institucional”, a artistas, intelectuales y otros activistas que se volvieron “zapatólogos”, así como a los “coyotes” que lucraron con la solidaridad internacional.
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 4 de agosto (apro).- El subcomandante Marcos reapareció en la selva Lacandona el pasado fin de semana y en su discurso criticó a la “izquierda institucional”, a artistas, intelectuales y otros activistas que se volvieron “zapatólogos”, así como a los “coyotes” que lucraron con la solidaridad internacional.
En la comunidad La garucha, municipio de Ocosingo, ante cientos de activistas de la Caravana Nacionale e Internacional de Obsevació y Solidaridad con las Comunidades Zapatistas. Marcos lanzó tambié una severa crítica a la Comisión Interacional de Derechos Humanos. En el municipio rebelde Francisco Gómez”, sede de una de las cinco Juntas de Buen Gobierno, creadas en 2004, acompañado del teniente coronel Moises, del comandante Ismael y del comandante Masho, fundadores todo del EZLN en esa región tzeltal de Las Cañadas de Ocosingo, Marcos dio la bienvenida al grupo de activistas de México, Estados Unidos, España, Grecia, Italia, Francia y otros países europeos.En su discurso, el dirigente del EZLN pidió a sus seguidores: "Ojalá y no vayan a hacer como la llamada Comisión Civil Internacional de Observación de los Derechos Humanos, que lo único que vino a hacer aquí, hace unos meses, fue a lavarle las manos al gobierno perredista de Chiapas, al decir que las agresiones que sufrían nuestros pueblos no venían del gobierno estatal, sino del gobierno federal.
"Luego de criticar a la “izquierda institucional” de México, al PRD y su proyecto político con el ahora "presidente legítimo", reprochó que muchos que estaban cerca del EZLN les dieron la espalda o definitivamente, se volvieron antizapatistas.
"Algunos de ellos fueron a sus países a dar pláticas y fueron recibidos como si fueran los que se alzaron en armas. Eran los zapatólogos, dispuestos a viajar con todos los gastos pagados, a recibir los aplausos, las caravanas y alguno que otro favor, cuando viajaban al extranjero", dijo Marcos.
Aclaró que si bien en algunas etnias del país, el “coyote es signo de ser chingón en Chiapas el coyote es el intermediario voraz que compra barato los productos agrícolas en las comunidades rurales y lo vende caro en la ciudad”.
"Cuando se da el alzamiento zapatista, surgen lo que nosotros llamamos los intermediarios de la solidaridad. O sea, los coyotes de la solidaridad. Esta gente que decía, y aún dice, que tiene la interlocución con el zapatismo, que tienen el teléfono rojo, que son los que saben cómo está la cosa aquí, y eso les significa un capital político. Vienen y traen alguna cosita, o sea pagan barato, y van y se presentan como los emisarios del EZLN: cobran caro.
"Estos intermediarios organizaban y hacían cosas cuando estábamos de moda, y cobraban su capital político. Así como hay quien organiza conciertos, que dice que son para acá y se queda con una parte: cobra como su salario, o lo que le toca a su organización.
"Explicó que la aparición de este grupo de intermediarios, donde había políticos, intelectuales, aristas y gente del movimiento social, les ocultó a los rebeldes la existencia de otras cosas.
Dijo a los activistas que en México sigue habiendo la expectativa de que es posible que la izquierda que "padecen" los mexicanos pueda llegar al poder, y que lo puede hacer "impunemente", es decir, “sin dejar de ser de izquierda”
Indicó que la lección aprendida en otros países como España, Italia, Francia o Grecia, es que resulta prácticamente lo contrario: "Gente de izquierda consecuente —no necesariamente radical—, en el momento en que llega al poder, deja de serlo."
La ruptura
Durante su discurso, Marcos reveló cómo fue la “ruptura” con Andrés Manuel López Obrador, y su “banda de 40 ladrones”.
Explicó que durante el pasado proceso electoral del 2006 un grupo de intelectuales, artistas, líderes sociales, les pidieron a los zapatistas que depositaran toda su confianza “en una persona que era el favorito” de la izquierda para llegar al poder."
Nos pidieron que nosotros depositáramos la confianza, el futuro, nuestra vida y nuestro proceso, a un iluminado, a una persona, junto con una banda de 40 ladrones que es la izquierda en México. Nosotros dijimos que No. No es que nos sea antipático el presidente legitimo, sino simple y sencillamente no creemos en ese proceso. No creemos que alguien, ni siquiera alguien tan guapo como el subcomandante Marcos, sea capaz de hacer esa transformación. Nosotros no podíamos hacer eso, y entonces se da la ruptura", recordó.
El subcomandante negó que le hayan hecho el juego a la derecha sólo porque el EZLN no creía en el proyecto político de López Obrador."
El zapatismo es incómodo. Como si en el rompecabezas del poder llegara una pieza que no encaja y que hay que deshacerse de ella. De todos los movimientos que hay en México, uno de ellos —no el único—, el zapatismo, es incómodo para esta gente. Es un movimiento que no permite conformarse, que no permite rendirse, que no permite claudicar, que no permite venderse. Y en los movimientos de arriba ésa es la lógica, eso es lo racional. Es la real politik, como dicen", subrayó.
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